La
justicia olvidada: �Qu� pas� en Palestina?
Kathleen Christison
Traducido por Manuel Talens y
Paloma Valverde
A finales de agosto y bajo el patrocinio del
grupo Network of Spiritual Progressives, dirigido por
Michael Lerner, un grupo de dirigentes de organizaciones contra
la guerra celebraron una conferencia con el fin de planificar
una estrategia a largo plazo para el movimiento contra la
guerra. Los participantes, entre los que se encontraban
dirigentes de los grupos por la paz m�s conocidos de Estados
Unidos �United for Peace and Justice, Code Pink,
Pax Christi, Department of Peace, y otros� as�
como el propio Lerner y los congresistas dem�cratas Lynn Woolsey
y Jim Moran. Hablaron de Iraq, desde luego, pero pr�cticamente
no hicieron m�s. Se habl� algo de �paz y justicia� en general,
una menci�n por encima para intentar detener una agresi�n a Ir�n
y muchas conversaciones sobre evitar las acciones en todos los
temas, lo que implica incluso Iraq, hasta que Woolsy y un par de
compa�eros progresistas intentaron manipular a los congresistas
dem�cratas indecisos para �respaldar� una retirada de Iraq. Esto
debe ser el nuevo concepto de oponerse a la guerra: no hacer
nada.
Pudiera creerse que todo est� bien en el
mundo. No se habl� sobre la agresi�n de Estados Unidos [EEUU] a
Afganist�n �lo que incluso el movimiento contra la guerra asume
como una �guerra buena�, pese al gran n�mero de civiles
inocentes, nunca recordados, que han asesinado all�. No se
habl� nada respecto a proteger a L�bano de los frecuentes
ataques israel�es y tampoco nada, desde luego, sobre apoyar los
derechos humanos y nacionales palestinos o luchar contra las
tremendas violaciones que de esos derechos comete Israel. En
resumen, nada sobre las tremendas injusticias que EEUU comete en
todo el mundo, fundamentalmente dentro de la llamada guerra
contra el terrorismo, y que el movimiento contra la guerra
ignora. Se trata de un movimiento pacifista pero, al parecer, no
es un movimiento por la justicia.
Curiosamente, dos de los ponentes �Lerner y
Rick Ufford-Chase, un representante de la Iglesia presbiteriana
estadounidense, que ahora dirigen organizaciones creadas tras
los intentos iniciales de poner encima de la mesa la cuesti�n
israelopalestina, salieron mal parados frente a una fuerte
oposici�n de los partidarios de Israel. Lerner cre� el
Network of Spiritual Progressives despu�s de que sus
Comunidades Tikkun se enfrentaran a una gran oposici�n
por parte de la comunidad jud�a frente a los intentos de
Tikkun de crear una v�a intermedia entre Israel y los
palestinos. Ufford-Chase fue el principal portavoz presbiteriano
cuando en 2004 la iglesia lanz� una campa�a para rechazar a las
empresas que apoyan la ocupaci�n israel�, pero en 2006 despu�s
de que la iglesia abandonara esa postura tras los duros ataques
de los partidarios de Israel, el Presbyterian Peace
Fellowship, liderado por Ufford-Chase, fund� una nueva
organizaci�n centrada espec�ficamente en Iraq, denominada
Christian Peace Witness for Iraq.
El movimiento contra la guerra abandon� as� a
Palestina y a los palestinos en manos de la maquinaria de guerra
israeloestadounidense. Este abandono no es nuevo de ninguna
manera; simplemente con el paso del tiempo es cada vez m�s
injusto. [La organizaci�n] United for Peace and Justice [UFPJ]
siempre ha sido cauta al hablar en nombre de los palestinos. En
junio organizaron una manifestaci�n contra la ocupaci�n israel�
haci�ndola coincidir con el 40� aniversario de la ocupaci�n,
pero esto fue una mera formalidad, ya que la secci�n de la
p�gina web de UFPJ que se ocupa de la campa�a de paz
israelopalestina lleva sin actualizarse desde mediados de 2004.
Pax Christi trabaja de modo regular el desarme nuclear,
de la Escuela de las Am�ricas, de Iraq, de la inmigraci�n, de
Hait� �como debe ser, desde luego� pero �y de Palestina? Apenas,
si es que se ocupa alguna vez. Y as�, salvo por algunas notables
excepciones, ocurre en todo el abanico de los movimientos por la
paz.
El �ltimo libro de Scott Ritter, titulado
Waging Peace, sobre la creaci�n de una estrategia para el
movimiento contra la guerra, no alude a la situaci�n tan
contraria a la paz en Palestina. MoveOn.org y otras
organizaciones pol�ticas apenas mencionan que alguna vez han
o�do hablar de Palestina. Ocurre lo mismo con emisiones
liberales de la radio estadounidense, en concreto con Thom
Hartmann y Randi Rhodes. Iniciativas populares como la
Declaraci�n de Paz no hacen menci�n de Palestina y la m�s que
previsible tragedia hacia la que se encamina. Ninguna de las
magn�ficas pel�culas sobre la agresi�n mundial del gobierno Bush
�ni Fahrenheit 9/11, ni Uncovered, ni Hijacking
Catastrophe, ni No End in Sight, ni ninguna de las
que se han estrenado en los �ltimos a�os� contiene una palabra
sobre el gran papel que juega Israel en la maquinaria
imperialista estadounidense o sobre la carta blanca que los
instigadores de la guerra estadounidenses han dado a Israel para
que intensifique su opresi�n contra los palestinos y asesine a
la naci�n palestina. Y �ste es el asunto clave: la maquinaria de
guerra de Israel forma parte esencial de la maquinaria de guerra
estadounidense. El asalto israel� a los palestinos forma parte
de la �guerra contra el terrorismo� estadounidense y EEUU e
Israel no van a una guerra en ning�n lugar de la regi�n sin una
estrecha coordinaci�n y cooperaci�n. EEUU hace posible la
ocupaci�n de Israel y la opresi�n de los palestinos; Israel
facilita y alienta la pol�tica de guerra de EEUU. Uno no act�a
sin el otro y el sufrimiento palestino no puede separarse de
ninguna de las atrocidades que esta maquinaria de guerra
perpetra en cualquier parte de Oriente Pr�ximo, ya sea en Iraq,
Afganist�n, L�bano o Ir�n. A pesar de que quienes apoyan a
Israel condenan rotundamente cualquier intento de relacionar a
Israel con la planificaci�n de la guerra de Iraq, no dudan en
asociar a los palestinos con los �terroristas� contra los cuales
se supone que se lucha en la guerra de Iraq y en la �guerra
contra el terrorismo�.
En su nuevo libro sobre el grupo de presi�n
israel�, John Mearsheimer y Stephen Walt aportan pruebas
abrumadoras que demuestran el papel de Israel y sus cabilderos
en empujar y apoyar de manera entusiasta la guerra de Iraq. En
realidad, la guerra la anunciaron los neoconservadores como una
v�a hacia la capitulaci�n palestina (�El camino de Jerusal�n
pasa por Bagdad�) �la idea era que con la derrota y humillaci�n
de Sadam Husein y de Iraq, EEUU intimidar�a de tal forma a los
palestinos que se rendir�an con facilidad ante Israel. Pero la
comunidad de la paz evita sesudamente reconocer la relaci�n de
Israel con la guerra. Tambi�n ignora con aplicaci�n la realidad
de los v�nculos en la relaci�n entre EEUU e Israel cuando
argumenta que la guerra de Iraq es el tema urgente de esos d�as,
que es donde est�n asesinando estadounidenses y que es ah� donde
se deben concentrar los esfuerzos de las protestas. Una se
pregunta por qu� �la paz y la justicia� no le importaba a esta
comunidad pacifista antes de la guerra de Iraq, cuando los
palestinos llevaban ya d�cadas sufriendo la injusticia y la
opresi�n a manos de Israel y EEUU.
Fuera de EEUU, la interrelaci�n entre el
conflicto israelopalestino y la agitaci�n en el resto de la
regi�n se comprende perfectamente. Las encuestas de opini�n en
Europa y Oriente Pr�ximo han demostrado repetidamente que el
apoyo de EEUU a Israel es la causa principal del incremento del
sentimiento antiestadounidense en todas partes. En Irlanda,
seg�n public� en Haaretz James Bowen, presidente del
Comit� de Solidaridad con Palestina, �la indignaci�n� frente a
las injusticias que Israel perpetra contra los palestinos �y
especialmente la confiscaci�n de tierras y el derribo de
viviendas, que tanto recuerdan las pr�cticas brit�nicas de hace
un siglo en Irlanda� ha alcanzado �[�] tal grado, que incluso en
las m�s altas instituciones conservadoras, que normalmente
intentan evitar las cuestiones pol�ticas, han llegado a expresar
su preocupaci�n�. La Academia de artistas irlandeses,
patrocinada por el Estado, normalmente apol�tica, emiti� a
principios de este a�o un comunicado animando a los artistas
irlandeses y a las instituciones culturales a �reflexionar en
profundidad� antes de cooperar con los eventos culturales e
instituciones patrocinadas por el Estado de Israel. �[�] El odio
se extiende en todo el mundo�, escribe Bowen. Tambi�n en Reino
Unido, varias organizaciones han hecho llamamientos al boicot de
Israel en los �mbitos acad�micos, culturales y laborales. Pero
no en EEUU. A pesar de la indignaci�n en Irlanda, los boicots en
Reino Unido, el odio en todo el mundo por la opresi�n que
Israel, financiado por EEUU, ejerce contra otro pueblo, la
comunidad pacifista y el movimiento contra la guerra en EEUU es
inmutable. Las tremendas injusticias hacia los palestinos crean
poca preocupaci�n entre quienes se centran en el urgente
problema en Iraq. Sin embargo, el conflicto israelopalestino,
concretamente la desesperada situaci�n de los palestinos es
ahora, y lo ha sido mucho antes de que Iraq se convirtiera en un
tema urgente, la cuesti�n central en la pol�tica de Oriente
Pr�ximo, el inestable centro de la regi�n m�s inestable del
mundo. [Palestina] Supone el mayor agravio de los pueblos
�rabes, un agravio contra Israel como causante, y contra EEUU
como proveedor de armas y benefactor de Israel contra los
dirigentes de los estados �rabes que no han sido capaces de
ayudar o defender a los palestinos. El movimiento contra la
guerra ignora el tema m�s explosivo, el �nico que subraya todos
los dem�s, cuando apoya a los palestinos e ignora el tratamiento
cada vez m�s brutal de Israel. Apartar la mirada de Palestina es
apartar la mirada de la justicia hacia una paz falsa, y como
poco, incompleta.
Por lo tanto, el movimiento contra la guerra
b�sicamente se contenta a s� mismo con protestar contra la
guerra de Iraq por razones egoc�ntricas, por el asesinato de
[soldados] estadounidenses y por el desv�o de enormes sumas de
dinero correspondientes a asuntos nacionales. El movimiento
contra la guerra refleja de muchas formas y ampliamente el
pensamiento y la percepci�n de la sociedad y el miedo entre los
activistas �as� como entre los pol�ticos dem�cratas� de que se
considere que no �apoyan a las tropas�, no apoyan de manera
adecuada a EEUU y, consecuentemente, no son debidamente
patri�ticos, es intenso y omnipresente porque la sociedad en
general ha establecido este tema como asunto central.
Pero un problema incluso mayor para el
movimiento contra la guerra es el miedo de que lo etiqueten
f�cilmente de terrorista e islamista. En una era en la que la
derecha inventa �el choque de civilizaciones� entre Occidente y
el mundo �rabe, y un discurso p�blico te�ido cada vez m�s de
prejuicios antimusulmanes, es sencillamente demasiado inc�modo
para muchos en la izquierda que los pillen en el lado equivocado
de las barricadas, exigiendo justicia para los palestinos o
�rabes y musulmanes. Los activistas contra la guerra temen que
se les asocie con la resistencia iraqu� e incluso m�s con los
palestinos, todos ellos considerados �resistentes� y
�terroristas� contra Israel. Muchos que nunca pusieron reparos a
que los tacharan de comunistas por apoyar al Viet Cong durante
la guerra de Vietnam ahora temen que se los etiquete de
islamofascistas (sea eso lo que sea) o de terroristas o, horror
de los horrores, de partidarios de la OLP. Que a uno lo
consideren partidario de los derechos de los musulmanes o de los
�rabes en un momento en el que los musulmanes se enfrentan a los
estadounidenses en Iraq y a los israel�es en Palestina y en
cualquier parte es sencillamente intolerable para la mayor parte
de la izquierda. Y de esta manera, la actitud de los
neoconservadores de Bush de nosotros contra ellos ha sobrepasado
de muchas formas tambi�n al movimiento contra la guerra, incluso
cuando ello implica permitir que florezca la injusticia.
Lo
primero, justicia
Algunas personas lo llaman racismo. El m�sico
de jazz y activista israelobrit�nico Gilad Atzmon, un
irreverente antisionista que con frecuencia comenta sobre
asuntos de Oriente Pr�ximo, dio una conferencia en la
Universidad de Denver en abril [de 2007] [1] en la que castig� a
la sociedad occidental en general por su �indiferencia
colectiva� frente a los cr�menes cometidos en Oriente Pr�ximo
�[�] de nuestra parte y en nuestro nombre� y acus� al movimiento
contra la guerra de una autocomplacencia que los hace
indiferentes tambi�n a la peor de las injusticias. Remarc� que
existe un �[�] denominador com�n entre Palestina, Iraq y
Afganist�n� fundamentalmente atribuible a la influencia que
ejerce Israel y sus partidarios sobre la pol�tica
estadounidense. �[�] EEUU ha estado trabajando oficialmente como
una fuerza de Israel (�) que actualmente se enfrenta a �ltimos
reductos soberanos de la resistencia musulmana�. Atzmon acus�
c�usticamente a los estadounidenses y a los europeos en general
de preocuparse por los musulmanes s�lo �si dejan de ser
musulmanes�. La noci�n de una lucha de culturas y
civilizaciones, afirm�, tiene repercusi�n incluso dentro del
movimiento de solidaridad.
�[�] De manera natural, tendemos a esperar
que el sujeto de nuestra solidaridad asuma nuestros puntos de
vista mientras tiramos a la basura los suyos. De la misma manera
que Blair y Bush insisten en la democratizaci�n del mundo
musulm�n, nosotros, los denominados humanistas de izquierda,
tenemos diversos planes para la regi�n y sus pueblos. En Europa,
algunos marxistas arcaicos est�n convencidos de que 'la pol�tica
de la clase obrera' es la �nica postura posible ante el
conflicto y su soluci�n. Otros socialistas ilusos e igualitarios
hablan de liberar a los musulmanes de sus peculiaridades
religiosas. Los cosmopolitas dentro del movimiento de
solidaridad dir�an a los palestinos que el nacionalismo y la
identidad nacional pertenecen al pasado. Evidentemente, muchos
de nosotros queremos a los musulmanes y �rabes mientras act�en
como blancos europeos posilustrados�.
La sociedad occidental, incluido el
movimiento contra la guerra, denunci� Atzmon, �[�] se las ha
arreglado continuamente para no actuar por el pueblo de Iraq,
Palestina y Afganist�n�. Apoyar a los musulmanes es �[�]
probablemente una opci�n muy lejana para la mayor�a de los
occidentales�. No podemos aceptar �la alteridad� de los
musulmanes y, por lo tanto, �nos contentamos con ideolog�as de
paz a expensas del dolor de otros pueblos�.
Es una denuncia cruel, pero de hecho, la
verdad es que el movimiento contra la guerra hoy se preocupa muy
poco de la injusticia que sufren quienes son diferentes, de
aquellos considerados �el otro� y esto socava seriamente el
impacto del movimiento. Apenas se preocupa de todo lo relativo a
la justicia de quienes Israel considera sus enemigos.
Finalmente, se produce una peque�a atrocidad. El movimiento
contra la guerra necesita un nuevo planteamiento, centrado en
lograr una justicia universal alrededor del primer mundo, como
un requisito previo para una paz verdadera. S�lo este nuevo
enfoque puede lograr los objetivos de la comunidad pacifista.
Cuando el 27 de agosto CounterPounch public�
el art�culo de Bill Christison's A Global Justice Movement
[2], recibi� numerosos comentarios favorables que indicaban que
el concepto de �justicia como requisito previo a la paz� o
�justicia antes que paz� era una idea nueva y revolucionaria,
que para mucha gente surg�a como una especie de epifan�a. Esto
indica hasta qu� punto la justicia no tiene cabida en el
pensamiento de los ciudadanos de a pie y de los activistas por
la paz. No deber�a ser un concepto nuevo.
Hubo pocos cr�ticos que manifestaran que la
idea de situar la paz en una posici�n secundaria tras la
justicia era err�nea, porque Gandhi y Martin Luther King siempre
hab�an trabajado por la paz. Pero esto supone un malentendido
respecto al pensamiento y los objetivos gandhianos. Ghandi, de
forma muy evidente, no lucho por la paz a expensas de la
injusticia, por la paz a cualquier precio. Ya hab�a hecho eso;
en India hab�a paz bajo el gobierno brit�nico, pero no era s�lo
eso. La esencia del satyagraha [3] de Gandhi y del
movimiento por los derechos civiles de [Martin Luther] King, era
la resistencia a la injusticia mediante la desobediencia civil
no violenta; exactamente y en otras palabras, alterar la paz
llevando a cabo acciones no violentas contra leyes injustas.
Pero la idea de justicia en primer lugar es
una idea nueva para la mayor�a de las personas. Pensemos en
cuantas organizaciones contra la guerra mencionan s�lo paz o
�paz y justicia�, y en qu� orden, en los nombres de sus
organizaciones. Me viene a la cabeza United for Peace and
Justice. Pero �qu� ocurre si alteramos las prioridades y por
el contrario hablamos de �justicia y paz�? Pensemos en el tan
promocionado �proceso de paz� de Oriente Pr�ximo como en el
�proceso de justicia� de Oriente Pr�ximo y tendremos una nueva
visi�n sobre el asunto, lo que nos obligar� a reconocer que �sin
importar cu�nto podamos hablar de �paz y justicia�� a pocos de
nosotros nos ha importado en demas�a la justicia, la otra mitad
de la ecuaci�n; y la justicia deja de ser una preocupaci�n
cuando quien comete la injusticia es Israel; pocos, incluso en
la activa comunidad por la paz y contra la guerra, se ocupar�n
de alguna manera de la injusticia israel�. El movimiento contra
la guerra es una �comunidad por la paz a cualquier precio�, y
para la mayor�a de los activistas lograr la paz sin conseguir
una justicia verdadera para todos los pueblos del mundo ser�a
suficiente.
Pero el mero alto el fuego no es la paz. La
justicia no acompa�a simplemente a la paz como una especie de
beneficio colateral; hay que trabajar activamente por la
justicia y se debe conseguir antes de que pueda existir una paz
verdadera. La paz es un concepto vac�o sin la justicia. Los
oprimidos nunca apelar�n a la paz; su lucha es siempre por la
justicia. Terminar la guerra en Iraq sin lograr justicia para el
pueblo iraqu� no traer� una paz verdadera y, los que es m�s
importante todav�a, acabar con el papel de EEUU en Iraq
definitivamente no llevar� justicia o paz verdadera al pueblo
palestino.
El concepto de �injusticia� no es f�cil de
definir, pero hay desde luego m�nimos de justicia en las leyes y
costumbres internacionales que limitan el concepto y establecen
una definici�n consensuada f�cilmente comprensible. El cuerpo de
la leyes internacionales sobre Derechos Humanos, aprobado tras
la Segunda guerra mundial es una gu�a esclarecedora para
asegurar la dignidad y valor de los individuos y para garantizar
los derechos que �[�] se consideran vitales para la vida en una
sociedad justa�, como afirma B�Tselem, la organizaci�n israel�
por los derechos humanos [4]. Esas leyes incluyen la Declaraci�n
Universal de los Derechos Humanos de 1948, que define los
derechos de los individuos y las obligaciones de los Estados
hacia esos individuos, as� como varias cl�usulas y convenciones
sobre derechos pol�ticos y civiles. Adem�s, las leyes
humanitarias, tales como las Convenciones de La Haya y de
Ginebra, regulan las pr�cticas en guerra, concretamente el
comportamiento de los combatientes y los poderes ocupantes en
tiempo de guerra.
M�nimos similares para la �paz� no existen ni
en la ley ni en la costumbre. �Paz� significa una cosa diferente
para cada uno y la paz de una persona es con frecuencia la
injusticia de otra. Para Israel la paz significa seguridad,
incluso si �y sobre todo� si se desfavorece a los palestinos y
se les niega la justicia. Para los palestinos la paz significa
la reparaci�n de las injusticias cometidas contra ellos durante
casi 60 a�os.
Muchas de las batallas hist�ricas m�s �picas
por el bien no han sido luchas por la paz sino por la justicia.
�Por qu�, por ejemplo, los humanistas se han opuesto a la
intolerancia y al racismo en la �poca moderna? Fundamentalmente
no porque esas violaciones b�sicas de la dignidad humana impidan
la paz, sino porque violan los m�nimos comunes [establecidos] de
justicia. La Sud�frica blanca vivi� pac�ficamente durante la
mayor parte del per�odo del apartheid. Los esclavistas
sure�os en la preguerra civil de EEUU viv�an en paz mientras
oprim�an a los negros. Israel ha disfrutado de paz durante casi
60 a�os, incluso mientras despose�a al pueblo palestino, ocupaba
territorio palestino, asesinaba y llevaba a cabo una limpieza
�tnica. Pero los negros de Sud�frica, los esclavos de EEUU no
tuvieron justicia a pesar de vivir en paz. Los palestinos no han
tenido justicia desde la creaci�n de Israel.
Si consideramos la justicia como la prioridad
fundamental y permitimos que los principios de justicia sean la
gu�a en la consecuci�n del fin justo y pac�fico del conflicto
israelopalestino, obtendremos un punto de vista m�s claro de la
situaci�n y de la �nica v�a de soluci�n. Volveremos
inevitablemente a 1948 y a la limpieza �tnica de palestinos, el
�nico momento y acontecimiento donde la justicia reestablecida
podr�, en �ltima instancia, resolver este conflicto. La
privaci�n [de la tierra] a los palestinos es una injusticia
fundamental de la que han emanado todas las subsiguientes
injusticias, una injusticia que �nicamente se puede reparar con
un acuerdo mutuo sobre el derecho al retorno de los palestinos.
�sta es la �nica v�a para la paz verdadera. Es importante
comprender que Israel existe como un Estado jud�o s�lo porque se
fund� en 1948 sobre una tremenda injusticia contra el pueblo
palestino. Tambi�n es b�sico entender que los jud�os no van a
ser �arrojados al mar� si se pone fin al sionismo y a sus
injusticias �desmantelar el apartheid en Sud�frica ya no
signific� arrojar a los blancos al mar (v�ase el ap�ndice para
una descripci�n m�s espec�fica sobre la manera en la que Israel
comete injusticias contra los palestinos).
El historiador israel� Ila Pappe, en su libro
de 2004 A History of Modern Palestine �una historia de
lucha en Palestina desde la perspectiva de los palestinos, que
destaca como un tipo de versi�n Israel� de la cl�sica A
People�s History of the United Status de Howard Zinn� afirma
que: �[�] Para que cualquier iniciativa de paz tenga �xito, el
capitulo de la expropiaci�n palestina tiene que cerrarse�. Lejos
de cerrar este cap�tulo, se�ala, el proceso de paz de Oslo ped�a
a los palestinos que se olvidaran de esta expropiaci�n, �[�] la
�nica raz�n para su lucha desde 1948�. Pappe, que es un
historiador con un extra�o sentido de la compasi�n e incluso un
raro sentido de la justicia, sigue vislumbrando un futuro de
justicia y paz para los palestinos y jud�os en Palestina: �[�]
reconocer el verdadero acto de desposeimiento �con la aceptaci�n
por principio del derecho al retorno de los refugiados
palestinos� ser�a el acto crucial que abrir�a la puerta de la
resoluci�n del conflicto. Un di�logo directo entre los
despose�dos y el Estado que los expuls� podr�a avivar el
discurso de paz y podr�a llevar a las personas e igualmente a
sus dirigentes a reconocer la necesidad de buscar una estructura
pol�tica de unidad que, en diferentes momentos de hist�ricos de
este proceso, ha parecido posible�.
Esta es la esperanza y la promesa de justicia
acordada por ambas partes.
En este pa�s [EEUU], Palestina supone un reto
para el movimiento contra la guerra. La situaci�n palestina es
una cat�strofe humana monstruosa de alcance literalmente
impresionante. Hasta que el movimiento contra la guerra no
empiece a buscar justicia para los palestinos y no simplemente
alg�n tipo de �paz� vaga, indefinida y muy politizada, nunca
ser� respetado en el mundo. �nicamente cuando empiece a
protestar sinceramente contra la injusticia perpetrada contra
todos los pueblos del mundo, con independencia de su etnia y
religi�n �sean palestinos, iraqu�es, israel�es, estadounidenses,
o cualesquiera que sean� el mundo no considerar� a los
estadounidenses personas honradas. Hasta que llegue ese d�a, el
mundo tiene que esperar que la injusticia aumente. La cat�strofe
producida, creada por las pol�ticas de EEUU, s�lo empeorar�, las
guerras no tendr�n fin y nunca se lograr� la paz.
Ap�ndice: Un cat�logo de injusticias
Por decirlo de manera sencilla, Israel
�animado y apoyado moral, pol�tica y econon�micamente por EEUU�
est� cometiendo una grave injusticia con el pueblo palestino, y
lo lleva haciendo desde hace 60 a�os. La primera y m�s dolorosa
injusticia acaeci� en 1948, cuando 750.000 palestinos fueron
obligados a abandonar sus hogares �ya fuera por los combates en
sus ciudades y pueblos o porque fueron expulsados
deliberadamente por las fuerzas israel�es/sionistas � y ni se
les permiti� volver a sus casas ni se les compens�. Ilan Pappe,
en su �ltimo libro The Ethnic Cleansing of Palestine,
describe de forma cruda los detalles la cuidadosa puesta en
escena y la eficaz puesta en marcha de los planes para la
expulsi�n de los palestinos y su desposeimiento. Hasta que esos
refugiados, que ahora con sus descendientes superan los cuatro
millones, reciban justicia permiti�ndoles volver o se les
compense mediante una f�rmula acordada por ambas partes, ni los
palestinos ni los israel�es gozar�n de una verdadera paz y
estabilidad.
La resoluci�n de la Asamblea General de
Naciones Unidas 194 de diciembre de 1948 �que declara que a los
refugiados palestinos �[...] que deseen volver a sus hogares y
vivir en paz con sus vecinos, se les debe permitir hacerlo en la
fecha m�s pronta posible� o se les debe compensar� fue la
primera de las numerosas declaraciones internacionales de lo que
ha venido denominando el derecho al retorno de los palestinos.
Ni se impartir� justicia ni se lograr� la paz hasta que este
asunto se resuelva de manera equitativa y democr�tica, de una
forma satisfactoria en relaci�n con los derechos humanos y a las
aspiraciones nacionales tanto de los palestinos, incluidos los
que viven en campos de refugiados fuera de Palestina, como de
los israel�es jud�os.
Desde la creaci�n de Israel en 1948, la
justicia para los israel�es se ha producido a costa de una
sucesi�n de injusticias para los palestinos. En la actual
Palestina-Israel, son los palestinos quienes viven sin justicia.
Simplemente en virtud del hecho de que Israel goza de un
absoluto dominio sobre los palestinos y sobre toda la tierra
palestina, no puede existir una completa e imparcial justicia
para los palestinos. La falta de justicia en la dominaci�n de
Israel sobre los palestinos es patente cuando se examinan los
aspectos individuales de la situaci�n palestina. La exigencia de
la comunidad internacional, por ejemplo, de que la autoridad
palestina en el gobierno acepte tres precondiciones para la
negociaci�n �reconocimiento del derecho a la existencia de
Israel, renuncia a la violencia y adhesi�n a los acuerdos
israelopalestinos pasados� sin una rec�proca aceptaci�n por
parte de Israel de las mismas condiciones no es justicia
imparcial. La paz verdadera no se puede lograr hasta que a
Israel no se le exija que imparta una justicia equitativa a los
palestinos sobre estos aspectos a trav�s del reconocimiento del
derecho a existir del pueblo palestino como una naci�n viable,
la renuncia a su propia violencia y el pacto de adherirse a
todos los acuerdos del pasado.
Mientras Israel mantenga en Cisjordania el
control de la tierra y de la propiedad expropiada, a personas y
comunidades palestinas de manera unilateral y sin compensaci�n,
para la construcci�n de asentamientos y carreteras para uso
exclusivo de los ciudadanos jud�os de Israel, tambi�n se viola
la justicia. La confiscaci�n de la tierra de un individuo sin
indemnizaci�n, para cualquier uso, y concretamente para el uso
exclusivo de una poblaci�n concreta �tnica o religiosa, no puede
definirse como justicia imparcial. La paz no ser� posible hasta
que esta terrible injusticia se rectifique primero. La
organizaci�n israel� Peace Now public� el noviembre de
2006 un informe, actualizado en marzo de 2007, sobre la
construcci�n de colonias o asentamientos israel�es, en tierras
de propiedad privada palestinas. El informe, titulado
G-U-I-L-T-Y!: Construction of Settlements upon
Private Land � Official Data [5],
concluye que casi un 32% de la tierra incautada para
asentamientos es en realidad tierra de propiedad individual
palestina. Un total de 131 colonias israel�es se asientan total
o parcialmente en tierra palestina de propiedad privada. Un
informe anterior de Peace Now, titulado Apartheid
Roads [6], publicado en octubre de 2005, describe la extensa
red de carreteras de acceso limitado en toda Cisjordania
construidas tambi�n en tierra palestina, y accesibles s�lo para
los israel�es, que comunican las colonias israel�es entre s�.
Pr�cticamente todos los aspectos de la
continuada presencia y del control de Israel en los
[territorios] ocupados Jerusal�n Este, Cisjordania y Gaza, priva
en �ltima instancia a los palestinos de justicia tal y como se
define en la legislaci�n internacional sobre Derechos Humanos.
La legalidad internacional exige, por ejemplo, que Israel como
poder ocupante respete el derecho de los palestinos a la libre
circulaci�n en los Territorios Ocupados. La Declaraci�n
Universal de los Derechos Humanos reconoce este derecho, as�
como la Convenci�n internacional sobre derechos pol�ticos y
civiles. La organizaci�n de derechos humanos israel� B�Tselem ha
publicado un informe titulado Restricciones de Movimiento
[7] relativo a estos y a otros derechos que les son negados a
los palestinos. El informe tambi�n contiene enlaces a las leyes
internacionales pertinentes. En agosto de 2007, se public� un
informe m�s reciente titulado
Ground to a Halt: Denial of Palestinians' Freedom
of Movement in the West Bank [8].
Otro informe m�s completo de B�Tselem,
titulado Internacional Law [9], describe c�mo se aplica
la legalidad internacional en los Territorios Ocupados. El
informe aporta enlaces a un abanico de leyes internacionales
humanitarias y de Derechos Humanos, incluidas las cuatro
Convenciones de Ginebra de 1949, que establecen la protecci�n de
los civiles durante la guerra y bajo la ocupaci�n (y que Israel
firm�). La IV Convenci�n de Ginebra relativa a la protecci�n de
los civiles en tiempos de guerra es de aplicaci�n concreta a los
palestinos que viven en los Territorios Ocupados y a la conducta
del ocupante israel�. [La convenci�n] Proh�be, entre otras
pr�cticas, el castigo colectivo, la deportaci�n de la poblaci�n
ocupada, el asentamiento de poblaci�n ocupante en el territorio
ocupado y la confiscaci�n de la propiedad que pertenece a la
poblaci�n ocupada �todo lo que Israel ha llevado a cabo en los
ocupados Jerusal�n Este, Cisjordania y Gaza.
El muro de separaci�n que Israel lleva
construyendo desde 2002 dentro de la Cisjordania ocupada
constituye una grave violaci�n de los derechos humanos de los
palestinos y una injusticia. El muro �que en su mayor parte
abarca una extensi�n de entre 47 y 94 metros, con caminos para
las patrullas, trincheras y alambradas de espino a ambos lados
de una barrera electrificada, y en las zonas urbanas un muro de
hormig�n armado de algo m�s de ocho metros de altura�est�
construido en su totalidad en tierra palestina dentro de los
Territorios Ocupados. El muro ha incautado aproximadamente el
10% de Cisjordania, que ha pasado al lado israel�, la mayor
parte de la cual resulta inaccesible para los palestinos. Muchos
pueblos palestinos han quedado aislados de sus tierras de
cultivo a causa del muro. Alrededor de unas 50 comunidades
palestinas, compuestas por 245.000 personas, est�n rodeadas por
el muro por tres partes, en algunos casos por cuatro; s�lo est�
permitido entrar o salir de alguna de estas comunidades andando,
mientras que al resto [de las comunidades] s�lo se puede acceder
por una carretera controlada por los israel�es. M�s de la mitad
�hasta el 90% seg�n algunas estimaciones� de los pozos de agua
potable palestinos han quedado en el lado israel�. Se han
demolido muchos hogares palestinos para la construcci�n del
muro.
El muro rodea la Jerusal�n �rabe ocupada, lo
que deja a unos 200.000 palestinos jerusalemitas en el lado
israel� del muro y los a�sla del interior de Cisjordania. El
muro que rodea Jerusal�n tambi�n a�sla a la mayor�a de los
palestinos de Cisjordania de su capital religiosa, pol�tica y
econ�mica en Jerusal�n. Adem�s, el muro afecta directamente a
medio mill�n de palestinos, porque a�sla a la gente de los
colegios, de sus trabajos, hospitales y destruye el comercio. La
organizaci�n israel� de derechos humanos B�Tselem ha publicado
un detallado informe titulado Separation Barrier [10],
que consta de varios apartados sobre las consecuencias del muro.
En julio de 2004, el Tribunal Internacional
de Justicia de Naciones Unidas declar�, por 14 votos a 1 (el
�nico en contra fue el juez estadounidense) que la construcci�n
del muro es �[�] contraria a la legislaci�n internacional� [11].
Israel ha desafiado el mandamiento judicial del Tribunal
Internacional de Justicia. La paz no es posible mientras se
mantenga la injusticia del muro. La paz no puede existir cuando
un pueblo considera que necesita un muro de cualquier tipo entre
ellos y sus vecinos. La construcci�n del muro bien adentrado en
territorio vecino es una injusticia a�n mayor y el muro seguir�
siendo un obst�culo insuperable para la paz a menos que se
destruya o a menos que se reubique completamente dentro de las
fronteras reconocidas de Israel.
Adem�s un muro rodea el diminuto territorio
de Gaza, de algo m�s de 336 kil�metros cuadrados, y as� ha sido
desde el inicio del �proceso de paz� de Oslo, a principios de la
d�cada de 1990. A pesar de la llamada retirada de Israel de Gaza
en 2005 y del levantamiento de los colonos y soldados israel�es,
Israel mantiene un control total sobre Gaza y literalmente
mantiene en prisi�n a 1,3 millones de habitantes. La densidad de
la poblaci�n de Gaza hace de ella uno de los lugares m�s
poblados de la tierra. Israel controla los cuatro puntos
cardinales, no s�lo las fronteras norte y este con Israel, sino
adem�s la frontera sur con Egipto y la l�nea de costa
mediterr�nea. El espacio a�reo de Gaza tambi�n lo controla
Israel y no hay ning�n puerto ni aeropuerto en servicio. Ni la
gente ni las mercanc�as pueden entrar o salir de Gaza sin
permiso israel� y en per�odos de tiempo que Israel considera de
crisis, los pasos de entrada y salida se cierran absolutamente,
a veces durante semanas enteras, de manera que las importaciones
fundamentales como los alimentos, se retienen; los productos
para la exportaci�n, hechos por encargo, se retienen; los
habitantes de Gaza no pueden salir por ninguna circunstancia, lo
que incluye tratamiento m�dico o asistir al colegio. Israel
controla, y a veces retiene, el suministro de gas y electricidad
de Gaza. BT�selem ha publicado un detallado informe sobre la
situaci�n de Gaza titulado The Gaza Strip after Disengagement
[12].
Los palestinos cometen injusticias contra los
israel�es, fundamentalmente con atentados suicidas contra los
civiles y con el lanzamiento de cohetes en zonas de civiles
israel�es, actos que deben condenarse, pero sin una autoridad
soberana que gobierne, sin control de seguridad o judicial sobre
Israel o los israel�es y muy pocos medios para de ejercer un
control de seguridad, incluso sobre la poblaci�n palestina, los
palestinos son incapaces de cometer la clase de sistem�ticas
violaciones de la justicia que Israel perpetra contra ellos. A
pesar de los ataques palestinos contra los civiles se han de
condenar, la justicia y la equidad dictan que el terrorismo
contra los civiles que perpetra el gobierno de Israel debe ser
igualmente condenado, junto con las violaciones israel�es de los
derechos humanos de los palestinos.
Como un principio de justicia, los palestinos
tienen derecho a resistir la dominaci�n de Israel. El Protocolo
adicional 1 de las Convenciones de Ginebra considera leg�tima la
lucha contra la �[�] dominaci�n colonial y la ocupaci�n
extranjera y contra los reg�menes racistas� como parte del
derecho de cualquier pueblo a su autodeterminaci�n [13]. John
Quigley, abogado de Ohio experto en legalidad internacional, en
su libro de 2005 titulado The Case for Palestine: An
Inetrnational Law Perspective, fundamenta legalmente
el caso de la resistencia palestina. Quigley se�ala sin lugar a
dudas que la legalidad internacional, tal y como se refleja en
la Carta de Naciones Unidas y que se repite en las resoluciones
del Consejo de Seguridad y de la Asamblea de Naciones Unidas,
reafirma el derecho de los pueblos a su autodeterminaci�n y a
resistir contra las violaciones de ese derecho por todos los
medios necesarios, lo que incluye la fuerza, pero excluye los
ataques a civiles. Considerando otros casos de dominaci�n
extranjera sobre pueblos coloniales, el Consejo de Seguridad ha
reconocido incluso un derecho superior de las organizaciones
guerrilleras para utilizar la fuerza contra los poderes
coloniales y en resoluciones de la d�cada de 1970, respecto a
represalias israel�es contra las incursiones de la guerrilla
palestina, el Consejo consider� a esta �ltima estar dentro de la
ley y �[�] considerarlos como ataques de un pueblo colonizado
investido del derecho a la autodeterminaci�n�, seg�n Quigley.
Baruch Kimmerling, el �ltimo soci�logo y
comentarista pol�tico israel�, que escrib�a en Haaretz
poco despu�s de que empezara la intimada de al-Aqsa en 2000,
afirmaba el derecho de los palestinos a oponerse a la ocupaci�n
por la fuerza. Las �[�] permanentes circunstancias de ocupaci�n
y represi�n, les da [a los palestinos], el derecho, se mire por
donde se mire, a resistir esa ocupaci�n por cualquier medio a su
disposici�n y a levantarse con violencia contra esa ocupaci�n.
Es un derecho moral inherente a la ley natural y a la
legislaci�n internacional�.
Notas de la autora y
de los traductores:
1. El texto
original en ingl�s puede consultarse en:
http://www.gilad.co.uk/html%20files/jazz&jihad.html
2. El texto
original en ingl�s puede consultarse en:
http://www.counterpunch.org/christison09202007.html
3. Literalmente la
fuerza de la verdad o la b�squeda de la verdad.
4. El texto original en ingl�s puede consultarse en:
http://www.btselem.org/English/International_Law/Index.asp
5. El texto original
en ingl�s puede consultarse en:
www.peacenow.org.il/data/SIP_STORAGE/files/6/2846.doc
6. El texto original
en ingl�s puede consultarse en:
http://www.peacenow.org.il/site/en/peace.asp?pi=195&docid=1513
7. El texto original
en ingl�s puede consultarse en:
http://www.btselem.org/English/Freedom_of_Movement/
8. El texto original
en ingl�s puede consultarse en:
http://www.btselem.org/english/Publications/Summaries/20070807_Ground_to_a_Halt.asp
9. El texto original
en ingl�s puede consultarse en:
http://www.btselem.org/English/International_Law/Index.asp
10. El texto
original en ingl�s puede consultarse en:
http://www.btselem.org/English/Separation_Barrier/
11. El texto original en
ingl�s puede consultarse en:
http://www.icj-cij.org/docket/index.php?pr=71&code=mwp&p1=3&p2=4&p3=6&case=131&k=5a
12. El texto
original en ingl�s se puede consultar en:
http://www.btselem.org/English/Gaza_Strip
13. El texto
original en ingl�s se puede consultar en:
http://www.unhchr.ch/html/menu3/b/93.htm
Fuente:
http://www.counterpunch.org/christison09202007.html
Art�culo original
publicado el 20 de septiembre de 2007
Sobre la autora
Paloma Valverde es miembro de Cubadebate,
Rebeli�n e IraqSolidaridad, Manuel Talens es miembro de
Cubadebate, Rebeli�n y Tlaxcala,
la red de traductores por la diversidad ling��stica. Esta
traducci�n se puede reproducir libremente a condici�n de
respetar su integridad y mencionar a sus autores y la fuente.
URL de este art�culo en Tlaxcala:
http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=3833&lg=es
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Kathleen Christison en espa�ol (4 de octubre de 2007) |
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