Externalizaci�n
MANUEL TALENS
Las elites econ�micas de EE UU andan revueltas en la actualidad a causa del mayor
esc�ndalo financiero de su historia. La quiebra de la compa��a energ�tica
Enron,
macrochiringuito del que eran part�cipes los peces gordos que manejan las riendas de
Washington -entre ellos el m�s gordo de todos, ese que casi la palm� el otro d�a
engullendo una galleta, como un pobre-, no es m�s que una enorme met�fora de lo que
suele ocurrir cuando el Estado se pone al servicio de quien no debe. Me apuesto un euro a
que los verdaderos responsables de este gran desfalco, al igual que pas� hace unos a�os
con los de la quiebra del Saving & Loans (que le cost� al contribuyente yanqui una
cifra similar a la deuda externa del Tercer Mundo), saldr�n indemnes del asunto, y si no,
al tiempo.
Bakunin y sus camaradas anarquistas deben andar muertos de risa -adem�s de muertos de
muerte- al ver de qu� manera tan curiosa el tiempo les ha dado la raz�n, pues el Estado
que ellos quer�an suprimir es ahora m�s que nunca, con la reciente puesta en pr�ctica
de las teor�as neoliberales, tapadera de corrupciones y negocietes. El siglo XX nos
enga�� con el espejismo de una izquierda que parec�a avanzar por los senderos del
progreso a fuerza de ir despoj�ndose de sus reivindicaciones m�s militantes. El
socialismo, descafeinado en socialdemocracia, conquist� el poder a cambio de perdonarle
la vida al monstruo. Grave error, pues entre bastidores la maquinaria avanzaba sin tregua
y, como en el tango de Gardel, mientras el m�sculo dorm�a en el silencio de la noche, la
ambici�n no ces� nunca de trabajar.
El Estado, sea del signo que sea, sirve hoy sin tapujos al capital: para no ir m�s lejos,
la semana pasada el socialista Jospin dio su apoyo moral al sistema bancario franc�s,
sospechoso de blanqueo de dinero, y el gobierno derechista del PP expres� su comprensi�n
a los bancos espa�oles que ahora amenazan con irse de Argentina. �Por qu�? Porque el
Estado se ha convertido en un t�tere dirigido a distancia por fuerzas invisibles no
elegidas por nadie, dedicadas en cuerpo y alma a soltar amarras de compromisos sociales,
sanidad, educaci�n, pensiones de vejez, seguridad ciudadana y todo lo que significaban
las mentiras piadosas que son el apellido de la Rep�blica Francesa: libertad, igualdad,
fraternidad.
Este abandono de sus responsabilidades, que en ingl�s se llama
outsourcing, el gobierno
de Eduardo Zaplana lo ha valencianizado como externalizaci�n y significa que muchos
servicios p�blicos antes asumidos por la Administraci�n de la Generalitat est�n ahora
en manos privadas, pero siempre a costa del dinero p�blico, a trav�s de contratos
multimillonarios renovables y a corto plazo, que tienen como objetivo desviar limpiamente
el dinero de nuestros impuestos al bolsillo de los de siempre. �stos, claro est�, pagan
salarios m�s bajos, dan peor servicio pues su objetivo es el lucro y, cuando las cosas se
ponen dif�ciles, despiden al personal, cierran el quiosco y se van a otra parte. �Y que
viva el neoliberalismo!
A este paso, dado que los sociatas no son muy diferentes y hay PP para rato, ser�a
saludable desempolvar las ideas de Bakunin -ingenuo de m�-, pues para sufrir un Estado
que enriquece a sus amigos a expensas del consumidor m�s vale la anarqu�a.
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