El pasado
17 de noviembre disfrut� desayunando mientras le�a tres p�ginas
de EL PA�S: la primera sonrisa se me escap� al terminar la
columna de Eduardo Haro Tecglen, que ironizaba sobre Daniel
Barenboim porque el d�a anterior �ste hab�a acusado a Arafat de
�aut�crata� durante la segunda intifada, cuando todo el mundo
sabe que en realidad don Yaser �que desde luego no fue un santo,
pero qui�n lo es cuando a uno le roban la tierra y encima lo
machacan por protestar� hab�a pasado todo ese tiempo prisionero
en la Muqata de Ramala bajo las bombas del buenazo de Sharon.
Parece mentira que un tipo inteligente como Barenboim se trague
eso de que Arafat era el obst�culo para la paz. Ahora, los
sionistas tendr�n que buscarse otro chivo expiatorio. �Qu�
palestino har� a su pesar el papel de malo en esa pel�cula de
terror?
Y, ya
puestos con Sharon, entre dos tostadas con mantequilla me empap�
de la segunda noticia, que hablaba de �l. Resulta que el alcalde
de Oleiros, un pueblo de La Coru�a, lo calificaba
institucionalmente de bestia y asesino en los paneles luminosos
del municipio. No pude contenerme y, de la risa que me dio, se
me fue el pan por el mal ca�o y casi me ahogo. Vaya, me dije con
los ojos llenos de l�grimas �pero no de pena�, por fin hay un
pol�tico en Espa�a que no le tiene miedo a las palabras. El
hombre, que se llama �ngel Garc�a Seoane y responde por Gelo,
ha dedicado calles en su pueblo a Karl Marx y al Che Guevara y
la pol�tica izquierdista de su partido, Alternativa dos Veci�os,
provoca de vez en cuando alg�n incidente de los gordos. Lo de
llamarle bestia o nazi a Sharon es algo que uno escucha en bares
y tertulias de toda Europa con s�lo aguzar la oreja, y yo s� de
buena tinta qu� opinan en privado del l�der israel� los del
PSOE, pero la diplomacia es otra cosa, el arte del disimulo, y
puesto que alg�n peri�dico de Israel hab�a aprovechado de nuevo
la ocasi�n para confundir la velocidad con el tocino y tachar de
antisemita un insulto antisionista, es decir, dirigido al
primer ministro, no al jud�o, las presiones
telef�nicas a que sin duda se vio sometida la Moncloa para que
le tapasen la boca al gallego de Oleiros debieron ser de a�pa.
(Al d�a siguiente, en efecto, supimos que hab�a vencido la raz�n
de Estado y Gelo se tuvo que envainar los mensajes
municipales.)
El caf�
estaba bien rico, pero me supo todav�a mejor al ver una foto de
mi amiga Pilar Moreno en el peri�dico. Yo estaba al tanto de que
Pilar �arropada por una asociaci�n de vecinos de esas que
trabajan gratis por la causa en su tiempo libre� estaba
enfrentada desde hace a�os contra el Ayuntamiento de Valencia
por su tolerancia culpable del ruido discotequero, pero he de
confesar que nunca apost� ni un duro por el resultado final,
puesto que todas las instancias judiciales espa�olas la hab�an
hecho perder. Pues bien, la noticia estaba m�s clara que el
agua: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acababa de darle
la raz�n a Pilar en una sentencia firme. Todo en la vida tiene
un antes y un despu�s. El antes de Valencia es cuando Pilar se
fue a la guerra contra el Ayuntamiento de do�a Rita; el despu�s,
ahora que la ha ganado.
Di el
�ltimo sorbo, me limpi� los labios con la servilleta de papel y
me puse a currar. Estaba contento.