La columna de
aqu� arriba dio lugar a la
siguiente carta en la secci�n OPINI�N DEL LECTOR, publicada el
mi�rcoles 23 de septiembre de 1998:
A�oranza de Joan Fuster
Uno de los motivos por los que a�oro los
tiempos en que Joan Fuster viv�a es porque entonces los colaboradores
de la prensa valenciana no ultramontana a�n ten�an ciertos
escr�pulos.
As�, si un articulista deb�a referirse a,
pongamos, San Vicente Ferrer, sabiendo que si comet�a alg�n error
cultural grave respecto a su tema, al menos el agudo ojo lector de
Fuster lo percibir�a, ese articulista se tomaba la molestia de
consultar alg�n manual de historia literaria, y evitaba dejar en
evidencia su ignorancia ante un lector cuya opini�n le importaba.
Ojal� hubiera tomado la modesta precauci�n
indicada Manuel Talens (ver EL PA�S del 17 de septiembre de 1998).
Talens empezaba una columna cuyo tema parec�a ser el desacuerdo con
la propuesta de alguien de UV a prop�sito de un congreso
internacional sobre el mencionado San Vicente Ferrer.
Por el tono, Talens parec�a estar en contra
de la visi�n cultural de UV, pero me temo que el contenido de su
art�culo mostr� que en realidad el articulista avalaba al cien por
cien la visi�n de UV respecto al intelectual valenciano del siglo
XIV: atribuyendo a �ste no m�s m�rito que el de su leyenda (miraclets,
pentecostal don de lenguas y superstici�n), lo tachaba de
"te�logo de tres al cuarto2 y consideraba su reciente
declaraci�n como doctor de la Iglesia cat�lica, similar al
hipot�tico hecho de que la Academia sueca concediera el Nobel de
F�sica a Rappel. Sin embargo, cualquier buen estudio le hubiera
indicado que Vicent Ferrer se gan� su prestigio en la curia papal
precisamente como te�logo, que redact� diversos libros sobre esta
especialidad, y que fue s�lo en una �poca tard�a desu vida (y
siendo ya muy conocido como intelectual) cuando decidi� dedicarse a
la predicaci�n.
El por qu� Talens compara, con injusta
desventaja, a un prosista valenciano del XIV con tres poetas del XVI y
castellanos, es algo que no entro a comentar, porque no creo que el
autoodio que transmite esta idea estuviera en la voluntad del
articulista. Fuster ha muerto, pero los restantes historiadores de la
cultura seguimos vivos y trabajando.
Veo, sin embargo, que ser�a m�s c�modo que
no existi�ramos: para aquella derecha folcl�rica que reduce la
figura de los intelectuales del pasado a estereotipos de estampita;
pero tambi�n para aquellos colaboradores de la prensa progresista
que, al comulgar de hecho con esos mismos estereotipos, declaran
innecesaria la labor de erudici�n.
Rosana Cantavella,
Profesora titular de Literatura Catalana Medieval de la Universidad de
Valencia.
__________________________
La r�plica de Manuel Talens
apareci� en EL PA�S del domingo 4 de octubre de 1998:
San Vicent Ferrer
He le�do con inter�s la carta que Rosana
Cantavella -profesora titular de Literatura Catalana Medieval de la
Universidad de Valencia- me dedic� inspirada en mi art�culo �nimo,
muchachos. Dice Cantavella que al poner en solfa la propuesta de
UV sobre un evento cultural mundial en torno a San Vicent Ferrer, al
atribuirle no m�s m�rito que el de su leyenda y al tacharlo de
te�logo de tres al cuarto, yo estaba avalando la postura folcl�rica
de dicho partido respecto al intelectual valenciano, y aduce que el
santo se gan� su prestigio en la curia papal precisamente como
te�logo.
Me achaca luego un autoodio involuntario por
comparar con injusta desventaja a un prosista valenciano del XIV con
tres poetas castellanos del XVI. Por fin, a�ora que Joan Fuster no
est� ya entre nosotros para alzarse contra tales entuertos. Si repasa
el art�culo, profesora, podr� comprobar que expres� claramente que
el constructo hist�rico de San Vicent -ese marem�gnum de milagros
que condujo a una abundant�sima iconograf�a- era ajeno a �l. En
cuanto a que se gan� su prestigio como te�logo, sepa que la curia
papal en pleno, sus prestigios, sus cr�menes y sus intrigas no me
merecen gran respeto.
Le agradezco que tilde mis opiniones
vicentinas de autoodio, ya que, para un andaluz como yo, dicha
afirmaci�n atestigua hasta qu� punto estoy integrado. Lo cual no
quiere decir que sea nacionalista, y por eso olvid� considerar que
San Vicent Ferrer fue de esta tierra y que hay fetiches todav�a
intocables. La literatura es una, los g�neros muchos, el rasero igual
para todos y, el ombliguismo, reductor, En una perspectiva laica y
lejos de mandangas metaf�sicas, le guste a usted o no, nuestro
aprendiz es un aprendiz frente a, por ejemplo, San Juan de la Cruz (o
Ausi�s March, que no fue cura, pero s� valenciano). Y es que
intelectual y te�logo son t�rminos que concuerdan mal entre s�.
Me parece inaceptable que me adscriba usted
analog�a alguna con UV, pues siempre he procurado desenmascarar las
incongruencias de dicho partido y, sin ser nacionalista, defender con
ah�nco que el valenciano es catal�n y viceversa. Mi intenci�n en �nimo,
muchachos ten�a un doble objetivo humor�stico: lamentar que Roma
siga perdiendo el tiempo (hacer doctor de la Iglesia cat�lica al
te�logo San Vicent Ferrer, lo reitero de nuevo, equivale a darle el
premio Nobel de F�sica a Rappel, ya que el santo y el cantama�anas
se mueven en el mismo terreno: la fe) y fustigar a UV, camarilla de
arribistas capaces de agarrarse a un ascua ardiendo con tal de
sobrevivir, en lo cual no se diferencian de su defendido, que, astuto
hombre pol�tico, supo chaquetear cuando tocaba.
Yo no voy a caer en la trampa teol�gica de
invocar el nombre de Fuster para mi causa -Ferrer, por su parte,
utilizaba el de Dios-, pues es gratuito atribuir posiciones a quien no
las puede impugnar. Prefiero medirme con usted, que est� viva y, tal
como se jacta, trabajando. Le deseo mucha suerte, profesora. Y
sonr�a, por favor.
Manuel Talens, Valencia.
|