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                El Per� 
                frente al ALCA 
                
                
                El desaf�o de la nueva 
                colonizaci�n de la educaci�n: ALCA y pedagog�a para la opresi�n 
          
          
          
              
          James
          Petras 
        Traducido
        para Rebeli�n por Manuel Talens
        
        
        
        
           
                
                Introducci�n 
                
                El a�o 2005 marcar� la firma y la 
                implementaci�n del ALCA, un exhaustivo acuerdo pol�tico y 
                econ�mico que limitar� radicalmente la soberan�a 
                latinoamericana. El ALCA le proporcionar� al imperialismo 
                estadounidense un marco legal y de toma de decisiones para 
                determinar el comercio, las inversiones, las pol�ticas sobre la 
                propiedad y la legislaci�n laboral, as� como la naturaleza, el 
                coste, la forma y el contenido de los sistemas de salud y 
                educaci�n. 
                
                El ALCA significa un cambio cualitativo en 
                las relaciones entre EE.UU. y Am�rica Latina, porque establece 
                un nuevo sistema pol�tico y la base legal para el control 
                estadounidense directo de toda la estructura socioecon�mica de 
                esta �ltima. Los gobiernos de casi todos los pa�ses andinos, 
                Per�, Ecuador, Colombia y Bolivia (con la excepci�n de 
                Venezuela) ya han manifestado su deseo de aceptar el nuevo 
                estado colonial. Pero antes de discutir sobre cualquier cuesti�n 
                social de importancia es necesario entender las implicaciones 
                del ALCA y su impacto espec�fico sobre la educaci�n, as� como 
                sus efectos sobre el sistema pedag�gico peruano. 
                  
                
                El ALCA como proceso 
                
                
                La firma y la puesta en marcha del ALCA en 2005 son el producto 
                de un proceso 
                pol�tico, no de un acontecimiento aislado. Es importante 
                comprender las diferentes fases y cambios incrementales que han 
                creado la base para la actual transici�n hacia el nuevo 
                colonialismo. El ALCA es la culminaci�n de una lucha que ya dura 
                veinte a�os y que, en el caso de Per�, se inici� en los a�os 
                ochenta bajo Belaunde y la presidencia de Alan Garc�a, se 
                aceler� en los noventa bajo la dictadura de Fujimori y ha 
                culminado con la abyecta y total sumisi�n del r�gimen de Toledo 
                al marco neocolonial propuesto. 
                
                Incluso si la transici�n al ALCA tuvo 
                lugar por medio de cambios poco sistem�ticos, el acuerdo 
                representa una nueva totalidad que abraza cada aspecto de la 
                vida pol�tica, militar, social y cultural. El ALCA no es 
                simplemente un problema de dominaci�n econ�mica, sino que afecta 
                tanto la estructura interna como la pol�tica internacional de 
                Am�rica Latina, incluida la formaci�n de un ej�rcito mercenario 
                para vigilar el imperio, tal como se ha visto en la reciente 
                intervenci�n y la ocupaci�n de Hait�. 
                
                El proceso de colonizaci�n se inici� con 
                el uso imperial de la deuda externa como palanca de la �pol�tica 
                de ajuste estructural�; a trav�s de sus representantes en las 
                instituciones financieras internacionales (el Fondo Monetario 
                Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano) 
                Washington dise�� un programa para la privatizaci�n de empresas 
                p�blicas, la desnacionalizaci�n de los recursos naturales, la 
                cancelaci�n de las medidas arancelarias protectoras, la 
                desregulaci�n del sistema financiero, la inversi�n de la 
                legislaci�n industrial y social y la promoci�n del control 
                privado capitalista de la educaci�n y la seguridad social. Cada 
                una de estas medidas neoliberales tuvo un doble efecto: por un 
                lado, aumentaron los activos, los beneficios y los pagos de 
                intereses a los bancos y multinacionales estadounidenses; por el 
                otro, apareci� dentro del pa�s una clase social de gerentes, 
                profesionales, inversionistas, administradores, pol�ticos y 
                dem�s que se beneficiaron de dicha pol�tica y que son los 
                principales partidarios internos de la transici�n al 
                colonialismo. La pol�tica neoliberal cre� un nuevo personal y 
                las instituciones internas que apoyan al ALCA. El neoliberalismo 
                es una pol�tica precolonial y procolonial que ha creado la clase 
                pol�tica dispuesta a servir al imperio colonial. 
                
                El imperialismo se expande y gobierna 
                mediante la fuerza y las ideas. Para algunos escritores y 
                universitarios, el problema clave es la hegemon�a imperial, es 
                decir, la integraci�n mental de las ideas de la clase dirigente 
                por parte de los oprimidos. Yo a�adir�a que el t�rmino 
                hegemon�a ha sido desvirtuado. La hegemon�a imperialista en 
                Am�rica Latina se basa en sectores sociales y pol�ticos muy 
                limitados. La mayor parte de las clases sometidas a la hegemon�a 
                son aquellas que colaboran abierta y continuamente con 
                instituciones imperiales y comparten los beneficios del pillaje 
                imperial. Esto incluye a los l�deres pol�ticos de la mayor�a de 
                los partidos electorales, a banqueros locales, inversionistas, 
                consultores, etc. Esos colaboracionistas ejercen influencia 
                sobre las clases medias, prometi�ndoles �reformas� y 
                �democracia� y sirviendo algunos de sus intereses. Pero la gran 
                masa de la ciudadan�a rechaza el libre comercio, el pago de la 
                deuda, la reducci�n de los presupuestos sociales, la 
                erradicaci�n de la coca y el ALCA. Es evidente que la hegemon�a 
                imperial no funciona entre las masas, que no aceptan la 
                hegemon�a del imperialismo, pero est�n manipuladas por los 
                l�deres pol�ticos y sociales peque�oburgueses, que s� est�n bajo 
                la hegemon�a imperial. El imperialismo gobierna a las masas por 
                medio de la fuerza y la manipulaci�n ret�rica y organizativa de 
                la arribista clase pol�tica electoral. 
                  
                
                
                Educaci�n: la transici�n desde el neoliberalismo al colonialismo 
                
                En el �rea espec�fica de la educaci�n, el 
                proceso de privatizaci�n se ha abierto camino por medio de 
                diversas pol�ticas complementarias. En primer lugar, la 
                reducci�n del presupuesto estatal para la educaci�n p�blica 
                conduce a la reducci�n de los salarios de los educadores, a un 
                aumento del alumnado por aula individual, al deterioro de las 
                instalaciones, etc. Los presupuestos estatales fueron reducidos 
                para canalizar un tercio de los beneficios y la mitad de los 
                ingresos de las exportaciones hacia el pago de la deuda. La 
                reducci�n de los gastos educativos y de otros gastos sociales 
                tambi�n tiene un objetivo ideol�gico: lograr que la educaci�n 
                p�blica se deteriore y, luego, arg�ir que cualquier actividad 
                p�blica es inferior a la empresa privada capitalista. Adem�s, la 
                reducci�n de la financiaci�n p�blica de la educaci�n hace que 
                las escuelas p�blicas sean m�s dependientes de la financiaci�n 
                privada, lo cual hace que aumente la influencia del sector 
                privado sobre la educaci�n. 
                
                La promoci�n y la subvenci�n de la 
                educaci�n privada y, por consiguiente, el deterioro de las 
                escuelas p�blicas, conduce a la segregaci�n de la educaci�n 
                entre los pobres y las clases medias bajas. La financiaci�n de 
                la educaci�n privada tiene varios objetivos. En primer lugar, 
                promueve la idea de que lo privado es mejor que lo p�blico. En 
                segundo, aumenta la calidad de la educaci�n privada para las 
                clases privilegiadas y reduce los gastos de la elite. El Banco 
                Mundial y las fundaciones privadas (las Fundaciones Ford y 
                Rockefeller) dise�an y financian programas educativos, agendas 
                de investigaci�n, reformas de planes de estudios y educaci�n 
                ideol�gica con vistas a hacer avanzar el proceso de 
                privatizaci�n y a vincular la educaci�n a los intereses 
                econ�micos privados, a la extensi�n colonial y a la difusi�n de 
                la ideolog�a imperial. Por mucho que el Banco Mundial abogue a 
                favor de una mayor profesionalidad y en contra de la ideolog�a 
                en los programas educativos, en realidad lo que promueve es una 
                ideolog�a proimperial que prepara tecn�cratas para que sirvan a 
                las multinacionales contra una ideolog�a nacionalista que sirve 
                a la poblaci�n. 
                
                La funci�n de esa 
                educaci�n es crear un 
                hombre nuevo que cuadre 
                con la nueva econom�a colonial, lo cual implica la conversi�n 
                cultural de ciudadanos independientes soberanos en sujetos 
                coloniales. La construcci�n de una cultura colonial es esencial 
                para el mantenimiento de los nuevos reg�menes colaboradores que 
                sostienen el imperialismo. La ofensiva cultural colonial se 
                opone al concepto cheguevariano de hombre nuevo socialista
                [1]
                
                con la noci�n de hombre nuevo colonial. La ideolog�a del 
                hombre nuevo colonial se basa en que �lo que es bueno para las 
                multinacionales es bueno para el pa�s�. Su objetivo no es 
                cuestionar los objetivos del imperio, sino definir las t�cnicas 
                menos costosas y los medios para alcanzar los mayores 
                beneficios. 
                
                La perspectiva de Guevara, el hombre nuevo 
                socialista, se opone diametralmente a la del hombre nuevo 
                colonial: para el Che, el objetivo en la vida es servir al 
                pueblo, guiarse por los ideales del bien com�n, integrar la 
                palabra con la acci�n, combinar el trabajo f�sico con el 
                intelectual, despreciar a los opresores y abrazar al oprimido, 
                sacrificar la riqueza material por el bien de la humanidad. Por 
                el contrario, el objetivo del hombre nuevo colonial consiste en 
                servir a la corporaci�n, guiarse por la acumulaci�n privada de 
                riqueza, hablar con doblez, despreciar el trabajo f�sico, adorar 
                al rico y al poderoso y despreciar al pobre, idolatrar el 
                consumismo y venderse al mejor postor. 
                
                Para el Che, el valor m�s alto era la 
                solidaridad de clase; para el sujeto colonial es el mercado 
                quien dicta las respuestas; para el Che, el respeto de la 
                naturaleza y la fe en el potencial humano eran valores supremos; 
                para el sujeto colonial, el objetivo consiste en extraer la 
                riqueza y pisotear los derechos de los pueblos ind�genas. 
                
                La creaci�n de una 
                cultura colonial implica no s�lo la conformidad con la 
                disciplina econ�mica y social impuesta por el estado neocolonial 
                para facilitar el pillaje imperial del trabajo, de los recursos 
                naturales y del tesoro p�blico, sino tambi�n la colonizaci�n de 
                la mente, de los sentidos e incluso de los objetos del deseo. 
                
                La dominaci�n cultural colonial incluye la 
                influencia de las experiencias visuales y del entretenimiento a 
                trav�s de los medios de comunicaci�n mediante programas 
                est�pidos de violencia policial que refuerzan la autoridad del 
                Estado, telenovelas que convierten profundos problemas sociales 
                en dilemas personales o juegos de azar que crean la ilusi�n del 
                escape individual lejos de la miseria de las masas. El 
                imperialismo gastron�mico bajo la forma de consumo individual de 
                comidas r�pidas infectas destruye los h�bitos nutritivos 
                hist�ricos y colectivos que hasta ahora se transmit�an de 
                generaci�n en generaci�n. El imperialismo gastron�mico crea 
                v�nculos con los h�bitos de consumo de la sociedad imperial y, 
                adem�s, elimina a los productores locales de alimentos e 
                incrementa los beneficios de multinacionales multimillonarias. 
                Los s�mbolos coloniales del consumo �centros comerciales 
                enormes� se convierten en lugares de encuentro para la juventud 
                de clase media baja y sirven como puntos de referencia para el 
                comportamiento imitativo, que conduce a la sumisi�n colonial. 
                
                La educaci�n, en el m�s amplio sentido de 
                la palabra, tambi�n tiene lugar fuera de las aulas por medio de 
                la publicidad, de los medios de comunicaci�n colonizados, de 
                familias conformistas y grupos de amigos. No son �nicamente las 
                fuerzas macropol�ticas las que crean la mentalidad colonial, 
                sino tambi�n los microcontextos, la influencia de los amigos y 
                de las relaciones primarias, con sus �l�deres de opini�n� que 
                comunican directamente con los estudiantes. 
                
                La aut�ntica educaci�n debe tener en 
                cuenta a los estudiantes que posean cualidades de mando y sean 
                capaces de transmitir los valores solidarios de clase y 
                de independencia nacional para que organicen a otros estudiantes 
                en la causa de la justicia social. Ser�a necesario incitar a los 
                estudiantes a que tomen la delantera en el desaf�o a la 
                propaganda colonial, y ello tanto en los patios de recreo, como 
                en las aulas y en los campos de juego. 
                
                La educaci�n formal debe crear una mente 
                cr�tica que permita a individuos/estudiantes/profesores/familias 
                analizar y desenmascarar las intenciones imperiales ocultas tras 
                la macrodominaci�n manipuladora de los medios de comunicaci�n y 
                la transmisi�n inconsciente (o est�pida) del mensaje y de los 
                valores en peque�os grupos. La lucha pedag�gica no s�lo abarca 
                la ense�anza de las materias fundamentales en el plan de 
                estudios, sino tambi�n la interpretaci�n de las experiencias 
                cotidianas en el mundo. 
                
                Los educadores no s�lo deben proporcionar 
                a los estudiantes las cr�ticas de la elite en el poder y de sus 
                m�ltiples voces en los medios de comunicaci�n, sino asimismo 
                trabajar con ellos y con la comunidad en la construcci�n de 
                microalternativas, lo cual incluye la publicaci�n de boletines y 
                peque�as revistas literarias y pol�ticas, la organizaci�n de 
                foros p�blicos, el rodaje de v�deos experimentales, la creaci�n 
                de sitios web, la organizaci�n de actividades solidarias, el 
                aprendizaje de la escritura narrativa, el montaje de 
                espect�culos de marionetas y teatros callejeros en barrios 
                populares, los conciertos y acontecimientos sociales con un 
                claro mensaje social de clase y de afirmaci�n nacional. Ser�a 
                necesario animar a los estudiantes al trabajo voluntario con una 
                clara orientaci�n de clase, para que formen brigadas 
                alfabetizadoras y ense�en higiene a los m�s pobres. 
                
                Los educadores deben animar a estudiantes 
                a que se conviertan en actores y creen medios de comunicaci�n 
                alternativos (radios comunitarias) y lugares alternativos de 
                encuentro (centros municipales) que fomenten la solidaridad de 
                clase y provoquen el rechazo de los centros culturales 
                coloniales controlados. 
                  
                
                
                Educaci�n formal: el modelo colonial 
                
                Los colaboradores locales presentan el 
                modelo colonial de la educaci�n como la �elevaci�n del nivel de 
                educaci�n�, la b�squeda de la �excelencia en la ense�anza� y la 
                �modernizaci�n del plan de estudios�, todos ellos objetivos 
                recomendables� en abstracto. Pero, una vez que se estudia 
                el contenido operativo de tales conceptos, lo que se descubre es 
                que est�n vinculados a la fabricaci�n de un tipo espec�fico de 
                estudiante: un sujeto colonial. La �elevaci�n del nivel de 
                educaci�n� es, con frecuencia, una excusa para la privatizaci�n 
                de la educaci�n y la conversi�n de los estudiantes en 
                trabajadores acr�ticos que se identifican con los intereses de 
                las autoridades pol�ticas y del mundo de los negocios. La 
                b�squeda de la �excelencia en la ense�anza� bajo el 
                neoliberalismo quiere decir el uso de los modelos imperiales 
                centrados en el �xito individual, ajeno a cualquier noci�n de 
                solidaridad de clase social. Las �reformas educativas� 
                financiadas por las agencias imperiales explotan el complejo de 
                inferioridad de los pueblos y de las autoridades del Tercer 
                Mundo y presentan su plan de estudios colonial como una 
                modernizaci�n, como la transferencia del triunfo de un Primer 
                Mundo superior a los pueblos colonizados. Los educadores 
                cr�ticos que se oponen a la tendencia ideol�gica de la 
                �modernizaci�n� colonial son descritos como ideol�gicamente 
                atrasados. 
                
                Debemos elaborar criterios, normas de 
                excelencia y m�todos propios para alcanzar una educaci�n de 
                calidad que incorpore los valores de la independencia nacional, 
                la solidaridad internacional y las formas de autogesti�n de la 
                propiedad social. Los planes de estudios deber�an ser dise�ados 
                conjuntamente por profesores y estudiantes, en consulta con los 
                padres. Debemos evaluar constantemente las t�cnicas y las 
                habilidades sociales y permanecer abiertos a la cr�tica y a las 
                nuevas ideas. Y, por encima de todo, debemos esforzarnos por 
                llegar a los m�s pobres, interesados en un proyecto social 
                com�n. 
                
                Las reformas educativas imperiales son 
                cambios complejos, integrales, que alteran la formaci�n del 
                profesorado, reforman los planes de estudios, afectan la 
                disciplina de clase y dan lugar a experiencias de trabajo 
                dise�adas para crear una actitud sumisa a la hegemon�a en la que 
                profesores, estudiantes e individuos aceptan de buen grado la 
                dominaci�n colonial. 
                
                Las �reformas� 
                coloniales de la educaci�n del profesorado tienen dos 
                vertientes, una utilitarista y otra ideol�gica. El lado 
                utilitarista acent�a el mayor conocimiento de los medios 
                t�cnicos en la educaci�n, las mejoras educativas, los programas 
                de enriquecimiento venidos de ultramar, etc. El lado ideol�gico 
                acent�a la figura del profesor como sujeto ajeno a la 
                ciudadan�a, pues no participa en las luchas sociales y, en 
                cambio, hace de guardi�n de la autoridad existente en la 
                pol�tica y en la econom�a. Seg�n las normas coloniales, los 
                profesores deber�an ense�ar los ideales del Estado, no una 
                comprensi�n cr�tica de las realidades del abuso de poder, de la 
                corrupci�n estatal o de la explotaci�n econ�mica. 
                
                La cuesti�n central de la educaci�n del 
                profesor es su �naturaleza h�brida�, una mezcla de innovaciones 
                t�cnicas y adoctrinamiento ideol�gico; �nicamente los profesores 
                con principios firmes est�n en condiciones de desactivar el 
                paquete de reformas y de rechazar la ideolog�a imperial de 
                las innovaciones t�cnicas �tiles.  
                
                La transici�n desde el r�gimen neoliberal 
                al neocolonial establece nuevas exigencias sobre el mercado del 
                trabajo, pues requiere un nuevo plan de estudios, nuevos 
                manuales, nuevos profesores y una nueva pol�tica de admisiones. 
                La funci�n principal del r�gimen neoliberal consist�a en 
                eliminar la autonom�a educativa, debilitar el apoyo popular a 
                los educadores p�blicos, minar la solidaridad social y facilitar 
                la transici�n desde un sistema educativo semiprivado a uno 
                totalmente privado. 
                
                El plan de estudios 
                colonial requiere que se haga hincapi� en una formaci�n 
                profesional limitada, en el endoctrinamiento social de los 
                �efectos ben�ficos� del universo imperial y en la aceptaci�n 
                pasiva de la posici�n privilegiada del mercado capitalista. 
                Desde la perspectiva colonial, el producto ideal de estas 
                reformas es un t�cnico entrenado sin referencias sociales ajenas 
                a las establecidas por las autoridades pol�ticas y econ�micas y 
                un profesional �culto� que carece de criterios cr�ticos para 
                evaluar el contexto social de la crisis socioecon�mica. Este 
                tipo de 
                educaci�n incita a las 
                personas a pensar que los problemas sociales y econ�micos son 
                fracasos personales y a culparse ellas mismas en vez de al 
                sistema imperial. Al aceptar la responsabilidad personal por los 
                fracasos del sistema, es menos probable que los estudiantes, los 
                profesores y los padres socialicen su descontento y act�en de 
                manera colectiva. 
                
                Bajo el modelo colonial, los programas de 
                formaci�n de profesores y estudiantes son sumamente 
                estratificados y jer�rquicos: en lo alto de la pir�mide se 
                encuentran las costosas y exclusivas escuelas y universidades 
                privadas, tanto locales como extranjeras, para los hijos y las 
                hijas de la clase dirigente y de los ricos, donde son entrenados 
                para llegar a ser directores de empresas y ministros. En la 
                mitad de la pir�mide est�n los colegios privados y las 
                universidades p�blicas de alta calidad, que forman 
                profesionales, ingenieros, consultores y gestores medios del 
                sistema imperial. En la base se encuentran las escuelas t�cnicas 
                y las universidades provinciales, que producen trabajadores 
                expertos, funcionarios de bajo nivel, profesores mal pagados e 
                inspectores de sanidad. Para el resto, est� la �econom�a 
                informal�, donde trabaja un ej�rcito de ni�os pobres que, de vez 
                en cuando, estudian por la tarde. Se trata de un sistema 
                educativo dise�ado para reproducir y consolidar la sociedad, la 
                econom�a y la pol�tica coloniales. 
                  
                
                
                Los mecanismos de dominaci�n educativa   
                
                Con vistas a realzar la influencia 
                imperial sobre el proceso educativo y transmitir la ideolog�a 
                imperial a profesores y estudiantes, el estado imperial ha 
                instituido varios mecanismos y disposiciones institucionales, el 
                Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Interamericano, 
                fundaciones privadas semioficiales e instituciones educativas 
                semiaut�nomas. 
                
                En primer lugar se encuentra la 
                financiaci�n imperial �denominada ayuda extranjera� sobre la 
                base de condicionamientos. Los fondos son distribuidos 
                bajo la condici�n de que se pongan en pr�ctica las reformas 
                imperiales. Para asegurar el control, muchos de los programas 
                financiados requieren la creaci�n de asociaciones entre los 
                funcionarios imperiales y sus colegas del Tercer Mundo. Esta 
                asociaci�n tiene por finalidad asegurar que los recipiendarios 
                sigan las reglas y directrices y alcancen resultados que 
                favorezcan la pol�tica imperial. Las asociaciones tambi�n 
                permiten el control colonial del colega del Tercero Mundo.
                 
                
                Con vistas a promover 
                la ideolog�a de EE.UU. y realzar los intereses estrat�gicos 
                econ�micos y pol�ticos estadounidenses, las fundaciones 
                semioficiales privadas financian: (1) conferencias sobre asuntos 
                de inter�s para el imperio; (2) consejeros que infiltrar�n las 
                instituciones educativas claves y supervisar�n las reformas; (3) 
                programas de intercambio para resocializar a los 
                estudiantes y educadores (y posiblemente reclutarlos); (4) 
                programas de becas (como los US Fullbright Scholarships) que 
                inducen a los aspirantes potenciales a evitar las 
                manifestaciones p�blicas contrarias al imperialismo y (5) 
                programas educativos conjuntos que crean v�nculos 
                estructurales a largo plazo y que sirven de correa de 
                transmisi�n para el control imperial. Las �asociaciones� entre 
                socios de recursos desiguales conducen siempre a la 
                subordinaci�n. �nicamente las asociaciones entre educadores 
                latinoamericanos se dan en un estado de igualdad y permiten un 
                intercambio libre y positivo. 
                
                La �ayuda extranjera� 
                es un concepto enga�oso por muchos motivos. En primer lugar, 
                porque se trata sobre todo de pr�stamos que se deben ser
                
                rembolsar con intereses. En segundo lugar, las condiciones 
                de estos pr�stamos permiten transferir desde el pa�s los 
                ingresos excedentarios. La desregulaci�n de los mercados 
                financieros (que es una condici�n para la ayuda extranjera) 
                permite que los pol�ticos corruptos, los hombres de negocios, 
                los banqueros, los narcotraficantes, los traficantes de armas y 
                los esclavistas sexuales env�en miles de millones de d�lares de 
                dinero sucio a bancos del exterior. En segundo lugar, la 
                desregulaci�n permite que los bancos y multinacionales 
                transfieran miles de millones de beneficios, intereses y 
                derechos de autor a sus sedes centrales fuera del pa�s. Una 
                econom�a nacionalista que controle los flujos de capital, posea 
                compa��as provechosas y persiga a los delincuentes del dinero 
                sucio no necesita �ayuda extranjera�. Puede financiar su 
                desarrollo con fondos propios. 
                  
                
                
                Estrategias imperiales: poder blando, poder duro  
                
                En el lenguaje de los estrategas 
                imperiales, el poder blando (por ejemplo, la reforma educativa) 
                es tan importante como el poder duro (la intervenci�n militar o 
                las misiones clandestinas de la CIA) para el mantenimiento y la 
                ampliaci�n del imperio. El poder blando es otra manera de hablar 
                del imperialismo cultural (el debate impl�cito entre Bush y 
                Kerry durante la del poder blando y del poder duro en el proceso 
                de edificaci�n de imperio. Kerry estuvo en favor de utilizar un 
                poder ligeramente m�s blando que Bush).  
                
                El imperialismo 
                cultural implica el reconocimiento de la subjetividad 
                como fuerza para sostener el mando imperial y el pillaje y como 
                arma para eternizar el control imperial. La subjetividad es una 
                relaci�n aprendida, ya que nadie nace esclavo o revolucionario. 
                Las condiciones econ�micas y sociales pueden facilitar por s� 
                mismas una u otra respuesta subjetiva, pero nunca son totalmente 
                determinantes. No existen �condiciones objetivas�, por muy 
                precarias y opresivas que sean las condiciones que determinan 
                autom�ticamente el conocimiento pol�tico o la subjetividad. Se 
                conocen muchos casos, documentados y experimentados, de gente 
                oprimida que responde a la miseria abrazando movimientos 
                espirituales o centrando su frustraci�n en la violencia 
                familiar. Tambi�n se conocen numerosos casos de organizaciones 
                rurales y urbanas pobres que atacan al sistema. Entre el mundo 
                objetivo y la respuesta de los individuos, las clases y los 
                grupos �tnicos son el contexto subjetivo, ideol�gico y social 
                que influye en la percepci�n, en la comprensi�n y en la acci�n 
                social. El uso imperial del 
                poder blando busca 
                crear una pantalla ideol�gica que filtre y elimine el an�lisis 
                cr�tico y promueva una identificaci�n positiva con los s�mbolos 
                y los intereses del poder imperial. Por ejemplo, todos los 
                paquetes de arroz, frijoles y harina donados por USAID llevan 
                una gran etiqueta: �From the USA�. 
                  
                
                
                La educaci�n: terreno para la lucha contra el poder blando  
                
                Todos hemos estado, estamos y estaremos 
                siempre inmersos en una batalla de ideas, de lenguaje, de 
                m�todos educativos y de materias de estudio. �Cu�ntos de 
                nosotros hemos vivido nuestra ni�ez con precariedad y hemos 
                trabajado en condiciones de explotaci�n, ignorantes de las 
                causas de aquel estado de cosas, para s�lo tomar conciencia 
                pol�tica de los motivos m�s tarde, al leer, estudiar e 
                implicarnos en discusiones p�blicas?  
                
                Los profesores y 
                educadores tienen que ense�ar a sus estudiantes c�mo analizar 
                cr�ticamente los conceptos coloniales, que tienen una 
                connotaci�n positiva, pero un significado totalmente negativo. 
                El imperialismo ha corrompido nuestro lenguaje pol�tico, 
                invirtiendo el significado de conceptos y oblig�ndonos a servir 
                sus fines con la palabra. Por ejemplo, los ide�logos coloniales 
                y neoliberales proponen reformas que, de hecho, 
                desmantelan los programas sociales y concentran los ingresos en 
                lo alto de la pir�mide. En un principio, desde luego, las 
                �reformas� se refer�an a la pol�tica redistributiva que 
                favorec�a a los pobres. Otro ejemplo es la expresi�n
                
                pol�tica de ajuste estructural. En el pasado, la 
                izquierda hablaba de la necesidad de �cambios estructurales� 
                tales como la reforma agraria y la nacionalizaci�n de los 
                bancos. En los labios de los neoliberales, el �ajuste 
                estructural� es un eufemismo para transferir la propiedad 
                p�blica a monopolios privados extranjeros, promover la inversi�n 
                extranjera y llevar a la bancarrota a los productores locales, 
                reducir salarios y aumentar sus propios beneficios. Todo el 
                vocabulario pol�tico colonial est� hoy lleno de eufemismos, 
                colonizaci�n ling��stica que, en �ltima instancia, conforma el
                pensamiento conceptual y el marco para la comprensi�n, la 
                interpretaci�n y la actuaci�n en el mundo. Los educadores deben 
                dedicarse a una cr�tica cuidadosa y sistem�tica que ponga en 
                evidencia la contradicci�n fundamental entre la 
                connotaci�n de estos conceptos eufem�sticos y su 
                significado sustancial en nuestra vida diaria. 
                 
                
                Las ideas son importantes y la educaci�n 
                p�blica, tanto fuera como dentro de las aulas, puede 
                proporcionar los instrumentos cr�ticos para el an�lisis y 
                tambi�n las habilidades t�cnicas para ganarse la vida. La 
                batalla de las ideas tiene lugar en terreno impugnado: la 
                escuela no es simplemente un producto de influencia vertical, de 
                arriba abajo; la educaci�n es tambi�n un producto de influencia 
                horizontal, de abajo arriba. La historia no es simplemente el 
                estudio de los nombres y las fechas de la elite, sino una 
                discusi�n desde abajo, una historia popular de luchas y avances 
                sociales. 
                
                El m�todo de ense�anza depende de 
                los sujetos y del objetivo de �sta. Quienes ense�an para 
                el imperio se centran en los efectos positivos del 
                establecimiento colonial, no en el pillaje a las civilizaciones 
                precoloniales; destacan a los dirigentes y su modo de gobernar, 
                no los esfuerzos aut�ctonos de solidaridad, la autonom�a y la 
                lucha contra la explotaci�n. El punto de vista (o la perspectiva 
                de clase) determina la elecci�n de los conceptos, los 
                protagonistas de la historia y la naturaleza de las relaciones 
                de poder. En la ciencia no s�lo estudiamos los grandes 
                hallazgos, sino la opci�n de los temas de estudio, el uso y los 
                beneficiarios de los descubrimientos cient�ficos, en una 
                palabra, el contexto social del trabajo cient�fico. 
                
                Incluso si muchos cient�ficos se dicen 
                �apol�ticos�, la clase de investigaci�n que realizan �ya sea 
                militar o civil, para compa��as farmac�uticas multinacionales 
                dedicadas a hacer beneficios o para agencias de salud p�blica, 
                cirug�a est�tica para ricos o el tratamiento de la malaria para 
                las clases pobres rurales� se basa en decisiones pol�ticas. El 
                apoliticismo de quienes se dedican a la ense�anza implica la 
                abdicaci�n de sus responsabilidades, ya sea por ignorancia del 
                contexto pol�tico de su trabajo o por un cinismo hip�crita. 
                
                Uno de los objetivos principales del 
                contenido de la educaci�n est� inevitablemente determinado por 
                la necesidad de crear habilidades t�cnicas de sirvan para entrar 
                en el mercado de trabajo. Sin embargo, la ense�anza de las 
                habilidades y el conocimiento t�cnico, as� como el uso de 
                innovaciones para la comunicaci�n de ideas, necesitan 
                acompa�arse de una comprensi�n m�s profunda de las relaciones 
                sociales de producci�n y de trabajo, de la organizaci�n social 
                de las formas alternativas de trabajo, del universo de las 
                relaciones entre estados y de c�mo todo esto afecta nuestras 
                experiencias cotidianas en el trabajo, en la familia y en 
                nuestras relaciones personales. 
                
                Por ejemplo, los 
                trabajadores especializados y los profesionales deber�an 
                aprender cu�l es la naturaleza y la actividad de las empresas 
                privadas capitalistas �en especial, su tendencia a cambiar la 
                localizaci�n de la producci�n y a abandonar a su suerte a 
                comunidades enteras para mejorar sus m�rgenes de beneficios. Los 
                profesores deber�an recibir una formaci�n sobre el proceso del 
                trabajo, un ejemplo del cual se encuentra en la sustituci�n del 
                personal permanente por �profesores contratados�, con beneficios 
                sociales reducidas para adaptarse a las reducciones 
                presupuestarias que son el resultado de los pagos de la deuda 
                externa. 
                
                La experiencia 
                educativa no se limita a la relaci�n entre el estudiante y el 
                profesor, sino que forma el n�cleo de una serie de 
                interacciones, ajenas a las aulas, con padres, vecindario, 
                sindicatos y movimientos sociales. La implicaci�n del profesor 
                con los padres trabajadores es esencial para la mejora de la 
                educaci�n, del clima de trabajo y para la formaci�n de un 
                liderazgo en la lucha cultural antiimperialista. La mejora de 
                los salarios y de las condiciones de trabajo de los educadores 
                s�lo se puede lograr hoy mediante su vinculaci�n con los 
                intereses educativos m�s amplios que afectan a los estudiantes, 
                a los padres y a la econom�a local. La historia reciente nos 
                ense�a que s�lo los grandes movimientos de masas, no simplemente 
                las huelgas del personal de ense�anza, logran resultados 
                favorables. Los educadores son una �red natural� �se encuentran 
                en todo el pa�s, poseen potencialmente los instrumentos para el 
                pensamiento cr�tico, la oratoria y la escritura, interact�an a 
                diario con sectores importantes de la poblaci�n y los padres los 
                consideran esenciales para el �xito de sus hijos. De manera 
                objetiva, los educadores se ven forzados hoy en d�a a compartir 
                las dificultades de las familias de sus estudiantes. El 
                profesorado est� en decadencia, sus salarios (�cuando les 
                pagan!) son iguales o inferiores a los ingresos de los 
                trabajadores semicualificados y de los campesinos medios; sus 
                salarios y su estatus disminuyen, sin ninguna esperanza de 
                mejora, 
                dentro del sistema 
                colonial, puesto que la pol�tica neoimperial recorta los 
                presupuestos para pagar a los banqueros del exterior. 
                Objetivamente, el empobrecimiento de los educadores se 
                entrecruza con las condiciones generales de la masa de 
                trabajadores y campesinos: han dejado de tener un estatus 
                distinto y especial. 
                
                Sin embargo, algunos educadores se han 
                opuesto subjetivamente al reconocimiento de su situaci�n social 
                o han escogido las �soluciones personales� al recurrir al 
                pluriempleo, a la dependencia de los ingresos de sus c�nyuges, 
                al falso sentido de la diferencia profesional o a una 
                comprensi�n err�nea de lo que significa ser un buen profesional. 
                En muchos casos, temen las represalias de las autoridades 
                p�blicas o de los intereses influyentes del mundo de los 
                negocios. Son conscientes de los despidos de profesores e 
                incluso de las amenazas f�sicas contra sus vidas. Precisamente a 
                causa del papel central que ocupa la escuela p�blica en la 
                educaci�n y socializaci�n de las generaciones futuras de 
                trabajadores, campesinos y clases medias bajas, se ha convertido 
                en un �objetivo del poder blando imperial�. 
                
                Sin embargo, el profesorado posee un 
                activo estrat�gico. Todos los estudios recientes demuestran que, 
                durante los �ltimos cien a�os, la mayor�a de clase obrera, del 
                campesinado y de las familias de clase media baja creen 
                firmemente en la educaci�n como veh�culo para la mejora 
                econ�mica de sus hijos y de sus familias. Trabajan duro y se 
                sacrifican para obtener la mejor educaci�n posible y no dudar�n 
                en implicarse en la lucha por obtenerla, a condici�n de que 
                est�n organizados y de que posean una educaci�n pol�tica. 
                  
                
                
                Qu� hacer  
                
                Hoy en d�a, profesores, estudiantes, 
                padres y movimientos populares est�n ya implicados en la lucha 
                por una educaci�n global p�blica gratuita y contra los proyectos 
                imperiales de privatizar, obtener beneficios y estratificar la 
                educaci�n. Una pol�tica educativa progresista, nacional y 
                democr�tica s�lo puede sobrevenir por medio de un movimiento 
                nacional y social din�mico. La construcci�n de un movimiento 
                educativo progresista debe combinar exigencias educativas 
                espec�ficas con luchas m�s amplias que hagan retroceder los 
                avances del imperialismo mediante la renacionalizaci�n de los 
                recursos estrat�gicos, la reconstrucci�n de una econom�a 
                industrial basada en el control de los trabajadores, la 
                reasignaci�n de las finanzas p�blicas, desde la educaci�n 
                privada a la p�blica para todos. Estos cambios estructurales 
                macropol�ticos se basan en la micropol�tica y en las victorias 
                que tienen lugar en cada aula, en cada escuela, en cada 
                distrito: la micropol�tica implica victorias que aseguren la 
                presencia de trabajadores sanitarios, enfermeras o m�dicos en 
                cada escuela. Las peque�as victorias construyen grandes 
                movimientos. Los avances cuantitativos, a trav�s de la 
                micropol�tica, en alg�n momento se vuelven transformaciones 
                cualitativas a trav�s de los movimientos nacionales de masas. 
                
                Hoy, el Per� vive un per�odo de creciente 
                polarizaci�n y movilizaci�n de campesinos y estudiantes. Por una 
                parte, el estado colonial intenta dividir y debilitar los 
                sindicatos de profesores con asociaciones �paralelas� coloniales 
                y criminalizar a los profesores que ense�an la cr�tica en las 
                ciencias sociales. Por la otra, hay un renacer de un movimiento 
                de masas estudiantil que desaf�a la estructura de la universidad 
                autoritaria y que ya ha logrado algunas reformas positivas. La 
                historia demuestra que los movimientos de estudiantes que se 
                unen hoy a movilizaciones de campesinos y trabajadores urbanos 
                para las reformas pueden convertirse ma�ana en el embri�n de un 
                movimiento revolucionario. 
                
                Cuando hablamos de 
                imperialismo y, en particular, de neoliberalismo o de 
                neocolonias, debemos reconocer que se trata de categor�as 
                generales que s�lo tienen un significado cuando se examinan las 
                particularidades de la historia, la cultura y las relaciones 
                sociales de formaciones sociales espec�ficas. En los pa�ses 
                andinos, cualquier lucha eficaz contra el imperialismo y el 
                neocolonialismo debe dirigir su atenci�n principal hacia la 
                explotaci�n econ�mica y la opresi�n cultural de los ind�genas; 
                el imperialismo golpea directamente con programas de 
                erradicaci�n de la coca, que destruyen los ingresos y obligan a 
                los ni�os a abandonar la escuela. Hablar en general de 
                imperialismo o neocolonialismo sin examinar el papel de los 
                l�deres pol�ticos particulares y de las elites gobernantes y sus 
                v�nculos con los diferentes tipos de clases dirigentes y 
                funcionarios administrativos, socava el esfuerzo de centrar la 
                movilizaci�n popular en aut�nticos objetivos. En el Per�, el 
                problema del racismo no es simplemente un problema de los 
                indios, sino tambi�n de los blancos, de los l�deres sindicales y 
                de los profesionales, que han apoyado las exigencias del pueblo 
                ind�gena, pero que no han creado v�nculos org�nicos con sus 
                exigencias hist�ricas: tierra, autogobierno, autonom�a 
                territorial, libertad para cultivar cosechas provechosas 
                (incluida la coca). El neocolonialismo peruano es muy diferente 
                del brasile�o y el chileno, porque sus estructuras sociales, sus 
                exigencias hist�ricas y su pasado pol�tico no son iguales. Todos 
                los pueblos comparten un adversario com�n �el imperio 
                estadounidense�, pero los programas sociales espec�ficos para la 
                transformaci�n, las exigencias y las condiciones var�an. Lo 
                mismo sucede con las variaciones regionales dentro de una 
                naci�n: mientras que las exigencias de aumentar la financiaci�n 
                estatal de la educaci�n son comunes, la utilizaci�n de los 
                fondos, las prioridades sociales y los beneficiarios son 
                diferentes. El arte de la pol�tica, incluida la pol�tica
                
                educativa, debe crear poderosos movimientos internacionales y 
                nacionales por medio del reconocimiento y de la articulaci�n de 
                las demandas plurales y espec�ficas de cada clase explotada y de 
                los grupos �tnicos y sexuales oprimidos. El arte sutil de la 
                pol�tica educativa debe integrar las luchas particulares con los 
                movimientos nacionales y articular un programa que conecte la 
                micropol�tica local con un proyecto para alcanzar el poder 
                estatal. 
                
                Por �ltimo, deber�amos recordar que el 
                objetivo de la educaci�n es no s�lo impartir habilidades 
                anal�ticas y un pensamiento cr�tico y preparar a nuestros 
                estudiantes para ganarse la vida decentemente, sino ense�ar 
                valores morales, crear el hombre nuevo, como el Che Guevara nos 
                ense��: integrar nuestras ideas con nuestra praxis. 
                  
                
                [1] En el 
                ingl�s original, new socialist person, concepto que 
                abarca tanto al hombre como a la mujer. Para la traducci�n 
                castellana hemos retenido la denominaci�n original de Ernesto 
                Guevara, hombre nuevo socialista, pues el Che, a quien 
                nadie en su sano juicio podr�a acusar de discriminaci�n 
                gen�rica, redact� sus escritos en unos tiempos en que las justas 
                reivindicaciones feministas a�n no hab�an impuesto el cambio de
                hombre a persona. (N. del T.)     
          Rebeli�n, 26 de octubre de 2004   
 
        
        
         
        SI DESEA LEER EL TEXTO EN EL SITIO WEB DE REBELI�N, PULSE SOBRE LA 
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