En la vi�eta que public� EL PA�S
el s�bado 2 de julio �El Roto� demostr� una vez m�s su
extraordinario talento:
de una tuber�a industrial
con complejas llaves de paso para controlar el flujo no surge un
chorro de l�quido, sino una lib�lula que emprende el vuelo. Una
breve palabra en may�sculas subtitula el dibujo: FIN.
Las im�genes, ya se sabe, no son
nunca neutras y pueden servir tanto para embrutecer al ciudadano
como para contrarrestar las supercher�as de la comunicaci�n. Una
foto de un paradis�aco campo de golf construido en el desierto
�Benidorm, Almer�a, Arizona, qu� m�s da� o la escena de una
mujer que acude a depositar su voto en alg�n lugar de Irak
cumplen perfectamente las funciones de propaganda a las que
estaban destinadas: la primera oculta con �nfulas buc�licas la hecatombre desarrollista del medio ambiente y la segunda
defiende una guerra petrolera de agresi�n con el simulacro de la
democracia burguesa.
El
materialismo hist�rico nos ense�a que en el an�lisis de
cualquier acto humano lo importante es aclarar qui�n sale
beneficiado de �l, no quedarse en la capa superficial de la
ret�rica que lo justifica. En su calidad de armas de destrucci�n
masiva de la realidad, estos dos ejemplos de im�genes que acabo
de mencionar, que cualquiera de nosotros ha podido ver en los
medios durante el �ltimo a�o, son paradigm�ticos del descaro con
que el capital globalizador embellece lo atroz mientras encubre
las huellas perniciosas de sus maniobras. Pero he aqu� que �El
Roto�, con la sublime sencillez de unos trazos de tinta y tres
letras del abecedario, desactiva la bomba desinformadora que
transmiten. Su vi�eta, que merecer�a ser texto obligado en
escuelas y universidades, tiene adem�s la virtud de ser
polis�mica y matar dos p�jaros con un solo tiro, pues esos tubos
que escupen insectos, no l�quido, le sirven para denunciar al
un�sono el agotamiento en nombre del progreso de dos fluidos
esenciales, el agua y el petr�leo, a manos del capitalismo
salvaje.
Un esclarecedor art�culo asimismo
de EL PA�S, El desierto que viene, se hizo eco hace pocos
d�as de la acelerada desertificaci�n que sufre Espa�a debido a
un absurdo modelo econ�mico que acumula enormes cantidades de
poblaci�n ansiosa de sol en la costa mediterr�nea �ya �rida de
por s� y destruye los milenarios acu�feros naturales mediante
pozos perforados que, al aspirar las corrientes del subsuelo
para convertir el desierto en granja agr�cola artificial y regar
campos de golf, provocan un vac�o que atrae por osmosis el agua
del mar y saliniza la tierra de manera irreversible.
A su vez, asistimos estos meses a
la subida imparable del precio del petr�leo en los mercados
mundiales. Ya hemos alcanzado los 60 d�lares por barril y se
habla de que la cifra llegar� hasta 100, porque el oro negro se
est� terminando tras siglo y medio de una revoluci�n industrial
que nos enga�� con el sofisma del crecimiento ilimitado, sin
explicarnos antes que para crecer hace falta energ�a y la
energ�a, como el agua o la vida, es un bien finito.
FIN, nos advierte �El Roto�
con amarga lucidez. Pero no servir� de nada, pues el PP y el
PSOE, los dos partidos pol�ticos que comparten fraternalmente la
democracia, se niegan a despertarnos de esta pesadilla. Fin.