En
una entrevista que
me han hecho hace poco para el semanario El Mirador, de
Benidorm, se interesaron por mi opini�n sobre la ciudad. Les dije que
a pesar del buen clima, de la especulaci�n y de los pelotazos
multimillonarios, Benidorm carece de futuro. Esta certeza, sin
embargo, no tiene nada que ver con el lugar, sino con el negro
porvenir de la energ�a, porque el mundo que hemos conocido est�
tocando a su fin.
El mes
pasado George W. Bush levant� la veda para construir nuevas
centrales nucleares en EE UU, anulando as� la moratoria
decretada en 1979 tras el accidente de Three Mile Island. �A
qu� se debe el cambio? Cit� motivos medioambientales, ya que
las plantas generadoras alimentadas con carb�n, que producen
el 51 % de la electricidad estadounidense, son muy
contaminantes, mientras que el uranio, a�adi�, es
�renovable� (?). Dado que se prev� un incremento en el
consumo el�ctrico, que en paralelo con el crecimiento
econ�mico tiende a ser exponencial, concluy� que la energ�a
nuclear evitar� los posibles apagones que podr�an dejar a
oscuras enormes zonas del pa�s.
Se caza
antes a un mentiroso que a un cojo. Esta pol�tica suicida es
un intento desesperado de retrasar el colapso inevitable del
imperio, que no caer� por derrota militar �es imposible
vencerlo�, sino por impotencia energ�tica. Al ritmo de
consumo actual, cuando entre ahora mismo y el a�o 2016 se
llegue al cenit del petr�leo (v�ase el extraordinario sitio
web www.crisisenergetica.org), habr� que empezar a
reemplazar esta fuente, que ahora provee el 40% de la
energ�a primaria y m�s del 90% del transporte mundial. El
uranio cubre s�lo el 6% de la energ�a primaria que se
consume en el planeta. Sus reservas probadas pueden
alimentar durante apenas setenta a�os las 440 centrales
nucleares existentes, y ello con un enorme costo energ�tico
de extracci�n (que es energ�a perdida de antemano...). Pero
si se debiera reemplazar el petr�leo, el gas natural
�tambi�n en declive� o el muy contaminante carb�n, habr�a
que instalar miles de nuevas centrales nucleares (los chinos
ya est�n construyendo 20), con lo cual esos setenta a�os de
reservas de uranio se convertir�n en un ratillo.
Aqu� es
donde tiene cabida el chiste de las dos noticias, una buena
y otra mala. La buena es que en el futuro comeremos mierda.
La mala, que no habr� mierda para todos. Ya sin petr�leo,
mientras haya uranio, �c�mo impedir que otros pa�ses
insensatos se apunten a la fiesta de Bush? Despu�s, cuando
escasee, �con qu� haremos girar la pesada maquinaria
industrial de Occidente? Y entretanto, �qui�n nos libra de
otro Chernobyl, que acabe con la falsedad del desarrollo
infinito, o de alg�n psic�pata que lance una bomba at�mica
sobre Londres o Nueva York? Al fin y al cabo, Harry Truman
ya lo hizo en Hiroshima y Nagasaki. Otra cosa: �c�mo se
controlan los residuos radioactivos durante milenios?
Cuando
llegue el d�a cada vez m�s cercano del Armaged�n energ�tico
�qu� ser� de esta Europa tan satisfecha? El Tercer Mundo,
habituado a la escasez, sobrevivir�, pero nuestros hijos,
antes de agonizar sobre el cemento armado de Benidorm, que
hoy cubre aquel antiguo secarral paradis�aco donde lagartos,
almendros y pescadores viv�an en equilibrio, beber�n agua
salada del Mediterr�neo y comer�n mierda.