En 1994, de
paso por Madrid con un amigo, fuimos a saludar a un paisano suyo
que era senador del PSOE. Aquel pol�tico nos ense�� amablemente
las dependencias del Senado. M�s tarde, cuando lleg� la hora de
la despedida, nos ofreci� algo que me pareci� ins�lito:
�Si ten�is
que hacer alguna llamada telef�nica, a donde sea, pasad a mi
despacho.
No he vuelto
a verlo, pero s� he sabido que, cumplida su funci�n de fiel
servidor del partido, es ahora ejecutivo de una importante
multinacional.
Hoy me he
acordado de �l al saber que Jos� Luis Gimeno, que ha sido
alcalde de Castell�n con el PP desde hace trece a�os, acaba de
dimitir de ese cargo para ser nombrado de inmediato �a dedo y
con un sueldazo� consejero delegado de Castell�n Cultural y
dirigir la creaci�n de la futura Ciudad de las Lenguas, que es
otra m�s de las fantas�as a cargo del erario con que la
Generalitat Valenciana viene enga�ando a la poblaci�n desde hace
a�os, en una hu�da hacia adelante que llena los bolsillos de
unos pocos mientras empobrece a la mayor�a. Si se tiene en
cuenta que Jos� Luis Olivas, el anterior presidente de esta
comunidad, es hoy presidente de Bancaixa, no har� falta a�adir
que la pol�tica activa es el mejor trampol�n para la promoci�n
personal vitalicia. Y, mientras tanto, a pesar de cambalaches
tan evidentes, aqu� no parece haber llegado el d�a en que los
electores se echen a la calle con cacerolas y aquella consigna
tan saludable de los argentinos tras la ca�da de De la R�a: �Que
se vayan todos�. No, no se ir�n. �Por qu� iban a hacerlo, si les
va tan bien?
En un texto
reciente, el semi�logo Noam Chomsky hace alusi�n al divorcio
absoluto que existe entre los detentores nominales del poder en
las democracias burguesas y la ciudadan�a que supuestamente los
elige. Ambos son como dos m�quinas que avanzan por caminos
paralelos y nunca llegan a juntarse, de tal manera que quien a�n
piense que el engranaje en que vivimos tiene algo que ver con la
libertad de elecci�n es un tonto de baba. La ineficacia social
de los partidos pol�ticos, muchos de cuyos directivos consideran
lo p�blico como privado mientras ejercen el cargo �la an�cdota
del tel�fono es una t�pica prueba� y buscan luego perpetuarse en
puestos bien retribuidos, mientras quienes de verdad controlan
el mundo son las compa��as privadas, es uno de esos secretos a
voces que persisten ante la apat�a de las masas y que no parecen
tener soluci�n alguna. Bien est� que el PSOE persista en el
juego de la alternancia electoral con la derechona, puesto que
ya sabemos lo que es y a lo que se resign� para siempre en la
transici�n, pero �qu� hace Izquierda Unida en ese escenario,
relegada como est� al papel de pura comparsa, si sabe que al
aceptar unas reglas del juego dise�adas para impedir cualquier
cambio estructural se condena sin remedio a la obsolescencia?
Entretanto,
la situaci�n econ�mica es tan grave que cuando uno escucha los
discursos triunfalistas del actual presidente Francisco Camps,
quien no cesa de repetir la est�pida cantinela de que �2005
ser� el a�o del crecimiento del empleo y opciones de futuro�
a sabiendas de que es mentira, dan ganas de recordarle que si la
desfachatez matase, hace tiempo que �l y su gobierno estar�an en
el cementerio.