Introducci�n 
                      Las justificaciones del ataque de 
                      Estados Unidos a Iraq van desde los pretextos 
                      pol�tico-militares hasta los an�lisis en torno a intereses 
                      geopol�ticos y econ�micos.
                      La explicaci�n oficial original 
                      se bas� en el supuesto, cuya falsedad se ha demostrado sin 
                      lugar a dudas, de que Sadam Hussein pose�a armas de 
                      destrucci�n masiva qu�micas, biol�gicas y otras, que 
                      representaban una amenaza para Estados Unidos, Israel y 
                      Oriente Pr�ximo. Tras la ocupaci�n militar estadounidense 
                      no se pudo encontrar ninguna de dichas armas, por lo que 
                      Washington justific� la invasi�n y la ocupaci�n con la 
                      expulsi�n de un dictador y la creaci�n de una democracia 
                      pr�spera en el mundo �rabe. La imposici�n de un gobierno 
                      t�tere de tipo colonial, apuntalado por una fuerza de 
                      ocupaci�n imperial de m�s de 200.000 soldados y una serie 
                      de batallones de la muerte irregulares que han causado la 
                      muerte de cerca de un mill�n de civiles iraqu�es, han 
                      expulsado a m�s de cuatro millones al exilio y han 
                      empobrecido al 95% de la poblaci�n, demuestra la falsedad 
                      de esta argumentaci�n. El �ltimo modelo de justificaci�n 
                      gira en torno al concepto de que la ocupaci�n 
                      estadounidense es necesaria para �impedir una guerra 
                      civil�. La mayor�a de los iraqu�es y los expertos 
                      militares consideran que la presencia del ej�rcito 
                      colonial de ocupaci�n es la causa del violento conflicto, 
                      especialmente los devastadores ataques de los militares 
                      estadounidenses a los civiles, la financiaci�n de l�deres 
                      tribales rivales y mercenarios kurdos y la contrataci�n de 
                      polic�as militares locales para reprimir a la poblaci�n. 
                      Dado que la mayor parte de los estadounidenses �por no 
                      hablar del resto de la poblaci�n mundial� no se dejan 
                      convencer por estos pretextos enga�osos, el gobierno de 
                      Washington justifica la persistencia de la guerra y la 
                      ocupaci�n por la necesidad de una victoria militar 
                      colonial que le permita mantener su estatus mundial y 
                      regional de superpotencia y garantizar as� a sus reg�menes 
                      sat�lites de Oriente Pr�ximo que Washington es capaz de 
                      defender a sus camarillas gobernantes y a su aliado 
                      hegem�nico, Israel. La Casa Blanca de George Bush y los 
                      l�deres pro israel�es del Congreso aseguran que una 
                      victoria en Iraq potenciar� una imagen de Washington como 
                      un exitoso gobierno antiterrorista �anti insurgente� 
                      global. Estas justificaciones, a posteriori, han perdido 
                      su verosimilitud a medida que la guerra contin�a y la 
                      resistencia crece en Iraq, Afganist�n, Palestina, L�bano, 
                      Somalia, Tailandia, Filipinas, Pakist�n, etc�tera. Cuanto 
                      m�s dure la guerra, mayores ser�n el coste econ�mico y la 
                      desmoralizaci�n y agotamiento del personal militar y se 
                      har� m�s dif�cil la tarea de mantener la capacidad de 
                      intervenci�n defensora del imperio. 
                      Si las justificaciones oficiales, 
                      pol�ticas y militares de las guerras coloniales 
                      estadounidenses en Iraq y Afganist�n suenan huecas y poco 
                      convincentes, �qu� decir de las otras justificaciones de 
                      la guerra que manejan en primer lugar, aunque no s�lo, los 
                      cr�ticos del gobierno de Bush? 
                      El principal elemento que 
                      proponen los deterministas econ�micos de la guerra lo 
                      constituye el petr�leo y lo que denominan la �guerra por 
                      el petr�leo� (1). En torno a este punto se presentan 
                      algunas variantes: la primera y m�s popular es la de que 
                      las grandes corporaciones estadounidenses del petr�leo 
                      estaban detr�s de la guerra y que George Bush y Dick 
                      Cheney recibieron presiones de �las Grandes del Petr�leo� 
                      �Big Oil (2)� para que lanzaran el ataque con el 
                      fin de que las empresas estadounidenses pudieran 
                      apoderarse de los campos petrol�feros iraqu�es de 
                      propiedad estatal y sus refiner�as. Una segunda variante 
                      afirma que la Casa Blanca no sufri� las presiones de las 
                      Grandes del Petr�leo, sino que actu� en beneficio de �stas 
                      por un acto reflejo. Seg�n esta idea se explicar�a la 
                      llamativa ausencia de los portavoces de las 
                      transnacionales petroleras de los medios de comunicaci�n y 
                      del Congreso en los proleg�menos de la guerra. 
                      Una tercera versi�n sostiene que 
                      Estados Unidos fue a la guerra para hacerse con el 
                      petr�leo necesario para su seguridad nacional, amenazada 
                      por Sadam Hussein. Esta explicaci�n cita el peligro de que 
                      �ste cerrase el estrecho de Ormuz, invadiese los estados 
                      del Golfo, provocase revueltas en Arabia Saud�, o redujese 
                      el flujo de petr�leo de Oriente Pr�ximo hacia EEUU y sus 
                      aliados. En otras palabras, la geopol�tica de Oriente 
                      Pr�ximo establec�a que un gobierno no sat�lite constitu�a 
                      una amenaza para el acceso de Estados Unidos, Europa y 
                      Jap�n al petr�leo. Aparentemente �ste es el �ltimo 
                      argumento que sostiene Alan Greenspan, quien antes 
                      defendi� la tesis propagand�stica de las armas de 
                      destrucci�n masiva. 
                      Los principales defensores de la 
                      teor�a de la guerra por el petr�leo fracasan a la hora de 
                      aportar el soporte emp�rico de su teor�a: en efecto, las 
                      transnacionales del petr�leo no dieron un apoyo activo a 
                      la guerra ni mediante la propaganda, ni presionando en el 
                      Congreso ni por ning�n otro veh�culo pol�tico. En segundo 
                      lugar, los que proponen la teor�a de la guerra por el 
                      petr�leo no consiguen explicar las tentativas de las 
                      principales empresas petroleras de establecer v�nculos 
                      econ�micos con Iraq antes de la invasi�n, as� como tampoco 
                      explican que dichas empresas estaban, de hecho, operando 
                      clandestinamente por medio de terceros en la 
                      comercializaci�n del crudo iraqu�. En tercer lugar, todas 
                      las grandes empresas petroleras que operan en Oriente 
                      Pr�ximo ten�an como preocupaci�n principal la estabilidad 
                      pol�tica, la liberalizaci�n de las pol�ticas econ�micas de 
                      la regi�n y la apertura de los servicios petroleros a los 
                      inversores extranjeros. La estrategia de las Grandes del 
                      Petr�leo consist�a en hacer progresar sus intereses 
                      globales dentro del proceso efectivo de liberalizaci�n en 
                      Oriente Pr�ximo y en conquistar nuevos mercados y recursos 
                      petroleros por medio de su formidable fuerza de mercado, 
                      que consiste en inversiones y tecnolog�a. 
                      El estallido de la invasi�n 
                      estadounidense de Iraq se contempl� con profundas reservas 
                      y preocupaci�n, en la medida en que una acci�n militar as� 
                      pod�a desestabilizar la regi�n, fomentar la hostilidad 
                      hacia sus intereses en todo el Golfo P�rsico y frenar el 
                      proceso de liberalizaci�n. Ni uno solo de los altos 
                      ejecutivos de la industria del petr�leo consider� en su 
                      momento que la invasi�n estadounidense fuese una medida 
                      positiva para la seguridad nacional. Todos ellos 
                      comprend�an que Sadam Hussein, despu�s de diez a�os de 
                      sanciones econ�micas y militares y frecuentes bombardeos 
                      de sus instalaciones militares e infraestructuras durante 
                      la presidencia de Bill Clinton, no estaba en situaci�n de 
                      lanzar agresiones contra empresas petroleras o estados del 
                      Golfo P�rsico. Adem�s las empresas petroleras ten�an unas 
                      perspectivas reales y efectivas de firmar lucrativos 
                      contratos de comercializaci�n y servicios petroleros con 
                      el gobierno de Sadam Hussein poco antes de la guerra. Fue 
                      el gobierno de Estados Unidos, presionado por la 
                      Zionist Power Configuration (Configuraci�n del Poder 
                      Sionista - ZPC) (3) quien impuls� la legislaci�n que 
                      bloque�, por medio de sanciones, los intentos de las 
                      Grandes del Petr�leo de conseguir dichos acuerdos 
                      econ�micos con Iraq. 
                      El argumento de que las grandes 
                      corporaciones petroleras promovieron la guerra en 
                      beneficio propio no se sostiene en bases emp�ricas. Como 
                      corolario de todo ello, estas grandes corporaciones no se 
                      han podido beneficiar de la ocupaci�n estadounidense 
                      debido a la intensificaci�n del conflicto, los continuos 
                      sabotajes, la previsible resistencia de los trabajadores 
                      iraqu�es del petr�leo a la privatizaci�n, la inseguridad e 
                      inestabilidad generales y la hostilidad del pueblo iraqu�.
                      
                      La izquierda estadounidense 
                      agarr� al vuelo la declaraci�n de Alan Greenspan de que la 
                      guerra de Iraq ten�a que ver con el petr�leo como una 
                      especie de confirmaci�n, pero sin ning�n tipo de pruebas. 
                      No obstante los hechos de cada d�a, desde el comienzo de 
                      la guerra hace ya cinco a�os, demuestran que las Grandes 
                      del Petr�leo no s�lo no promocionaron la invasi�n, sino 
                      que no han llegado a poner en seguridad ni uno solo de los 
                      campos petrol�feros a pesar de la presencia de 160.000 
                      soldados estadounidenses, 30.000 mercenarios pagados por 
                      el Pent�gono y el Departamento de Estado y un gobierno 
                      sat�lite corrupto. El 19 de septiembre de 2007 el 
                      Financial Times de Londres public� un art�culo sobre 
                      la llamativa ausencia de las Grandes del Petr�leo en Iraq 
                      (4). Seg�n ese art�culo s�lo un pu�ado de peque�as 
                      empresas mantiene contratos en Iraq septentrional (Kurdist�n), 
                      que dispone del 3% de las reservas de todo Iraq. Asimismo, 
                      afirma que Big Oil no inici� la guerra de Iraq ni 
                      se ha beneficiado de ella. La raz�n por la que no apoy� la 
                      guerra ser�a la misma por la que no ha invertido tras la 
                      ocupaci�n: �El nivel de violencia sigue siendo 
                      inaceptablemente alto (...) y las perspectivas de acuerdo 
                      parecen disiparse a medida que crece la tensi�n entre las 
                      partes�. La peor pesadilla de estas Grandes del Petr�leo 
                      �una guerra inducida por los sionistas�� se ha visto 
                      confirmada. Mientras que las negociaciones de las Grandes 
                      y los acuerdos con terceros en el Iraq anterior a la 
                      guerra proporcionaban un flujo estable y consistente de 
                      crudo e ingresos, la guerra no s�lo ha reducido a cero 
                      dichos ingresos, sino que adem�s ha eliminado cualquier 
                      opci�n para el pr�ximo decenio. 
                      Pese a la guerra, la 
                      liberalizaci�n en el resto de la regi�n ha proseguido y 
                      los intereses petroleros y financieros estadounidenses han 
                      progresado a pesar de los nuevos obst�culos y la creciente 
                      hostilidad derivados de la masacre de musulmanes 
                      propiciada por EEUU. 
                      En lo tocante a la definici�n de 
                      la pol�tica de guerra en Oriente Pr�ximo ni Big Oil, 
                      ni los multimillonarios texanos, ni siquiera los grandes 
                      contribuyentes a las campa�as pol�ticas de la familia Bush 
                      han llegado a inquietar a la ZPC. Les falt� el poder, 
                      interno y externo; la disciplinada organizaci�n de base de 
                      las organizaciones jud�as a la hora de derrotar la 
                      propaganda belicista sionista y su influencia en el 
                      Congreso; su posici�n en las instancias ejecutivas 
                      estrat�gicas y su ej�rcito de escribas acad�micos de 
                      Harvard, Yale y Johns Hopkins, que han llenado de 
                      propaganda belicista los medios de comunicaci�n 
                      estadounidenses. . 
                      Lo m�s llamativo de los 
                      documentos program�ticos y los art�culos de opini�n del 
                      Daily Alert (5) es el riguroso alineamiento con las 
                      posturas belicistas oficiales de Israel. Tanto si se trata 
                      de la matanza de ni�os en Yenin, el bombardeo de centros 
                      urbanos de L�bano o el bombardeo artillero de una familia 
                      �rabe cuando celebraba una merienda en la playa de Gaza, 
                      el Daily Alert siempre se hace eco de la versi�n 
                      oficial israel� y sus clamorosas mentiras sobre escudos 
                      humanos, accidentes, pistoleros escondidos entre los ni�os 
                      o atrocidades autoinfligidas. Nunca, en todo el periodo 
                      analizado, aparece un solo art�culo cr�tico que cuestione 
                      el desplazamiento masivo por parte de Israel de cientos de 
                      miles de palestinos. No hay crimen contra la humanidad 
                      suficientemente atroz a los ojos de los presidentes de las 
                      organizaciones jud�as estadounidenses que merezca su 
                      rechazo. Es una obediencia sumisa a la pol�tica oficial 
                      israel�, que indica que la ZPC es algo m�s que un simple 
                      lobby, como afirman sus propios apologistas de izquierda, 
                      incluyendo a Stephen Walt y John Mearsheimer. Es una 
                      estructura mucho m�s siniestra, en tanto que correa de 
                      transmisi�n de pol�ticas e intereses de una potencia 
                      colonial ciegamente dispuesta a dominar Oriente Pr�ximo y 
                      que adem�s es la amenaza m�s seria para nuestras 
                      libertades democr�ticas: ninguna persona que se atreva a 
                      criticarla puede escapar del largo brazo de los 
                      autoritarios pro israel�es. Los libreros tienen que hacer 
                      frente a piquetes, los jefes de redacci�n reciben 
                      intimidaciones, amenaza a las prensas y los distribuidores 
                      universitarios, los rectores de las universidades son 
                      objeto de chantajes, los candidatos locales y nacionales 
                      son v�ctimas de injurias y difamaciones, se cancelan actos 
                      y se presiona a los responsables de los locales que los 
                      acogen, a los acad�micos se les niega la promoci�n o se 
                      les despide, se hacen listas negras de empresas, los 
                      fondos de pensiones sindicales sufren ataques hostiles, se 
                      anulan representaciones teatrales y conciertos, etc�tera. 
                      La lista de actos de represi�n que realizan estas 
                      organizaciones sionistas autoritarias a escala nacional y 
                      local es m�s larga y genera miedo en algunos, enfado en 
                      muchos m�s y un violento resentimiento y una 
                      concienciaci�n creciente en la mayor�a silenciosa. 
                      
                      La segunda versi�n geopol�tica de 
                      la guerra por el petr�leo se centra en aspectos relativos 
                      a la seguridad nacional. Tras la primera Guerra del Golfo 
                      en 1991 y despu�s de once a�os de sanciones econ�micas y 
                      desarme militar, Iraq era un pa�s empobrecido y d�bil, 
                      parcialmente desmembrado por la existencia de un enclave 
                      kurdo en el norte que gozaba del apoyo de EEUU, y v�ctima 
                      de constantes bombardeos estadounidenses a cargo de 
                      aviones que sobrevolaban el pa�s. Iraq sufri� varios 
                      bombardeos graves durante los a�os del gobierno de Bill 
                      Clinton y m�s de un mill�n de sus ciudadanos, entre ellos 
                      unos 500.000 ni�os, murieron prematuramente de 
                      enfermedades relacionadas con el bloqueo de la entrada de 
                      alimentos y asistencia m�dica b�sica impuesto por Estados 
                      Unidos, y la imposibilidad de reparar los sistemas de 
                      tratamiento de agua destruidos. 
                      Antes de la invasi�n de 2003 Iraq 
                      no pod�a ni siquiera mantener el control de sus costas, su 
                      espacio a�reo y un tercio de su territorio. Como se 
                      demostr� en la invasi�n estadounidense, el ej�rcito de 
                      Sadam Hussein no dispon�a ni de la m�s b�sica capacidad de 
                      defensa para una guerra convencional ni de ning�n avi�n de 
                      combate que pudiese suponer una amenaza para los estados 
                      sat�lite de EEUU en su vecindad o para el estrecho de 
                      Ormuz. La fuerte resistencia a las tropas estadounidenses 
                      vino despu�s en forma de fuerzas irregulares que adoptaron 
                      t�cticas de guerrilla al margen de cualquier unidad 
                      organizada creada por el r�gimen baazista. En otras 
                      palabras, por mucho que estiremos el concepto de 
                      �seguridad nacional� hasta incluir las bases militares 
                      estadounidenses, las instalaciones petroleras, los 
                      gobiernos sat�lites y las v�as mar�timas de Oriente 
                      Pr�ximo, Sadam Hussein no constitu�a, claramente, ninguna 
                      amenaza. Si, no obstante, el concepto de seguridad 
                      nacional se define de nuevo como el medio para conseguir 
                      la eliminaci�n f�sica de cualquier oponente potencial a la 
                      dominaci�n de EEUU e Israel en la regi�n, entonces Sadam 
                      Hussein podr�a considerarse una amenaza a la seguridad 
                      nacional. Pero entonces el debate sobre la explicaci�n de 
                      la guerra de EEUU contra Iraq se sit�a en otro terreno, el 
                      del debate sobre las fuerzas pol�ticas que manipularon el 
                      asunto de las armas de destrucci�n masiva y la propaganda 
                      de la guerra por el petr�leo con el fin de justificar una 
                      guerra por la hegemon�a de Estados Unidos e Israel en 
                      Oriente Pr�ximo. Incluso es m�s importante hoy d�a aclarar 
                      la responsabilidad de la invasi�n y ocupaci�n de Iraq ante 
                      el aluvi�n propagand�stico que nos est� empujando a una 
                      guerra contra Ir�n. 
                      Del enga�o de la guerra 
                      contra Iraq a la propaganda de la guerra contra Ir�n
                      
                      La ZPC despliega su propaganda 
                      belicista para que se ataque a Ir�n e induce al Congreso 
                      dem�crata y a los candidatos a la presidencia, as� como a 
                      la Casa Blanca republicana, a �poner sobre la mesa la 
                      opci�n militar�. En paralelo a esta propaganda abierta a 
                      favor de la guerra, algunos progresistas cr�ticos de la 
                      guerra contra Iraq han publicado art�culos en los que 
                      defienden que Israel �realmente se opon�a a la guerra de 
                      Iraq�. Articulistas tan diversos como Gareth Porter; el ex 
                      analista de la CIA Ray McGovern; el coronel Wilkerson, 
                      ayudante de Colin Powell y el ziocon �conservador 
                      ultrasionista- Michael Ledeen, entre otros, aseguran que 
                      Israel se opuso a la guerra porque deseaba que EEUU 
                      atacase Ir�n. Otros afirman ahora que Israel hab�a 
                      prevenido a EEUU de que la invasi�n de Iraq tendr�a graves 
                      consecuencias para Oriente Pr�ximo, desequilibrando la 
                      balanza a favor de Ir�n. Los que exculpan a Israel se�alan 
                      a otros culpables: Bush-Cheney-Rumsfeld o los neocons 
                      estadounidenses (m�s conocidos como ziocons ) que, 
                      insisten, han actuado sin tener en cuenta a Israel o al 
                      margen de las prioridades de este pa�s en la regi�n.
                      
                      Hay otra opini�n alternativa que 
                      afirma que Israel promovi� el ataque de EEUU a Iraq y 
                      utiliz� todos sus medios, a trav�s de sus seguidores pro 
                      israel�es, para dise�ar, promover y planificar la guerra. 
                      Este punto de vista alternativo mantiene que en ning�n 
                      momento actuaron los ziocons en contra de los 
                      intereses estatales israel�es. De hecho, altos 
                      funcionarios israel�es trabajaron d�a a d�a en 
                      colaboraci�n con sus agentes en el Gobierno de Washington, 
                      en particular en la Oficina de Planes Especiales del 
                      Pent�gono, a fin de proporcionar desinformaci�n que 
                      justificase el ataque militar. Si, como vamos a mostrar 
                      aqu�, Israel utiliz� todos sus medios para que Estados 
                      Unidos atacase a Iraq y se halla detr�s de la actual 
                      campa�a de desinformaci�n destinada a provocar una guerra 
                      de EEUU contra Ir�n, entonces las fuerzas que se oponen a 
                      la guerra y la opini�n p�blica estadounidense tienen que 
                      hacer frente abiertamente al �factor israel��. 
                      Intentaremos establecer que la 
                      exoneraci�n de Israel es principalmente un intento de 
                      desviar la hostilidad p�blica estadounidense del grupo 
                      Israel First �Primero, Israel�, que nos meti� en esta 
                      sangrienta y costosa guerra sin fin. La exoneraci�n de la 
                      responsabilidad israel� en la invasi�n de Iraq permite al 
                      estado jud�o y a sus agentes en Estados Unidos quedar 
                      libres de culpa por la degradaci�n de las fuerzas 
                      estadounidenses en Iraq, a la vez que les da carta blanca 
                      moral para lanzar un nuevo y sangriento ataque contra 
                      Ir�n. En vez de mostrar c�mo Israel nos inocula una doble 
                      dosis de su incurable enfermedad colonial, la exoneraci�n 
                      permite a este pa�s y sus agentes seguir el mismo patr�n 
                      de manipulaci�n y duplicidad utilizado para la invasi�n de 
                      Iraq y llevarnos a la guerra contra Ir�n. La Casa Blanca y 
                      el Congreso dem�crata, haci�ndose eco de las afirmaciones 
                      israel�es, utilizan amenazas desproporcionadas de ataque 
                      nuclear, satanizan a los l�deres de Ir�n, financian la 
                      guerra de baja intensidad mediante la creaci�n y 
                      subvenci�n de violentos grupos sat�lites formados por 
                      exilados iran�es y esgrimen sanciones econ�micas y 
                      maniobras diplom�ticas �fallidas�, todo con el fin de 
                      conducirnos a una nueva guerra. Aprovechando la 
                      exoneraci�n que le ofrecen los liberales de orientaci�n 
                      sionista por la invasi�n de Iraq, la ZPC, a trav�s de 
                      portavoces tan leales como el senador Joseph Lieberman, 
                      culpan a los iran�es de la muerte de soldados 
                      estadounidenses en Iraq. As� pues, seg�n esta 
                      argumentaci�n, no son los funcionarios sionistas 
                      favorables a la guerra dentro de nuestro gobierno y fuera 
                      de �l los que env�an a los j�venes soldados 
                      estadounidenses a la muerte en Iraq, a petici�n del estado 
                      israel�, ni es a ellos a quienes el p�blico de Estados 
                      Unidos deber�a dirigir su furia, sino m�s bien a los 
                      iran�es, a los que acusan de armar y entrenar a los 
                      combatientes de la resistencia iraqu�. Al dejar a Israel 
                      fuera del debate y meter a Ir�n en el mismo, se fomentan 
                      los intereses de Israel a la vez que se incita a los 
                      estadounidenses a una nueva aventura militar contra un 
                      pa�s como Ir�n, mucho mayor y mejor armado. 
                      Los que exoneran a Israel no 
                      tienen antecedentes pol�ticos u objetivos homog�neos. 
                      Algunos progresistas, temerosos de atraer sobre s� las 
                      iras de los poderosos sionistas, pretenden encubrir a los 
                      operadores del lobby israel� en Estados Unidos, como modo 
                      de conseguir la simpat�a de los congresistas dem�cratas 
                      pro israel�es y el apoyo financiero de progresistas jud�os 
                      ricos opuestos a la guerra de Iraq. El presidente del 
                      Partido Dem�crata Howard Dean, siguiendo el nuevo gui�n 
                      israel�, declar� durante una visita a Tel Aviv en 2006 que 
                      Estados Unidos hab�a invadido el pa�s equivocado. 
                      
                      El precio de la estrategia de 
                      exoneraci�n de Israel supone hacer la vista gorda sobre el 
                      poderoso papel que el lobby israel� est� desarrollando 
                      para meternos en una nueva guerra contra Ir�n, como parte 
                      de una secuencia de invasiones promovida por los 
                      estrategas israel�es. Estas arteras estratagemas est�n 
                      teniendo resultados nefastos. La aceptaci�n de los 
                      prejuicios de los liberales pro israel�es del Partido 
                      Dem�crata ha conducido a la actual ausencia de cualquier 
                      tipo de movimiento significativo contra la guerra, contra 
                      la propaganda sionista y contra la propaganda belicista 
                      anti Ir�n. 
                      No cabe duda de que algunos 
                      sionistas progresistas contrarios a la guerra est�n 
                      intentando distanciarse de los responsables ziocon-israel�es 
                      y de las pol�ticas que promovieron la invasi�n de Iraq. 
                      Pero esto no significa ninguna oposici�n a otra nueva y 
                      m�s peligrosa aventura militar. Al contrario, los 
                      sionistas progresistas critican la desacreditada pol�tica 
                      de Bush-Cheney en Iraq en favor de una pol�tica nueva y 
                      m�s agresiva contra Ir�n. Al exonerar a Israel y sus 
                      correas de transmisi�n de las organizaciones jud�as y 
                      fundamentalistas cristianas a escala local y nacional, los 
                      liberales no han conseguido aliados en favor de la paz. En 
                      cambio, han dado nueva vida a la poderosa influencia de 
                      Israel y su aparato dentro de EEUU, que cada vez era m�s 
                      rechazada por la opini�n p�blica estadounidense y por 
                      algunos elementos del establishment militar 
                      estadounidense. Al descargar la culpa de la debacle de 
                      Iraq exclusivamente sobre las espaldas de Bush, Cheney y 
                      sus aliados de las Grandes del Petr�leo y dejar de lado el 
                      papel de Israel, la ZPC y sus ac�litos dem�cratas del 
                      Congreso, los exoneradores liberales est�n abriendo el 
                      camino para un nuevo ciclo de guerra en Oriente Pr�ximo. 
                      Si queremos prevenir un futuro ataque estadounidense 
                      contra Ir�n, orquestado por sionistas e israel�es, debemos 
                      tener perfectamente claro qui�n maniobr� para llevar a 
                      Estados Unidos a atacar Iraq. 
                      Israel, la ZPC y la 
                      preparaci�n de la invasi�n de Iraq 
                      Como demuestra el an�lisis, las 
                      pol�ticas del estado israel� y las de las principales 
                      organizaciones sionistas de Estados Unidos son, con raras 
                      excepciones, pr�cticamente id�nticas. La preparaci�n de la 
                      guerra de Estados Unidos contra Iraq es un ejemplo 
                      evidente. A partir de los �ltimos a�os de la d�cada de 
                      1980 y a lo largo de la primera Guerra del Golfo, las 
                      sanciones del gobierno de Clinton, los bombardeos 
                      cotidianos y la escisi�n territorial del Kurdist�n iraqu� 
                      del resto del pa�s, hasta la invasi�n de Iraq en 2003, el 
                      gobierno israel� presion� a los miembros del Congreso de 
                      Estados Unidos y a los principales responsables de las 
                      pol�ticas de este pa�s para que adoptasen pol�ticas de 
                      guerra contra los �enemigos� de Israel. La pol�tica 
                      estatal israel�, que instaba a EEUU a una mayor 
                      degradaci�n de Iraq, se transmit�a por medio de las 
                      grandes organizaciones sionistas y los altos funcionarios 
                      sionistas principales de los gobiernos de Bill Clinton y, 
                      m�s tarde, de George Bush. Dennis Ross, Martin Indyk, 
                      Madeleine Albright, Richard Holbrook, Sandy Berger, 
                      William Cohen y otros eran los principales art�fices de 
                      las pol�ticas de nuestro gobierno relativas a Oriente 
                      Pr�ximo y planearon y aplicaron sanciones, bombardeos y el 
                      desmembramiento territorial de Iraq. Al finalizar sus 
                      mandatos en puestos gubernativos, los principales 
                      sionistas de Bill Clinton pasaron a trabajar para los 
                      think tanks pro israel�es de Washington. Tras los 
                      ataques del 11 de septiembre de 2001, los principales 
                      ziocons del gobierno de Bush (Ari Fleischer, Paul 
                      Wolfowitz, David Frum, Richard Perle, Douglas Feith, 
                      Eliott Abrams, Irving Scooter Libby, David Wurmser 
                      y otros) y algunos se�alados sionistas del Congreso, como 
                      el senador Joseph Lieberman, instaron a un ataque contra 
                      Iraq, como parte de una serie de guerras secuenciales que 
                      incluir�an a Siria e Ir�n. Sus voces eran ecos de las 
                      pol�ticas del estado de Israel y especialmente de las del 
                      primer ministro, Ariel Sharon.
                      Los funcionarios del estado de 
                      Israel no expresaron en ning�n momento reserva o 
                      diferencia alguna con las belicosas iniciativas de sus 
                      agentes colocados en el seno del gobierno de Bush, o con 
                      su servil lobby, el AIPAC (6), ni con los editorialistas 
                      favorables a Israel de los principales peri�dicos y medios 
                      de radiodifusi�n. Los ide�logos sionistas prevalecieron en 
                      todas partes, llegando a rega�ar a los funcionarios del 
                      gobierno de Estados Unidos por su t�mida actitud. Israel, 
                      consecuente con sus pol�ticas desde finales de la d�cada 
                      de 1980, instaba al gobierno a una invasi�n y ocupaci�n de 
                      Iraq en todas sus reuniones de alto nivel con Donald 
                      Rumsfeld, Colin Powell, Condoleezza Rice y George Bush. 
                      Los medios de comunicaci�n israel�es, con raras 
                      excepciones, satanizaban a Sadam, inflaban su supuesta 
                      amenaza sobre todo Oriente Pr�ximo y la seguridad de 
                      Israel, vinculaban los bombardeos suicidas palestinos con 
                      el apoyo iraqu� a las aspiraciones nacionales del pueblo 
                      de Palestina y hac�an todo lo posible para que sus amigos 
                      fundamentalistas cristianos de Estados Unidos se sumasen a 
                      sus exigencias de la invasi�n de Iraq. 
                      Un an�lisis de las relaciones 
                      entre el estado de Israel y los funcionarios sionistas 
                      colocados en los niveles m�s altos del gobierno de Bush 
                      pone de relieve en primer lugar y de manera destacada que 
                      Tel Aviv cre� las pol�ticas estrat�gicas de eliminaci�n de 
                      los gobiernos de Oriente Pr�ximo opuestos a su limpieza 
                      �tnica de los territorios ocupados y opuestos tambi�n a la 
                      ilimitada expansi�n de los asentamientos coloniales en la 
                      Palestina ocupada, as� como a la consolidaci�n de la 
                      hegemon�a de Israel en todo Oriente Pr�ximo. La elite 
                      sionista del gobierno de Bush invent� el pretexto y la 
                      propaganda para la guerra, y, m�s importante, el exitoso 
                      dise�o y ejecuci�n de la invasi�n de Iraq. Esta �divisi�n 
                      del trabajo� incluy� a los ziocon del Ejecutivo 
                      respaldados por los presidentes de las organizaciones 
                      jud�as estadounidenses (incluida la AIPAC) y las 
                      federaciones regionales estatales y locales de 
                      organizaciones jud�as mediante su influencia en el 
                      Congreso. 
                      El testimonio de una ex analista 
                      del Pent�gono, la teniente coronel del ej�rcito del aire 
                      estadounidense Karen Kwiatkowski, hoy retirada, confirma 
                      que durante todo el per�odo anterior a la guerra de Iraq, 
                      oficiales militares, funcionarios de inteligencia y otros 
                      funcionarios de alto nivel israel�es ten�an acceso diario 
                      a los funcionarios sionistas del Pent�gono, como por 
                      ejemplo el subsecretario de Defensa, Douglas Feith. Las 
                      consultas frecuentes, la coordinaci�n en asuntos de 
                      inteligencia y la planificaci�n conjunta entre los 
                      principales ziocon del Pent�gono y los operadores 
                      militares israel�es de m�s alto nivel en Estados Unidos, 
                      indican que hab�a un riguroso acuerdo para dirigir a EEUU 
                      hacia la invasi�n de Iraq. Hab�a un acuerdo entre Israel y 
                      los ziocon, como qued� confirmado inmediatamente 
                      despu�s de la exitosa ocupaci�n inicial de Iraq como la 
                      primera de una serie de invasiones en Oriente Pr�ximo que 
                      ser�an los ataques a Ir�n y Siria. En esos momentos 
                      circulaba el siguiente chiste israel�: �Cualquiera puede 
                      tomar Bagdad, los hombres de verdad van a por Teher�n�. En 
                      noviembre de 2002 Ariel Sharon, en una entrevista en el 
                      The Times de Londres pidi� el bombardeo de Ir�n �al 
                      d�a siguiente de la invasi�n de Iraq por Estados Unidos�.
                      
                      El plan ziocon-israel� de 
                      llevar a cabo guerras secuenciales qued� firme y 
                      expl�citamente establecido en el documento de pol�tica 
                      Project for a New American Century (Proyecto para un 
                      nuevo siglo americano), una especie de Mein Kampf 
                      israelo-estadounidense para la dominaci�n del mundo, seg�n 
                      el cual Israel se beneficiar�a del poder y el tesoro 
                      militar estadounidense. La mayor parte de los 
                      planificadores y ejecutores ziocon de la pol�tica 
                      de guerra estadounidense para Oriente Pr�ximo figuraban 
                      como autores o patrocinadores del citado documento, y 
                      muchos de ellos contribuyeron tambi�n a un documento de 
                      pol�tica del l�der del Likud, Benjamin Netanyahu, 
                      en el que se ped�a expl�citamente la divisi�n de Iraq en 
                      una serie de enclaves �tnicos f�cilmente dirigibles.
                      
                      La desinformaci�n elaborada por 
                      los servicios secretos de Israel sobre la amenaza de Sadam 
                      Hussein para la regi�n fue maquillada y adaptada a las 
                      necesidades propagand�sticas de la Casa Blanca. Mientras 
                      que la propaganda israel� insist�a en presentar a Sadam 
                      Hussein como un moderno Hitler, el jefe de la propaganda 
                      sionista y autor de los discursos de George Bush, David 
                      Frum, repet�a el mismo tema en el infame discurso sobre el 
                      Eje del Mal, en el que Bush declar� ante el mundo su 
                      intenci�n de atacar preventivamente a otras naciones. 
                      Teniendo en cuenta la propaganda belicista del gobierno de 
                      Israel, se comprende que la opini�n p�blica israel� 
                      estuviera mayoritariamente a favor de la guerra del mismo 
                      modo que lo estaban los l�deres de las principales 
                      organizaciones jud�as estadounidenses, aunque no la 
                      mayor�a de los jud�os estadounidenses, especialmente los 
                      j�venes y los que no eran miembros de ninguna de las 
                      organizaciones sionistas de primera l�nea, como Israel 
                      First. 
                      Los asesores israel�es y los 
                      ziocon del gobierno de Estados Unidos tuvieron una 
                      gran influencia en el desmantelamiento de todas las 
                      estructuras administrativas civiles y militares de Iraq, 
                      en lo que calificaron de campa�a de desbaatificaci�n, 
                      con el fin de debilitar de manera decisiva cualquier 
                      intento de reconstrucci�n de Iraq como estado laico 
                      moderno que pudiera oponerse a la hegemon�a regional 
                      israel�. La pol�tica israel� desarrollada por los 
                      ziocon consist�a en fragmentar el estado iraqu� y su 
                      sociedad en entidades religiosas premodernas dirigidas por 
                      exilados iraqu�es pro israel�es (como, por ejemplo, Ahmed 
                      Chalabi, que ten�a negocios con Douglas Feith), incapaces 
                      de llegar a cuestionarse las pol�ticas de Israel en 
                      Oriente Pr�ximo. 
                      La pol�tica israel� y ziocon 
                      ha tenido hasta ahora �xito en la medida en que ha 
                      conseguido la destrucci�n del estado iraqu�, pero en 
                      cambio ha fracasado en su intento de conseguir una r�pida 
                      victoria como paso previo a una segunda fase de invasi�n 
                      de Ir�n, debido a la masiva resistencia armada de los 
                      iraqu�es. En su ciego racismo contra los �rabes, los altos 
                      cargos israel�es y sus agentes estadounidenses descartaron 
                      cualquier posibilidad de que los iraqu�es organizasen una 
                      guerra popular contra la destrucci�n de su pa�s. A medida 
                      que la resistencia iraqu� ha ido tomando fuerza y las 
                      p�rdidas econ�micas y militares estadounidenses se han 
                      multiplicado, la opini�n p�blica de Estados Unidos se ha 
                      vuelto contra la guerra y ha comenzado a preguntarse qui�n 
                      ha sido el responsable de esa debacle militar. Ante esta 
                      pregunta, potencialmente peligrosa, la propaganda sionista 
                      ha cambiado el paso a fin de cubrir sus huellas. Los 
                      principales funcionarios sionistas que organizaron la 
                      guerra desaparecieron r�pidamente de escena, empezando por 
                      los perpetradores m�s conocidos: Paul Wolfowitz, Douglas 
                      Feith y Shumsky en el Pent�gono y David Frum y Ari 
                      Fleischer en la Casa Blanca. Los partidarios de la l�nea 
                      dura en el Departamento de Estado, que ten�an un perfil 
                      menos visible, siguieron durante un tiempo m�s: Elliot 
                      Abrams, Scooter Libby o David Wurmser. De �stos, Libby 
                      tuvo que comparecer m�s tarde ante un tribunal penal por 
                      su papel en el descubrimiento de la identidad de una 
                      agente de la CIA, esposa del embajador Joseph Wilson, en 
                      represalia por la demostraci�n de �ste de la manipulaci�n 
                      de algunas de las �pruebas� que condujeron a la guerra.
                      
                      Guerra con Ir�n: la 
                      prioridad para la ZPC (y para Israel) 
                      La campa�a de Israel para 
                      destruir Ir�n ya ha originado dos acciones de guerra: en 
                      junio de 2006, Israel atac� a L�bano persiguiendo, sin 
                      �xito, destruir la organizaci�n pol�tico militar chi� 
                      Hezbol�, aliada de Ir�n. Poco m�s de medio a�o m�s tarde 
                      (6 de septiembre de 2007), Israel emprendi� un acto a�n 
                      m�s provocador, una misi�n de bombardeo sobre territorio 
                      sirio sin que mediara provocaci�n, destruyendo una 
                      instalaci�n militar. Al tener Siria e Ir�n un pacto de 
                      defensa mutua, la acci�n israel� se dise�� para poner a 
                      prueba la capacidad de esos pa�ses para responder a un 
                      ataque militar imprevisto. 
                      El arma de propaganda de los 
                      servicios de inteligencia israel�es prepar� una noticia de 
                      desinformaci�n comparable a la anterior mentira de las 
                      armas de destrucci�n masiva: proclamaron que hab�an 
                      bombardeado un emplazamiento nuclear que Corea del Norte 
                      estaba construyendo y dotando de material nuclear. La 
                      desinformaci�n israel� se reprodujo inmediatamente, 
                      palabra por palabra, en los principales peri�dicos 
                      estadounidenses: Los Angeles Times, Washington 
                      Post, Wall Street Journal y New York Times, 
                      as� como en todas las cadenas importantes de televisi�n. 
                      Los expertos en propaganda pro Israel justificaron el 
                      ataque y a su vez tambi�n fueron citados en el 
                      Washington Post (20 de septiembre de 2007). El Post 
                      cit� a Bruce Riedel, en otros tiempos �experto� en 
                      inteligencia en el pro israel� Saban Center for 
                      Middle East Policy (integrado en el ahora 
                      desacreditado Instituto Brookings): �No hay duda de que 
                      fue una incursi�n seria. Era un objetivo extremadamente 
                      importante. Se produjo en un momento en que los israel�es 
                      estaban muy preocupados por la guerra con Siria y quer�an 
                      calmar las perspectivas de guerra (sic). La decisi�n se 
                      tom� a pesar de esas preocupaciones (sic). La decisi�n 
                      refleja cu�n importante era ese objetivo para los 
                      planificadores militares israel�es�. Es decir, que como 
                      Israel �est� preocupado por la guerra�, �va y desencadena 
                      un acto b�lico para el que no ha mediado provocaci�n 
                      alguna y del que sus propagandistas ni siquiera conocen la 
                      naturaleza del objetivo! 
                      El 21 de septiembre de 2007 el 
                      Daily Alert reproduc�a la propaganda pro b�lica 
                      orquestada a trav�s del Washington Post, 
                      envi�ndosela a todos los altos funcionarios y congresistas 
                      en Washington y en todo el pa�s, activando a sus lobbys 
                      del AIPAC para asegurar el apoyo estadounidense a la 
                      evidente acci�n de guerra israel�. Fiel a su funci�n de 
                      difundir propaganda enga�osa, el Daily Alert 
                      public� un extracto extremadamente desorientador de un 
                      art�culo del Financial Times (21 de septiembre de 
                      2007) que combinaba la l�nea propagand�stica israel� con 
                      un potencial v�nculo nuclear Siria-Corea del Norte pero 
                      exclu�a varios p�rrafos que 
                      desacreditaban la campa�a de desinformaci�n 
                      sionista-israel�. El art�culo del Financial Times 
                      cita a Joseph Circcione, director de Pol�tica Nuclear del
                      Center for American Progress: �Es muy improbable 
                      que el ataque israel� tuviera algo que ver con una 
                      cooperaci�n nuclear significativa entre Siria y Corea del 
                      Norte. El hecho b�sico, y bien documentado, es que el 
                      programa de investigaci�n nuclear sirio, de 40 a�os de 
                      duraci�n, es demasiado elemental para que pueda servir de 
                      apoyo para desarrollar capacidad armament�stica. Las 
                      universidades tienen instalaciones nucleares m�s 
                      importantes que Siria� (Financial Times, 21 de 
                      septiembre de 2007). Un antiguo alto consejero asi�tico 
                      del presidente Bush y experto en Corea del Norte, ahora en 
                      el Center for Strategic and International Studies, 
                      tambi�n desacredit� la trama sionista-israel� sobre las 
                      armas nucleares: �Me sorprender�a enormemente que los 
                      norcoreanos tuvieran el nivel suficiente como para 
                      transferir material de fisi�n a Siria o estuvieran 
                      intentando trabajar fuera de Corea del Norte en un lugar 
                      como Siria�. De la misma forma, da�ando la propaganda 
                      b�lica sionista-israel�, la administraci�n Bush nunca 
                      plante� la supuesta implicaci�n de Corea del Norte con 
                      Siria en ninguna de todas las series de reuniones 
                      celebradas durante 2007, a pesar del hecho de que era en 
                      gran medida hostil a Siria y buscaba cualquier excusa para 
                      atacarla. A diferencia de las anteriores provocaciones 
                      israel�es en las que la Administraci�n Bush se apresur� a 
                      dar la cara por los pretextos de Israel, Bush declin� 
                      hacer cualquier comentario sobre los ataques israel�es 
                      contra Siria, probablemente informado por sus jefes de 
                      inteligencia de que era un acto israel� de provocaci�n 
                      para el que confiaba en arrastrar a Estados Unidos. 
                      
                      El ataque israel� contra Siria y 
                      su defensa y promoci�n por la ZPC estadounidense es el 
                      paso m�s reciente del intento de llevar a EEUU a una 
                      guerra conjunta contra Ir�n y Siria. Una investigaci�n 
                      sobre el Daily Alert de enero a septiembre de 2007 
                      (180 n�meros), revela una media de tres art�culos en cada 
                      n�mero pidiendo que EEUU se comprometa en actos de guerra, 
                      imponga sanciones econ�micas estrictas y un bloqueo naval, 
                      y se prepare para una amplia confrontaci�n con Ir�n. No 
                      hay una sola voz o art�culo que cuestionen la postura 
                      favorable de Israel a la guerra. Cada n�mero del Daily 
                      Alert repite la l�nea israel� como un papagayo, 
                      incluso cuando se refiere al apoyo al brutal corte de 
                      electricidad, gas y agua potable a m�s de un mill�n de 
                      civiles atrapados en Gaza: un crimen de guerra seg�n el 
                      derecho internacional. En palabras del Daily Alert, 
                      los asesinos israel�es de los adolescentes palestinos, 
                      chicos y chicas desarmados, son etiquetados como 
                      �militantes� o �pistoleros�. Tambi�n el Daily Alert 
                      describe que las negociaciones de paz se est�n llevando a 
                      cabo de buena fe, a pesar del continuo saqueo de tierras y 
                      de los asesinatos de decenas de palestinos, incluidos 
                      ni�os peque�os. �Desde el momento en el que el presidente 
                      de EEUU George Bush anunci� la reuni�n de paz (Annapolis) 
                      el 16 de julio de 2007 y el 15 de octubre de 2007, el 
                      ej�rcito israel� ha asesinado a 104 palestinos, incluidos 
                      12 ni�os�. Financial Times (18 de octubre de 2007)
                      
                      Despu�s de la victoria del 
                      Partido Dem�crata en el Congreso en noviembre de 2006, 
                      gracias a los votantes cada vez m�s indignados por la 
                      guerra de Iraq, la ministra de Asuntos Exteriores Tzipi 
                      Livni asisti� a la reuni�n del AIPAC en Washington para 
                      urgir a los miles de activistas sionistas y a un gran 
                      contingente de congresistas estadounidenses republicanos y 
                      dem�cratas para que continuaran apoyando la ocupaci�n de 
                      Iraq de la Administraci�n Bush, incit�ndoles a otra nueva 
                      guerra contra Ir�n. En un tono muy agresivo se despach� a 
                      gusto sobre la imaginaria �amenaza existencial� de la 
                      capacidad nuclear iran�. Todo el lobby jud�o tom� nota y 
                      se puso inmediatamente en marcha. 
                      El alcance, profundidad y 
                      estructura centralizada de la ZPC excede con mucho a 
                      cualquier estructura que pueda ser concebida como lobby. 
                      En ese sentido, Mearsheimer y Walt, en su estudio sobre el 
                      lobby israel� subestiman el poder y la influencia pol�tica 
                      de las fuerzas pro israel�es. En segundo lugar hay que 
                      tener en cuenta varios factores a la hora de medir el 
                      poder de la ZPC. Entre dichos factores se incluir�an tanto 
                      su poder directo como el indirecto. El poder de la ZPC se 
                      ejerce directamente sobre consejeros pol�ticos, acad�micos 
                      y culturales para asegurar que sus pol�ticas beneficien a 
                      Israel y a los intereses sionistas. Una expresi�n incluso 
                      m�s directa de poder es cuando los sionistas ocupan altos 
                      puestos de decisi�n y elaboran pol�ticas en nombre de los 
                      intereses militares y econ�micos israel�es. Elliot Abrams, 
                      consejero clave para Oriente Medio del presidente Bush en 
                      el Consejo de Seguridad Nacional, es uno de tantos 
                      ejemplos, como lo es tambi�n el director de la Seguridad 
                      Interior Michael Chertoff, que destina alrededor de las 
                      tres cuartas partes de los fondos disponibles para la 
                      seguridad de organizaciones jud�as privadas. 
                      Igualmente formidable es el 
                      ejercicio del poder indirecto de la ZPC a trav�s de varios 
                      mecanismos: 
                      La influencia 
                      parlamentaria, por medio de un peque�o grupo de 
                      congresistas sobre una gran mayor�a. Por ejemplo, el AIPAC 
                      escribi� el informe presentado por el Senador Lieberman, 
                      firmado tambi�n por el Senador Kyl, calificando como 
                      terroristas a los Guardias Revolucionarios Iran�es, 
                      preparando as� el camino para que Bush lance un ataque. 
                      Ese informe fue asumido por el 80% del Congreso.
                      Poder acumulativo 
                      , que es la convergencia de los diferentes sectores de la 
                      ZPC sobre un �nico tema. Por ejemplo, los escritores pro 
                      Israel y los dirigentes jud�os de todas las organizaciones 
                      y esferas m�s importantes en los medios desde la izquierda 
                      hasta la extrema derecha, se unieron para denunciar el 
                      ensayo de Mearsheimer y Walt y su posterior libro, 
                      recurriendo la mayor�a de ellos a ataques falaces 
                      �antisemitas� o a argumentos il�gicos o enrevesados, 
                      ignorando los datos emp�ricos. 
                      La propaganda de los 
                      hechos es la herramienta de poder favorita de la 
                      ZPC. Esto implica dar la m�xima publicidad a los castigos 
                      infligidos a los cr�ticos de Israel y la ZPC, a fin de 
                      intimidar a los pol�ticos actuales y futuros. Un ejemplo 
                      es c�mo el profesor fascista-sionista Alan Dershowitz, de 
                      la Escuela de Derecho de Harvard, hizo campa�a con total 
                      �xito, con el respaldo de la ZPC, para lograr que 
                      expulsaran al Profesor Norman Finkelstein de su puesto en 
                      la universidad, sirviendo as� de �castigo ejemplar� para 
                      cualquier futura cr�tica acad�mica contra Israel. La 
                      campa�a de Dershowitz lleg� hasta a calumniar a la 
                      fallecida madre del profesor Finkelstein, superviviente de 
                      los campos de la muerte nazis, etiquet�ndola de �kapo� 
                      jud�a o colaboradora nazi.
                      La ZPC tiene m�ltiples recursos 
                      que se refuerzan unos a otros, tanto en la esfera p�blica 
                      como en la privada. La financiaci�n electoral a gran 
                      escala y a largo plazo de los partidos sirve para comprar 
                      influencia en el Congreso. Esto a su vez aumenta el poder 
                      de la importante minor�a de congresistas sionistas a la 
                      hora de ganar control en las nominaciones del partido y en 
                      las asignaciones a los comit�s en el Congreso, supone una 
                      mayor influencia para la ZPC a la hora de moldear la 
                      pol�tica exterior de EEUU hacia Oriente Medio y facilita 
                      el acceso de escritores pro Israel a las p�ginas de 
                      art�culos de opini�n de los diarios y semanarios m�s 
                      importantes y a otras ramas de los medios corporativos.
                      
                      El poder sionista tambi�n es el 
                      resultado de una dominante campa�a de propaganda de larga 
                      duraci�n, totalmente tendenciosa, que se dedica a 
                      satanizar a los �rabes de Israel, especialmente a los 
                      cr�ticos palestinos, y describe a Israel (el cuarto poder 
                      nuclear mayor del mundo y �nico de Oriente Medio) como una 
                      fortaleza democr�tica rodeada de gobiernos autoritarios 
                      hostiles. A trav�s del acceso y control parcial sobre la 
                      mayor parte de los medios importantes, la ZPC proporciona 
                      informes muy sesgados sobre sucesos tales como los 
                      terror�ficos bombardeos israel�es de centros de poblaci�n 
                      en L�bano, Gaza y otros lugares. El poder de opini�n 
                      proyectado por la ZPC en EEUU contrarresta la realidad de 
                      Oriente Medio hasta el extremo de que las v�ctimas 
                      palestinas de todas las edades y g�neros que llevan 
                      padeciendo 40 a�os de gobierno militar israel�, 
                      expropiaci�n de la tierra y constantes asaltos violentos, 
                      se convierten en agresores y los verdugos israel�es se 
                      representan como v�ctimas virtuosas y pac�ficas. 
                      
                      �Lobby israel� o 
                      �configuraci�n del poder sionista�? 
                      Mearsheimer y Walt describen la 
                      configuraci�n del poder pro israel� como �un lobby igual a 
                      cualquier otro lobby estadounidense�, una �colecci�n 
                      suelta de individuos y grupos� fuera del gobierno que 
                      act�an en nombre de Israel. Nada m�s lejos de la realidad. 
                      El poder de Israel en Estados Unidos se manifiesta a 
                      trav�s de una multiplicidad de estructuras altamente 
                      organizadas, bien financiadas y centralmente dirigidas a 
                      lo largo y ancho de Estados Unidos. La ZPC incluye varias 
                      decenas de comit�s de acci�n pol�tica de nombre inocuo, al 
                      menos una docena de maquinarias de propaganda, think 
                      tank, que emplean a decenas de antiguos altos cargos 
                      pol�ticos con muy buenos contactos, la mayor�a de ellos en 
                      Washington y la Costa Este, y a las 52 principales 
                      organizaciones jud�as estadounidenses, agrupadas bajo el 
                      paraguas �Conferencia de Presidentes de las Principales 
                      Organizaciones Jud�as Estadounidenses� (CPMAJO). El AIPAC 
                      y otras organizaciones nacionales (ADL, AJC, etc�tera) 
                      tienen una gran capacidad de presi�n nacional, en el 
                      ejecutivo y en el Congreso. Pero igualmente, o incluso m�s 
                      importantes a la hora de censurar y purgar a los cr�ticos, 
                      controlar los medios locales y moldear la opini�n a trav�s 
                      de ciudades y pueblos, son las federaciones y 
                      organizaciones de comunidades jud�as locales que se 
                      dedican a intimidar a programadores culturales locales, 
                      editores, bibliotecas, universidades, iglesias y grupos 
                      c�vicos para que nieguen cualquier plataforma p�blica a 
                      portavoces, escritores, artistas y otras figuras cr�ticas 
                      con Israel y sus disc�pulos sionistas. 
                      La base del poder de la ZPC est� 
                      en los m�dicos, dentistas, abogados, comerciales de 
                      inmobiliarias y terratenientes activistas locales que 
                      presiden las confederaciones locales y a sus varios 
                      cientos de miles de afiliados. Son ellos quienes acosan, 
                      presionan, intimidan, recaban fondos y organizan viajes de 
                      lujo de propaganda para funcionarios elegidos, aseguran su 
                      apoyo en las guerras israel�es e incrementan los paquetes 
                      de ayuda hacia Israel. La estructura de poder sionista 
                      local organiza campa�as exitosas forzando que se destinen 
                      fondos de pensiones de estado a comprar miles de millones 
                      de d�lares en desvalorizados bonos del estado de Israel y 
                      a retirar inversiones de compa��as implicadas en 
                      transacciones econ�micas a las que Israel describe como 
                      �adversarios terroristas de estado�. Son las 
                      organizaciones de estudiantes pro Israel de base jud�a las 
                      que se dedican a espiar a profesores estadounidenses, que 
                      pueden ser o no cr�ticos hacia Israel, a desprestigiarlos 
                      en hojas informativas locales y nacionales y a presionar a 
                      las administraciones para que los despidan. Incluso en 
                      lugares en los que menos del 1% de la poblaci�n local es 
                      jud�a, los fan�ticos jud�os pueden presionar a peque�os 
                      colegios privados cristianos para que prohiban que hable 
                      en su campus a un te�logo ganador del Premio Nobel de la 
                      Paz como el obispo Desmond Tutu. El pulpo sionista ha 
                      extendido sus tent�culos m�s all� de los centros 
                      tradicionales de poder de la pol�tica nacional y de las 
                      grandes capitales, alcanzando ciudades y esferas 
                      culturales remotas. Ni siquiera se libran las p�ginas de 
                      obituarios de peque�as poblaciones estadounidenses: Cuando 
                      un peri�dico de Connecticut public� un art�culo 
                      conmemorativo de una influyente abuela palestina dirigente 
                      comunitaria de Hebr�n (mayo de 2003), de 61 a�os de edad, 
                      Shadin Abu Hijleh, a quien soldados israel�es dispararon 
                      en su casa, los miembros de la confederaci�n jud�a local 
                      expresaron su indignaci�n por la revelaci�n de los 
                      cr�menes del ej�rcito israel� y censuraron el homenaje de 
                      una p�gina conmovedora de obituario que hab�an escrito sus 
                      amigos y familiares estadounidenses. 
                      Redes y estructuras 
                      centralizadas: pol�ticas coordinadas, objetivos, cuotas, 
                      aumentos de la financiaci�n, campa�as especiales a gran 
                      escala, listas negras (antisemitas y jud�os que se odian a 
                      s� mismos), todo forma parte integral de la ZPC. 
                      Mearsheimer y Walt no acertaron a analizar las relaciones 
                      organizativas entre la oficina central y las 
                      organizaciones locales y los equipos regionales de las 
                      organizaciones jud�as pro Israel m�s importantes y con 
                      cuanta rapidez pueden ser movilizadas para estigmatizar, 
                      censurar o apoyar a un determinado portavoz, actividad o a 
                      alguien dedicado a conseguir fondos que favorezcan los 
                      intereses israel�es. 
                      Por todo el pa�s, los boletines 
                      informativos de los Consejos de Relaciones Comunitarias 
                      Jud�as han repetido como loros esa l�nea, reimprimiendo 
                      los bulos y difamaciones de sus oficinas nacionales en los 
                      que se denunciaba el libro de Mearsheimer y Walt The 
                      Israel Lobby con caricaturas que desconocen de tal 
                      modo la discusi�n de M. y W., que lo �nico que dejan claro 
                      es que apenas han ido m�s all� de una lectura de la 
                      cubierta del libro. 
                      Hay una cosa clara en las, en 
                      gran parte, eyaculaciones emocionales de los ataques de 
                      los intelectuales jud�os contra el libro y es que el nivel 
                      intelectual de los pensadores jud�os contempor�neos se ha 
                      deteriorado seriamente hasta el punto de que la envidia, 
                      el despecho comunal y el vitriolo partisano han sustituido 
                      lo mejor de una revisi�n razonada de datos y l�gica. Los 
                      esfuerzos literarios de Abraham Foxman, del ADL, 
                      para responder a M. y H. son reminiscencias de las 
                      diatribas estalinistas que se produjeron durante los 
                      juicios-espect�culos de Mosc� de la d�cada de 1930 
                      (nuestra versi�n jud�a de Andrei Vishinsky). Lo que 
                      importa en la influencia de esos mediocres intelectuales 
                      no son los vapores diab�licos que emanan de su maligna 
                      escritura, ni su llamamiento a la raz�n, ya que algunos 
                      progresistas sionistas pretenden que es un debate razonado 
                      �si es que tal debate existe- sino que es incontestable el 
                      hecho de que su repetitivo mensaje circula a trav�s de 
                      todos los medios de masas. 
                      La ZPC al organizar la guerra 
                      mediante datos falsificados a trav�s de dos altos 
                      funcionarios del Pent�gono (Wolfowitz y Doublas Feith), la 
                      oficina de los Vicepresidentes (Wurmser e Irving Scooter 
                      Libby) y el Consejo de Seguridad Nacional (Elliot Abrams), 
                      que organiz� la oficina del Presidente (Ari Fleischer) y 
                      escribi� el discurso de Bush de la guerra preventiva 
                      (David Frum), ahora tiene miedo de tener que enfrentarse a 
                      la ira del pueblo estadounidense que ha sufrido la p�rdida 
                      de miles de soldados hasta un punto no experimentado por 
                      los autores y ejecutores de esta guerra por Israel. Para 
                      evitar que se les identifique con esta guerra desastrosa, 
                      los planificadores y propagandistas b�licos de la ZPC han 
                      acudido a las mentiras (negando el papel crucial de Israel 
                      que llev� a EEUU a la guerra) y algunos operarios m�s 
                      inteligentes, como Alan Greenspan, se han unido a los 
                      descerebrados estadounidenses que todav�a siguen 
                      repitiendo el viejo bulo de la �guerra por el petr�leo�.
                      
                      Guerra por el petr�leo o 
                      guerra por Israel: el archivo p�blico 
                      El apoyo de la ZPC a la guerra de 
                      Iraq fue una campa�a de propaganda abierta e implacable de 
                      conocidos escritores, publicistas y dirigentes 
                      comunitarios as� como de las 52 principales organizaciones 
                      jud�as. No hubo conspiraci�n ni intriga: la campa�a 
                      sionista fue descaradamente p�blica, agresiva y 
                      reiterativa. 
                      Una revisi�n sistem�tica del 
                      Daily Alert desde 2002 hasta septiembre de 2007 -1.760 
                      n�meros-, nos proporciona una muestra cient�fica de la 
                      opini�n de la ZPC. Como media, cada n�mero conten�a cinco 
                      art�culos a favor de la guerra o de movimientos hacia la 
                      guerra con Iraq y/o Ir�n. En Daily Alert se 
                      destacaban los art�culos de opini�n de los escritores y 
                      acad�micos liberales, conservadores y fascistas-sionistas 
                      m�s importantes que aparec�an regularmente en el 
                      Washington Post, Wall Street Journal, New York Sun, 
                      New York, Los Angeles Times, el Daily 
                      Telegraph y el Times de Londres, YNet y 
                      otros. Es decir, en el periodo crucial previo a la guerra 
                      y posterior a la invasi�n, las principales organizaciones 
                      jud�as estadounidenses produjeron aproximadamente 8.800 
                      textos de propaganda a favor de la guerra de Iraq y los 
                      hicieron circular a todos los miembros de sus 
                      organizaciones, a todos los congresistas, a todos los 
                      principales miembros del poder ejecutivo, con seguimiento 
                      por parte de activistas locales y con un ej�rcito de 
                      integrantes de los lobbys en Washington (150 s�lo del 
                      AIPAC), m�s varios cientos de activistas con dedicaci�n 
                      total en las oficinas locales y regionales. 
                      Una investigaci�n parecida del 
                      principal peri�dico financiero y comercial 
                      anglo-estadounidense Financial Times, entre 2002 y 
                      septiembre de 2007, acerca de la pol�tica de las Grandes 
                      del Petr�leo hacia la guerra con Iraq y ahora hacia Ir�n 
                      es bastante reveladora. He revisado las p�ginas de cartas, 
                      editoriales y art�culos de opini�n de 1.872 n�meros del 
                      Financial Times y no hay ni un solo art�culo o carta 
                      de ning�n portavoz o representante de una compa��a 
                      petrol�fera importante (o menos importante) que llamara a 
                      la invasi�n y ocupaci�n de Iraq o a bombardear Ir�n. No 
                      hubo ning�n lobby del petr�leo ni organizaci�n de nivel 
                      local que le pidiera al Congreso o a la administraci�n de 
                      Bush que fuera a la guerra en defensa de los intereses 
                      petrol�feros estadounidenses. Pero la ZPC fue muy activa a 
                      la hora de promover la mentira de que el desarmado y 
                      embargado Iraq representaba una amenaza existencial para 
                      el Israel dotado de armas nucleares. 
                      Una comparaci�n similar de la 
                      propaganda sionista y de las Grandes del Petr�leo sobre la 
                      confrontaci�n militar estadounidense con Ir�n refuerza el 
                      argumento de la importancia de las principales 
                      organizaciones jud�as a la hora de promover la implicaci�n 
                      de EEUU en las guerras de Oriente Pr�ximo a favor de 
                      Israel. Entre 2004 y septiembre de 2007 (tres a�os y nueve 
                      meses) la hoja de propaganda sionista Daily Alert, 
                      public� 960 n�meros en los que hab�a una media de seis 
                      art�culos por n�mero defendiendo un ataque militar 
                      preventivo inmediato o a corto plazo contra Ir�n por parte 
                      de EEUU o Israel, sanciones econ�micas m�s duras de las 
                      que el Consejo de Seguridad estaba dispuesto a asumir, 
                      retirada de inversiones y boicot organizados contra Ir�n. 
                      Una investigaci�n del Financial Times durante el 
                      mismo per�odo, 1.053 n�meros (el FT se imprime seis 
                      d�as a la semana, el Daily Alert cinco veces), no 
                      logra encontrar una sola carta, art�culo de opini�n o 
                      editorial de ning�n representante o portavoz de las 
                      Grandes del Petr�leo apoyando la guerra contra Ir�n. Al 
                      contrario, igual que en el caso de Iraq, dirigentes 
                      importantes del petr�leo expresaron ansiedad y temor de 
                      que una guerra instigada por Israel desestabilizara todo 
                      la zona y llevara a la destrucci�n de instalaciones 
                      petrol�feras vitales, socavara rutas de transporte y 
                      l�neas mar�timas y cancelara lucrativos contratos de 
                      servicios. Muy al contrario de la propaganda reciente 
                      sionista, las Grandes del Petr�leo quieren que EEUU 
                      levante sus sanciones contra la inversi�n en Ir�n, ya que 
                      est�n procurando negocios muy lucrativos a los 
                      competidores. 
                      En completa contradicci�n con el 
                      izquierdista dedo sionista-trotskista que apunta a las 
                      grandes petroleras como el principal elemento impulsor 
                      hacia la guerra, la gran petrolera de Texas estaba 
                      trabajando provechosamente con el Iraq de Sadam Hussein, 
                      firmando cientos de millones de d�lares en contratos 
                      ilegales con el ahora ejecutado gobernante. Oscar Wyatt, 
                      un multimillonario del petr�leo de Texas acusado 
                      recientemente de haber pagado sobornos a Sadam Hussein, 
                      fue uno de los muchos comerciantes de las grandes 
                      petroleras implicado en el lucrativo comercio petrolero de 
                      antes de la guerra con Iraq (Financial Times, 2 de 
                      octubre de 2007). 
                      Belicismo sionista: 
                      temores y venenos 
                      Al aumentar las presiones de 
                      Israel para que se desencadene un ataque militar contra 
                      Ir�n respaldado por EEUU, y como altos oficiales militares 
                      estadounidenses y el p�blico general van incrementando su 
                      hostilidad hacia las violentas presiones del brazo 
                      sionista y la grosera manipulaci�n de los pol�ticos, la 
                      ZPC se vuelve agresivamente autoritaria en su esfuerzo por 
                      silenciar a la oposici�n que intenta desenmascarar su 
                      papel de actor desleal que busca beneficiar a un poder 
                      extranjero. En el pasado, una vez detectados los agentes 
                      de un poder extranjero, se les aplicaba normalmente una 
                      sanci�n severa o algo peor. En la actualidad, las 
                      numerosas personas que disponen de informaci�n 
                      privilegiada en el interior del sistema saben que est�n 
                      jugando un juego cada vez m�s arriesgado al aumentar la 
                      percepci�n de los costes que supondr�a una nueva guerra 
                      contra Ir�n y al presionar sus manipuladores israel�es 
                      cada vez m�s para que un ataque contra Ir�n sea lo que 
                      figure en el primer lugar de su agenda. 
                      En �ltima instancia, la ZPC, a 
                      pesar de sus riquezas y su actual dominio de la pol�tica 
                      estadounidense hacia Oriente Pr�ximo, sabe que representa 
                      a menos del 1% de la poblaci�n: Son una elite sin masas en 
                      la base. Tienen poder s�lo en tanto en cuanto el otro 99% 
                      de la poblaci�n se muestre inactivo, est� manipulado o se 
                      sienta intimidado para servir a los intereses de Israel. 
                      Pero como el creciente flujo de libros, art�culos y 
                      discursos empieza a atraer la atenci�n hacia la ZPC 
                      dirigida por Israel y sus destructivas actividades 
                      belicistas, las im�genes, promovidas por ellos mismos, de 
                      sus miembros como profesionales brillantes, l�deres de 
                      �xito en el mundo de los negocios y las finanzas y 
                      pol�ticos compasivos al servicio de los intereses de EEUU, 
                      empiezan a verse erosionadas. El lado oscuro de su servil 
                      lealtad hacia Israel, una racista y arrogante potencia 
                      colonial que no para de provocar guerras v�a EEUU a fin de 
                      establecerse como incuestionable poder regional, ha 
                      entrado ya en el debate p�blico estadounidense. 
                      
                      La ZPC est� en la cima, o muy 
                      cerca, de su poder pol�tico en el Congreso, en el 
                      ejecutivo, en la Oficina de Seguridad Interior y en el 
                      futuro Fiscal General, en la cultura y en la propaganda de 
                      los medios de masas. Pero, parad�jicamente, cuanto m�s 
                      cerca de la cumbre est� la ZPC, tambi�n va destap�ndose 
                      m�s, mucho m�s de lo que quisiera, ante el pueblo 
                      estadounidense. 
                      Incluso los chillones e 
                      imprudentes sionistas dedicados a la pol�mica, que se 
                      esconden en las prestigiosas universidades y think 
                      tanks, est�n empezando a sentir ansiedad en p�blico e 
                      incluso, quiz�, preocupaci�n en privado. Mientras hacen 
                      todo eso, regresan sobre las pistas tratando de tapar sus 
                      huellas en todos los planes de guerra y propaganda que 
                      conducen a la ahora masivamente impopular invasi�n de 
                      Iraq. Recurren a mentiras descaradas en forma de 
                      desmentidos de complicidad o belicismo. �Abundan las 
                      mentiras inauditas! El descubrimiento del desleal papel de 
                      la ZPC y su complicidad provoca r�plicas feroces en los 
                      m�s agresivos y obstinados ziocon, con un lenguaje 
                      barriobajero revestido de academicismo que abusa de las 
                      falacias y refleja pobremente sus cacareadas posiciones 
                      acad�micas. La ZPC, sus escribas, operarios y caciques son 
                      vulnerables: han cometido grandes cr�menes contra los 
                      intereses del pueblo estadounidense. Sus acciones han 
                      causado la muerte y mutilaci�n de decenas de miles de 
                      soldados estadounidenses, el 99,9% de los cuales no tiene 
                      ninguna lealtad a los intereses del gran Israel o a sus 
                      agentes estadounidenses, que tienen a sus propios hijos 
                      ejerciendo lucrativas carreras civiles. Estimaciones 
                      recientes hallaron que menos del 0,2% de los soldados 
                      estadounidenses que luchan sobre el terreno en Iraq son 
                      jud�os estadounidenses, algunos de ellos inmigrantes 
                      jud�os de la extinta Uni�n Sovi�tica. Esto a pesar de las 
                      fuertes presiones sionistas para invadir y destruir Iraq e 
                      Ir�n. Las manipulaciones de la ZPC al empujar a la 
                      administraci�n Bush a invadir y ocupar Iraq han llevado al 
                      ej�rcito estadounidense a un estado de verg�enza y 
                      desmoralizaci�n sin precedentes, con miles de oficiales 
                      solicitando el retiro anticipado, miles de soldados 
                      desertando y enfrent�ndose a una corte marcial, y un 
                      creciente n�mero de antiguos oficiales retirados que 
                      expresan su indignaci�n. No sorprende que el Secretario de 
                      Defensa Robert Gates obtuviera el apoyo de los altos 
                      oficiales militares en Oriente Pr�ximo en su oposici�n a 
                      una inmediata invasi�n de Ir�n. 
                      Las invectivas sionistas contra 
                      sus cr�ticos expresan los temores de que se desenmascare 
                      su doble discurso, su falsa fusi�n de las pol�ticas 
                      coloniales israel�es con los valores democr�ticos del 
                      pueblo estadounidense. Nada m�s puede explicar los 
                      estridentes ataques personales verbales que persiguen 
                      matar al mensajero antes que enfrentar realidades 
                      desagradables y trabajar para la rectificaci�n de una 
                      situaci�n desastrosa. No obstante, aunque el estado de 
                      Israel ha colocado a sus promotores estadounidenses en una 
                      posici�n inc�moda mientras la ocupaci�n de Iraq se 
                      desmorona y los estadounidenses resisten los hist�ricos 
                      llamamientos a atacar Ir�n, ha resultado ser el ganador 
                      real a corto plazo porque ha conseguido destruir la 
                      rep�blica laica y unificada de Iraq. 
                      Del ara�azo a la 
                      gangrena: la transici�n del sionismo al fascismo sionista
                      
                      Los conservadores sionistas 
                      dominantes pusieron de manifiesto enseguida sus pol�ticas 
                      autoritarias mediante su apoyo sin reservas ni condiciones 
                      a las brutales campa�as de Israel que han expulsado a 
                      cientos de miles de palestinos de sus casas y de sus 
                      tierras. Posteriormente, los conservadores sionistas 
                      apoyaron totalmente y sin ninguna objeci�n la matanza y 
                      encarcelamiento de miles de civiles palestinos que 
                      protestaban por la ocupaci�n militar israel� y la 
                      conversi�n de Cisjordania y Gaza en campos de 
                      concentraci�n al aire libre por medio de unos 500 puestos 
                      fronterizos militares y bloqueos de carreteras. M�s 
                      recientemente el liderazgo al completo de las principales 
                      organizaciones jud�as, que engloban tanto a conservadores 
                      como liberales sionistas, defendi� la construcci�n por 
                      parte de Israel de un muro de hormig�n de 30 metros de 
                      altura que encierra en guetos, con una eficacia 
                      indiscutible, a toda la poblaci�n palestina, a semejanza 
                      de los muros construidos por los nazis alrededor de la 
                      inmensa poblaci�n jud�a de Varsovia. El muro y los puestos 
                      fronterizos militares estrangulan el comercio y el 
                      movimiento de alimentos y personas desde los territorios 
                      ocupados a los mercados, colegios y hospitales, impidiendo 
                      incluso que los campesinos puedan cultivar sus tierras.
                      
                      El 10 de octubre de 2007, el 
                      Jerusalem Post citaba a Aron Soffer, director de 
                      investigaci�n y profesor en el Colegio de la Defensa 
                      Nacional del ej�rcito israel� (IDF), padre de cuatro hijos 
                      y abuelo de ocho nietos, de 71 a�os, hab�a declarado el 21 
                      de mayo de 2004: �El hecho de que 2,5 millones de personas 
                      vivan encerradas en Gaza provocar� una cat�strofe humana. 
                      Esas personas se volver�n mucho m�s animales de lo que ya 
                      son hoy, con la ayuda de un Islam fundamentalista demente. 
                      Las presiones en la frontera ser�n horribles. Habr� una 
                      guerra terrible. Por eso, si queremos seguir con vida, 
                      tendremos que matar y matar y matar. Todos y cada uno de 
                      los d�as�. 
                      Este es, literalmente, el mensaje 
                      asesino que se ense�a a los oficiales israel�es en las 
                      escuelas m�s avanzadas, por eminentes profesionales 
                      fascistas sionistas. Esto nos ayuda a entender la 
                      brutalidad manifiesta y la conducta homicida de los 
                      soldados israel�es en los territorios ocupados. 
                      
                      Un estudio israel� reciente 
                      realizado por dos importantes psic�logos ilustra la 
                      profunda tendencia de sadismo y racismo que se inculca en 
                      las academias militares de Israel y que est� apoyada por 
                      los altos cargos pol�ticos israel�es, incluida la Oficina 
                      del Primer Ministro. Seg�n el Haaretz del 21 de 
                      septiembre de 2007, dos psic�logos israel�es entrevistaron 
                      a 21 soldados israel�es, que expresaron �sus m�s �ntimas 
                      emociones sobre los horrendos cr�menes en los que tomaban 
                      parte: asesinar, fracturar huesos a ni�os palestinos, 
                      actos de humillaci�n, destrucci�n de propiedades, saqueos 
                      y robo�. Uno de los psic�logos israel�es, mujer, se mostr� 
                      �impresionada al encontrar que los soldados disfrutaban 
                      con la intoxicaci�n de poder y que sent�an placer al 
                      utilizar la violencia�. Y declar�: �La mayor�a de mis 
                      entrevistados disfrutaban exacerbando su propia violencia 
                      durante la ocupaci�n�. La dominaci�n colonial absoluta 
                      saca a la luz las tendencias psicop�ticas de un ej�rcito 
                      de ocupaci�n. El soldado C testific�: �Si no entro en 
                      Rafah (ciudad palestina de Gaza) al menos una vez a la 
                      semana para sofocar una rebeli�n, es como si me volviera 
                      loco�. Como otros ocupantes coloniales, los soldados 
                      israel�es asumen un �complejo de raza superior� 
                      totalitario. El soldado D declar�: �Es fant�stico cuando 
                      no tienes que respetar ninguna ley ni norma. Sientes que 
                      t� eres la ley. Una vez que entras en los Territorios 
                      Ocupados, �eres Dios!�. La interiorizaci�n de los soldados 
                      de la poderosa ideolog�a fascista sionista los justifica a 
                      los ojos de los entrevistadores por castrar a un hombre, 
                      golpear en la cara a una mujer que protesta, disparar a un 
                      peat�n indefenso, romperle el brazo a un ni�o de cuatro 
                      a�os y otros actos de violencia gratuita e indiscriminada.
                      
                      Los Presidentes de las 
                      Principales Organizaciones Jud�as Estadounidenses ni 
                      siquiera mencionan, y mucho menos critican, la conducta 
                      psicop�tica diaria de las IDF. Importantes fil�ntropos 
                      jud�os multimillonarios contribuyen con cientos de 
                      millones a apoyar la violenta ocupaci�n y represi�n de los 
                      civiles palestinos por las IDF, descritas con cruel placer 
                      por los soldados objeto del estudio israel�. De hecho, el 
                      mayor contribuyente sionista al Partido Dem�crata, Haim 
                      Saban (12,3 millones de d�lares en 2002), �siente 
                      debilidad por los soldados de combate israel�es�. Seg�n 
                      Haaretz (12 de septiembre de 2006), Saban declar�: �No 
                      puedo tratar con los soldados de combate, cada vez que 
                      tengo que interactuar con ellos� lloro�. Existe un 
                      poderoso lazo emocional entre el fascismo sionista israel� 
                      y sus hom�logos estadounidenses. Saban se refiere con 
                      arrogancia a la primac�a de su lealtad hacia Israel: �Me 
                      siento como un pavo real en EEUU declarando que soy 
                      estadounidense-israel�. Lo que oyen� un 
                      estadounidense-israel��, (Haaretz, 14 de octubre de 
                      2007). El antes respetable Instituto Brookings ahora 
                      alberga el Saban Center, financiado por Haim Saban, 
                      que lo ha convertido en otro m�s de la docena de molinos 
                      propagand�sticos que fabrican sin parar apolog�as sobre 
                      las pr�cticas totalitarias de las IDF para sus principales 
                      directores de investigaci�n y su Primer Ministro. El 
                      mort�fero sentimentalismo de los multimillonarios 
                      estadounidenses-israel�es hacia los psic�patas de las IDF 
                      no llega a los j�venes estadounidenses que sirven a los 
                      intereses de Israel como soldados en Iraq y que est�n 
                      sufriendo el peso de una guerra que busca extender el 
                      poder regional de Israel. Saban, como la gran mayor�a de 
                      los altos dirigentes de las organizaciones sionistas m�s 
                      influyentes, est� presionando para una nueva guerra: esta 
                      vez con Ir�n. Seg�n Saban: �Tratar�a de hacer primero 
                      otras cosas, pero si no funcionan, entonces hay que 
                      atacar� Llegar hasta Ir�n y destruir completamente todas 
                      sus estructuras. Hundirlos en el abismo. Cortarles el 
                      agua� (Haaretz, 14 de octubre de 2007). Esas 
                      no son invectivas homicidas de un fan�tico colono jud�o 
                      que golpea a un ni�o pastor palestino, Saban es el 
                      dirigente m�s importante del AIPAC, amigo �ntimo y 
                      financiador pol�tico de los Clinton y de todo el actual 
                      liderazgo israel�. Sus 2.800 millones de d�lares compran 
                      la aduladora atenci�n de todos los candidatos importantes 
                      a la presidencia estadounidense que cortejan el apoyo 
                      jud�o (MSNBC, 14 de octubre de 2007). 
                      La ZPC ha logrado enterrar tres 
                      iniciativas pol�ticas de alto nivel dise�adas para llegar 
                      a una soluci�n de la ocupaci�n colonial israel� de 
                      Palestina. Una declaraci�n enviada al presidente Bush y a 
                      la Secretaria de Estado Rice por anteriores altos cargos 
                      pol�ticos de ambos partidos, incluidos Brzezinski, Lee 
                      Hamilton, Brent Scowcroft y otros, llamando a Israel a 
                      cumplir las Resoluciones 242, 338 y otras del Consejo de 
                      Seguridad, fue totalmente descartada por el Congreso 
                      Dem�crata y la Casa Blanca Republicana, una vez que la ZPC 
                      intervino y llam� a Brzezinski �persona hostil a Israel� 
                      tras el absoluto rechazo de la declaraci�n por el estado 
                      israel�. Los esfuerzos de Tony Blair al frente de la 
                      Misi�n de Paz del Cuarteto han cosechado un fracaso 
                      absoluto a la hora de resolver siquiera la terrible 
                      situaci�n humanitaria de los palestinos, frente a la 
                      intransigencia israel� y el rechazo de hasta la m�s banal 
                      de las conversaciones con el ahora sometido (aunque 
                      anteriormente tan fren�tico) ex Primer Ministro brit�nico 
                      (Guardian, 13 de octubre de 2007). Los esfuerzos de 
                      la Secretaria Rice para organizar una conferencia de paz 
                      sobre Oriente Medio a finales de noviembre en Annapolis, 
                      Maryland, se han diluido en los pronunciamientos 
                      israel�es. Israel rechaza cualquier acuerdo sobre 
                      fronteras, calendarios, Jerusal�n, asentamientos, 
                      territorio, etc�tera. Insiste en que la conferencia se 
                      centre en acuerdos generales insignificantes que no le 
                      comprometen a nada. En una acci�n planeada para humillar 
                      todav�a m�s a la Secretaria de Estado Rice, el gobierno 
                      israel� se apoder� ilegalmente de varios cientos de acres 
                      de tierra palestina, un claro ejemplo de ampliaci�n de 
                      asentamientos (Aljazeera, 14 de octubre de 2007). 
                      Intentando parecer lista y no la torpe de la clase, la 
                      Secretaria Rice respondi� que la nueva confiscaci�n 
                      israel� de tierra palestina pod�a �erosionar la confianza 
                      en el compromiso de las partes hacia la soluci�n de dos 
                      estados� (BBC, 14 de octubre de 2007). 
                      Al reconocer que la ZPC ha 
                      logrado inmovilizar su posici�n en las negociaciones y que 
                      no puede pedirle nada sustancial a Israel, la Secretaria 
                      Rice est� indicando la futilidad de la reuni�n de 
                      Annapolis al pedir �que se rebajen las expectativas�, que 
                      no habr� acuerdos importantes. Hay buenas razones para 
                      creer que Israel y su quinta columna han hundido 
                      eficazmente la iniciativa de Annapolis de Bush. Incluso 
                      estados clientelistas de EEUU como Egipto, Arabia Saud�, 
                      Jordania y hasta el t�tere palestino Abbas han expresado 
                      dudas al no establecerse acuerdos sustantivos sobre 
                      l�mites fronterizos, anatema para Israel y la ZPC. Si la 
                      conferencia se aplaza o tiene lugar, el evento promete 
                      constituirse en otro gesto sin consecuencias, otra derrota 
                      de EEUU en Oriente Pr�ximo, otra victoria para el statu 
                      quo colonial de Israel y otra raz�n para que aumente la 
                      resistencia �rabe en Oriente Pr�ximo. 
                      Lo que resulta de peor ag�ero es 
                      que es probable que Israel y la ZPC entiendan que su 
                      exitoso sabotaje de la Conferencia de Paz de Annapolis de 
                      la Casa Blanca les anima a continuar con m�s 
                      confiscaciones violentas en los Territorios Ocupados, 
                      nuevas incursiones m�s mort�feras en L�bano y Siria y 
                      crecientes presiones para la guerra contra Ir�n. El 
                      fascismo sionista se alimenta del poder imbatible que 
                      disfruta en la pol�tica de EEUU hacia Oriente Pr�ximo 
                      frente a cualquier otra fuerza importante institucional 
                      estadounidense, que fracasa al seguir dicha pol�tica la 
                      l�nea israel�. 
                      Junto a la radicalizaci�n 
                      derechista de la ideolog�a conservadora sionista con 
                      respecto a las presiones de Israel hacia soluciones 
                      totalitarias, est�n tambi�n apareciendo patentes 
                      manifestaciones de discursos y pr�cticas racistas 
                      antiisl�micas, anti�rabes y antipersas por parte de 
                      importantes portavoces conservadores sionistas y, 
                      especialmente, por parte de los propagandistas acad�micos 
                      en Estados Unidos. 
                      La propaganda de guerra y las 
                      soluciones militares dominan la ret�rica conservadora 
                      sionista: en primer lugar, contra Palestina, despu�s, 
                      contra Afganist�n, Iraq, L�bano, Siria, Somalia y Sud�n. 
                      Acompa�ando la radicalizaci�n de la ret�rica conservadora 
                      sionista tambi�n se est�n produciendo crecientes actos 
                      represivos en el interior de la sociedad estadounidense.
                      
                      La ZPC y la negaci�n del 
                      holocausto armenio: al servicio de Israel 
                      
                      Los dirigentes dem�cratas 
                      sionistas, bajo �rdenes israel�es, tuvieron un papel muy 
                      importante a la hora de socavar una resoluci�n del 
                      Congreso que condenaba como genocidio el asesinato de 1,5 
                      millones de armenios por parte de los turcos. Durante 
                      muchos a�os el estado de Israel y sus especialistas 
                      acad�micos, tanto en Israel como en EEUU, han negado el 
                      genocidio de Turqu�a contra los armenios en su patria 
                      ancestral entre 1915 y 1917 a pesar del voluminoso 
                      corpus de documentaci�n aportado por eruditos de todo 
                      el mundo. Una raz�n para esto es que la industria jud�a 
                      del Holocausto exige la exclusividad en el genocidio del 
                      siglo XX con el fin de incrementar su recaudaci�n de 
                      fondos y sus esfuerzos de propaganda. Otra raz�n 
                      contempor�nea mucho m�s importante para la negaci�n en 
                      Israel y EEUU del holocausto armenio es la estrecha 
                      colaboraci�n militar entre el estado sionista y Turqu�a y, 
                      en fechas m�s recientes, la nutrida presencia de 
                      consejeros militares y agentes secretos israel�es (del 
                      Mossad) en el norte de Iraq controlado por los turcos, el 
                      denominado Kurdist�n. 
                      El congresista Rahm Emanuel, ex 
                      miembro del ej�rcito israel� y hoy presidente del Comit� 
                      Pol�tico del Partido Dem�crata en la C�mara de 
                      Representantes, se opuso a la resoluci�n desde el 
                      principio y convenci� a un grupo de veteranos 
                      representantes de su partido para que exigieran la 
                      anulaci�n de los planes de votar esta medida en el 
                      Congreso. Profundamente conectado con los intereses de 
                      Israel, Emanuel tiene los pies bien plantados en una 
                      realidad de Oriente Pr�ximo definida seg�n la l�gica 
                      israel�. El congresista Emanuel justific� c�nicamente su 
                      servicio al estado de Israel con una retorcida 
                      declaraci�n: �Este voto (sobre el genocidio armenio) se 
                      dio de bruces con la realidad sobre el terreno en esa 
                      regi�n del mundo� (New York Times, 16 de octubre de 
                      2007). La quinta columna de Israel en el Congreso de EEUU 
                      ha expandido sus objetivos m�s all� del estrecho marco de 
                      la b�squeda israel� del control regional de Oriente 
                      Pr�ximo para ocuparse de asuntos hist�ricos que afectan a 
                      pueblos que no son ni �rabes ni musulmanes y que tocan 
                      indirectamente a los intereses estrat�gicos israel�es. Los 
                      estrategas israel�es consideran que la resoluci�n del 
                      Congreso sobre el genocidio armenio originar�a la 
                      hostilidad de Turqu�a contra EEUU, lo que incrementar�a la 
                      probabilidad de una invasi�n turca del Kurdist�n iraqu�, 
                      hoy bajo la influencia de EEUU e Israel. Agentes israel�es 
                      han estado entrenando y armando a comandos kurdos para que 
                      �stos participen en actividades terroristas en Ir�n y en 
                      otras zonas de la frontera turca, iran� y siria. Una 
                      invasi�n turca por tierra y aire destruir�a, o como m�nimo 
                      desarticular�a, estas bases terroristas, con la 
                      consiguiente movilizaci�n kurda generalizada en defensa de 
                      sus tropas irregulares. Los kurdos son clientes leales y 
                      sus milicias pershmergas cumplen una funci�n 
                      esencial en la limpieza �tnica de minor�as en el norte 
                      iraqu�, as� como en la salvaje represi�n de la resistencia 
                      en el centro del pa�s por parte de los mercenarios 
                      financiados por EEUU. Una invasi�n turca probablemente 
                      dar�a lugar a la transferencia de los ej�rcitos kurdos 
                      hacia su frontera con Turqu�a, amortiguando el control de 
                      Estados Unidos en Iraq y debilitando sus agresiones contra 
                      Ir�n. Los israel�es tendr�an que escoger entre su alianza 
                      con Turqu�a, su �nico aliado importante en Oriente 
                      Pr�ximo, retirando a sus agentes y cancelando sus ventas 
                      de armas a los kurdos iraqu�es o su apoyo a los 
                      separatistas kurdos. 
                      Las alarmas de la ZPC se 
                      encendieron para bloquear o frustrar la resoluci�n sobre 
                      el genocidio armenio y mostrarle al Primer Ministro turco 
                      Erdogan que Israel est� utilizando su poder sobre el 
                      Congreso de EEUU en beneficio de Turqu�a. En el conflicto 
                      que se entabl�, por un lado, entre millones de 
                      estadounidenses que aborrecen el genocidio -ocurra donde 
                      ocurra y sean quienes sean las v�ctimas- y el grupo de 
                      presi�n armenio y, por el otro, entre una docena de 
                      congresistas pro israel�es bien situados y sus 
                      multimillonarios contribuyentes sionistas, triunfaron los 
                      segundos. Incluso en un asunto tan palpable como el 
                      genocidio, la ZPC no tiene ni miedo ni verg�enza de 
                      oponerse a una resoluci�n simb�lica que reconozca un 
                      crimen hist�rico del mundo. 
                      La victoria sionista en el 
                      Congreso en la resoluci�n sobre el genocidio armenio 
                      ilustra gr�ficamente de qu� manera los intereses israel�es 
                      degradan nuestras instituciones y nuestros valores. El 
                      hecho de que muchos congresistas, incluida la mayor�a del 
                      Partido Dem�crata, estuviesen inicialmente convencidos de 
                      la justicia de aprobar dicha resoluci�n y de que m�s 
                      tarde, bajo las presiones de la direcci�n sionista en el 
                      Congreso, se retractaran de su apoyo, indica hasta qu� 
                      punto el Congreso ha degenerado para convertirse en una 
                      instituci�n sionista colonizada. No s�lo el Congreso hace 
                      caso omiso de su electorado, de los valores de las 
                      personas que los votaron, sino que tambi�n entrega sus 
                      propios valores y su conciencia a eso que Seymour Hersh 
                      acertadamente define como el �dinero de la Nueva York 
                      jud�a�. 
                      El esfuerzo israel� por evitar un 
                      ataque turco contra sus clientes kurdos est� estrechamente 
                      relacionado con sus esfuerzos por socavar las defensas 
                      iran�es y por acrecentar su capacidad de inteligencia 
                      mediante operaciones de comandos terroristas por parte de 
                      soldados irregulares kurdos. 
                      La principal actividad de todas 
                      las organizaciones jud�as pro israel�es de importancia 
                      -nacionales estatales y locales- es aislar y destruir Ir�n 
                      por medio de sanciones econ�micas y de un ataque masivo 
                      por parte de EEUU. No tienen la menor consideraci�n por 
                      los millones de iran�es que morir�an, resultar�an heridos 
                      o perder�an sus hogares a causa del esfuerzo 
                      estadounidense o israel� para �borrar a Ir�n del mapa�.
                      
                      Quien m�s recibe del dinero de la 
                      Nueva York jud�a (y de Los �ngeles, Miami y Chicago) es 
                      Hillary Clinton, la halc�n dem�crata m�s belicista en la 
                      campa�a electoral para las elecciones presidenciales de 
                      2008 y, de hecho, la dem�crata m�s halc�n desde la era de 
                      Vietnam. En un reciente art�culo publicado en Foreign 
                      Affairs, a Hillary Clinton s�lo le falt� precisar la 
                      fecha y las armas con las que Estados Unidos atacar� a 
                      Ir�n. En �l mantiene que �Ir�n representa un desaf�o 
                      estrat�gico a largo plazo contra EEUU y sus aliados y no 
                      se le debe permitir que desarrolle o adquiera armas 
                      nucleares... Si Ir�n no obedece, todas las opciones deben 
                      permanecer sobre la mesa� (The Guardian, 15 de 
                      octubre de 2007). 
                      Israel sabe hasta qu� punto los 
                      candidatos a la presidencia de EEUU son serviles a sus 
                      intereses y obedientes a los dictados de su grupo de 
                      presi�n. De lejos, Hillary Clinton es la elegida por los 
                      sionistas entre los candidatos dem�cratas a la 
                      presidencia. Le han perdonado que besase a Suha Arafat 
                      hace diez a�os, porque ha besado las dos mejillas de todos 
                      y cada uno de los cabilderos sionistas masculinos y 
                      femeninos y de los funcionarios israel�es en Washington, y 
                      adem�s ha aplaudido la represi�n de los palestinos. 
                      Hillary Clinton despert� la pasi�n y el placer de los 
                      presidentes de las principales organizaciones jud�as 
                      estadounidenses y es la �nica entre los candidatos 
                      dem�cratas a la presidencia que apoya la resoluci�n del 
                      Senado en la que se exige que el gobierno de EEUU declare 
                      que los guardianes revolucionarios del gobierno iran�, una 
                      divisi�n de elite del ej�rcito de Teher�n, es una �entidad 
                      terrorista�, lo que proporciona una justificaci�n a la 
                      Administraci�n Bush para un ataque preventivo masivo 
                      contra Ir�n y sus infraestructuras. 
                      En lo que respecta a las 
                      resoluciones sobre la financiaci�n de la guerra y las 
                      campa�as de sanciones contra Ir�n; a la legislaci�n 
                      proveniente de su grupo de presi�n y a los discursos en el 
                      Congreso; a las horas dedicadas a la campa�a para atacar 
                      Ir�n; a las columnas de opini�n publicadas y a los 
                      comentarios de expertos en los medios, la ZPC supera por 
                      diez a uno a cualquier otro grupo que est� a favor de la 
                      guerra contra Ir�n. No s�lo los sionistas monopolizan la 
                      propaganda de �Atacar Ir�n�, sino que lideran a todos los 
                      dem�s grupos autoritarios en la tarea de acallar a los 
                      cr�ticos de esta agresiva alternativa militar 
                      estadounidense. 
                      Quiero dejar perfectamente claro 
                      que la ZPC, los presidentes de las principales 
                      organizaciones jud�as estadounidenses, los Rahm Emanuel 
                      (israel�es o estadounidenses) que controlan el Comit� 
                      Pol�tico Dem�crata de la C�mara de Representantes... No 
                      hablan siempre y en cualquier sitio en nombre de la 
                      mayor�a de los jud�os estadounidenses, sobre todo en lo 
                      relativo a la negaci�n del genocidio armenio por parte de 
                      los turcos. Abraham Foxman, el belicoso presidente de la 
                      ADL, descubri� en Watham (Massachusetts) que tanto la 
                      comunidad local de origen armenio como sus compatriotas y 
                      vecinos de origen jud�o no toleran la negaci�n del 
                      genocidio armenio, ni siquiera por parte de la ADL. 
                      Bastantes sectores de jud�os estadounidenses se oponen al 
                      belicismo de Hillary Clinton y encuentran servil, incluso 
                      obsceno, su sometimiento a la ofensiva de los funcionarios 
                      israel�es. Las encuestas sionistas revelan que la mayor�a 
                      de los jud�os estadounidenses j�venes de alto nivel 
                      cultural cada vez est�n menos interesados en Israel y su 
                      quinta columna local, lo que contrar�a a los sedicentes 
                      l�deres de la comunidad. Sin embargo, el hecho de afirmar 
                      que una minor�a de jud�os no habla en nombre de una 
                      mayor�a mal dispuesta no disminuye su poder y su control 
                      sobre las instituciones pol�ticas de Estados Unidos y de 
                      la opini�n p�blica en lo que respecta a la pol�tica, las 
                      apropiaciones relativas a Oriente Pr�ximo o los intereses 
                      definidos por Israel. 
                      �Odiador de jud�os� se convirti� 
                      en el lema de agitaci�n de los ultraconservadores 
                      sionistas para sus purgas en foros p�blicos y en una 
                      llamada a la acci�n masiva directa por parte de cientos de 
                      importantes personajes jud�os locales y concejos 
                      comunitarios. Incluso miembros del consejo presbiteriano 
                      fueron intimidados por sionistas jud�os debido a su tibia 
                      posici�n de retirar sus inversiones de compa��as 
                      estadounidenses involucradas en la opresi�n de los 
                      palestinos. 
                      No ha habido ning�n 
                      acontecimiento trascendente que marque el momento en el 
                      que el conservadurismo sionista se transform� en fascismo 
                      sionista. La transici�n fue un proceso evolutivo durante 
                      el cual el racismo, el militarismo y el autoritarismo 
                      desarrollaron una base comunitaria masiva que se arraig� 
                      con el tiempo hasta convertirse en el modus operandi 
                      definitivo de la ZPC. 
                      Al igual que los movimientos 
                      fascistas anteriores, el fascismo sionista suscribe las 
                      doctrinas racistas del conocimiento: seg�n la 
                      epistemolog�a sionista s�lo los jud�os pueden criticar a 
                      los jud�os (si se atreven), pues el conocimiento de la 
                      judeidad est� monopolizado por un pueblo definido como 
                      comunidad cerrada. Esta teor�a �siofascista� del 
                      conocimiento se ve reforzada por las frecuentes 
                      amonestaciones de sionistas progresistas o izquierdistas 
                      que con frecuencia desacreditan o advierten a autores no 
                      jud�os que se adentran en los debates jud�os por su cuenta 
                      y riesgo. 
                      El fascismo sionista no es s�lo 
                      una expresi�n ideol�gica de un grupo marginal de 
                      extremistas tendenciosos. Su ideolog�a y su pr�ctica, en 
                      todo o en parte, han sido adoptadas por organizaciones 
                      jud�as convencionales. 
                      El autoritarismo sionista 
                      en marcha 
                      El autoritarismo sionista 
                      popular, que practica a un ritmo acelerado la coerci�n, la 
                      represi�n y el chantaje econ�mico en defensa de Israel y 
                      la ZPC, es un hecho en cada regi�n, en cada c�rculo de 
                      vida social, cultural y acad�mica de Estados Unidos. Mas 
                      abajo citamos una peque�a muestra de casos que han tenido 
                      eco nacional e incluso internacional y que ilustran una 
                      tendencia mucho m�s amplia. No existe una base de datos 
                      integral que cubra los cientos de incidentes de 
                      intimidaci�n sionista y de control de las ideas que 
                      ocurren semanalmente sin que sus v�ctimas los denuncien 
                      por miedo a las represalias o porque no lograr�an una 
                      atenci�n comprensiva del p�blico a causa de los prejuicios 
                      de los medios. En conversaciones informales, escritores y 
                      periodistas me han contado las visitas de personajes 
                      importantes jud�os y miembros de concejos comunitarios 
                      jud�os a editores de peri�dicos locales para exigir el 
                      despido de columnistas que se hab�an atrevido a criticar, 
                      por ejemplo, la horrenda invasi�n de L�bano por parte de 
                      Israel. Despu�s de una de tales �visitas y charlas�, un 
                      columnista local nunca m�s se atrevi� a criticar o a 
                      escribir sobre Oriente Pr�ximo. Esto no ocurre s�lo en 
                      Estados Unidos. En 2004, tras haber escrito un art�culo 
                      para el diario de Ciudad de M�xico La Jornada en el 
                      que critiqu� la despiadada represi�n de los palestinos en 
                      Jena y la disculpa de los sionistas estadounidenses por 
                      los asesinatos masivos, el embajador israel� en M�xico 
                      visit� a los editores del diario para exigirles que 
                      dejasen de publicar mis art�culos. El editor se neg� a 
                      acceder en aquel momento, pero poco despu�s La Jornada 
                      public� feroces ataques personales escritos por sus 
                      columnistas regulares (uno de ellos trotskista y el otro 
                      un dentista jud�o) en los que etiquetaban mis cr�ticas 
                      como �propaganda nazi�, similar a la de los Protocolos de 
                      Si�n. Esto sucedi� en un presunto peri�dico progresista 
                      independiente. 
                      Las visitas confidenciales, las 
                      llamadas telef�nicas insultantes de sionistas fan�ticos, 
                      incluidas las amenazas de muerte, no son pr�cticas poco 
                      habituales entre siofascistas �respetables�. Un incidente 
                      implic� a una doctora que recibi� una visita en su 
                      consulta de un colega sionista fan�tico que se quej� de su 
                      carta al peri�dico local en la que criticaba el papel que 
                      representaron los sionistas al financiar la derrota 
                      electoral de Cynthia McKinney, la congresista de Georgia, 
                      por haber criticado la pol�tica israel�. Fue �advertida� 
                      de que criticar las actividades de organizaciones jud�as 
                      destinadas destruir a pol�ticos -sobre todo pol�ticos 
                      negros- por su apoyo a los derechos civiles palestinos, 
                      era antisemita. Los estadounidenses de origen africano, le 
                      dijeron, eran cada vez m�s desagradecidos con los jud�os 
                      estadounidenses, que hab�an dirigido y financiado la lucha 
                      por los derechos civiles y, por lo tanto, hab�a que darles 
                      una lecci�n de historia. Un grupo de patricios locales 
                      hab�a escogido a su colega sionista -ex estudiante de 
                      Harvard- para que le comunicara este mensaje. Cuando se 
                      declar� a s� mismo �jud�o y sionista�, ella le replic� que 
                      era �antifascista y antisionista� y le se�al� la puerta 
                      con el dedo, no sin antes preguntarle c�mo un hombre de su 
                      elevado prestigio profesional pod�a soportar la tarea 
                      degradante de tratar de censurar a una colega. Estas 
                      visitas de sionistas respetables intimidan a otros con 
                      menos arrojo y fortaleza intestinal que ella. 
                      Cuando leyeron el manuscrito de 
                      mi libro The Power of Israel in the United States 
                      (El poder de Israel en Estados Unidos), muchos de mis 
                      antiguos editores me notificaron que era un texto 
                      fenomenal... pero... no quer�an sufrir las consecuencias, 
                      las amenazas y los vituperios que ser�an de esperar de la 
                      ZPC, de universitarios jud�os, de escritores contratados y 
                      de editores. Incluso el editor que por fin acept� publicar 
                      mi libro expres� el miedo leg�timo que sent�a de la 
                      hostilidad sionista y al final una docena de profesores 
                      jud�os cancelaron sus pedidos del libro para sus clases.
                      
                      Una muestra de los casos m�s 
                      conocidos de los esfuerzos sionistas por acallar y purgar 
                      de cr�ticos de la sociedad estadounidense con Israel y el 
                      ZPC, incluye el de m�s de mil antiguos alumnos sionistas 
                      del Barnard College que hicieron una campa�a para impedir 
                      que la profesora Nadia Abu Hajel obtuviese la c�tedra en 
                      propiedad por haber publicado Facts on the Ground 
                      (Hechos sobre el terreno), una cr�tica destructora de los 
                      esfuerzos arqueol�gicos israel�es por borrar los siglos de 
                      continua presencia palestina en Tierra Santa (Chronicle 
                      of Higher Education, 5 de agosto de 2007). 
                      En fechas m�s cercanas tuvo lugar 
                      la campa�a p�blica para anular la invitaci�n de la 
                      Universidad de Columbia al primer ministro iran� Mahmud 
                      Ahmedineyad, que dio lugar a la inaudita y ofensiva 
                      presentaci�n de �ste por parte del presidente de la 
                      universidad. 
                      La prohibici�n de la exitosa obra 
                      de teatro brit�nica My name is Rachel Corrie (Mi 
                      nombre es Rachel Corrie), basada en los escritos de la 
                      activista estadounidense asesinada, cuya puesta en escena 
                      estaba programada en Nueva York, Miami y Toronto, caus� 
                      consternaci�n entre aficionados al teatro y actores en 
                      ambos lados del Atl�ntico. El soldado israel� que asesin� 
                      a la joven fue absuelto en Israel, mientras que las 
                      palabras de Rachel fueron prohibidas en la capital 
                      cultural de su propio pa�s. 
                      En fechas todav�a m�s recientes, 
                      el Chicago Council of Global Affairs cedi� a las presiones 
                      de los cabilderos sionistas y cancel� una conferencia de 
                      los respetados catedr�ticos de ciencias pol�ticas John 
                      Mearsheimer y Stephan Walt, debido a su ensayo cr�tico 
                      The Israel Lobby (El lobby israel�). 
                      La lista es larga e incluye las 
                      cancelaciones de un concierto de Marcel Khalife en San 
                      Diego (California) y de una invitaci�n al obispo 
                      sudafricano Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz, debido a 
                      su cr�tica de las pol�ticas de apartheid israel�es en los 
                      territorios ocupados. 
                      Otra campa�a que se sald� con 
                      �xito fue la que impidi� a la escritora Susan Abulhawa que 
                      presentara su apasionante novela The Scar of David 
                      (La cicatriz de David) (7) en una librer�a de Barnes & 
                      Noble de Bayside (Nueva York). Esto se sigui� de un ataque 
                      a trav�s del ciberespacio contra la autora para 
                      desacreditar una gira publicitaria programada. Este ataque 
                      a favor de Israel fue dirigido por catorce rabinos y el 
                      presidente de la comunidad de concejos jud�os de Queens 
                      (Nueva York). 
                      La distribuidora University of 
                      Michigan Press recibi� presiones para que retirase la 
                      distribuci�n de Overcoming Zionism (Superando el 
                      sionismo), de Joel Kovel, en violaci�n de un contrato con 
                      la editorial Pluto Press que la obligaba a hacerlo. La 
                      distribuidora amenaz� entonces con parar la distribuci�n 
                      de todos libros publicados por Pluto Press. 
                      Las recientes audiencias de un 
                      comit� selecto del Congreso, que investig� el ataque 
                      militar israel� contra la fragata USS Liberty (al cabo de 
                      40 a�os, durante los cuales el lobby israel� hab�a 
                      impedido con �xito una investigaci�n oficial) dictamin� 
                      que Israel es culpable del asesinato y la mutilaci�n 
                      deliberados de m�s de 100 estadounidenses de la 
                      tripulaci�n. Sus escandalosas conclusiones, publicadas en 
                      el Diario del Congreso, nunca aparecieron en la prensa ni 
                      en los medios audiovisuales. 
                      En violaci�n de las resoluciones 
                      de las Naciones Unidas, la agresi�n militar de Israel 
                      contra L�bano, Siria y Palestina fue recompensada por el 
                      Congreso de Estados Unidos con 30.000 millones de d�lares 
                      adicionales de ayuda militar durante los pr�ximos diez 
                      a�os, lo cual hizo que el �tributo anual a Israel� 
                      sobrepasase los 6.000 millones de d�lares por a�o (New 
                      York Times, 16 de agosto de 2007). En un tiempo de 
                      d�ficits r�cord y de reducciones en los programas 
                      nacionales de servicios educativos y de salud para ni�os 
                      pobres, el voto que otorg� los 30.000 millones de d�lares 
                      a Israel pas� pr�cticamente sin discusi�n por parte del 
                      partido de la oposici�n. 
                      El periodista y documentalista 
                      australiano John Pilger produjo una cr�tica mordaz de 
                      Israel titulada Palestine is Still the Issue (La 
                      cuesti�n sigue siendo Palestina) que se hab�a visto en 
                      todo el mundo. Su exhibici�n, que estaba programada en el 
                      canal educativo p�blico de San Francisco, fue bloqueada 
                      tras una campa�a dirigida por los concejos de relaciones 
                      de la comunidad jud�a. 
                      La escuela secundaria p�blica 
                      biling�e �rabe-ingl�s Kahil Gibran de Nueva York (llamada 
                      as� en honor del poeta cristiano liban�s del mismo 
                      nombre), fue vilipendiada por la ZPC (New York Times, 
                      11 de agosto de 2007), lo que llev� al despido de su 
                      directora, una estadounidense de origen �rabe. Su crimen 
                      fue que hab�a traducido con exactitud la palabra �rabe 
                      intifada como �desembarazarse�, en vez de vociferar contra 
                      el movimiento de derechos palestinos en los territorios 
                      ocupados. La federaci�n de profesores, controlada por 
                      sionistas, apoy� activamente la flagrante purga de uno de 
                      sus propios miembros por sus �cr�menes ideol�gicos�.
                      
                      En el San Francisco State College 
                      hubo una campa�a dirigida por el Director Ejecutivo de los 
                      concejos de relaciones de la comunidad jud�a de la ciudad 
                      para prohibir un mural que mostraba a un famoso personaje 
                      palestino de dibujos infantiles, un desafiante ni�o 
                      peque�o que hace frente a las fuerzas de ocupaci�n 
                      israel�es. El problema en cuesti�n, seg�n los l�deres 
                      jud�os locales, era que el ni�o ten�a una llave en su 
                      mano, lo que constitu�a una �referencia encubierta al 
                      derecho de los palestinos al retorno a Israel� (Jewish 
                      Forum, 10 de agosto de 2007). 
                      Una de las m�s duras y pr�speras 
                      campa�as de purga sionista fue la que impidi� que el muy 
                      respetado profesor y erudito Norman Finkelstein obtuviese 
                      en propiedad su c�tedra de la Universidad De Paul, de 
                      Chicago. La purga, liderada por Alan Dershowitz, profesor 
                      de Derecho en Harvard, fue una respuesta directa a los 
                      numerosos estudios acad�micos de Finkelstein, cr�ticos con 
                      Israel y con la explotaci�n del Holocausto como medio de 
                      promover los objetivos de la ZPC. 
                      A pesar de las recomendaciones de 
                      tres comit�s acad�micos de la Universidad de Yale, los 
                      millonarios fil�ntropos sionistas lograron bloquear el 
                      nombramiento al cargo de catedr�tico de Juan Cole, un 
                      renombrado especialista en Oriente Pr�ximo. Los 
                      millonarios amenazaron con retirar sus contribuciones y 
                      algunos catedr�ticos sionistas prepararon un ataque 
                      difamatorio contra Cole (1 de junio de 2006). 
                      Se organiz� una campa�a para 
                      ejercer presi�n y lograr que algunos fondos de pensiones 
                      del Estado retirasen su dinero de cualquier compa��a que 
                      tuviese relaciones con Ir�n y los invirtieran en bonos de 
                      Israel. Hasta ahora ha dado resultado en Texas, Florida, 
                      Nueva York y Nueva Jersey. Varios gobernadores fueron 
                      �persuadidos� durante viajes sionistas a Israel pagados 
                      con fondos p�blicos (Houston Chronicle, 18 de julio 
                      de 2007). Durante uno de estos viajes pagados con fondos 
                      p�blicos, el gobernador McGreevy, de Nueva Jersey, hoy 
                      ca�do en desgracia, conoci� a un agente israel� con el que 
                      tuvo una relaci�n homosexual y luego hizo que lo nombrasen 
                      jefe de seguridad del estado de Nueva Jersey, hasta que el 
                      FBI intervino. McGreevy renunci� a su cargo tras denunciar 
                      al israel�, un tal Golan Cipal, por chantaje. 
                      La Liga Antidifamaci�n, que es 
                      una correa de transmisi�n pro israel�, forz� al �nico 
                      congresista musulm�n, Keith Ellison, a que se retractara y 
                      humillara por atreverse a comparar las t�cticas de la 
                      administraci�n Bush con las de los nazis (Jewish 
                      Telegraph Agency, 20 de julio de 2007). Como en el 
                      caso de la congresista McKinney, el castigo sionista 
                      contra los pol�ticos afroestadounidenses es 
                      particularmente vehemente. 
                      Las principales organizaciones 
                      sionistas, lideradas por el American Jewish Committee, 
                      movilizaron con �xito a los bur�cratas del principal 
                      sindicato de EEUU para que denunciasen los boicots a 
                      Israel del militante sindicato del Reino Unido (Jerusalem 
                      Post, 22 de julio de 2007). Los sindicatos CIO-AFL 
                      est�n bajo el control de la ZPC y han comprado fondos de 
                      pensiones en bonos de Israel -por valor de m�s de 5.000 
                      millones de d�lares- que constantemente registran bajos 
                      �ndices de rendimiento, lo cual provoca todos los a�os 
                      p�rdidas de cientos de millones de d�lares en beneficios a 
                      sus 12 millones de afiliados. 
                      El decano de religi�n Barry Levin, 
                      un activista profesional de Israel en la Universidad 
                      McGill, despidi� recientemente al profesor Norman Cornelt, 
                      despu�s de 15 a�os de ense�anza, por su apoyo a los 
                      derechos humanos de los palestinos (Montreal Gazette, 
                      2 de junio de 2007). 
                      Todos los peri�dicos importantes 
                      han publicado editoriales y rese�as difamatorias atacando 
                      el estudio cr�tico del antiguo presidente Jimmy Carter, 
                      Palestine: Peace not Apartheid (Palestina: la paz, no 
                      el apartheid). Esto formaba parte de una campa�a de 
                      propaganda de alta prioridad, coordinada por 
                      organizaciones sionistas muy importantes e inclu�a al 
                      profesor Alan Dershowitz (Washington Report on Middle 
                      East Affairs, abril 2007). 
                      El ilustre autor jud�o Tony Judt, 
                      catedr�tico de la Universidad de Nueva York, vio cancelada 
                      su invitaci�n a una charla programada en el consulado 
                      polaco debido a la oposici�n sionista contra su cr�tica de 
                      la pol�tica israel�. 
                      B�nai Brith, de Vancouver 
                      (Canad�), atac� un sitio web canadiense llamado Peace, 
                      Earth and Justice y le oblig� a retirar 18 art�culos 
                      cr�ticos con Israel. 
                      A principios de 2007 la ZPC 
                      intervino en la Comisi�n estadounidense de derechos 
                      civiles e introdujo una secci�n que equipara el 
                      antisionismo con el antisemitismo y difam� docenas de 
                      programas de estudios acad�micos sobre Oriente Pr�ximo 
                      como centros universitarios de �antisemitismo�. La 
                      Asociaci�n de Estudios de Oriente Pr�ximo de Am�rica del 
                      Norte, el principal grupo acad�mico, escribi� una 
                      refutaci�n razonada el 11 de junio de 2007. 
                      Los planes para construir una 
                      mezquita destinada a la comunidad musulmana de Roxbury (Massachusetts) 
                      fueron atacados en una campa�a del �Proyecto de David�, un 
                      grupo sionista afiliado a los concejos de la comunidad 
                      jud�a de Boston y sus suburbios. 
                      Bas�ndose en el testimonio 
                      confidencial de agentes de inteligencia israel�es y con el 
                      apoyo de la ZPC, se presentaron cargos de terrorismo 
                      contra 16 miembros de una sociedad ben�fica isl�mica de 
                      EEUU. Un tribunal de Texas los conden� por cr�menes contra 
                      Israel, incluso si muchos de los acusados eran ciudadanos 
                      estadounidenses y no tuvieron posibilidad de carearse con 
                      sus acusadores encapuchados, agentes secretos israel�es 
                      que operaban en EEUU. El acusado principal, el doctor 
                      Rafil Dhofer, fue condenado a 22 a�os por un crimen 
                      israel�, incluso si nunca hab�a sido condenado por ning�n 
                      crimen cometido en Estados Unidos. Ni a los acusados ni a 
                      sus abogados se les permiti� interrogar a los testigos 
                      extranjeros secretos. 
                      Las organizaciones siofascistas 
                      universitarias, dirigidas por su �peque�o Fuhrer� David 
                      Horowitz, acosan regularmente a negros, latinos y �rabes 
                      estadounidenses elogiando los beneficios obtenidos por la 
                      trata de esclavos africanos y defienden el uso de la 
                      tortura y el asesinato por parte de los israel�es y de sus 
                      hom�logos estadounidenses en Iraq y Guant�namo. Adem�s 
                      difaman a catedr�ticos no suficientemente favorables al 
                      sionismo, esp�an a instructores, interrumpen clases, 
                      interponen demandas judiciales contra profesores, otros 
                      estudiantes y administradores de universidades por 
                      prejuicios antisionistas en todo el �mbito de Estados 
                      Unidos. 
                      A pesar del giro sionista hacia 
                      t�cticas fascistas y de su adopci�n de medidas coercitivas 
                      autoritarias, el hecho es que todav�a s�lo controlan 
                      parcialmente la sociedad civil y el poder pol�tico. 
                      Algunas de sus jugadas siofascistas de poder han salido 
                      derrotadas en circunstancias espec�ficas, al menos por el 
                      momento. La obra de teatro My name is Rachel Corrie 
                      fue representada en salas repletas en Londres, Seattle y 
                      otras valientes ciudades, a pesar de que fue prohibida en 
                      Nueva York, Toronto y Miami. 
                      Norman Finkelstein fue despedido, 
                      pero consigui� un fuerte apoyo en todo el mundo acad�mico 
                      y pudo negociar una compensaci�n econ�mica por la cobarde 
                      traici�n del cuerpo docente de la Universidad De Paul. 
                      Pero, sobre todo, el profesor Finkelstein est� 
                      contraatacando. 
                      La Universidad de Michigan fue 
                      obligada a distribuir el libro de Kovel, a pesar de que 
                      amenaz� con cancelar su contrato con la editorial Pluto 
                      Press. 
                      La lecci�n est� clara: el aumento 
                      del judeofascismo representa un peligro claro y actual 
                      para nuestras libertades democr�ticas en Estados Unidos. 
                      Sus miembros no se presentan con camisas negras ni saludan 
                      con el brazo extendido. Sus rostros p�blicos son los de un 
                      abogado, un fil�ntropo de bienes ra�ces o un profesor de 
                      universidad prestigiosa, todos ellos bien afeitados, con 
                      corbata y mejillas sonrosadas. Trabajan duro para enviar a 
                      los miembros de familias no sionistas a luchar a las 
                      guerras en Oriente Pr�ximo en defensa del Gran Israel. Y 
                      nos dicen que guardemos silencio, so pena de difamaci�n, 
                      de exclusi�n fuera de nuestras comunidades, de la p�rdida 
                      de nuestro empleo o de algo peor... El castigo ejemplar de 
                      muchas voces peque�as es lo que ha venido manteniendo bajo 
                      el n�mero de cr�ticos ruidosos... hasta hace poco. En 
                      Estados Unidos hay una c�lera y una hostilidad cada vez 
                      mayores contra la ZPC, contra sus arrogantes y 
                      autoritarios ataques a nuestros valores democr�ticos. 
                      Tarde o temprano habr� una reacci�n muy importante contra 
                      aquellos que, por vocaci�n o convicci�n, participaron en 
                      los despidos, la censura y las campa�as de intimidaci�n 
                      contra la mayor�a estadounidense. El pueblo de este pa�s 
                      no recordar� sus gritos de antisemitismo, sino su 
                      responsabilidad al enviar a miles de soldados 
                      estadounidenses a morir en Oriente Pr�ximo por los 
                      intereses de Israel. 
                      Es de esperar que quienes piden 
                      justicia no utilicen leyes autoritarias como la Patriot 
                      Act ni las rigurosas y degradantes t�cnicas de 
                      interrogatorio (la tortura), ni tampoco las pr�cticas 
                      anti�rabes y antimusulmanas promovidas por los sionistas 
                      del Pent�gono, del Congreso y de los departamentos de 
                      Justicia y Seguridad. Quienes se oponen al sionismo tienen 
                      que cumplir estrictamente con los m�s altos patrones 
                      morales. 
                      Notas
                      (1) V�anse las 
                      recientes manifestaciones (septiembre y octubre) del ex 
                      presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan y del 
                      general estadounidense John Abizaid, entre otros). 
                      
                      (2) Big Oil es un t�rmino 
                      usado para describir a las transnacionales del petr�leo 
                      m�s importantes, as� como su poder e influencia en la 
                      pol�tica, particularmente en la de Estados Unidos. Las 
                      principales corporaciones que se suelen incluir en Big 
                      Oil son: ExxonMobil, Chevron Corporation, BP, Royal 
                      Dutch Shell y ConocoPhillips. [N. de los T.]
                      (3) �La Configuraci�n del Poder 
                      Sionista (ZPC) cuenta con m�s de 2.000 funcionarios a 
                      tiempo completo, m�s de 250.000 activistas, m�s de 1.000 
                      multimillonarios donantes pol�ticos que contribuyen con 
                      sus recursos a los dos partidos estadounidenses en el 
                      Congreso. La ZPC proporciona el 20% del presupuesto de 
                      ayuda militar exterior estadounidense destinado a Israel, 
                      m�s del 95% del apoyo del Congreso al boicot israel� y las 
                      incursiones de su ej�rcito en Gaza, L�bano y la opci�n 
                      militar preventiva contra Ir�n. La invasi�n estadounidense 
                      y la pol�tica de ocupaci�n en Iraq, incluida la 
                      falsificaci�n de las pruebas que justificaban la invasi�n, 
                      estuvieron fuertemente influenciadas por altos 
                      funcionarios devotamente leales y vinculados a Israel�. 
                      Cf. J.Petras en
                      
                      
                      http://xymphora.blogspot.com/2007/07/zionist-power-configuration.htm
                      
                      (4) �Big Oil Plays a Waiting Game 
                      over Iraq �s Reserves�, Financial Times, 19 de 
                      septiembre de 2007. 
                      (5) �rgano informativo de la 
                      Conferencia de Presidentes de las Principales 
                      Organizaciones Jud�as Estadounidenses (PMAJO), lobby 
                      sionista estadounidense. [N. de los T.]
                      (6) The American Israel Public 
                      Affairs Committee, principal lobby israel� en Estados 
                      Unidos. [N. de los T.]
                      (7) El t�tulo de esta obra en 
                      ingl�s juega con la similitud fon�tica entre scar, 
                      cicatriz, y star, estrella. [N. de los T.]