El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N / DIARIO EL PA�S

                                                                                                                                        

Manuel Talens

La �ltima palabra
MANUEL TALENS


Hace unos diez a�os, el Ayuntamiento de Orense orden� que sus funcionarios se desembarazasen a manguerazos de los vagabundos que malviv�an en el centro de la ciudad, cerca de la catedral. "Son un foco de infecci�n", dijo un portavoz del cabildo, "as� que los echaremos de aqu�". El pasado mes de enero, el Ayuntamiento de Murcia decidi� utilizar a la Polic�a Local para encarcelar a los inmigrantes subsaharianos que se encontraran en su territorio en situaci�n irregular. Asimismo en enero, el d�a 17, las m�quinas excavadoras llegaron temprano al barrio de la Malva-rosa de Valencia y procedieron al derribo de las primeras casas para abrir el camino de un plan urban�stico municipal cuya decisi�n final todav�a est� en los tribunales. Ciento cincuenta personas, pobres de solemnidad, se quedaron en la calle.

Pregunto: �cu�l es el v�nculo que une entre s� las noticias anteriores? Respondo: los tres ayuntamientos est�n en manos del Partido Popular.

La ret�rica centrista -hoy olvidada- con la que este partido de propietarios, banqueros, constructores y trepas de cualquier pelaje se present� ante la sociedad para hacerse con el poder en tiempos de Aznar no impidi� que, bajo cuerda, las cosas siguiesen siendo como siempre: el centro democr�tico s�lo fue una patra�a publicitaria que en esta Comunidad Valenciana, por ejemplo, ha continuado el expolio del territorio durante una d�cada con total impunidad. Rita Barber�, la muy populista alcaldesa de Valencia, tiene en su haber una trayectoria de absoluto desprecio por los ciudadanos que no comulgan con sus proyectos inmobiliarios. El caso de la Malva-rosa es el m�s sangriento, pero no el �nico. La apertura de una avenida que, si Dios no lo remedia -y Dios no ha remediado nunca nada-, prolongar� Blasco Ib��ez hasta la playa a cambio de destruir parte de un barrio considerado patrimonio hist�rico, es en el fondo y en la forma una manera caciquil de regalar varios miles de metros cuadrados de terreno de la ciudad, de excelent�sima ubicaci�n, a las mafias del ladrillo, que podr�n as� seguir construyendo para los ricos a costa de los pobres. La estrategia de Barber� es t�pica de la derecha: si no puede hacerse con unos terrenos que pertenecen leg�timamente a clases populares, se inventa un plan fantasma de mejoras urban�sticas y los expropia por la fuerza. Tras una lucha jur�dica encarnizada, el Tribunal Superior de Justicia se rindi� en 2004 a los argumentos oligarcas del Ayuntamiento de Valencia, con una apretada votaci�n de ocho votos en contra por once a favor. Seg�n Fernando Flores, profesor de Derecho Constitucional de esta Universidad, los argumentos esgrimidos ante el tribunal por los abogados de do�a Rita son como para sonrojar a cualquier estudiante de abogac�a. Y, sin embargo, fueron aceptados.

La �nica esperanza de justicia que ahora les queda a los malvarrose�os, que no quieren saber nada de especulaciones inmobiliarias y s�lo piden vivir en paz en sus casas, es el Tribunal Supremo. Qui�n sabe, hace unos meses y contra todo pron�stico, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos le dio la raz�n a una vecina de esta ciudad que se opuso a otra arbitrariedad de do�a Rita. Ojal� los habitantes de la Malva-rosa no hayan dicho a�n la �ltima palabra.

 


 

El País 

SI DESEA LEER LA �LTIMA PALABRA EN EL SITIO WEB DE EL PA�S, PULSE SOBRE LA IMAGEN

 

EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 1 de febrero de 2005

Pulse para volver a la página anterior

 

Copyleft

Manuel Talens 2005