Cabr�a
preguntar
MANUEL TALENS
Cabr�a preguntar qu� estaba haciendo Raimon en la plaza de Las Ventas de Madrid el
pasado 10 de septiembre cantando con Julio Iglesias y Rapha�l, artistas de rancia
alcurnia que nunca se han distinguido precisamente por la defensa de las masas oprimidas,
si encima el concierto en cuesti�n -un homenaje a Miguel �ngel Blanco, pen�ltima
v�ctima de ETA- nac�a ya mangoneado, yermo y puesto al servicio de sus intereses
partidistas por la derechona espa�ola (Umbral dixit), esa hermandad de arist�cratas
bancarios, de advenedizos neoliberales y de personajes garbosos (a quienes les asoma el
sable a poco que se alcen los bajos del abrigo), que ha conseguido la dif�cil haza�a de
poner en pie a todo el pa�s tras el asesinato del joven concejal y de arruinar el montaje
propagand�stico dos meses despu�s. La c�pula etarra estar� en estos momentos
parti�ndose de risa.
Cabr�a preguntar qu� est� pasando en esta tierra nuestra, anta�o tan dividida, tan de
Ca�n y Abel, si ya es casi asunto cotidiano que alg�n imperioso de los que nunca
lucieron pantalones remendados se declare adorador de Manuel Aza�a, de Max Aub o, si es
preciso, de san Marx bendito.
Cabr�a preguntar por qu� los poemas generosos de Miguel Hern�ndez o de Gabriel Celaya
cohabitaban en paz y sosiego con las bagatelas que escup�an por los labios el astro de
Linares o el seductor universal con residencia en el Miami de los USA, y en cambio la
valiente menci�n de las persecuciones franquistas y el noble homenaje al Pa�s Basc
hicieron que el coso vibrara con la cacofon�a de una fuerte pitada reprobatoria, m�s
acorde quiz�s con alguna mala faena de Curro Romero.
Y cabr�a preguntar, por fin, qu� necesidad ten�a Raimon de hacerse abuchear por un
p�blico cuyas ideas manifiestamente desprecia y combate.
Cabr�a responder que, contrariamente al t�tulo del gui�n cinematogr�fico de Jorge
Sempr�n, la guerre nest pas finie, aunque el tiempo haya pasado y ahora no est� de
moda organizar alzamientos nacionales o exterminar adversarios pol�ticos: hoy basta y
sobra con mangonear las comunicaciones.
Cabr�a responder que cada una de las dos Espa�as -eternas, pertinaces y siempre
enfrentadas en un combate sin cuartel- abreva en su propio manantial: una lee EL
PA�S,
otra el ABC, una compra el Levante y otra Las Provincias, una ve TV1, otra Canal +, y
est� claro que los conversos no necesitan ser convertidos: las victorias se logran en el
terreno del enemigo.
En consecuencia, por fin, cabr�a responder que Raimon ha ofrecido una espl�ndida
lecci�n de c�mo se pone en pr�ctica el arte de la guerra democr�tica, pues con su
hermoso grito de gora Euskadi, con su gesto a favor de la cultura com�n
valenciano-catalana en pleno festival de la derecha -Ulises dentro del caballo-, gan� una
escaramuza a favor de todos los sin voz de esa Espa�a plural que a�n no ha sido aceptada
como algo ordinario.
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EL
PA�S-Comunidad Valenciana, viernes 19 de septiembre de 1997. |
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