El escritorio de Manuel Talens

El traductor activista

MEL GIBSON Y EL MITO JUDEOCRISTIANO

Gilad Atzmon (fotografía de David Foreman)

Gilad Atzmon *

Traducido para Rebeli�n por Manuel Talens

�Le ruego a Dios que usted y yo podamos dar un ejemplo a todos nuestros hermanos, pues el verdadero, el �nico camino a seguir es el del respeto y, m�s a�n, el del amor mutuo, a pesar de nuestras diferencias�.

(Respuesta de Mel Gibson a una carta de Abraham Foxman, director nacional de la Liga Antidifamaci�n Jud�a, en la que �ste le exige algunos cortes de escenas supuestamente injuriosas de su pel�cula La Pasi�n)

�Sus palabras no calman nuestra preocupaci�n sobre las potenciales consecuencias de su pel�cula para avivar y legitimar el antisemitismo�.

(Respuesta de Foxman a Gibson)

Me pregunto si es posible que Foxman est� realmente tan preocupado con el aumento del antisemitismo. En la pr�ctica, mucho m�s que la pel�cula en s� [1], es su reacci�n a �sta lo que aviva los sentimientos antijud�os. Desde un punto de vista no jud�o, la intrusi�n de Foxman en algunos aspectos de la narrativa hist�rica cristiana es bastante extra�a. Foxman deber�a saberlo por experiencia personal, pues �l mismo se opone a los �revisionistas del holocausto� que interfieren en la narrativa sionista oficial. Pero desde el punto de vista jud�o su reacci�n no mejora las cosas, ya que da lugar a una asociaci�n entre el jud�o contempor�neo y la chusma b�blica que presion� a Poncio Pilatos para que decretase la crucifixi�n. Se trata claramente de una maniobra muy peligrosa e irresponsable.

Las preocupaciones de Foxman son confusas. Me gustar�a dejar claro que no creo que la mayor�a de los jud�os se identifiquen con sus antepasados b�blicos. Tampoco creo que los gentiles lo hagan. Ning�n jud�o que yo conozca se siente en modo alguno responsable de la muerte de Cristo y tampoco ninguno de mis amigos jud�os ha sido culpado nunca de aquella crucifixi�n. La mayor parte de los jud�os no piensa aprovecharse de la racista �ley del retorno� israel� que, a expensas de los palestinos, acoge en Palestina a cualquier jud�o, venga de donde venga y sea quien sea (incluso si se trata de presuntos criminales). Pero digamos la verdad: hay algunos jud�os que aceptan muy contentos esta abierta invitaci�n israel�, y se trata de esos mismos que se consideran descendientes de sus antepasados b�blicos. Son los jud�os sionistas. A finales del siglo XIX empezaron a emigrar a Palestina e incluso hicieron renacer la lengua hebrea. Se consideran a s� mismos como productos b�blicos redivivos. Hasta aqu� todo suena bastante rom�ntico e incluso heroico, pero esta �nueva� identidad nacionalista conlleva algunos problemas: es expansionista, racista y b�sicamente contraria no s�lo a sus vecinos, sino a cualquier forma de existencia pac�fica. La interpretaci�n sionista de la lecci�n b�blica es bastante sectaria, pues hace caso omiso de las ense�anzas espirituales y �ticas de la religi�n jud�a al adoptar a ciegas el sentido m�s brutal de la noci�n b�blica de conquista. Preciso es mencionar que la tierra de Si�n nunca estuvo desierta, ni en los tiempos b�blicos ni a finales del siglo XIX. Pero esto no detuvo a los sionistas. Al contrario, enardecidos por un celo de misioneros, imitaron a sus antepasados b�blicos en la conquista de la tierra santa. De acuerdo con su terminolog�a de hebreos b�blicos redivivos, denominaron su invasi�n violenta como �rescate de la tierra� y adobaron su maldad con alg�n contenido hist�rico. Como si una repetici�n hist�rica fuese una suerte de justificaci�n moral.

Y con esto llegamos al n�cleo de las preocupaciones de Foxman. Quiz� la tendencia sionista a relacionarse con sus antepasados pueda ayudarnos a entender la opresi�n y las atrocidades contra el pueblo palestino, si la consideramos como una repetici�n del v�a crucis de Cristo. Al parecer, los palestinos son los Jesucristos de la actualidad.

En la pel�cula de Gibson, Pilatos, el gobernador romano de Palestina, le muestra a la muchedumbre a un Jes�s exhausto y ensangrentado, y dice: �Mirad a este hombre�. Pero el sumo sacerdote, en arameo, insiste: �Crucif�calo�. Pilatos le responde: ��No ha tenido ya bastante?�, y la muchedumbre grita: �No�. Tras lo cual, el dirigente romano otorga la crucifixi�n.

En la realidad de hoy, el mundo muestra a la multitud a palestinos exhaustos y ensangrentados, y dice: �Mirad a estos hombres, �no han tenido ya bastante?�. Los palestinos, los moradores nativos de la tierra de leche y miel, padecen ahora un grado de hambre y desnutrici�n similar al de las poblaciones africanas m�s pobres. Pero eso no le preocupa a la muchedumbre israel�, que grita �No� a las peticiones de piedad. Y, si algo exige, es m�s persecuci�n y miseria. Por supuesto, la popularidad del sumo sacerdote Sharon aumenta despu�s de cada matanza de palestinos. Al igual que sus antepasados b�blicos, la visi�n de la sangre exalta al sionista.

Las masas israel�es gritan con frecuencia �muerte a los �rabes�. Los sacerdotes israel�es �democr�ticamente� elegidos, ya se trate de Sharon, Peres, Rabin o Ben Gurion, han logrado perfeccionar el v�a crucis palestino. Todo sirve: matanzas, persecuci�n legal, presi�n econ�mica, humillaci�n continua, asesinatos y, ahora, el muro de la separaci�n. De vez en cuando, como Pilatos, la comunidad europea o incluso la administraci�n estadounidense les pregunta: ��No han tenido ya bastante?�, pero siempre terminan por desistir y permiten que los sionistas prosigan la vergonzosa destrucci�n del pueblo palestino.

Foxman se ha dado cuenta de que tal interpretaci�n de la pel�cula de Gibson conducir� al p�blico occidental a replantearse las cosas. Una punzada en la conciencia por la miseria que padecen los palestinos es inevitable. Yo dir�a que Foxman y sus aliados sionistas temen que el mito artificial de la camarader�a judeocristiana est� a punto de derrumbarse, lo cual no es nada sorprendente. Una breve ojeada a los anales de estas dos religiones antag�nicas revela un historial rico en amargos conflictos. Se trata de dos visiones distintas del mundo. Las diferencias surgen a la luz en las dos citas que encabezan este art�culo. Mientras que la reacci�n de Foxman es bastante precisa y se centra en el tema favorito jud�o de evitar el odio, el cristianismo est� reflejado en la respuesta de Gibson y trata del amor fraterno.

Es m�s que probable que la pel�cula de Gibson pueda conducir a un amplio acuerdo sobre el papel que representa el pueblo palestino �el nuevo Cristo� en la redenci�n de los males actuales del mundo, ya sean el Estado israel�, la identidad sionista, Bush o Blair. Cuando reconozcamos el crimen que se est� cometiendo contra los palestinos estaremos listos para eliminar las diferencias impuestas entre Occidente y los dem�s, entre nosotros y ellos, entre los Estados Unidos y el mundo �rabe. Est� claro que Foxman y sus socios sionistas no lo desean. Se sienten mucho m�s seguros en la senda del mal, en el reino de la guerra infinita y del derramamiento de sangre.

[1] The Passion of the Christ (http://www.passion-movie.com).

 

Gilad Atzmon (fotografía de Bob Meyrick)

 

* Jazzman, escritor y activista de izquierda, el polifac�tico Gilad Atzmon es una estrella ascendente de la escena cultural brit�nica. Nacido en Israel y criado dentro del juda�smo, se exil� a Londres en los a�os noventa. Apoya sin matices la liberaci�n del pueblo palestino, se opone de manera rotunda al principio racial del Estado de Israel y milita a favor de la creaci�n de un �nico estado democr�tico, que acoger�a en su seno tanto a palestinos como a israel�es. Su �ltimo CD, grabado con el multicultural The Orient House Ensemble, se titula Exile. Gilad Atzmon ha publicado una novela, Guide to the Perplexed, que con el t�tulo de Gu�a de perplejos acaba de aparecer en castellano bajo el sello de Ediciones del Bronce (Grupo Editorial Planeta, Barcelona 2003).  El lector puede visitar su sitio web en el siguiente URL: www.gilad.co.uk

 Exile  Guía de perplejos

 


 

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