Ruido
de cirios
MANUEL TALENS
Cuando Espartero inaugur� en el siglo XIX la tradici�n de los salvadores de la patria
sin duda ignoraba que este pa�s vivir�a largo tiempo a la merced de generalotes. Hay
quien cree que la eficacia de todo cuartelazo en busca del poder est� inversamente
relacionada con la testosterona del mastuerzo que lo da y, de acuerdo con dicha teor�a,
qui�n sabe si ser� cierto el chiste de que Franco organiz� el alzamiento nacional para
compensar los gatillazos que pegaba con Carmen. El lenguaje popular, tan sabio siempre,
bautiz� aquel inacabable ardor guerrero, que circulaba por pueblos y ciudades, con una
met�fora de las que ponen los pelos de punta: "ruido de sables".
Sin embargo, aqu� no s�lo han mandado los militares, pues la Iglesia cat�lica, tras la
dolorosa desamortizaci�n de Mendiz�bal, aplic� su excedente de testosterona
improductiva al arte maquiav�lico de influir en la sombra. Entre padrenuestros y
kirieleisones, el b�nker episcopal espa�ol se las ha ido arreglando para simular que era
una balsa de aceite, pero algo ocurre ahora en su interior, ya que el obispo auxiliar de
Valencia, Rafael Sanus, ha presentado su dimisi�n al Papa en protesta contra las maneras
retorcidas del arzobispo, Agust�n Garc�a-Gasco.
Que Garc�a-Gasco y sus adl�teres se entiendan a t�tulo privado con el Padre Eterno o
leviten por las tardes forma parte de su libertad y es justo que la ejerzan. Otra cosa muy
distinta (no me cansar� de repetirlo) es que la corporaci�n multinacional Iglesia
Inc.,
a pesar de su fachada mansurrona, es en la pr�ctica un grupo de presi�n que controla
m�s hilos mundanos de los que quiere admitir, entre ellos el del dinero p�blico. Una
prueba de esto es que la oficina terrenal del Banco del Cielo distribuy� hace poco
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options bajo forma de subvenciones a colegios valencianos del Opus
Dei, y no porque Manuel
Taranc�n sea un meapilas, sino porque Dios es rumboso con los disc�pulos globalizadores
del beato Escriv� y dirige la mano del conseller de cultura sin que �ste lo perciba.
Pero seamos serios: el problema de la Conferencia Episcopal es que todav�a no ha
renunciado a mandar, como sucedi� en el ej�rcito, y sigue siendo una guarida de
maniobreros, en donde basta con que un obispo at�pico del talante de Sanus se empe�e en
aplicar a la letra el Evangelio para que lo manden al retrete. La c�pula purpurada, como
si se tratara de un vulgar PSOE, est� sometida a los mismos navajazos por la espalda y a
igual tr�fico de influencias en busca de mangoneo. En cambio las bases -los fieles
cristianos- no se comen una rosca y tienen mi simpat�a, pues es lamentable que s�lo
sirvan de coartada a tan poderosos se�ores.
En cualquier caso, me regocijo desde el patio de butacas ante el espect�culo del obispo
alcoyano sacando trapos sucios a escena, incluso si el sainete sirve de poco, pues otro
vendr� menos protest�n y aqu� paz y all� gloria. Menos mal que el clero ya abandon�
las armas de los Templarios, porque como el Papa ha aceptado la dimisi�n de
Sanus, el
tomate que se va a liar en la curia al buscarle sustituto podr�a asemejarse a un
estruendo met�lico de sables y no al ruido m�s sordo de los cirios con que se
embestir�n los aspirantes al cargo, ilustr�simos paladines de la cristiandad.
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EL
PA�S-Comunidad Valenciana, martes 21 de noviembre de 2000. |
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