Traducido
para Rebeli�n por Manuel Talens
Los socialistas
consideran la canci�n Imagine de John Lennon como un himno de
esperanza universal. Pocas otras canciones, y quiz� ninguna tan
famosa, han descrito la visi�n socialista con tanta exactitud y
emotividad. Aparecida originalmente en el �lbum Imagine de
1971, lleg� en tres ocasiones a los primeros puestos de las listas de
�xitos de Inglaterra (primero entre los discos sencillos en 1975;
luego en 1981 a los pocos meses de la muerte de Lennon (ocup� el
n�mero 1 durante varias semanas) y, por fin, durante las Navidades de
1999, tras haber sido votada como letra favorita nacional y elegida
segunda canci�n preferida de todos los tiempos en una gran encuesta
sobre la mejor m�sica del milenio.
Imagine
es una canci�n humanista por excelencia, que niega a los humanos el
lugar que a menudo se adjudican a s� mismos en el universo espiritual
y que, en cambio, los relega a su material y exquisitamente hermoso
hogar terrenal. Lennon hace esto para impulsar a sus pr�jimos a unirse
en la creaci�n de un mundo que valga la pena, sin pa�ses, guerras,
religi�n ni propiedad privada. Su deseo de compartir este mundo juntos
como una aut�ntica �hermandad de los seres humanos� ha hecho que m�s
de un miembro del Movimiento Socialista Mundial se haya preguntado si
acaso Lennon no escribir�a esta canci�n despu�s de haber le�do el
Socialist Standard, lo cual no es una idea descabellada, puesto
que despu�s de la separaci�n de los Beatles empez� a frecuentar con
avidez la prensa radical, pero no se sabe con certeza si lleg� a leer
el Standard, un peri�dico que desde 1904 tambi�n aboga por una
sociedad de propiedad compartida, sin naciones, sin clases y sin
dinero.
Junto con Paul
MacCartney, Lennon fund� y dio nombre a los Beatles, pero a menudo se
sinti� inc�modo de la fama y del significado que el grupo lleg� a
alcanzar. De hecho, fue tambi�n Lennon quien fusion� el grupo poco
antes de que saliera a la venta su single en solitario Instant
Karma, cuando les comunic� a los otros miembros que pensaba
marcharse.
La trayectoria
personal de John Lennon est� mucho m�s cerca del esp�ritu de lo que
m�s tarde se llamar�a punk rock que del pop tradicional. En primer
lugar, la manera en que �l y miles de otros j�venes abrazaron el
skiffle [2] en Inglaterra recuerda el camino que las
bandas punk siguieron en los a�os setenta, a menudo de un modo
similar, sin ni siquiera saber tocar sus instrumentos. En segundo
lugar, las famosas payasadas de John Lennon cuando los Beatles
actuaron en Alemania inclu�an la burla del saludo nazi y su aparici�n
en escena con una tapa de retrete en el cuello a modo de collar.
Intentos como �stos de escandalizar a menudo se asocian con la
posterior era del punk. De hecho, una de las travesuras de John Lennon
en su juventud hab�a consistido en orinar desde el tejado de una
iglesia de Liverpool sobre las monjas que pasaban por abajo. En tercer
lugar, los chaquetones de cuero y el aspecto desali�ado de los Beatles
iniciales estaban tambi�n mucho m�s cerca los punk rebeldes y
radicales de los a�os setenta que la limpia imagen posterior, con
trajes de ejecutivo, que exhib�a el grupo.
Desde luego,
John Lennon expresaba su c�lera y su sentido del absurdo en las
mordaces letras de sus canciones. Resulta interesante constatar que,
si se dejan de lado sus breves nueve a�os como beatle famoso, el
car�cter pol�tico de sus �ltimos a�os es una extensi�n l�gica de su
�poca anterior a los Beatles y de la de los Beatles iniciales. Lo
cierto es que a menudo se encuentran rastros de su rebeld�a en las
entrevistas que concedi� como beatle, y su declaraci�n de que eran m�s
famosos que Jesucristo fue un raro aunque involuntario uso de la fama
para poner patas arriba el statu quo, probablemente sin
parang�n alguno hasta que los Sex Pistols empezaron a blasfemar en la
televisi�n brit�nica doce a�os despu�s. Por eso resulta posible arg�ir
que, incluso si la escritura de John Lennon contribuy� enormemente a
la melod�a y al m�rquetin de la m�sica pop en el siglo XX, fue una
especie de �capitulaci�n� y un alejamiento de su potencial como
creador y, en particular, de su aut�ntica naturaleza pol�tica y
cr�tica. Qui�n sabe si los admiradores de los Beatles se ofender�n al
leer esto que digo, pero tratemos de imaginar lo que pensar�an si, por
ejemplo, una banda contempor�nea de grunge como Nirvana hubiese
cambiado en los a�os noventa su aspecto agresivo y el estilo de su
m�sica por trajes bien cortados, pelo corto y relamidas canciones de
amor que les garantizaran un p�blico internacional y la cercan�a de la
familia real, es decir, si hubieran adoptado un aspecto de �ricos�
como hicieron los Beatles en 1962.
Es curioso que
la primera canci�n de Lennon en un �lbum de los Beatles �Please
Please Me (1963)� fuese Misery, que empezaba con las
palabras �el mundo me trata mal�. La verdad es que Lennon lanzaba a
menudo estas peque�as bombas l�ricas de su aut�ntico yo en canciones
que, por otra parte, eran perfectas gemas de la m�sica pop que se
hac�an eco de las sensibilidades musicales del pop estadounidense (Beach
Boys, Buddy Holly, Motown). Dado que ten�a el mundo rendido a su
alrededor, es posible que Lennon disfrutara utilizando sus canciones
como una oportunidad para ponerle el pie encima o, tal como sugiere el
t�tulo de un libro que escribir�a a�os m�s tarde, para �joderlo todo�
(juego de palabras que termin� por convertirse en A Spaniard In The
Works) [3].
Aquellas �cidas
contribuciones contrastaban bruscamente con las edulcoradas de
MacCartney, cuyas canciones de amor (como la mayor�a de las que
cantaban los Beatles) se ocupaban de las banalidades del coraz�n. A
pesar de que casi todas las canciones de los Beatles iban firmadas por
el t�ndem Lennon-MacCartney, la autor�a de uno y otro qued� clara
cuando tras la ruptura del grupo las canciones de Lennon empezaron de
inmediato (ya en 1970) a explorar temas profundamente pol�ticos,
psicol�gicos y existenciales, mientras que el trabajo en solitario de
MacCartney sigui� investigando la nostalgia y el romanticismo y, en
general resulta mucho menos interesante de analizar y demasiado
aburrido, con las posibles excepciones de algunas declaraciones
pol�ticas como
Give Ireland
Back To The Irish.
En el LP
Please Please Me, Misery contrastaba con Love Me Do
y P.S. I Love You, que aparec�an en el mismo �lbum. Incluso en
una canci�n de amor de lo m�s tradicional como Ask Me Why,
Lennon canta: �Si lloro no es porque est� triste, sino porque t� eres
el �nico amor que he tenido. No puedo creer que me haya pasado esto,
no puedo imaginarme un sufrimiento igual.� As�, incluso en una canci�n
en la que el objeto de su amor est� conquistado, Lennon canta desde su
lado oscuro, como el pobre hombre que se asombra de haber encontrado
el amor, o de que lo amen, mientras deja planear una nube incierta de
duda y dolor sobre su amante. La idea general de que Lennon cantaba
las canciones m�s cortantes queda confirmada cuando �stas se analizan,
y como al parecer es verdad que MacCartney y Lennon ten�an tendencia a
cantar las canciones que hab�an escrito en solitario, no queda m�s
remedio que deducir que fue el esp�ritu rebelde de Lennon quien imbuy�
aquella lucha y aquel malestar en sus propias creaciones y, por
extensi�n, en el repertorio de los Beatles.
Las canciones
que escribi� Lennon para el �lbum With The Beatles (1963) eran
todas de amor y as� fue generalmente en todos los LP iniciales. En el
�lbum de 1964 A Hard Day�s Night, (el primer �cl�sico� de los
Beatles) Lennon declara en la canci�n del mismo t�tulo que ha estado
�trabajando como un perro�, lo cual es toda una brev�sima referencia a
nuestras vidas laborales, incluso si a continuaci�n el amor de la
mujer hace que �se sienta bien�. En la canci�n Help! del �lbum
hom�nimo de 1965, John parece describir su propio dolor en el seno de
los Beatles, con la p�rdida de su independencia, el aumento de su
inseguridad y su necesidad de alguien que lo calme y le indique una
nueva direcci�n (resulta interesante se�alar que Yoko Ono tuvo al
parecer ese efecto positivo que �l buscaba en una relaci�n).
Nowhere Man,
del �lbum Rubber Soul (1965), trata asimismo de la alienaci�n,
incluso si no est� situada en el mundo del trabajo o del poder, pero
amonesta por su pasividad a quienes se permiten ser invisibles para
pasar inadvertidos y los urge (a ellos y a todos nosotros, ��acaso �l
no es como t� o yo?�) a que tomen el control del mundo que los rodea.
En I�m Only
Sleeping, de Revolver (1966), Lennon habla otra vez
de nuestras vidas precipitadas y exhibe sin reparos su pereza (los
socialistas promueven �el derecho a la pereza�, en contraposici�n con
el �derecho al trabajo� de los capitalistas).
En los �lbumes
Sgt. Pepper�s Lonely Hearts Club Band y Magical Mystery Tour
(ambos de 1967), las letras de John Lennon empezaron a volverse
cada vez m�s surrealistas (I Am The Walrus) bajo la influencia
de las drogas, la cultura oriental y una obvia liberaci�n personal,
reflejada en esta declaraci�n art�stica. Revolution, del
White Album (1968) fue la primera canci�n abiertamente pol�tica de
Lennon, a menudo mal entendida como apol�tica o conservadora, pero que
es m�s bien una cr�tica sobre todo de los mao�stas y otros grupos de
la izquierda radical de su tiempo, defensores de una revoluci�n que
s�lo �habla de la destrucci�n�. Al fin y al cabo, una revoluci�n
triunfante no s�lo trata de la destrucci�n de un viejo orden, sino
tambi�n de la construcci�n de un orden nuevo.
Para entonces, la influencia de Yoko Ono ya se
hac�a sentir en su m�sica y en sus acciones. A pesar de que ella a
menudo ha sido retratada como una influencia negativa en su vida, un
estudio de aquel periodo sugiere lo contrario, es decir, que de verdad
le proporcion� la influencia intelectual, pol�tica y est�tica y el
permiso que necesitaba para llegar a la plenitud de su potencial
creativo. A partir del momento en que la encontr�, sus canciones
empezaron realmente a examinar el mundo interior de los dolorosos
sentimientos que experiment� de ni�o al perder a su madre y a
mostrarlo como un genio quiz� obstaculizado por los Beatles y el mundo
exterior que todos debemos soportar. De hecho, incluso cuando los
Beatles todav�a estaban juntos, �l ya public� tres �lbumes
experimentales con Yoko Ono (los dos Unfinished Music y el
Wedding Album, en 1968 y 1969).
Tan pronto como
los Beatles fueron historia, John Lennon empez� a hacer historia con
sus canciones dolorosamente honradas y pol�ticas. En 1970, el �lbum
John Lennon/Plastic Ono Band fue un ejemplo. Adem�s del par de
canciones que tratan de la p�rdida de su madre y de Love, una
de las dos melod�as m�s hermosas que se puedan escuchar en cualquier
�lbum, sea o no sea de los Beatles (la otra es Oh My Love en
Imagine), empez� a explorar a lo grande temas humanistas y
pol�ticos. La convicci�n lennoniana de que viv�a en un universo ateo
se revela en diferentes lugares. Por ejemplo, en I Found Out,
declara: �No hay ning�n Jes�s venido del cielo� y en God va un
poco m�s lejos, pues la afirmaci�n de que �Dios es un concepto con el
que medimos nuestro dolor� hunde sus ra�ces en la psicolog�a humana y
en el materialismo de Feuerbach [4] y Marx. La canci�n
Working Class Hero es un cl�sico ejemplo de la humillaci�n de los
obreros en entornos tales como el hogar, la escuela y el trabajo.
Incluso si �l era multimillonario, en ella se identific� con la
situaci�n de las masas trabajadoras y tom� plenamente conciencia de
clase al cantar �Te dicen que puedes llegar a la cima / pero antes has
de aprender a matar sonriendo / si deseas triunfar como los de all�
arriba�.
La canci�n
Imagine, seleccionada como himno oficial por Citizens of the
World, pertenece al �lbum Imagine (1971). Otras canciones
pol�ticas a se�alar son I Don�t Want To Be A Soldier (�no
quiero morir�) y Give Me Some Truth (�ya estoy harto de leer
chorradas de pol�ticos neur�ticos, psic�ticos y est�pidos, lo que
quiero es la verdad, ahora�).
El LP m�s abiertamente pol�tico de John Lennon
fue la cara A de Some Time in New York City (1972). La cara B
inclu�a extractos de un concierto con Frank Zappa). En este �lbum se
encuentra su famosa declaraci�n feminista �la mujer es el negro del
mundo� (�hacemos que tenga y eduque a nuestros hijos y luego la
dejamos porque se ha convertido en una clueca gorda y vieja. Le
decimos que su lugar est� en la casa y luego nos quejamos de que es
demasiado ignorante para ser nuestra amiga.�). Lennon nos pide que
�pensemos en eso y hagamos algo�. La siguiente canci�n, Sisters, O
Sisters, de Yoko Ono, es otra canci�n feminista que llama a sus
hermanas de sexo a construir un mundo nuevo porque �perdimos nuestra
verde tierra, perdimos nuestro aire limpio�. La tercera canci�n,
Attica State, contra el sistema carcelario y en favor de la
libertad, nos incita a �liberar a los presos, encarcelar a los jueces,
liberar a todos los presos de todas partes, [pues] lo �nico que
quieren es verdad y justicia, lo �nico que necesitan es amor y
cuidados�. Sunday Bloody Sunday y The Luck Of The Irish
ridiculiza al gobierno brit�nico (�deber�as tener la suerte del
irland�s y entonces desear�as ser ingl�s�).
Por �ltimo, John y Yoko contribuyeron con
canciones sobre los presos John Sinclair (condenado a 10 a�os por
vender marihuana a un topo de la polic�a) y Angela Davis, activista
negra. No fue un LP musicalmente meritorio para ser de un hombre que
en otro tiempo hab�a sido capaz de escribir Strawberry Fields
Forever, pero hizo posible que Lennon le dedicase un �lbum a las
noticias de actualidad.
Abundan las
conjeturas sobre el porqu� del asesinato de John Lennon. En febrero de
2002, Klint Finlay afirm� en el sitio web www.technocult.net que Sean,
el hijo de Lennon, hab�a declarado que �quien se crea que Mark Chapman
era s�lo un loco que mat� a mi padre debido a sus problemas personales
es un idiota. O un ingenuo. O no se ha parado a pensar. A Estados
Unidos le interesaba sobremanera que asesinasen a mi padre. Sin la
menor duda.�
Existen diversas
teor�as, que van desde la conspiraci�n al loco solitario. Las de la
conspiraci�n se�alan la hip�tesis de que John Lennon hab�a sido
considerado varias veces como una amenaza para la seguridad nacional,
primero con Nixon y m�s tarde con el nuevo presidente Reagan. Varios
casos documentados de vigilancia por parte del FBI y de arrestos bajo
acusaciones falsas en los a�os setenta sirven para sostener dicha
teor�a. Desde luego, es verdad que John Lennon fue una figura nacional
de importancia que en diferentes momentos de su vida se implic�
p�blicamente en diversas causas pol�ticas radicales, incluido su apoyo
al IRA, un grupo trotskista, y en la defensa de varios presos.
Otros muchos
tambi�n apoyan la teor�a del loco solitario, pues desde ni�o Mark
Chapman hab�a estado recibiendo tratamiento para su esquizofrenia
paranoide y sufr�a asimismo de numerosas ideas delirantes sobre John
Lennon y Todd Rundgren. Cabe preguntarse lo siguiente: �Y si en
realidad Mark Chapman no hubiera sido un �candidato manchurio� para un
grupo secreto de funcionarios gubernamentales? [5]
La explicaci�n
m�s probable es otra: Lennon y los Beatles aparecieron en el momento
en que acababa de interrumpirse la ceremonia de la posguerra y de la
guerra fr�a dirigida por Kennedy de Camelot, en la cual los
estadounidenses se hab�an unido como una pi�a tras un presidente
m�stica y m�ticamente considerado como uno de los suyos, a la espera
del futuro glorioso lleno de programas sociales que les hab�a
prometido. Y, justo cuando la naci�n estaba de luto por la p�rdida no
s�lo de un hombre, sino tambi�n de sus sue�os, los Beatles sirvieron
de b�lsamo para calmar el dolor de aquella sociedad y ayudarla a
olvidar, como s�lo puede hacerlo el poder del espect�culo.
Durante los a�os
que siguieron al asesinato de Kennedy, el oponente m�s visible y
escuchado en aquella tierra hasta entonces unida fue John Lennon. �l
hab�a sido el arc�ngel de la nueva sociedad y ahora se hab�a
convertido en el archienemigo, cuyos discos ard�an en la hoguera de
los cristianos en castigo por sus declaraciones sobre Jesucristo y que
m�s tarde apoy� a las diversas fuerzas de oposici�n y de aparente
destrucci�n. Para un joven esquizofr�nico que ya sufr�a de ideas
delirantes paranoides, John Lennon pudo haber representado el s�mbolo
obvio de la ruptura hist�rica dentro de su mundo y, desde luego, es
posible que todas las ideas delirantes paranoides no sean m�s que la
proyecci�n contra los dem�s �malvados� del rencor que quien las padece
experimenta contra s� mismo ante la vulnerabilidad de su propia
ruptura mental. La proyecci�n hacia el exterior de dicho rencor
evitar�a as� asumir responsabilidades personales. Todas las ideas
delirantes paranoides se basan en algo de verdad. Por ejemplo, John
Lennon era, de hecho, tanto el principal creador de la m�sica pop como
su mayor cr�tico. �l la elev� a dimensiones que incluso
empeque�ecieron a Elvis y luego ayud� a destruirla. �l se convirti� en
una figura p�blica con quien se identificaban millones de seres, pero
tambi�n enajen� a otros muchos millones. �l convirti� a la estrella
del rock en una figura que expresaba las palabras y los sentimientos
de toda una generaci�n y lleg� a ser su rostro y su objetivo, su
liberador y su maldici�n. Una vez que entr� en los hogares de cien
millones de j�venes como el s�mbolo del espect�culo de los nuevos
medios de comunicaci�n, tambi�n introdujo en el recinto de los padres
�hasta entonces sacrosanto� la ruptura generacional, el movimiento
pacifista y la amenaza comunista. Encarn� m�s que nadie la dial�ctica
de los a�os sesenta �por un lado la tensi�n entre el liberalismo y la
libertad para explotar y por el otro el anticapitalismo y la libertad
frente a la explotaci�n, entre el principio del placer de Estados
Unidos (ejemplificado en los Beatles) y su principio de la realidad
(el mundo de la desinformaci�n, de la riqueza imposible y del todav�a
m�s imposible poder), entre la m�sica como entretenimiento y la m�sica
como el coro para la revoluci�n.
Seguramente no
es ninguna coincidencia que con el advenimiento de la era de Reagan,
que quiz� m�s que cualquier otra sirvi� para ocultar las matanzas en
el exterior y los excesos est�ticos y pol�ticos en el interior, las
libertades fuesen amputadas al mismo tiempo que la mano que hab�a
ayudado a derribar el castillo de naipes. A menudo hacen falta locos
para ver con extrema agudeza la locura que los rodea. S�, Mark Chapman
estaba probablemente loco, pero el asesinato de John Lennon expres� de
manera inconsciente el deseo social de asesinar a otros como �l (en el
mundo real o s�lo en la fantas�a). Por eso, en la actualidad es tan
f�cil caer en la (a menudo falsa) teor�a de la conspiraci�n, pues la
clase dirigente conspira a diario para proteger sus dominios y la
clase obrera todav�a no conspira para subvertirlos con m�s de unos
pocos miles de activistas por aqu� y otros pocos miles por all�. Por
muchas razones, John Lennon era el objetivo perfecto, incluso si su
asesinato no fue un esfuerzo concertado por el poder para quit�rselo
de en medio.
Lo que dej� tras
de s� fue la imaginaci�n ut�pica que todos compartimos, que todav�a
existe en un mill�n de cerebros y que se niega a que nadie la
silencie. La canci�n Imagine fue incuestionablemente el momento
m�s elevado de Lennon. Su claridad l�rica y conceptual arroj� luz
sobre nuestro mundo oscuro y violento. Nos impuls� a imaginar un mundo
sin propiedad, sin religi�n, sin naciones, que viva en paz. Postul� un
orden econ�mico en el que tanto la avaricia como el hambre ser�an algo
imposible.
Los socialistas
tambi�n comparten dicha visi�n. Apoyan todas las causas que acercan a
la humanidad hacia el objetivo de un orden econ�mico sin clases en
donde el trabajo asalariado, el dinero y la compraventa sean
substituidos por personas libres que trabajan juntas para subvenir a
sus necesidades, sin las coacciones impuestas por el sistema de
mercado, en pocos palabras, un mundo de paz, de igualdad, de
abundancia y de ecolog�a sostenible: �Podr�s pensar que somos unos
so�adores, pero no somos los �nicos. Ojal� un d�a te unas a nosotros.
Y el mundo ser� de todos.�
Notas del
traductor
[1]
A Tribute to John Lennon, Working Class Hero (http://irelandsown.net/lennon.html).
El autor,
John Tomson, es miembro de http://www.worldsocialism.org
[2] Skiffle,
amalgama del folk estadounidense, el jazz y el rock.
[3] En el
original ingl�s, a spanner in the works, juego de palabras
intraducible. Es de se�alar que la expresi�n popular brit�nica to
throw a spanner in the Works, literalmente �tirar una llave
inglesa en el curro� �o �en el laburo�, para que me entiendan en
Am�rica Latina�, significa en realidad �joderlo todo�. Lennon utiliz�
las similitudes fon�ticas entre spanner y Spaniard para
alterar la expresi�n en el t�tulo de este libro que public� en 1965.
[4]
Ludwig
Feuerbach (1804-1872), fil�sofo alem�n situado entre
Hegel y Marx. Te�rico del ate�smo y cr�tico de la religi�n.
[5] Se refiere a
la pel�cula The
Manchurian Candidate (1962), de John Frankenheimer, con Frank
Sinatra y Lawrence Harvey, rodada en plena guerra fr�a y basada en la
novela hom�nima de Richard Condon, que estuvo retenida y sin estrenar
durante casi veinticinco a�os tras el asesinato del presidente Kennedy.
_________________________________
Addendum
del traductor
Sobre personajes
y discursos
Cuando inici� la
traducci�n de este art�culo, cuya lectura me hab�a parecido de inter�s
por el sesgo poco habitual con que estudia al personaje, estuve
tentado por el deseo de cambiarle el t�tulo en castellano, y ello para
no herir la susceptibilidad de algunos lectores de Rebeli�n,
pues no cabe duda de que vestir la imagen p�blica de John Lennon con
el traje de h�roe de la clase obrera puede parecer no s�lo excesivo,
sino incluso una provocaci�n. Al final, se impuso el respeto por el
autor y traduje literalmente el t�tulo original
A Tribute to
John Lennon, Working Class Hero,
pero deseo a�adir ahora un breve comentario.
Durante los d�as
que siguieron al asesinato de John Lennon (acaecido el 8 de diciembre
de 1980, hoy hace veinticuatro a�os), la prensa aire� los aspectos m�s
diversos de la vida privada del m�sico, entre ellos la aparente
contradicci�n de que un activista como �l, que hab�a puesto su carrera
al servicio de causas consideradas radicales en EEUU, hubiese elegido
domicilio en el Dakota, uno de los edificios m�s caros y emblem�ticos
de Nueva York, junto al Central Park. Se supo tambi�n que no s�lo
pose�a all� un apartamento, sino dos, y que el segundo estaba
refrigerado y serv�a para guardar los abrigos de pieles del
matrimonio. En cuanto a la fortuna personal de los Lennon, fue
estimada en unos trescientos millones de d�lares.
Con tales datos
en la mano, es verdad que resulta embarazoso calificar de h�roe de la
clase obrera a un artista que, desde su acceso al estrellato a
principios de los a�os sesenta, no padeci� nunca las vicisitudes de
dicha clase social, pues no es lo mismo ser pobre que rico, y Lennon
era muy, muy rico. Sin embargo, dicho razonamiento, de tufo �tico,
moral, humanista o religioso, poco o nada tiene que ver con el
an�lisis materialista que a mi entender busca el autor en su texto. El
mundo en que vivimos nos ha acostumbrado subliminalmente a meter en un
mismo saco la vida y la obra de los personajes p�blicos
�una prueba de ello es el equ�voco t�tulo de este art�culo�, como si
ambas coincidiesen siempre, tuvieran igual importancia ante la
historia y se pudiesen juzgar seg�n id�ntico rasero, lo cual es un
rasgo t�pico del pensamiento burgu�s. El materialismo hist�rico est�
en las ant�podas de dicha tendencia, pues se interesa �nica y
exclusivamente por las consecuencias sociales de cada acto humano y
deja a un lado las consideraciones personales, que s�lo incumben al
individuo� y a nadie m�s. Por eso, a ning�n marxista deber�a
importarle si Marx dej� embarazada a su sirvienta, si Althusser
asesin� a su mujer, si Picasso era un hombre insufrible o si los hijos
del Che sufrieron psicol�gicamente a causa de la ausencia de un padre
que los abandon� por la revoluci�n, pues todo eso pertenece a la
esfera de la vida privada, que cada cual gestiona como quiere� o como
puede.
El caso de John
Lennon no escapa a dicha l�gica. Por eso, me atrevo a pedir a los
lectores que se hayan sentido inc�modos ante el t�tulo que por un
momento olviden al personaje y se centren en Working Class Hero,
esa maravillosa canci�n de aire dylaniano cuya letra es a mi entender
mucho m�s valiosa desde el punto de vista pol�tico que el ut�pico
canto a la bondad de Imagine, musicalmente hermos�sima pero de
un angelismo ineficaz. En Working Class Hero, muy al contrario,
el cantante de Liverpool plasm� a la perfecci�n los males del
mundo y ofreci� el �nico remedio que parece posible, la lucha. Por
eso, aunque �l no fuese de ning�n modo un h�roe de la clase obrera �a
lo sumo se lo podr�a etiquetar de rebelde �til, en el estilo de
Michael Moore�, el �discurso� de su canci�n s� que es, sin duda
alguna, una peque�a obra maestra de arte revolucionario y, como tal,
perdurar� junto a otros himnos destinados a unir a las masas contra la
opresi�n, a la misma altura que La internacional, Bella ciao,
Le temps des cerises o Nicarag�ita.