El escritorio de Manuel Talens

El traductor activista

La victimizaci�n como identidad

EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA: LA MENTALIDAD DE V�CTIMA

Gilad Atzmon (fotografía de David Foreman)

Gilad Atzmon *

Traducido para Rebeli�n por Manuel Talens

 

  

�Estoy convencido de que el hombre que est� sentado frente a m� es Iv�n el Terrible de Treblinka�.

Pinhas Epstien, 23 de febrero de 1987

 

�Este hombre es Iv�n, sin duda alguna, Iv�n de Treblinka. El de las c�maras de gas, el hombre que estoy mirando ahora.�

Eliyhau Rosenberg, 25 de febrero de 1987

 

Sobre raz�n y justicia

Cada agresi�n que un hombre comete contra otro se puede juzgar desde dos aspectos diferentes: el �tico y el de la raz�n. Se supone que el juicio �tico decide si dicha agresi�n era moralmente buena o mala. La valoraci�n de si algo es moralmente bueno o malo implica el uso de las facultades intuitivas y, por lo tanto, no puede dar lugar a conclusiones netas. La raz�n, por otra parte, indaga las causas que condujeron a la agresi�n, aplicando para ello facultades racionales; estudia las pruebas disponibles, el contexto psicol�gico, el sistema legal, los casos precedentes, etc. La raz�n hace uso de consideraciones racionales y anal�ticas y, por ello, se puede reducir a un argumento con resultados irrefutables. Para establecer si la agresi�n estuvo justificada debemos llegar a una s�ntesis del juicio �tico y de la raz�n. Por lo general, se considera que dicha s�ntesis constituye la justicia. Es importante se�alar que tal s�ntesis est� lejos de ser perfecta o �libre de defectos�, pero es el proceso m�s aceptable que los seres humanos pueden seguir para alcanzar un juicio justo. A pesar de que las decisiones �ticas y la raz�n pertenecen a categor�as muy diferentes de pensamiento, el g�nero humano ha demostrado que es capaz de sintetizar ambas.

Este proceso de s�ntesis puede complicarse mucho si nos enfrentamos a una agresi�n a gran escala, que revela claramente una obvia injusticia. Aqu� es cuando se implica la pol�tica. En este ensayo tratar� de escudri�ar el mecanismo pol�tico que se especializa en privar al ser humano singular de su capacidad de llegar a un juicio justo. Intentar� examinar grandes cr�menes contra humanidad y evaluar el mecanismo pol�tico que da lugar a la transformaci�n de su importancia en poder pol�tico. Intentar� argumentar que el actual poder pol�tico occidental se basa en la degradaci�n de la noci�n humana de la justicia en un modo �tico desprovisto de raz�n. Asimismo, argumentar� que esta forma de pensamiento da lugar a la �mentalidad de v�ctima�.

 

El 11 de septiembre

El ataque contra el World Trade Centre fue una agresi�n a gran escala llevada a cabo por muy pocos terroristas contra muchos civiles inocentes. Nadie puede justificar un ataque as� desde el punto de vista moral. Por eso, dicho ataque puede y deber ser evaluado como un acto de agresi�n. En otras palabras, deber�a ser analizado tanto desde la �tica como desde la raz�n.

Es l�cito preguntarse por la raz�n que condujo al ataque: �Qu� es lo que llev� a diecisiete hombres fieles a cometer una atrocidad suicida como aqu�lla? �Deber�a ser considerado el ataque como una declaraci�n de guerra o bien como una forma de venganza? �Se trata s�lo de un acto desquiciado, diab�lico y cruel o bien de una lucha leg�tima por la liberaci�n? Es importante plantear estas preguntas, no porque sus respuestas sean claras, sino precisamente porque sus respuestas podr�an ser muy vagas. Al menos podr�an conducirnos a reconocer nuestros propios l�mites racionales. Incluso podr�an llevarnos a admitir la posibilidad de una racionalidad diferente, capaz de legitimar el que pongamos nuestras vidas en gran peligro. Los estadounidenses deber�an ser los primeros en hacerse tales preguntas, pero por desgracia apenas se las plantean. La raz�n de ello es evidente. En lo superficial cabe argumentar que tales preguntas son redundantes, ya que ninguna explicaci�n racional puede justificar un crimen completamente inhumano. Esta argumentaci�n es muy popular e incluso se considera que tiene una base moral, pero en realidad conduce a resultados contraproducentes, ya que hace que la sociedad sea incapaz de analizarse a s� misma. M�s a�n, impide por completo la posibilidad de que la sociedad admita otras visiones alternativas y contrarias del mundo.

Yo dir�a que el hecho de no buscar los motivos de los cr�menes contra la humanidad es en s� mismo un crimen fatal. Se trata de una sofisticada manipulaci�n pol�tica que busca el mantenimiento del actual orden mundial, en el que los ricos lo son cada vez m�s y los pobres son pobres para siempre. Esta manera de pensar, que pronto definir� como la �mentalidad de v�ctima�, es probablemente el aut�ntico y �nico enemigo de la cultura occidental. Si convenimos que el razonamiento racional y la argumentaci�n apropiada est�n considerados como los ideales occidentales m�s elevados, habremos de convenir que el hecho de privar al ser humano de esas mismas facultades es una clara ofensa contra dichos ideales occidentales.

La reacci�n de la administraci�n estadounidense a la atrocidad del 11 de septiembre muestra una anulaci�n intencional del mecanismo de cuestionamiento y de la b�squeda de la raz�n. Se basa en la adopci�n de un enfoque puramente �tico. El presidente G. W. Bush conden� correctamente el ataque desde el punto de vista de la �tica, pero al mismo tiempo impidi� que tanto �l como el pueblo estadounidense afrontasen las razones que llevaron a aquel ataque. G. W. Bush intent� claramente redefinir la noci�n de justicia, que dej� de ser una s�ntesis entre el juicio �tico y la raz�n para convertirse en un juicio puramente �tico. Como dije antes, cuando uno se priva a s� mismo de la raz�n, la idea de justicia se vuelve redundante y la justicia se convierte en mera intuici�n. Ya no es necesaria jurisdicci�n alguna y el sospechoso puede ahorrarse su defensa, puesto que su crimen es, de entrada, completamente inaceptable.

Es f�cil explicar por qu� los pol�ticos prefieren degradar la idea de la �justicia� en algo puramente �tico. En primer lugar, puesto que la �tica aplica las facultades intuitivas, permite que quienes practican la pol�tica se comuniquen con las intuiciones de sus partidarios, en vez de con su razonamiento. En segundo lugar, en la era de los medios electr�nicos de comunicaci�n, los mensajes deben ser fuertes, claros y concisos. Es mucho m�s f�cil y eficaz estimular intuiciones con met�foras y lenguaje emotivo que presentar un aburrido argumento racional �bien construido�. En tercer lugar, los pol�ticos prefieren que la l�nea de demarcaci�n entre la raz�n y la �tica siga siendo lo m�s evasiva posible, porque esto les permite redefinir la noci�n de justicia para que se ajuste a su propia agenda pol�tica (la raz�n podr�a poner en peligro dicha agenda). En cuarto lugar, el soslayo de la raz�n les ahorra a los pol�ticos la obligaci�n de presentar cualquier prueba conclusiva a los votantes.

Estas explicaciones podr�an lanzar alguna luz sobre la extra�a ret�rica en que se basa la absurda �guerra contra el terrorismo�. No tenemos que procesar a Ben Laden, puesto que, de todos modos, es un gran criminal. Describ�moslo simplemente como el �diablo en persona� y luego intentemos capturarlo, incluso si para ello hay que matar a miles de civiles inocentes. No tenemos por qu� demostrar que Sadam posee un arsenal de �armas de destrucci�n masiva�, nos bastar� con deshumanizarlo y luego con declarar una tercera guerra mundial. La administraci�n estadounidense quiere que sigamos nuestras intuiciones y asumamos que las de Bush deben ser bastante buenas: no olvidemos que se trata de un presidente �elegido� y que, por ello mismo, debe representar las intuiciones del �democr�tico� pueblo estadounidense.

Tal como ya deber�amos habernos dado cuenta, los resultados de la �guerra contra el terrorismo� son hasta la fecha bastante mediocres. Los Estados Unidos de Am�rica corren todav�a el mismo peligro de antes, si no uno mucho mayor. Incluso se puede decir que, ahora, es el mundo entero el que se encuentra bajo grave amenaza. A Israel, que tambi�n declar� su propia �peque�a guerra contra el terrorismo�, le pasa exactamente igual. Al parecer, los palestinos est�n m�s determinados que nunca a liberarse, lo cual ha dejado claro que las posibilidades de supervivencia de Israel como Estado jud�o son muy tenues. La raz�n es sencilla: la justicia de una sola dimensi�n, es decir, puramente �tica, ciega a la gente y, cuando la gente est� ciega, comete muchos errores, porque no logra ver a d�nde va.

 

Los or�genes de la �mentalidad de v�ctima�

Las v�ctimas son personas que sufren a pesar de ser inocentes (al menos a sus propios ojos y de acuerdo con su opini�n personal o con la opini�n general). Intentar� demostrar que la �mentalidad de v�ctima� tiene mucho que ver con la negaci�n de la raz�n. En muchos casos, la negaci�n de la raz�n es algo totalmente comprensible. Por ejemplo, puede que una mujer que ha sido violada de forma brutal no vea inter�s alguno en conocer las dificultades personales que llevaron al acto al delincuente sexual. Como v�ctima, es posible que desee evitar la raz�n para concentrarse �nicamente en sus cicatrices emocionales y f�sicas. Esto es perfectamente comprensible. De acuerdo con el mismo modelo de pensamiento, es probable que una familia que perdi� a su hijo cuando un conductor de cami�n borracho lo atropell�, no desee saber nada de las dificultades personales de �ste ni de la raz�n que lo empuj� a beber en exceso. Es algo natural que las v�ctimas se sientan ajenas a los acontecimientos y a la raz�n que cambi� el curso de su vidas. No obstante, estos casos no establecen la �mentalidad de v�ctima�, sino que son m�s bien un modelo psicol�gico normal de represi�n. La �mentalidad de v�ctima� es una definici�n pol�tica que abarca algo mucho m�s general. Se refiere a las comunidades que adoptan un rechazo completo de la raz�n. Podemos encontrar ligeros rastros de �mentalidad de v�ctima� en grupos pol�ticos marginales como los movimientos feministas y gays. De nuevo, es algo comprensible si se considera la discriminaci�n que existe contra ellos. Pero resulta mucho m�s interesante encontrar indicios claros de �mentalidad de v�ctima� en el n�cleo de los grupos dominantes del mundo. Me estoy refiriendo a los grupos de presi�n sionista y a la actual administraci�n estadounidense. Estos grupos dominantes consideran que los cr�menes que se cometen contra ellos son lo bastante graves como para justificar totalmente el rechazo de la raz�n.

El modelo de �v�ctima� adoptado por los sionistas es �nico en la historia. El pueblo jud�o sufri� definitivamente las experiencias m�s devastadoras durante su larga andadura. El Holocausto es, sin duda, uno de los cap�tulos m�s horrendos de la historia. Pero tambi�n debemos recordar que los sionistas han sido m�s que inteligentes a la hora de utilizar este episodio desastroso como catalizador para su liberaci�n. El Holocausto fue de gran ayuda a los sionistas para hacer que las Naciones Unidas apoyasen la resoluci�n de partici�n (1947) que, eventualmente, condujo a la declaraci�n del Estado de Israel (1948). En el �mbito econ�mico, los jud�os recibieron la compensaci�n del gobierno alem�n poco despu�s del final de la guerra. Pero si bien es cierto que los jud�os ten�an mucha raz�n para considerarse v�ctimas, ya han dejado de serlo. Hoy d�a tienen un estado, un ej�rcito poderoso y un arsenal nuclear lo bastante grande como para convertir nuestro planeta en un p�ramo. Curiosamente, los israel�es y los jud�os de todo el mundo se siguen considerando v�ctimas. M�s a�n, Israel, que naci� a la sombra del Holocausto, ha convertido la �mentalidad de v�ctima� en una industria floreciente, tanto en el turismo como en la diplomacia. La manera de implantar por completo la �mentalidad de v�ctima� ha consistido en la continua negaci�n de la raz�n, en un rechazo absoluto de la raz�n que condujo al Holocausto en primer lugar. Me atrevo a afirmar que los sionistas, si lograran enfrentarse a la raz�n, llegar�an a entender por qu� pierden popularidad hoy en d�a.

Incluso si se admite que los jud�os ten�an muy buenas razones para considerarse v�ctimas en un cierto momento hist�rico, es posible argumentar que los sionistas podr�an ser los primeros en aprender de los motivos que llevaron a su propia destrucci�n. Podr�an aprender del muy cierto resquemor europeo acerca de su control del mundo de la banca y de las finanzas. Podr�an aprender de las preocupaciones burguesas y capitalistas en cuanto a la participaci�n de los jud�os en movimientos proletarios anarquistas y revolucionarios. Podr�an aprender del rechazo xen�fobo del ost juden e incluso de las alegaciones nazis de que estaban planeando controlar el mundo con �abstracciones� (el marxismo, el psicoan�lisis e incluso la teor�a de la relatividad y el catolicismo). Con independencia de la validez de tales acusaciones, ni los israel�es ni los sionistas han intentado nunca analizarlas. Muy al contrario, las han evitado por completo etiquet�ndolas de �tonter�as antisemitas� y estableciendo con ello una noci�n de justicia basada �nicamente en su propio juicio �tico intuitivo. Para los israel�es, el uso de la raz�n es viable con tal de que coincida con su �nica intuici�n, que consiste en que los jud�os tienen el derecho de vivir en Si�n, independientemente de las consecuencias. Es esta forma de ignorancia la que descalifica a los israel�es y a los sionistas para comprender su propia realidad. Adem�s, dado que los israel�es ya no est�n entrenados en el proceso de llegar a la s�ntesis de la raz�n y del juicio �tico, su capacidad para establecer argumentos s�lidos es escasa. Puede parecer gracioso (o muy triste), pero muchos israel�es ya no son capaces de distinguir entre criminales de guerra nazis e inocentes civiles palestinos. Muchos israel�es y sionistas van incluso m�s lejos y tienden a considerar el mundo de los gentiles como un enemigo perverso y despiadado. Si el �mundo de los gentiles� significa la raza humana, deberemos admitir que muchos jud�os se consideran en guerra contra la raza humana (lo cual podr�a explicar el enorme arsenal nuclear israel�). En general, el pueblo israel� se toma incluso la condena diplom�tica de su pol�tica como un ofensa antisemita. Despu�s de las �ltimas elecciones, que han mostrado el auge de la derecha, ha quedado claro que la gran mayor�a de la poblaci�n jud�a israel� apoya realmente la opresi�n del pueblo palestino, pero ni siquiera eso les impide considerarse v�ctimas. Yo suelo vincular este extra�o estado de �nimo �el de ser al mismo tiempo opresor y v�ctima� al claro deterioro del uso que los israel�es hacen de la raz�n y creo que se debe al excesivo recuerdo del Holocausto. El astronauta israel� Ilan Ramon, que falleci� en la reciente tragedia de la nave Columbia, estaba orgulloso de llevar con �l al espacio s�mbolos de v�ctimas y recuerdos del Holocausto. Cuando supe por la prensa que la expedici�n de la nave Columbia ten�a un car�cter puramente cient�fico, me pregunt� si la misi�n cient�fica de Ramon consist�a en propagar la �mentalidad de v�ctima� en el espacio. De todos modos, menos de una hora despu�s de la explosi�n, Sharon anunci� que Ramon era una �v�ctima de la ciencia�. Sin duda la noci�n terminol�gica de v�ctima fluye de manera continua entre los dedicados sionistas.

Lo sucedido en los Estados Unidos tras el 11 de septiembre es muy similar. La administraci�n estadounidense, al igual que los jud�os del Holocausto, adopt� un modelo de pensamiento de v�ctima que le permite hacer juicios intuitivos sin ofrecer a cambio aut�nticos argumentos racionales. En estos momentos, los Estados Unidos bombardean todo lo que no est� de acuerdo con los Estados Unidos. Todo aquel que no est� de acuerdo con su pol�tica es un �antiamericano� y �quien no est� con nosotros est� contra nosotros�, dijo el presidente, copiando la intuici�n sionista de que �o bien se apoya a Israel o se es un antisemita�. Este comportamiento estadounidense es t�pico de la v�ctima que niega la raz�n.

Cabe preguntarse si esto tiene alg�n remedio �Podemos ayudar a los sionistas o a los estadounidenses a evitar este callej�n sin salida? La respuesta es no. No podemos hacer nada. �ste es el nacimiento de una nueva tragedia.

No podemos ayudar a los israel�es ni a la administraci�n estadounidense, porque viven secuestrados por su propia �mentalidad de v�ctima�. Por desgracia, debemos dejar a los israel�es que se destruyan, lo cual es algo que hacen a la perfecci�n. S�lo podemos rezar para que la presidencia de Bush se termine antes de que logre destruir nuestro planeta. �Por qu� no podemos ayudarles? Porque tanto los unos como los otros se han secuestrados a s� mismos. Si otros nos encarcelan siempre ser� posible alcanzar la libertad, pero cuando nos encarcelamos nosotros mismos podemos permanecer tras las rejas para siempre.

 

Algunos casos interesantes para la reflexi�n

1. El caso de Ivan John Demjanjuk

La historia de Ivan John Demjanjuk comenz� en 1975, cuando en el senado de los Estados Unidos empez� a circular una lista con los nombres de presuntos criminales de guerra nazis. La lista proced�a del KGB, al parecer de material capturado por el Ej�rcito Rojo. A Ivan John Demjanjuk se le acusaba de ser �Iv�n el Terrible�, un operador de c�mara de gas particularmente siniestro del campo de exterminaci�n de Treblinka. A pesar de que los estadounidenses hab�an identificado a Demjanjuk como guardi�n en el geogr�ficamente lejano campo de Sobibor, fueron los �testigos supervivientes� quienes lo situaron en el campo de Treblinka. Para Demjanjuk, aquello represent� una batalla legal de dieciocho a�os. En primer lugar, se le arrebat� la ciudadan�a estadounidense (1985). Poco despu�s, fue extraditado a Israel para ser procesado como criminal de guerra. A lo largo de su batalla legal, Demjanjuk neg� los cargos. Seg�n �l, nunca hab�a sido �Iv�n el Terrible�.

El 18 de abril de 1987, doce a�os despu�s del inicio de la saga legal, Damjanjuk fue condenado a muerte por un tribunal israel�.

En 1990, tras la ca�da de la Uni�n Sovi�tica, los archivos del KGB fueron expuestos al gran p�blico. S�lo entonces se revel� la espantosa verdad: el �certificado Trawniki�, que condujo a las sospechas contra Ivan John Demjanjuk, era una falsificaci�n sovi�tica (llevada a cabo para inculpar ucranianos como partidarios de los nazis).

Poco tiempo despu�s, el tribunal supremo israel� tuvo que admitir que toda la historia de Demjanjuk era una fabricaci�n de principio al fin. El 22 de septiembre de 1993, Demjanjuk fue liberado. El tribunal supremo israel� tuvo que rechazar la �prueba de los testigos�.

La pregunta que uno deber�a hacerse es c�mo es posible que un testigo se ponga delante de otro anciano, al que nunca antes ha visto, y lo acuse de ser un terrible asesino y un criminal de guerra.

He aqu� lo que los testigos oculares confesaron ante el tribunal:

�Estoy convencido de que el hombre que est� sentado frente a m� es Iv�n el Terrible de Treblinka� (Pinhas Epstien, 23 de febrero de 1987).

�Este hombre es Iv�n, sin duda alguna, Iv�n de Treblinka. El de las c�maras de gas, el hombre que estoy mirando ahora.� (Eliyhau Rosenberg 25 de febrero de 1987).

�Qu� clase de mentalidad ps�quica conduce a un funcionamiento as�? A menos que los se�ores Epstien y Rosenberg fuesen dos aut�nticos bandidos, cosa que dudo, asumo que la culpa se le debe echar a la �mentalidad de v�ctima�, que da lugar a una forma de aborrecimiento que va m�s all� de la raz�n. Tanto Epstien como Rosenberg se pusieron frente a un hombre inofensivo e inocente pensando para ellos mismos: �aunque usted no sea Iv�n el Terrible, lo es�. Como puede verse, la mentalidad de v�ctima nos permite funcionar seg�n una nueva l�gica, con la cual alguien puede ser �P� y no ser �P�. �No importa si usted no es Iv�n el Terrible, mientras que lo sea�. Esta obvia contradicci�n l�gica s�lo es posible cuando el juicio �tico niega por completo la existencia de la raz�n.

 

2. El caso del rabino Farhi

El 3 de enero de 2003, el rabino Farhi, uno de los l�deres de la comunidad jud�a francesa, fue apu�alado y su coche quemado. Seg�n el informe del rabino Farhi a la polic�a, hab�a sido atacado por un hombre enmascarado que grit�: �Al� hu Akbar�, Dios es grande. Esta descripci�n no dejaba mucho espacio libre para la imaginaci�n. El rabino Farhi delimit� claramente la orientaci�n religiosa del sospechoso. El ataque fue considerado en el mundo entero como un acto antisemita llevado a cabo por un militante isl�mico. El revuelo que se organiz� en todo el mundo hizo que el presidente franc�s Jacques Chirac denunciase p�blicamente el ataque como un �acto odioso que llena de indignaci�n�.

Dos semanas m�s tarde, los peri�dicos franceses Marianne y Le Figaro se�alaron que tanto la polic�a como el experto m�dico que examin� al rabino poco despu�s del acontecimiento dudaban de las descripciones que �ste hizo. Las contradicciones entre la historia que cont� y las heridas de su cuerpo eran demasiado grandes. Seg�n informaban los peri�dicos, era m�s que probable que el rabino se apu�alara a s� mismo y fingiese luego todo lo dem�s.

�Lo hizo o no lo hizo? Todav�a no existe un veredicto y por eso no voy a pronunciarme. Lo que me interesa es la idea de que la gente pueda herirse a s� misma. Dentro de la realidad israel� esta clase de acontecimiento es m�s que posible. Si la identidad sionista se asocia con el sufrimiento, este mismo sufrimiento se convierte en algo esencial para su existencia. En otras palabras, a menos que los sionistas encuentren a alguien que les inflija dolor, deben inflig�rselo ellos mismos. No es una coincidencia que la historia jud�a sea una cadena infinita de holocaustos, pogromos y discriminaci�n, porque el sufrimiento es crucial para los jud�os, les ayuda a mantener su esencial mentalidad de v�ctima. Los medios de comunicaci�n israel�es y sionistas cubren cualquier ataque contra los jud�os en el mundo entero asumiendo de entrada que est� racialmente motivado, es decir, que es antisemita. La identidad jud�a se mezcla �ntimamente con el antisemitismo. El jud�o necesita que lo odien.

La mayor�a de los analistas pol�ticos israel�es y del Oriente Pr�ximo est�n de acuerdo con que el poder de Sharon necesita los ataques palestinos contra civiles israel�es. Las estad�sticas demuestran que ha habido m�s ataques terroristas bajo Sharon que bajo cualquiera de sus predecesores. Sharon sabe muy bien que se mantendr� en el poder mientras los israel�es sufran ataques terroristas. Si quiere conservar el poder, Sharon debe hacer lo posible para que los palestinos ataquen, y la mejor manera de animarlos a ello es aterrorizarlos. El ej�rcito israel� asesina l�deres pol�ticos palestinos y civiles de manera regular y priva a la poblaci�n palestina de alimentos y cuidados m�dicos. Por si esto no fuera bastante, Sharon retrasa la construcci�n del siniestro �muro de separaci�n� entre Israel y Cisjordania �nicamente para asegurarse de que los terroristas palestinos tienen un acceso f�cil a las poblaciones israel�es. De la misma manera que la presunta historia del rabino Farhi, Sharon es peligroso para �l mismo y para su pueblo, cuyas vidas pone deliberadamente en peligro. En una sociedad basada en una �tica descompuesta y en una clara negaci�n de la raz�n, tales actividades parecen m�s que leg�timas. Por desgracia para el pueblo estadounidense, Bush no va a la zaga de su mentor israel�. Al igual que Sharon, Bush est� haciendo todo lo posible para enfurecer a los �rabes del mundo. Los humilla y los incrimina continuamente, apoya a sus mayores enemigos y a las peores tiran�as. Como Sharon, Bush sabe que s�lo un enorme ataque terrorista contra los Estados Unidos puede darle el apoyo de la gente. Creo que ya podemos concluir que las sociedades atrapadas en la �mentalidad de v�ctima� se convierten en rehenes de sus peores enemigos. Entre nuestros l�deres derechistas occidentales m�s crueles y los grupos terroristas m�s despiadadas existe un v�nculo terrible: entre Bush y Ben Laden y entre Sharon y los kamikazes suicidas.

La �nica pregunta que queda en el aire es: �Qu� hace Tony Blair entre estos dos halcones fan�ticos e inmorales? Al fin y al cabo, �l es el l�der del Partido del Trabajo. Resulta horroroso admitirlo, pero en estos momentos s�lo un ataque terrorista masivo contra el Reino Unido podr�a evitar el hundimiento de la carrera pol�tica de Blair. Nuestro primer ministro est� ya en las manos de Ben Laden. El pueblo brit�nico debe ayudarle a escapar de ellas, justamente porque dicho pueblo todav�a no se ha convertido en v�ctima.

 

Gilad Atzmon (fotografía de Bob Meyrick)

* Jazzman, escritor y activista de izquierda, el polifac�tico Gilad Atzmon es una estrella ascendente de la escena cultural brit�nica. Nacido y criado dentro del juda�smo, apoya la liberaci�n del pueblo palestino, se opone de manera rotunda al principio racial del Estado de Israel y milita a favor de la creaci�n de un �nico estado democr�tico, que acoger�a en su seno tanto a palestinos como a israel�es. Su �ltimo CD, grabado con el multicultural The Orient House Ensemble, se titula Exile. Gilad Atzmon ha publicado una novela, Guide to the Perplexed, que aparecer� pronto en castellano bajo el sello de Ediciones del Bronce (Grupo Editorial Planeta). El lector puede visitar su sitio web en el siguiente URL: www.gilad.co.uk

Rebeli�n, 4 de marzo de 2003

 


 

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� Manuel Talens 2002