El escritorio de Manuel Talens

El traductor activista

 

Mensaje de alegr�a y esperanza

�Camaradas cubanos y venezolanos,

tienen ustedes hermanos en los Estados Unidos!

R�my Herrera

 

Traducido para Rebeli�n por Manuel Talens

Todos lo sabemos: desde que George W. Bush se apoder� de la presidencia, las autoridades estadounidenses han endurecido considerablemente las medidas que atentan contra la libertad de circulaci�n en los Estados Unidos del personal y de los conocimientos cient�ficos provenientes de Cuba, as� como los dispositivos que limitan las posibilidades de sus propios ciudadanos para viajar a Cuba. En dicho contexto, mis muy queridos compa�eros cubanos y venezolanos, el modesto franc�s que soy se permite ahora confirmarles lo que muchos de ustedes ya saben: �Tienen hermanos en los Estados Unidos! Hermanos que, mientras luchan junto a ustedes, luchan tambi�n para establecer alg�n d�a la democracia en su pa�s. �No es que esto sea una sorpresa, pero les aseguro que da gusto reunirse con ellos!

La semana pasada tuve la ocasi�n de hacerlo por dos veces: una fue el 7 de enero, durante una conferencia en Nueva York a la que asist� invitado con motivo de un encuentro de los dirigentes de Workers World Party; la otra, el 9 de enero, tuvo lugar en Filadelfia en el congreso de las American Social Sciences Associations, en el marco de una de las sesiones organizadas por la Union for Radical Political Economics. La primera reuni�n congreg� a un centenar de militantes del partido, en pleno Manhattan, a varias cuadras del Empire State Building y del Rockefeller Centre. La segunda �una prestigiosa reuni�n acad�mica en la que cada a�o participan la American Economic Association y otras asociaciones cient�ficas del pa�s� atrajo a varios miles de economistas e investigadores en ciencias sociales.

�Qu� alegr�a sent� al descubrir en Nueva York el entusiasmo de esos compa�eros, venidos de todo el territorio de los Estados Unidos y de Puerto Rico, al enterarse del estado actual de las relaciones entre Cuba y Venezuela! �Cu�ntas aclamaciones provoc� la noticia de ese grupo de 18 500 m�dicos cubanos que ejercen en los �hospitales del pueblo� de la misi�n Barrio Adentro; la de los j�venes venezolanos diplomados en la nueva escuela de medicina de La Habana, ellos tambi�n apelados a participar en esta misi�n; la del impacto que ya han logrado en Venezuela con la reducci�n del �ndice de mortalidad infantil (a partir de ahora, inferior al 20 �) o la de los �xitos del programa de lucha contra el hambre gracias a los mercaditos estatales a precios m�dicos de la misi�n Mercal y de la distribuci�n gratuita de alimentos en las �cantinas populares bolivarianas�!

Hubo nuevos aplausos para los resultados de la misi�n Robinson 1, que gracias a la movilizaci�n de 100 000 voluntarios ha permitido alfabetizar en Venezuela a m�s de un mill�n de personas en pocos meses; para los de la misi�n Sucre, que abri� las puertas de la Universidad bolivariana a medio mill�n de personas desfavorecidas, y para las 2 000 becas que el gobierno cubano ha ofrecido en fechas recientes a j�venes venezolanos, como prueba del vigor de su internacionalismo, para que vayan a estudiar gratuitamente a Cuba. �Y la ovaci�n fue apote�sica cuando se anunci� que los presidentes Fidel Castro y Hugo Ch�vez hab�an firmado la Alternativa bolivariana para las Am�ricas y el Caribe! �Hubo otras manifestaciones de aprobaci�n para los acuerdos firmados recientemente por Cuba y Venezuela con China, que rompen el aislamiento de ambas revoluciones!

En tal contexto, fue f�cil ponerse de acuerdo sobre algunas de las urgentes tareas que se han de llevar a cabo tanto en los Estados Unidos como en Europa: la de luchar por el cese del bloqueo estadounidense y de las sanciones europeas contra Cuba; la de rechazar el proyecto del ALCA, concebido por Bush con la intenci�n de colonizar de nuevo la Am�rica latina y caribe�a y, por �ltimo, la de movilizarnos en los pa�ses del Norte con el fin de convencer al mayor n�mero posible de mentes progresistas para que inicien una solidaridad m�s activa con las revoluciones cubana y bolivariana. Estos instantes de fraternidad, vividos en los Estados Unidos, permiten concebir que la victoria de las fuerzas antiimperialistas es no s�lo una exigencia, sino incluso una posibilidad. El apoyo a tales revoluciones es asimismo el medio de sacar de ellas la fuerza necesaria para continuar luchando por el socialismo en nuestros pa�ses, en el Norte.

En Filadelfia, las discusiones con universitarios estadounidenses progresistas, respetuosos y constructivos, subrayaron los puntos importantes de la recuperaci�n econ�mica, de la desdolarizaci�n y de la planificaci�n socialista en Cuba, as� como la importancia del apego que sienten los pueblos cubano y venezolano por la participaci�n popular. Un profesor refut� incluso con gran vigor la idea de que en Cuba exista represi�n de la libertad de pensamiento y afirm� que si �l fijase en la puerta de su casa un cartel reivindicando la �revoluci�n socialista en los Estados Unidos� se topar�a exactamente con el mismo tipo de problemas que cualquier contrarrevolucionario en Cuba: �Sus vecinos lo criticar�an mucho, pero al igual que cualquier oponente cubano, no correr�a riesgo alguno de ir a la c�rcel!

Tal como declar� Hugo Ch�vez el pasado diciembre en Caracas durante el primer encuentro en Defensa de la humanidad, esperemos que el pueblo estadounidense saque fuerzas para conquistar en su pa�s la verdadera democracia, una democracia que sepa tambi�n respetar a los dem�s pueblos en el exterior. En cualquier caso, esa fuerza no les falta a los hermanos que tenemos en los Estados Unidos. Tambi�n all� hay gente que se tiene en pie, que no abandona el combate por un mundo mejor y que es solidaria con los pueblos del Sur. En estos tiempos de guerra del imperialismo estadounidense contra nuestras libertades, las ocasiones como �sta para alegrarse no son tan frecuentes. La intenci�n que me ha movido a escribirles, mis muy queridos compa�eros cubanos y venezolanos, es compartir con ustedes un poco de la alegr�a y la esperanza que me han dado estos momentos de lucha� �en las entra�as del monstruo�.

Par�s, 11 de enero de 2005

 

R�my Herrera es economista e investigador del CNRS franc�s.


      Rebelión

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