De regreso tras un viaje al extranjero, en
el que durante una semana viv� voluntariamente incomunicado de
la actualidad espa�ola, me desayun� hace unos d�as con un par de
noticias en apariencia inconexas, pero que a m� me parecieron
las dos caras de la misma moneda. La primera se hac�a eco del
rumor de que el Gobierno del PSOE tiene planes de enviar un
refuerzo de quinientos soldados de unidades gallegas a
Afganist�n, pero decidi� esperar hasta la celebraci�n anteayer
de las elecciones auton�micas en Galicia para anunciarlo en
firme de un momento a otro, y ello por motivos electorales, con
vistas a que el candidato socialdem�crata no sufriese una
derrota segura a manos del incombustible Fraga. Hasta aqu� nada
se sale del gui�n: quien manda se guarda las malas noticias por
miedo a que los electores lo castiguen, en vez de plantearse
convertirlas en buenas. El resultado es invariablemente igual:
perdemos todos.
Si termina por ser verdad que esos
quinientos muchachos marchar�n a Afganist�n, �de qu� habr�n
servido las manifestaciones que honraron al pueblo espa�ol
contra la invasi�n de Irak y de qu� la posterior retirada de
nuestras tropas cuando la autocracia de Aznar sucumbi� en las
urnas, puesto que seguimos implicados hasta las cejas en ese
ap�ndice de la guerra imperial que es el antiguo pa�s de los
talibanes? �O es que ahora se pretende hacernos creer que lo
inaceptable en las llanuras iraqu�es es l�gico en las monta�as
afganas? La colaboraci�n militar con el Pent�gono �sea cual sea�
es una aut�ntica verg�enza, por mucho que se la disfrace de
�efectivos para mantener la paz�. �Qu� paz es �sa? No nos
enga�emos: todo militar lleva armas y las armas sirven para
matar. Zapatero y su ministro Bono deber�an dejar de tomarnos el
pelo con su esquizofr�nica ambivalencia ante Estados Unidos,
pues lo que ese pa�s est� haciendo en Afganist�n es tan sucio
como lo de Irak y tiene la misma finalidad: la dominaci�n del
mundo.
La segunda noticia era local y se refer�a
a la Comunidad Valenciana. Supe que el presidente Camps
arremeti� por en�sima vez contra el Gobierno central acus�ndolo
de irresponsable y desleal por haber derogado el trasvase del
Ebro y �exigi�ndole� �pobre iluso� que destine aqu� mil agentes
policiales y otros mil de la Guardia Civil. Lo del trasvase me
lo tomo a beneficio de inventario e incluso con sorna, porque
Camps empieza ya a parecer un abuelo Cebolleta que nos machaca a
diario con la batallita del Ebro, esta suya mucho menos gloriosa
que la librada en 1938 entre franquistas y republicanos. Qu�
penita me da el Camps, es capaz de aburrir a un florero. En
cambio, lo de esos miles de agentes de la ley y el orden que
exige no me da risa, sino escalofr�os, pues demuestra que bajo
el absolutismo de estos pol�ticos profesionales las soluciones a
cualquier conflicto siempre tienen que ver con la cachiporra.
Por eso habl� al principio de dos caras de la misma moneda. Ya
se trate de socialdem�cratas o de populares, la industria
armamentista se frota las manos, porque con ellos hay negocio
seguro.
Sue�o (es bueno so�ar en estos malos
tiempos) con un ma�ana imposible en que el dinero p�blico se
dedique a educaci�n y a sanidad, no a militares, polic�as y
guardias civiles. A la vida, no a la muerte.