El escritorio de Manuel Talens

El traductor activista

Entrevista al poeta palestino Mahmoud Darwich

�Para m�, la poes�a est� ligada a la paz�

 Mahmoud Darwich

por Muriel Steinmetz (l'Humanit�)

Traducido para Rebeli�n por Manuel Talens

 

El gran poeta palestino vive en Ramala. En �tat de si�ge [1], abre una ventana a su mundo, presa de todos los sufrimientos. Tras largos a�os de exilio, Mahmoud Darwich vive ahora en Ramala. En 1948 ten�a seis a�os cuando el ej�rcito israel� expuls� a su familia del pueblo de Birwa, donde naci�. En 1950, volvi� a su tierra, pero Birwa hab�a desaparecido. En su lugar hab�an construido dos colonias israel�es. La historia del poeta se confunde con la de su pueblo, cuyo derecho al retorno, m�s que nunca, sigue siendo algo hipot�tico. Sin embargo, Mahmoud Darwich afirma que �el poeta no tiene obligaci�n alguna de ofrecer un programa pol�tico a su lector�. Preconiza una lectura inocente de su obra, que est� impregnada de un �lirismo �pico�, seg�n las palabras del poeta griego Yannis Ritsos. La poes�a de Darwich, cualesquiera que sean sus ra�ces, no se inscribe en un tiempo y un espacio dados, por muy candentes que sean. El exilio sigue siendo su verdadero sustrato, lo m�s cercano de una geograf�a concreta del mundo, ba�ada en m�s de una �poca hist�rica. Mahmoud Darwich se define como un troyano y, con una leve sonrisa, reivindica el estatuto de v�ctima. �Acaso no es m�s noble cantar, aunque sea en la c�rcel, en vez de ocuparse de oprimir y controlar al pr�jimo? Acaba de publicar �tat de si�ge, testimonio escrito en caliente por un hombre aislado en el seno de su propia tierra, cercada por los tanques. Su larga y po�tica reflexi�n naci� del tiempo libre impuesto a este heraldo de un pueblo tambi�n situado bajo estrecha vigilancia. Desde su ventana escruta las calles de Ramala, escribe la cr�nica de las horas y los d�as. De visita en Francia, ha accedido a responder a nuestras preguntas, traducidas por Farouck Mardam-Bey, su editor en Actes Sud.

Una recopilaci�n anterior de entrevistas con usted llevaba por t�tulo Palestina como met�fora. �De qu� es una met�fora Palestina?

Fue mi editor quien escogi� el t�tulo. Esa met�fora permite decir cosas sobre la poes�a: la relaci�n del ser humano con su historia, con su existencia, con la naturaleza, consigo mismo, as� como su lucha por las libertades individuales y colectivas. Para m�, Palestina es s�lo un espacio geogr�fico delimitado. Remite a la b�squeda de la justicia, de la libertad, de la independencia, pero tambi�n a un lugar de pluralidad cultural y de coexistencia. La diferencia entre lo que yo defiendo y la mentalidad oficial israel� �incluso dir�a la mentalidad dominante hoy en Israel� es que esta �ltima conduce a una concepci�n exclusivista de Palestina, mientras que, para nosotros, se trata de un lugar plural, ya que aceptamos la idea de una pluralidad cultural, hist�rica y religiosa en Palestina. Este pa�s la hered�. Nunca fue unidimensional ni perteneci� a un solo pueblo. En mi escritura, me confieso hijo de varias culturas sucesivas. Hay lugar para las voces jud�a, griega, cristiana y musulmana. La visi�n opuesta concentra toda la historia de Palestina en su periodo jud�o. No tengo derecho alguno a criticar la concepci�n que ellos tienen de s� mismos. Pueden definir su identidad como deseen. El problema es que esa concepci�n de la identidad significa la negaci�n de la del otro. Eso nos impide vivir libres e independientes. Consideran que no tenemos ning�n derecho sobre esta tierra, en la medida en que la aprehenden como tierra b�blica y juzgan que, desde hace dos mil a�os, est� a la espera del �regreso� de quienes la habitaron anta�o. Hay, pues, una tentativa permanente de monopolizaci�n de la tierra, de la memoria, incluso de Dios. Por eso, la lucha se sit�a hoy en diversos �mbitos. Los gobernantes israel�es tratan de aplicar su concepci�n del pasado sobre una realidad que no le corresponde en absoluto. A veces, provoco a un soldado en el puesto de control. Le digo: �Si quer�is la tierra santa tal como est� escrita en la Tor�, quedaos con ella y dadnos la tierra que no es sagrada, es decir, todo el litoral palestino. No hay historia b�blica sobre este litoral�. Si la referencia es religiosa, hablemos de este intercambio entre el litoral y el interior, pero si es jur�dica, si depende del derecho internacional, volvamos a las resoluciones de la ONU.

�Qu� lugar ocupa hoy la poes�a de lengua �rabe y, en particular, su propia poes�a en la literatura �rabe?

Los pa�ses europeos y Estados Unidos creen que la poes�a de lengua �rabe ocupa el lugar de honor en la cultura �rabe, como sucedi� durante tres siglos. Se habla de la crisis de la poes�a en Occidente, de la decadencia de su masa de lectores. La misma crisis existe entre nosotros. La relaci�n entre la poes�a y los lectores se ha vuelto problem�tica, quiz� debido a que la poes�a �rabe se adentr� en formas experimentales, que la aislaron del gran p�blico. Establece una distancia entre el texto y la realidad y se priva de la riqueza de las cadencias de la m�trica �rabe. Hay tambi�n una raz�n de orden cultural. La poes�a no es el primer g�nero literario entre los �rabes. La novela ha tomado el relevo. Eso es algo positivo. Yo a�adir�a que vivimos una crisis de identidad cultural y pol�tica. Los �rabes retroceden en numerosos planos. Tenemos el sentimiento de no participar en el curso de la historia. Por ejemplo, se oye hablar de un gran Oriente Pr�ximo. Pero los estadounidenses, iniciadores de dicho proyecto, consideran que los �rabes ni siquiera merecen ser consultados. En la medida en que las fronteras de los pa�ses �rabes fueron fijadas por extranjeros, estos mismos extranjeros pueden modificarlas a su antojo. Los �rabes no participan en la definici�n de su destino. �Qu� quiere que haga la poes�a en tales condiciones? �Hablar de la edad de oro? �Adorar el pasado? La verdadera poes�a �rabe es una poes�a cr�tica de la realidad �rabe.

Perdone que le haga esta pregunta un poco brutal, pero �puede la poes�a, en su sentido m�s elevado, tal como usted la practica hoy, constituir la alternativa a la religi�n?

William Blake dec�a que la imaginaci�n es una nueva religi�n. Todo el movimiento rom�ntico busca sustituir la inspiraci�n po�tica por la inspiraci�n religiosa y prof�tica. Yo creo que la religi�n y la poes�a nacieron de la misma fuente, pero la poes�a no es monote�sta. Tal como dijo Heidegger, nombra a los dioses. La poes�a est� en rebeli�n permanente contra s� misma. No cesa de modificarse. La religi�n es estable, fija, permanente. Sin embargo, la b�squeda de lo desconocido es com�n a ambas. La poes�a tiende hacia lo invisible, sin encontrar soluci�n. La religi�n encuentra una, de una vez por todas. �Acaso el gran problema del marxismo no fue que en cierto momento se convirti� en una religi�n?

�Es hoy compatible la poes�a con la religi�n bajo su forma m�s reivindicativa y violenta?

Desde luego, el integrismo impide que florezca la poes�a. Su manique�smo sin apelaci�n no conviene en absoluto a la poes�a. El integrismo tiene respuestas totalmente preparadas. Es poeta quien duda y acepta al otro. Para m�, la poes�a est� ligada a la paz. Est� en perpetua adoraci�n ante la belleza de las cosas y, desde luego, ante la belleza femenina. El integrismo a�sla a la mujer y la esconde. A la poes�a le gusta el vino; el integrismo lo proh�be. La poes�a sacraliza los placeres en la tierra. El integrismo se les opone ferozmente. La poes�a libera los sentidos. El integrismo los reprime. La poes�a humaniza a los profetas. Por eso la cultura engendrada por el integrismo religioso es antipo�tica por excelencia. El integrismo puede llegar a suprimir todo lo que sea contrario a su concepci�n del mundo. En sus formas m�s extremas, representa un peligro mortal para la poes�a y los poetas. Durante los siglos IX, X y XI �la edad de oro de la poes�a �rabe� el Estado fue bastante tolerante, abierto a todas las culturas. Hubo, en particular, una bell�sima poes�a er�tica y b�quica. El fundamentalismo musulm�n es en s� mismo una reacci�n al fundamentalismo y al integrismo estadounidense e israel�. El despotismo universal de Estados Unidos, tal como se despliega hoy en d�a, est� legitimando el integrismo musulm�n. Cuando los estadounidenses hablan del terrorismo como algo inherente al Islam, empujan a los musulmanes hacia ciertos extremos. La lucha actual, que se nos presenta como una lucha entre civilizaciones, no es m�s que una lucha entre integrismos. No es una guerra de civilizaciones, sino una guerra entre diferentes barbaries. 

Nos parece impresionante la reflexi�n de Ritsos, que califica su poes�a de �lirismo �pico�. �Cree que eso lo define a usted todav�a hoy, teniendo en cuenta que en Occidente la epopeya es una forma que desapareci� hace siglos, mientras que el lirismo parece considerablemente en retirada?

La poes�a �pica, en el sentido tradicional del t�rmino, desapareci� hace tiempo. Tal como demostr� Hegel, estuvo vinculada a las antiguas civilizaciones. El lirismo es intemporal, porque existe siempre una pluralidad de �yoes�. Este tipo de poes�a expresa detalles, partes del alma de un pueblo. Se centra en los individuos que lo componen, m�s que en el pueblo entero. Desde luego, estos conceptos no tienen base alguna en la poes�a �rabe. Provienen de las lenguas occidentales. En Occidente, se dice que el lirismo es lo que no es ni �pico ni dram�tico en sentido teatral. Por el contrario, nuestra poes�a �rabe es l�rica desde su origen, pero seg�n diversas corrientes. Las formas son m�ltiples en ella. Cuando Ritsos define mi poes�a como un �lirismo �pico� se refiere a la arquitectura del poema y a la multiplicidad de las voces en su seno. Mi voz no es la �nica, pues hay otras que expresan el grupo. Mi poes�a no se sit�a en un espacio limitado y personal, sino en un espacio amplio, en el plano hist�rico y geogr�fico. De ah� que algunos de sus rasgos recuerden la �pica. El lirismo de estos poemas no ni es ni muy personal ni individual, es un lirismo colectivo. Se trata de una poes�a que no es totalmente l�rica ni totalmente �pica. El lirismo tambi�n est� en retirada en el mundo �rabe. Los j�venes poetas, un poco perdidos, no dominan los conceptos. A menudo confunden lirismo y romanticismo.

�Puede la poes�a ayudar a que un pueblo conserve su identidad, incluso en las peores dificultades de supervivencia?

No creo que la poes�a tenga un papel evidente en la lucha nacional. Su influencia no es inmediata. Constituye un viaje permanente entre culturas, tiempos y espacios. En ese sentido, yo no creo en una poes�a nacional. Dado que el poeta es el hijo de una �poca y de una lengua, contribuye sin duda a dar forma a la identidad nacional de un pueblo al desempe�ar un papel de orden cultural, pero no tiene por qu� incitar nada. En los a�os cincuenta, sin duda, en el mundo �rabe y en el mundo entero �pienso en toda la poes�a comprometida, en particular, entre ustedes los franceses, en Louis Aragon�, el poeta tuvo un papel pol�tico directo. El mundo era un poco menos complejo que hoy en d�a. En nuestro caso, la ocupaci�n israel� es una larga ocupaci�n, a diferencia de la alemana en Francia. �Qu� artista puede representar sin interrupci�n el papel de poeta de circunstancias, de poeta comprometido, en el sentido antiguo del t�rmino? Si pretende representar ese papel, la ocupaci�n habr� conseguido matar tambi�n la poes�a.

 

[1] �tat de si�ge, de Mahmoud Darwich (traducido del �rabe al franc�s por Elias Sanbar). �ditions Actes Sud/Sindbad - 96 p�ginas - 23,90 euros.


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