Hace un par de a�os, el ide�logo que fue art�fice
del �xito electoral de la derecha en la Comunidad Valenciana
elogi� la globalizaci�n en esta p�gina con las siguientes
palabras: �En un momento en que la mundializaci�n ha
conseguido adeptos m�s all� de los c�rculos puramente
economicistas, una nueva legi�n de conciencias �no confundir
con desheredados, �por favor!� toma partido por la extensi�n
de los beneficios de la mundializaci�n a trav�s de la
solidaridad�. Desde entonces, los acontecimientos planetarios
�crisis argentina, casos Enron y Worldcom, acelerada agon�a
de �frica� se han ocupado de mostrar un aspecto menos beat�fico
de esa globalizaci�n. No dudo que los c�rculos
economicistas la sigan defendiendo, porque viven de eso, pero la
supuesta legi�n de conciencias se dedica m�s bien a
combatirla.
Aquella frase tan vac�a de contenido del pol�tico
valenciano me sirve hoy para glosar una noticia que la semana
pasada se extendi� como la p�lvora por este pa�s. Me estoy
refiriendo al duro comunicado de Andreas Schleef, presidente de
SEAT, en el que justificaba la medida de su empresa de
trasladar, desde Martorell (Catalu�a) a Bratislava
(Eslovaquia), la fabricaci�n de 20.000 coches del modelo Ibiza,
cifra que representa el 10% de ese modelo y el 5% del total de
la planta catalana.
�Cu�l es la raz�n que provoca el traslado? Muy f�cil:
�Quien nos paga el salario son los clientes�, dijo Schleef,
lo cual en cristiano significa que los trabajadores �y no los
confundo aqu� con desheredados, �por favor!� han de aceptar
las condiciones laborales y econ�micas que les impone el
capital si desean cenar todas las noches y, si no las aceptan,
se quedan sin trabajo. 5.000 empleos corren peligro. Eso, no las
mandangas supuestamente solidarias que s�lo sirven para marear
la perdiz, son los beneficios de la globalizaci�n
neoliberal que nuestro pol�tico se guard� bien de mencionar.
Si mi memoria no falla, el acr�nimo SEAT significaba
en un principio �Sociedad espa�ola de autom�viles de
turismo�. Hoy, sin embargo, quien lo crea es un ingenuo, pues
la compa��a no solamente dej� de ser espa�ola, sino que
tampoco es alemana: vaya usted a saber a qui�n pertenece el
dinero del grupo Volkswagen que la compr�. La primera lecci�n
que ha de aprender todo globalizador neoliberal es que si desea
controlar el mundo no debe tener patria.
Suzuki, la multinacional �japonesa?, se fue de
Linares (Ja�n) a alg�n para�so fiscal m�s favorable una vez
que exprimi� el lim�n de las exenciones de impuestos con que
los gobiernos de Madrid y Andaluc�a creyeron atraerla para
siempre. SEAT se va ahora de Catalu�a a Eslovaquia por las
mismas razones y Ford, que acaba de aumentar su producci�n en
la planta valenciana de Almussafes, se ir� tambi�n cuando
dejen de interesarle las condiciones. Las consecuencias sociales
de dichas maniobras suelen ser devastadoras y, por eso, la gente
de Bratislava har�a mal en promet�rselas tan felices con el
regalo envenenado que les va a caer del cielo: es pan para hoy y
hambre para ma�ana.
�Qui�n
dijo que el viejo barbudo, tan denostado por los ide�logos de
la misma cofrad�a que ese otro a quien cito al principio de
esta columna, no ten�a raz�n? Globalizados de todos los pa�ses,
un�os.