J�rame
MANUEL TALENS
El 2 de julio pasado estuve en el Rialto viendo el primer premio de largometrajes del
Festival Internacional de Cinema Jove. Era una pel�cula noruega de t�tulo indescifrable,
Ti Kniver I Hjertet, que a m� personalmente no me agrad�, pero ya se sabe que hay gustos
como colores.
Hubo un detalle durante la proyecci�n que me puso en guardia desde el inicio, y es que la
copia utilizada, en versi�n original noruega, ven�a ya con subt�tulos ingleses, bajo
los cuales se hab�an a�adido otros castellanos de dudosa eficacia, pues a menudo
transcrib�an torpemente lo que las im�genes y el primer subtitulado me iban diciendo. A
empezar por el nombre, de una belleza estremecedora en ingl�s: Cross Your Heart and Hope
for Your Death. En espa�ol autom�tico eso quiere decir Cruza tu coraz�n y desea tu
muerte, y as�, m�s o menos, fue traducido oficialmente por el Festival en su
programaci�n. El problema es que nos encontramos ante una de esas frases hechas que al
ser vertidas palabra por palabra a una lengua distinta significan algo que no tiene
sentido, ya que en realidad se refiere a la orden que recibe Otto, el personaje principal,
de hacer un juramento que todos hemos practicado de peque�os y que consiste en cruzar los
dedos �ndice y pulgar mientras se dice: �Que me muera si...�. Nuestra �nica diferencia
con los anglosajones es que ellos colocan esa cruz sobre el coraz�n y nosotros la
besamos.
Este largo prefacio sobre una traducci�n literal, pero disparatada, viene a cuento de la
insidiosa podredura que el valenciano ha ido sufriendo debido a su car�cter fronterizo y
al maquiav�lico dise�o panespa�olista que a lo largo de este siglo -rico en
comunicaciones- busc� la homogeneizaci�n ad majorem Dei gloriam de nuestra cultura.
Es cierto que en 1932 un grupo de visionarios pusieron a punto las Normes de Castell� y
unificaron la graf�a moderna del valenciano con la de Pompeu Fabra para que toda la
lengua catalana, incluido el mallorqu�n, compartiese la misma escritura, pero dejando a
un lado el car�cter testimonial de la iniciativa, de nada sirvi� en la pr�ctica durante
decenios, ya que todo el mundo que ten�a la suerte de estudiar descuidaba por decreto su
lengua en beneficio de la del imperio. Y as�, poquet a poquet, con la ayuda de la radio,
de la prensa y de la televisi�n, el valenciano se fue corrompiendo en su reducto
hogare�o, el �nico que le quedaba.
Mi abuelo paterno, ajeno a cualquier actividad que no fuese trabajar la tierra de sol a
sol, se muri� en su pueblo de la Ribera Baixa con el vocabulario en estado virginal,
diciendo, por ejemplo, maduixa, pebre, cendrer, bresquilla,
b� y almoina. Hoy, los
t�rminos importados de fresa, piment�, cenicero, melocot�, bueno y limosna prevalecen
en la calle y en el Canal 9, y menciono solamente unas cuantas palabras como muestra de
adonde ha llegado la bastarder�a.
Esto, con ser grave, no es lo peor, ya que el valenciano normalizado -polaco, seg�n
dicen- que nuestros ni�os tienen ocasi�n de aprender en la escuela se est� encargando
de corregir tales extrav�os. La tragedia llega cuando unos pocos aprendices de
gram�ticos (pero, �ay!, no es Nebrija quien quiere, sino quien sabe), desgajados del
tronco com�n y reunidos en torno a la Academia de Cultura Valenciana, se embarcan en una
particular guerra de secesi�n y deciden inventarse reglas sint�cticas de nuevo cu�o que
engloban todos los barbarismos castellanizantes y, adem�s, por una serie de
circunstancias postelectorales fortuitas, logran sentar las posaderas de uno de sus
ac�litos nada menos que en el sill�n m�s alto de las Cortes auton�micas.
A estas alturas de la Historia, todos deber�amos saber que el poder pol�tico mal
empleado termina por colocar a la gente sobre un volc�n. La manipulaci�n de un p�blico
ingenuo y bienpensante para encender las brasas de la visceralidad anticatalana podr�a
provocar, caso de tener �xito, un cisma ling��stico de incalculable magnitud. Hace muy
poco, en esta vena, el actual Molt Honorable President de las Cortes dio una amarga
muestra de lo que se nos viene encima: en una alusi�n envenenada a lo que el anterior
Presidente de la Generalitat acababa de decir sobre los serveis del medi
ambient, se
permiti� un galimat�as palabrero que recuerda por lo absurdo al de la pel�cula noruega:
En un bon cervell de tots, tindrem un bon servici en el mig ambient. El potaje
est� servido.
Los idiomas son instrumentos de convivencia, conjuntos de signos creados para unir, no
para distanciar a las personas. Es cierto que en Lleida se pronuncia de manera muy
distinta a como lo hacen en Tabernes de Valldigna, pero tambi�n lo es que en Salamanca no
se habla como en el Puerto de Santa Mar�a, y nadie pretende por ello que son lenguas
separadas. Ser�a tan il�gico utilizar reglas sint�cticas diferentes en Inglaterra y en
los Estados Unidos, en Espa�a y en Chile, como lo es en Barcelona y en Valencia.
Y volviendo a la pel�cula inicial, �cu�l es el t�tulo que yo elegir�a si tuviese que
decidir? �Cruza tu coraz�n?, Encreua el teu cor? No, mi traducci�n personal tiene
m�s bien cadencias de bolero: J�rame.
Con el respeto que le debo al cargo, j�rame, se�or presidente, que no mancillar�s la
lengua de mi abuelo.
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EL
PA�S-Comunidad Valenciana, martes 18 de julio de 1995. |
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