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ART�CULOS DE OPINI�N / DIARIO EL PA�S

                                                                                                                                        

Manuel Talens

Residuos humanos
MANUEL TALENS

En su �ltimo libro, Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias (Paid�s 2005), el soci�logo Zygmunt Bauman, profesor en las universidades de Leeds y Varsovia, explica c�mo el proceso hist�rico iniciado con el Renacimiento instaur� en Occidente un r�gimen de residuos hasta entonces in�dito. La invasi�n colonial del mundo extraeuropeo, que nuestros antepasados se tomaron como un bot�n gratuito de espacios vac�os (pues sus pobladores ancestrales no entraban en la contabilidad del progreso), sirvi� de cubo de la basura para que las nuevas naciones emergentes �Espa�a, Portugal, Francia, Inglaterra, Holanda� arrojaran all� sus residuos humanos. No es ninguna met�fora que las crisis sucesivas del embrionario capitalismo europeo �incapaz de alimentar a todo el proletariado que iba creando con la progresiva industrializaci�n� se resolv�an por medio de oleadas de emigrantes hacia ultramar, con lo cual las castas superiores eliminaban de un plumazo en Europa a las masas que hubieran podido provocar graves conflictos sociales.

Aquellos emigrantes eran la basura de la modernidad, como hoy lo son la chatarra, los pl�sticos desechables o los residuos nucleares. Pero en el planeta globalizado neoliberal, que ahora produce parias en todas partes, ya no quedan zonas supuestamente vac�as y son los antiguos vertederos tercermundistas quienes nos exportan sus copiosos excedentes. Por eso la UE ha cerrado las fronteras: la basura humana le resulta indeseable.

Hace unos d�as le� este libro magn�fico mientras, a diario, pasaba en mi barrio multi�tnico de Ruzafa junto a la muchedumbre de ilegales de todas las razas que hac�an cola ante las oficinas de la Seguridad Social. Se trataba, ya se sabe, del proceso de normalizaci�n de extranjeros iniciado por el gobierno, que va a ofrecer la residencia a unas 400.000 personas. No ser� yo quien critique la medida, que me parece meritoria aunque limitada, y menos a�n con los argumentos impresentables del Partido Popular. La dirigencia del PP, descendiente directa de los explotadores que se hicieron ricos con la sangre de indios y negros, est� horrorizada ante lo que se nos viene encima y ser�a muy feliz si toda esta marea humana desapareciese por completo de Espa�a. En cambio los socialdem�cratas de Zapatero, en principio hijos de espa�oles que siguieron siendo pobres a pesar de la conquista, conservan la mala conciencia y la humanidad del nuevo rico que a�n recuerda que su abuelo tuvo que emigrar a la Argentina o limpiar retretes en Alemania.

La regularizaci�n de unos cientos de miles de desheredados no solucionar� el problema, pues se trata s�lo de pa�os calientes y el c�ncer capitalista sigue debajo. Como dice Bauman, �la producci�n de cuerpos superfluos, ya no requeridos para el trabajo, es una consecuencia directa de la globalizaci�n [�] y la �nica industria pr�spera en los pa�ses tortuosa y enga�osamente apodados en v�as de desarrollo es la producci�n masiva de refugiados�. Seguir�n viniendo �yo har�a igual si fuese africano�, porque el se�uelo de nuestra riqueza adquirida a cr�dito es demasiado atrayente para quienes carecen de toda esperanza. La soluci�n, desde luego, no es el racismo de la derecha, pero tampoco la caridad laica de la socialdemocracia. Otro mundo es posible.

 

Zygmunt Bauman, "Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias", Paidós 2005.

 


 

El País 

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EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 10 de mayo de 2005

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