Profec�a
MANUEL TALENS
El pr�ximo 25 de diciembre se cumplir�n cuarenta y ocho a�os de la muerte del fil�logo
Pompeu Fabra, padre de la lengua catalana moderna, y como en las Corts de la calle
Caballeros no soplan vientos favorables al recuerdo de la Historia, perm�tanme ustedes
sacar del desv�n un viejo lance en el que Fabra, muy a su pesar, intervino a finales del
pasado siglo frente un periodista del diario decano de Valencia que se llamaba Vicente
Gonz�lez.
Sucedi� en 1897 durante la ceremonia de entrega de premios de los Jocs Florals
que la sociedad Lo Rat Penat -domiciliada entonces en Embajador Vich- sol�a organizar
coincidiendo con la Feria de Julio. Las actas del certamen afirman que Gonz�lez se hab�a
presentado a concurso en la categor�a de poemas en lengua vern�cula con la oda de ocho
versos endecas�labos Ara y entonses al servisi de la nacio valensiana, y que al
no resultar galardonado con la flor natural, se acerc� a la mesa de autoridades y empez�
a insultar al presidente del jurado, el venerable fil�sofo de Riola don Bernat Ram�n i
Alemany, al que hubiese agredido de no ser porque el joven Pompeu Fabra, que formaba parte
del comit� organizador en reconocimiento a su esfuerzo pionero por la regulaci�n
ortogr�fica del catal�n desde la revista Laven�, se interpuso en su
camino.
El ling�ista, ante la agresividad que mostraba el gacetillero, y viendo que no se
interpon�a ning�n guardia para detenerlo, se arm� de valor y le dijo con la mayor
educaci�n que c�mo le iban a dar un premio literario si ni siquiera sab�a gram�tica,
pues a�n no hab�a aprendido a escribir con acentos y sin revoltijos de Castilla, aparte
de que la presentaci�n de versos como los suyos, a�adi�, dejaba mucho que desear, pues
no era aceptable que tapara los churretes con pintura de brocha gorda, en vez de poner
todo en limpio y sin tachones para entregarlo como Dios manda.
Fue en ese momento de la perorata cuando Gonz�lez agarr� de las solapas a
Fabra, quien
sin duda estupefacto por tanta agresividad, perdi� del todo los estribos y le grit� a
voz en cuello que era un analfabeto, ante lo cual al aspirante a bardo no se le ocurri�
otra cosa que levantar la pierna derecha y, tras darse la vuelta poni�ndose de espaldas
al jurado, se tir� una ruidosa ventosidad que los dej� sin fuelle.
Aparte del vocer�o, la cosa no pas� a mayores, ya que hubo divisi�n de opiniones en el
respetable y, mientras unos aplaud�an, otros abucheaban al agresor, que a partir de
aquella tarde empez� a ser conocido en medios period�sticos por Vicentet el del Pet.
Abundan las historias chuscas sobre el individuo. En cierta oportunidad se le ocurri�
reemplazar al encargado de la p�gina musical, que estaba ausente, y escribi� la cr�tica
de una representaci�n de Carmen de Bizet en el Teatro Principal. Calific� la �pera de
zarzuela, confundi� al compositor franc�s con Alb�niz, se indign� de que el libreto no
fuera cantado en el espa�ol original y estigmatiz� la actuaci�n del bar�tono Armando
Piquer, que justamente hab�a sido substituido en aquella funci�n a causa de un catarro.
Piquer, cuando ley� la cr�nica en el peri�dico, fue a buscarlo a su casa y cuentan que
le peg� una paliza. En otra ocasi�n, durante la fiesta anual de la Hermandad de Alcaldes
Paelleros, le presentaron una bandeja rebosante de chuletas a la brasa. S�rvase
usted, le dijo alguien, y el articulista -hombre de apetito- se las comi� todas
antes de que tuviesen tiempo de reaccionar. Nunca volvieron a invitarlo.
Vicente Gonz�lez fue un tipo extra�o, adalid de la incultura y esperpento de gente
seria. Pose�a una oratoria pedestre que abundaba en errores sint�cticos y era
ampliamente sabido que Melchor Malo, compa�ero de fatigas en su peri�dico, se ve�a en
la obligaci�n de corregirle el tono y las numerosas faltas ortogr�ficas que comet�a.
A�os despu�s, debido a carambolas que no vienen al cuento, logr� progresar en la
pol�tica local, ocupando cargos para los que no estaba intelectualmente preparado, en los
que provoc� numerosos desmadres.
Ha pasado el tiempo y Pompeu Fabra sigue vigente. Gonz�lez, en cambio, s�lo accedi� a
dos l�neas piadosas en la Enciclopedia de periodistas valencianos.
Alg�n d�a en el lejano futuro, con ligeras variantes, alguien escribir� de nuevo esta
historia.
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