El periodismo es el arte de lo ef�mero, pues las
noticias nacen y mueren con celeridad y dejan paso a otras m�s
nuevas que, a su vez, sufren el mismo destino. Sin embargo, de
cuando en cuando aparece en la prensa un texto importante,
destinado a permanecer en el recuerdo. El domingo 13 de octubre,
sin ir m�s lejos, se produjo el milagro: Miquel Alberola public�
en estas p�ginas lo que, quiz�, haya sido la entrevista de su
vida, con el obispo em�rito valenciano Rafael Sanus (�La
Iglesia no es consciente de que vive en una sociedad democr�tica�).
Sanus tiene fama de haber sido un prelado dif�cil
para la jerarqu�a eclesi�stica de estas tierras, demasiado
retr�grada e incapaz de aceptar sus posiciones progresistas. De
hecho, el arzobispo actual, Agust�n Garc�a Gasco, lleva tiempo
maquinando todo lo imaginable para apartarlo de sectores
demasiado visibles, lo cual dio lugar hace dos a�os a que Sanus,
que entonces era obispo auxiliar de Valencia, diera un paso
nunca visto: present� su dimisi�n al Papa Juan Pablo II, quien
se quit� el muerto de encima acept�ndola sin dudar.
Ahora, calmada la resaca de aquel episodio, Sanus
regenta un cargo honor�fico, de esos que sirven para
neutralizar de por vida al beneficiario: lo hicieron obispo em�rito,
es decir, de los que ni pinchan ni cortan el bacalao. Y aqu� es
donde surge el genio compartido de Miquel Alberola y Rafael
Sanus, pues el primero supo plantear las preguntas correctas y
el segundo responderlas con gracejo y sin pelos en la lengua. Y
no es que nuestro hombre sea un revolucionario ni nada por el
estilo, pero hay verdades banales que pasan inadvertidas en la
boca de cualquiera, pero relucen como el sol en labios de un
purpurado.
Veamos: lejos de las vaguedades habituales, Sanus
plantea el problema del nacionalcatolicismo de la Iglesia en t�rminos
pol�ticos y constata que, terminada la dictadura, �ya no ten�a
vigencia�; pero a continuaci�n,
en un alarde freudiano, a�ade que a�n perdura, pues �las
cosas del subconsciente tardan en diluirse�. Garc�a Gasco
debe haber temblado de ira en su atalaya.
�Qu� m�s? Opina con plena libertad de la prevenci�n
del sida: �El sexto mandamiento
dice: no fornicar, pero hacerlo con preservativo o sin
preservativo es secundario�, con lo cual se enfrenta a
la doctrina oficial de Roma. Tiene una mentalidad tan abierta
que se niega a condenar lo que no entiende, con lo cual se sit�a
en los ant�podas de la Iglesia. As�, cree que las parejas de
hecho son un nuevo fen�meno que es
preciso considerar, pues �tienen ni�os y a menudo mantienen m�s
la estabilidad que un matrimonio can�nico o civil�. Habla con
simpat�a de la izquierda y de los anarquistas de su juventud,
capaces de leer a Plat�n en paralelo con Bakunin y, para
terminar, fustiga la actitud del Partido Popular y los
contubernios con el arzobispo, que dieron lugar no hace mucho a
que ambos vetaran su entrada en el Consell Valenci� de Cultura,
mientras que acogieron con los brazos abiertos al m�s destacado
filofascista de esta sociedad.
�Por
sus frutos los conocer�is�, dej� escrito San Mateo (7, 16).
S�, a los unos y a los otros.
He aqu� un obispo ins�lito, uno de esos personajes
maravillosos que, para escarnio de sus enemigos, convierten en
victorias las derrotas.