El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N / DIARIO EL PA�S

                                                                                                                                        

Manuel Talens (fotografía de González Molero, peródico IDEAL, Granada)

Pueblo del enemigo
MANUEL TALENS

   Empezar� con un t�pico que suele servir de lugar com�n a escritores, tertulianos y, si me apuran, incluso a comentaristas de f�tbol por televisi�n: �El arte imita la realidad�. Que el aut�ntico arte imita la realidad, la trasciende y nos muestra su cara oculta es algo tan evidente que si �se fuera aqu� mi argumento, ya lo habr�a agotado. Pero no, en esta columna divagar� de lo contrario, de cuando la realidad se vuelve envidiosa y mimetiza la ficci�n de una obra de arte.

   La semana pasada fui a ver en el Teatro Rialto Un enemic del poble, de Henrik Ibsen. Al incentivo de asistir a la sobria puesta en escena de este drama social que el autor noruego escribi� en 1882, se sumaba el placer de que la versi�n discurrir�a en el hermoso catal�n normalizado que, al menos yo, tengo pocas ocasiones de escuchar en una ciudad cada vez m�s castellana como Valencia.

   La trama es sencilla: un m�dico descubre que las aguas supuestamente curativas del balneario donde trabaja est�n contaminadas y, en aras de la verdad, decide sacar a la luz el asunto y subsanarlo, pero entonces se enfrenta con intereses creados que no se gu�an por motivaciones tan ingenuas. Los tres poderes que controlan el lugar, el alcalde ��hermano del m�dico!�, los empresarios y la prensa, hacen todo lo posible por convencerlo de dar marcha atr�s, pues no est�n dispuestos a costear los gastos de saneamiento del agua ni a perder negocio. Sin embargo, ante la resistencia del tozudo galeno manipulan a la opini�n p�blica en su contra, lo echan de la empresa y lo declaran solemnemente �enemigo del pueblo�. La obra termina de manera abierta, con el protagonista dispuesto a luchar. El espectador, que desde el patio de butacas conoce la realidad del mundo, intuye que el doctor Stockmann perder� esa batalla, pero de pie, nunca de rodillas, al estilo glorioso de La Pasionaria en la guerra civil.

   La realidad del mundo es lo que sucede actualmente en este pa�s con el Partido Popular, cuyo ministro de Fomento �Francisco �lvarez Cascos�� es un alter ego del alcalde ibseniano, pues tras haber internacionalizado con su incompetencia la cat�strofe ecol�gica del Prestige, se niega a reconocerlo y culpa a quienes lo critican; cuyo presidente �Jos� Mar�a Aznar� acusa de deslealtad a la oposici�n por ejercer las funciones para las que fue elegida; o cuyo ministro de Trabajo �Eduardo Zaplana� trat� con alevos�a de crear un grupo medi�tico af�n a sus intereses y, hace muy poco, manipul� una vez m�s a la sociedad valenciana en una manifestaci�n organizada desde arriba con dinero p�blico y paella incluida para cada uno de los asistentes. La coartada de dicho espect�culo fue el Plan Hidrol�gico Nacional, pero la realidad que lo incit� fue otra: neutralizar la manifestaci�n que el 15 de febrero ��sta s� organizada desde abajo� invadi� las calles para protestar contra la nueva guerra que se nos viene encima y contra la complicidad militarista y homicida del gobierno espa�ol.

   Espa�a es hoy el gran teatro especular de Un enemic del poble, una imagen invertida pero real como la vida misma, en la que se han cambiado los papeles: Aznar, �lvarez Cascos, Zaplana, el Partido Popular son nuestro enemigo... y nosotros, los espa�oles hartos de desverg�enza, El pueblo del enemigo.

 


 

El País

Rebelión

Periodista Digital

 

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EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 11 de marzo de 2003

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Manuel Talens 2003