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ART�CULOS DE OPINI�N / DIARIO EL PA�S

                                                                                                                                        

Manuel Talens

Panem et circenses
MANUEL TALENS


Si yo fuese extraterrestre y hace diez d�as hubiera observado Malasia desde el cielo, me habr�a muerto del susto al ver una jaur�a de m�quinas que volaban a trescientos kil�metros por hora bajo un sol criminal, tragando centenares de litros de gasolina y pedorreando decibelios por el tubo de escape. Las conduc�an extra�os hom�nidos embutidos en trajes espaciales y con reclamos publicitarios hasta en la planta de los pies. Luego, cuando al fin pararon, el locutor de televisi�n lleg� al orgasmo verbal, porque �nuestro Alonso� hab�a ganado la carrera. �ste, agotado de tanto deporte posmoderno, sufri� una lipotimia. Mens insana in corpore insano in auto potens. O, como dijera Juvenal, panem et circenses.

Entretanto, en el otro lado del planeta, los pescadores valencianos amarraron sus barcos a los puertos en protesta por el elevado precio del gas�leo �0,37 euros el litro�, que les impide obtener beneficios de su trabajo. Los cofrades �unas 3.500 familias, es decir, entre diez y quince mil personas� han echado la cuenta de la cantidad de millas marinas que ahora han de navegar mar adentro para traer a tierra los mismos boquerones de anta�o y dicen que s�lo pueden pagar hasta 0,2 euros el litro. El gas�leo es, pues, una bomba de relojer�a social que puede estallar en cualquier momento y que sin duda lo har�, porque los agricultores espa�oles tambi�n desean una rebaja. Seg�n parece (qui�n lo hubiera pensado), los nabos necesitan gas�leo para crecer y en este pa�s o comemos boquerones o comemos nabos. Pero es que, encima, los transportistas se quejan de que a ese costo no pueden hacernos llegar ni los nabos ni el boquer�n. Y todos ellos, claro, le piden subvenciones a pap� Estado. �Le piden? No, le exigen. Y pap� Estado no puede proveer, porque no es nadie en este mundo global, ya que quien fija el precio es la implacable ley de una oferta que ya ha empezado a disminuir �el cenit del petr�leo, �lo recuerdas, lector?� y una demanda que no cesa de aumentar. �No quer�amos crecimiento ilimitado, mercado libre, energ�a? Aqu� est�n, con las mismas colas que el comunismo, aunque de pago.

Por su parte, el ministro de la calderilla, Pedro Solbes, desviste a un santo para vestir otro, pues de donde nada hay, nada se puede sacar y �l no tiene margen de maniobra. Pero, desde luego, no criticar� a san Alonso (el joven h�roe capaz de quemar m�s combustible en unas horas dando vueltas como un trompo a un circuito cerrado que toda la flota de Valencia en una semana), y eso ni para vestir a los santos pescadores, ni a los santos agricultores ni a los santos transportistas, porque la muchedumbre sigue pidiendo pan y circo y Alonso es uno de los gladiadores m�s famosos.

Lo esquizofr�nico de este asunto es que mientras los machacas ordinarios, esos que no son noticia pero sostienen la econom�a, andan jodidos sin poder llenar el dep�sito, Alonso contin�e malgastando petr�leo con su juguetito y los medios de comunicaci�n le r�an la gracia. En el panem et circenses cada vez hay menos panem y m�s circenses. A este paso, a falta de nabos y boquerones, la pel�cula podr�a terminar con el p�blico saltando a la arena para comerse a los saltimbanquis con neum�ticos, bielas, caja de cambios y alerones incluidos. Perra miseria.

 


 

El País 

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EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 29 de marzo de 2005

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