En una reciente entrevista, al referirse a
la clase pol�tica de nuestro pa�s, Javier Mar�as atribuye la
ausencia de crispaci�n social que ahora vivimos al talante
tranquilizador de Zapatero, de efectos tan ben�ficos, seg�n �l,
que todav�a no ha cre�do necesario dedicarle al presidente
ning�n art�culo period�stico. El escritor madrile�o pone as� el
dedo en la llaga de las razones, en general negativas, que
mueven a todo comentarista a la hora de elegir un tema para
divagar.
Esa realidad incuestionable conduce mi
columna de hoy al XV Congreso que acaba de celebrar el Partido
Popular y que ya ha hecho correr r�os de tinta. Por algo ser�,
digo yo. Hace a�os, cuando el franquismo se extingui� de muerte
natural y todav�a est�bamos en plena transici�n, era frecuente
escuchar que cuanto m�s aburrida fuese una democracia, mejor,
tras lo cual se pon�an como ejemplo pa�ses del estilo de
Noruega, Suecia o Dinamarca, que nunca salen en las noticias y
en donde apenas pasa nada de inter�s. M�s tarde hemos sabido que
dicha calma es aparente, s�lo que ellos zanjan sus diferencias
de manera m�s sosegada, al estilo n�rdico. Nosotros, por
contraposici�n, �ramos y seguimos siendo el ejemplo t�pico de
sociedad follonera mediterr�nea y basta con leer la prensa
diaria para percatarse. Adem�s, aqu� el abismo entre las dos
ideolog�as dominantes es tan grande que por fuerza tienen que
surgir disputas.
El XV Congreso, ya lo han dicho otros, ha
demostrado hasta qu� punto es grave la deriva derechista del
Partido Popular desde que Jos� Mar�a Aznar se quit� la m�scara
de centrismo que le hab�a servido de eslogan para alcanzar el
poder en 1996. No s�lo ha quedado claro que, seg�n �l, la
responsabilidad de los muertos de Atocha se remonta al menos a
los Reyes Cat�licos, con lo cual se escabulle por la tangente y
duerme a pierna suelta sin problemas de conciencia, sino que
encima se enorgullece del tremendo patinazo de Irak, deja con el
ala cargada de plomo a su debilitado heredero Rajoy, como
segundo de a bordo a un Acebes cada vez m�s cercano de
posiciones feudales y como portavoz a un Zaplana que cualquier
d�a deber� rendir cuentas ante el Tribunal Supremo de los
grav�simos cargos de corrupci�n que se le imputan. �Se puede
a�adir m�s? Por supuesto: la peper�a ya no s�lo se da navajazos
en Valencia, pues ahora en Madrid tambi�n se pelean Aguirre y
Ruiz Gallard�n.
A m�, contrariamente a quienes critican
tanto guirigay, me entusiasma que la derecha se enfangue en
actitudes ultramontanas o se tire los trastos a la cabeza por
obtener un sill�n, pues con independencia de que a muchos
espa�oles el PSOE les parezca un partido de socialismo
descafeinado o el triste l�mite de lo tolerable en democracia,
saben apreciar que representa una realidad mucho menos nociva
que la Espa�a rancia, autoritaria, caciquil y beata del Partido
Popular y lo han demostrado en las urnas. Por eso, y porque
pertenezco a esa mayor�a que aborrece la guerra, el seguidismo
ciego de las aventuras estadounidenses y la actitud de mat�n de
barrio adoptada por Aznar para regocijo de sus fieles, considero
que el congreso del PP fue un regalo inesperado y maravilloso,
la garant�a absoluta de que esta gente permanecer� en la
oposici�n. �Viva el XV Congreso!