El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N / DIARIO EL PA�S

                                                                                                                                        

Doble viaje
MANUEL TALENS

La noticia del fallecimiento del periodista Luis Carandell me sorprendi� a finales de agosto en las informaciones de la radio mientras regresaba desde Barcelona, camino de Valencia. Carandell hab�a sido para m� -y supongo que para buena parte de mi generaci�n- el paradigma del ataque humor�stico contra la Espa�a casposa. La secci�n Celtiberia Show, que regent� durante a�os en la revista Triunfo, era lo primero que sol�amos buscar al abrir sus p�ginas, y en aquellas im�genes (folcl�ricas en el peor sentido de la palabra) encontr�bamos siempre la manera de re�rnos de la sociedad esperp�ntica en que crecimos.

Sin embargo, ser�a injusto recordar hoy a Carandell s�lo por aquello. Fue, tambi�n, un hombre valiente, pues a principios de los setenta era aventurado escribir ciertas cosas y �l se atrevi� a publicar su Vida y milagros de monse�or Escriv� de Balaguer, fundador del Opus Dei, libro que con el paso de los a�os se ha convertido en cita obligada para estudiar la organizaci�n integrista cat�lica que se autodenomina Obra de Dios.

Tras escuchar la noticia, mi trayecto por la autov�a se convirti� en un doble viaje de direcciones opuestas: uno hacia el presente valenciano y otro hacia el pasado de la memoria. Record� los detalles minuciosos que daba Carandell sobre las actividades terrenales del Opus Dei, imbricado desde su fundaci�n en los vericuetos del poder. Jos� Mar�a Escriba, el cura pobre que empez� merodeando en los alrededores de los sublevados fascistas durante la guerra, ha sido quiz� el estratega m�s importante de Espa�a durante el siglo XX, desde luego mucho m�s que Franco, pues mientras que la obra del dictador se desmoron� como un castillo de naipes al toparse con la posmodernidad, la de Escriba -transubstanciado en marqu�s de Escriv� de Balaguer y, en breve, santo- no ha hecho sino crecer por el mundo. Una r�pida visita al ciberespacio lo confirma: el Opus est� en todas partes, desde Argentina, donde posee colegios, institutos y una universidad, a Estados Unidos, Inglaterra, Italia o docenas de pa�ses. Es, en cierto modo, una compa��a multinacional religiosa que, como el r�o Guadiana, se esconde bajo tierra pero vuelve a aparecer cuando menos se espera. Tiene influencias, dinero e incluso sus tent�culos han llegado al Vaticano a trav�s de Navarro Valls, el portavoz del Papa. Un hecho parece cierto: internet no hace constar que el Opus mantenga conexi�n progresista alguna, m�s bien al contrario, pues en su historial de alianzas hay militares genocidas, reg�menes corruptos y gente de orden.

Hace unos meses, el Ayuntamiento de Valencia mont� en las Atarazanas -con dinero p�blico- una exposici�n sobre Monse�or Escriv�, para que pudi�semos enterarnos del fructuoso camino que �ste ha recorrido despu�s de muerto. Al visitarla, pens� que quiz� no sea la voluntad del pueblo en las urnas lo que ha hecho que nuestros izquierdistas oficiales pasen a la oposici�n, sino otra mano oculta que no les perdona su tibieza descre�da, justo lo contrario de los afortunados peperos, que subvencionan colegios del Opus y coquetean abiertamente con las alturas celestiales. Sigamos el hilo: corre el rumor de que Francisco Camps, el futuro presidente de la Generalitat, est� afiliado a la compa��a. Socialistas, temblad.


 

El País

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Carta de un lector en respuesta a esta columna (13 de septiembre de 2002:

He le�do el art�culo Doble viaje de Manuel Talens. Estoy sorprendido de que, con motivo del fallecimiento de Luis Carandell, aproveche para trasmitir su visi�n fantasmag�rica falsa del Opus Dei. Soy miembro del Opus Dei desde hace a�os, y en �l s�lo he encontrado una ayuda para mi vida cristiana y un exquisito respeto a la libertad y al pluralismo pol�tico, econ�mico, cultural y social. Por eso me resulta hiriente que Talens trate a esta instituci�n y a sus miembros de manera tan falsa e insultante. Me parece que Talens ha hecho un viaje alucinante, en el que los prejuicios no le dejan ver la verdad.

Javier L�zaro Bl�zquez -  Valencia

El País

 

EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 10 de septiembre de 2002

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Manuel Talens 2002