El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N / DIARIO EL PA�S

                                                                                                                                        

Manuel Talens

Misi�n cumplida
MANUEL TALENS


Antonio Fern�ndez Valenzuela, dirigente de la C�mara de Comercio de Alicante, rechaz� el verano pasado que entre dicha c�mara y el gobierno de la Generalidad Valenciana pudiera haber intermediarios. Una semana despu�s, Joaqu�n Rocamora, presidente de la Confederaci�n de Empresarios de la Provincia de Alicante, puso el grito en el cielo al criticar la avalancha de robos, asaltos y otros delitos que padecen las poblaciones tur�sticas e industriales de la zona y exigi� medidas �l�ase represi�n policial� para solucionar el asunto. Adem�s, reclam� austeridad en el gasto p�blico con el fin de disminuir la presi�n fiscal y los costes empresariales, as� como un incremento de la capacidad del futuro aeropuerto de L'Altet.

Ambas actitudes son cosa normal en el catecismo neoliberal, f�cilmente aplicables hoy a cualquier parte del mundo. Pero permanezcamos en la provincia de Alicante, un ejemplo t�pico de antiguo para�so, hoy devastado por la especulaci�n inmobiliaria y en manos de la casta empresarial, responsable teleol�gica de la masificaci�n, del cemento, de la desertificaci�n, del agua escasa, de las mafias que han acudido cual moscones a la miel, de la delincuencia... y que ahora, con la vana esperanza de solucionar el desastre, pide mano dura sin asumir culpabilidad alguna por la causa que lo origin�; que se erige por s� sola en �nico interlocutor con la administraci�n y, para ello, elimina de un plumazo al intermediario de la ciudadan�a, esa clase social, obrera o no, a la que utiliza para engordar sus cuentas bancarias; que reclama privatizaciones y austeridad en el gasto p�blico y que, no contenta con eso, pretende aumentar las capacidades de un aeropuerto local, que traer� todav�a m�s caos al lugar.

Dada la rapidez con que hoy se olvidan las noticias, aquellas declaraciones de la c�pula empresarial, que tuvieron lugar en julio de 2003, son un poco la baja Edad Media. Avancemos, pues, hasta el pasado 30 de diciembre. Desde luego, nadie podr� decir que cayeron en saco roto: cuando mor�a el a�o, el presidente auton�mico Francisco Camps no cen� con ning�n pobre de solemnidad, no �el cineasta Luis G. Berlanga ya mostr� en su pel�cula Pl�cido que eso s�lo ocurr�a en los tiempos del nacionalcatolicismo, es decir, en el Pleistoceno�, sino con la flor y nata de los empresarios, sin mediadores que valgan. As�, ambas partes �el pol�tico y la patronal� respondieron con sesenta a�os de retraso a la pregunta ret�rica del poeta alicantino Miguel Hern�ndez: Andaluces de Ja�n / aceituneros altivos / decidme en el alma de qui�n / de qui�n son esos olivos: "Son nuestros, �so poeta!, los olivos, el aire, el agua, la tierra, todo, as� que ded�cate a los versos y deja de fastidiar". Y, hace dos semanas, el Partido Popular prometi� reforzar la Polic�a Nacional y la Guardia Civil con 32.000 nuevas plazas si gana las elecciones, lo cual es m�s que probable. Misi�n cumplida.

Espa�a era una iglesia y ahora es una empresa privada. Por el imperio hacia Dios, dec�a la propaganda franquista, con tufo a incienso y a obispo de brazo en alto. Por el capital hacia Dios, dice la propaganda neoliberal, con tufo a corbata de Armani y zapatos Gucci. Y Dios, el pobre, sigue sin abrir la boca, como siempre.

 


 

El País 

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EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 10 de febrero de 2004

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Manuel Talens 2004