Tras las
elecciones del 28 de diciembre de 2003
Serbia: la
hipoteca de la extrema derecha nacionalista
Jean-Arnault D�rens
Le
Monde Diplomatique, enero 2004
Traducido por Manuel Talens
Tres a�os despu�s de la ca�da de Slobodan Milosevic, la extrema
derecha nacionalista acaba de imponerse el pasado 28 de
diciembre como la primera fuerza pol�tica de Serbia. Con el 28%
de los votos, el Partido Radical Serbio (SRS) se halla en
situaci�n de bloquear la continuaci�n de las reformas. El
balance es amargo para un campo democr�tico m�s dividido que
nunca, pero tambi�n para Occidente, que hab�a apostado mucho por
la emergencia de una �nueva� Serbia.
Los
dos grandes vencedores de las elecciones de finales de diciembre
de 2003 se encuentran encarcelados en la prisi�n internacional
de Scheveningen (Pa�ses Bajos). Milosevic y Vojislav Seselj
dirig�an, respectivamente, las listas del Partido Socialista de
Serbia (SPS) y del Partido Radical Serbio (SRS). No podr�n
ocupar su esca�o en la futura asamblea y sus esca�os ser�n
atribuidos a miembros de su lista.
�Significa acaso este resultado un �retorno� de Serbia al
nacionalismo de los a�os noventa? Lo que deja claro, sobre todo,
es el gran desconcierto de la poblaci�n, que no percibe ning�n
efecto ben�fico de las reformas iniciadas hace tres a�os. Serbia
cuenta con un mill�n de desempleados, un mill�n doscientos
cincuenta mil trabajadores con un empleo y un mill�n de
jubilados. Estos �ltimos sobreviven con pensiones cuyo promedio
es inferior a cien euros al mes. Sin embargo, la privatizaci�n
de los conglomerados gigantes heredados la era socialista apenas
acaba de empezar. Serbia se adentr� mucho m�s tarde que los
dem�s pa�ses socialistas en la v�a de la transici�n econ�mica y
debe esperar muchas m�s dificultades.
Al
igual que sucede en cada votaci�n, los radicales han logrado el
mayor n�mero de votos entre los centenares de miles de serbios
expulsados por Croacia, por Bosnia y por Kosovo, que a menudo
sobreviven en Serbia en condiciones miserables y que obtuvieron
el derecho al voto en este pa�s.
Estas poblaciones, manipuladas por el nacionalismo belicoso de
Milosevic, sufrieron las consecuencias de las absurdas ideas de
unificaci�n de �todas las tierras serbias�, pero el Partido
Radical les ofrece el sue�o de una revancha imposible. Este
partido tambi�n ha logrado un gran n�mero de votos entre los
electores serbios de Voivodina y del Sandjak de Novi Pazar, dos
regiones particularmente multi�tnicas de Serbia. Los serbios del
Sandjak representan cerca del 45% de la poblaci�n total de dicha
regi�n, donde los eslavos musulmanes, que ahora se dicen
bosnios, son mayoritarios. El Sandjak siempre consigui� eludir
un enfrentamiento de mayor importancia, pero la coexistencia
sigue siendo tensa entre ambas comunidades.
El
discurso del Partido Radical juega con el miedo de una diluci�n
de las poblaciones serbias por parte de elementos extranjeros.
En el Sandjak, los partidos democr�ticos de Belgrado �nicamente
se apoyan en los partidos bosnios locales, lo cual deja a las
poblaciones serbias en manos de los extremistas.
Al
mismo tiempo, ning�n responsable pol�tico de Belgrado se atreve
a reivindicar de manera positiva el car�cter multi�tnico de
Serbia, incluso si las diferentes minor�as nacionales
representan m�s del 20% de la poblaci�n total de la Rep�blica.
Una lista reagrupaba a los partidos bosnios del Sandjak y
h�ngaro de Voivodina con formaciones regionalistas de Serbia.
Sin embargo, la coalici�n Juntos para la Tolerancia s�lo obtuvo
el 4% de los votos y no tendr� diputados en el futuro
parlamento, donde las minor�as nacionales dejar�n de estar
representadas por primera vez en la historia de Serbia.
Las
guerras yugoslavas de los a�os noventa dieron lugar a
importantes desplazamientos de poblaci�n y a una �etnicizaci�n�
de los nuevos Estados. Sin embargo, nadie sabe todav�a cu�les
son las fronteras de Serbia.
�Est� incluido el Kosovo, situado bajo administraci�n
provisional de las Naciones Unidas desde junio de 1999? �Se
unir� un d�a a la madre patria la Republika Srpska, la �entidad�
serbia de Bosnia, tal como lo desean la mayor parte de sus
habitantes? �Perdurar� la Uni�n de Serbia y Montenegro, que
desde febrero de 2003 reemplaza a la Rep�blica Federal de
Yugoslavia?
A
la incertidumbre territorial se a�ade la confusi�n
institucional. Esta Uni�n de Serbia y Montenegro es un estado
�provisional�, establecido para un per�odo de tres a�os, al
t�rmino del cual ambas rep�blicas podr�n volver a definir sus
relaciones. La propia Serbia ha fracasado ya tres veces a la
hora de elegir un presidente. En este contexto, la Iglesia
ortodoxa se pronunci� recientemente por la reinstauraci�n de la
monarqu�a, y el pretendiente a la corona, Aleksandar
Karadjordjevic, cree que le ha llegado su oportunidad.
Las
fuerzas que en otros tiempos se unieron en la lucha contra el
r�gimen de Milosevic se presentaron divididas. El Partido
Democr�tico de Serbia (DSS) de Vojislav Kostunica profesa un
nacionalismo cercano al de los radicales, mientras que el
Partido Democr�tico (DS) de Zoran Djindjic, el primer ministro
asesinado el pasado 12 de marzo, que dirige el gobierno
saliente, no ha conseguido convencer de sus logros.
Sin
embargo, Zoran Djindjic hab�a iniciado reformas esenciales.
Hab�a tenido el coraje de detener a Milosevic y de enviarlo ante
los jueces del Tribunal Penal Internacional para la ex
Yugoslavia (TPIY). Este coraje, que pag� con su vida, apenas ha
sido recompensado: las ayudas internacionales a Serbia no han
dejado de menguar y los dirigentes de Belgrado han vivido sobre
todo de promesas, raramente cumplidas.
Las
torpezas del TPIY, en particular de Carla del Ponte, la fiscal
del Tribunal Supremo, han convencido f�cilmente a la opini�n
p�blica de que el tribunal es una instituci�n �antiserbia�.
Los
dem�cratas serbios preconizan la integraci�n europea de Serbia.
En junio de 2003, la cumbre de Tesal�nica reafirm� la �vocaci�n�
de los pa�ses de los �Balcanes occidentales� de entrar en la
Uni�n Europea. Sin embargo, no existe ning�n calendario
preestablecido. En tales condiciones, �de qu� manera movilizar a
la opini�n p�blica en torno a una perspectiva tan vaga y lejana?
Una
semana despu�s de las elecciones, las negociaciones para la
formaci�n del futuro gobierno apenas han comenzado. La tregua
del A�o Nuevo, que puede prolongarse con la Navidad ortodoxa (6
de enero) y el Nuevo A�o serbio (13 de enero), permitir� que
cada campo analice todas las hip�tesis.
Inmediatamente despu�s del voto, los radicales propusieron la
formaci�n de una coalici�n con el DSS de Kostunica, subrayando
que los programas de ambos partidos presentaban �numerosas
similitudes�. El DSS rechaz� la oferta y sugiri� la formaci�n de
un gobierno de uni�n nacional, que englobar�a a todas las
formaciones parlamentarias, incluidos los radicales y los
socialistas de Milosevic. Seg�n sus propios promotores, esta
f�rmula de gobierno podr�a durar un a�o, hasta la convocatoria
de nuevas elecciones, pero la proposici�n apenas tiene
posibilidades de seguir adelante.
Queda, pues, la hip�tesis de un gobierno del �campo
democr�tico�, que reunir�a a los hermanos enemigos de la antigua
Oposici�n Democr�tica de Serbia (DOS) [1] y a los mon�rquicos de
Draskovic. Europa y los diplom�ticos occidentales destinados en
Belgrado militan a favor de esta soluci�n. Sin embargo, un
gobierno que reunir�a a los nacionalistas �moderados� del DSS, a
los herederos pol�ticos de Zoran Djindjic y a los ultraliberales
del G17+, as� como a los partidarios de Draskovic, que hicieron
campa�a �por el rey y contra las privatizaciones�, no tendr�a
coherencia pol�tica alguna.
Algunos ya empiezan a mirar el calendario. El Parlamento debe
reunirse lo m�s tarde el 27 de enero, con la delicada misi�n de
elegir a su presidente, que ser� de inmediato presidente
interino de la Rep�blica. Sin embargo, si no se obtiene ning�n
consenso, ser� imposible eludir nuevas elecciones.
Con
la ayuda de la crisis pol�tica y social, los radicales esperan
proseguir su progresi�n, ya sea en las elecciones legislativas
anticipadas o en la cuarta tentativa de elegir presidente. No
cabe duda de que algunos reclusos de la prisi�n internacional de
Scheveningen est�n muertos de risa.
[1] La DOS agrupaba en el a�o
2000 a dieciocho partidos unidos tras Kostunica.
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