El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N EN  El País

Mi barrio
MANUEL TALENS



En el n�mero de este mes de Le Monde Diplomatique se dice que tomarse en serio la pol�tica estadounidense equivale a una suerte de apostolado, puesto que los partidos y las elecciones son verdaderas m�quinas para fabricar impostura democr�tica. Este sarcasmo me ha hecho evocar los distintos esl�ganes con que, en cada campa�a electoral, los aspirantes a la presidencia yanqui embaucan a su p�blico. Sin duda el m�s famoso de todos ellos fue uno que ha pasado al territorio m�tico de las coletillas populares, incluso fuera de la lengua inglesa. Me refiero al archiconocido New Deal de Franklin D. Roosevelt, con el que sac� a su pa�s de la gran depresi�n durante los a�os treinta. Lo cual no impidi�, a�ado yo, que los EE UU siguieran teniendo decenas de millones de pobres de solemnidad y que hoy, a pesar de la fanfarria, esto siga siendo as�. La democracia se asemeja mucho a los anuncios televisivos: pregona las ventajas y calla los inconvenientes.

Aqu�, en Espa�a, las cosas no son muy distintas. En un vibrante art�culo inspirado por la interminable escalada criminal de ETA, Antonio Mu�oz Molina acaba de hacer en este peri�dico un elogio sin reservas de nuestro sistema democr�tico y de las libertades que hoy todos disfrutamos. Le�do en dicho contexto, es imposible no estar de acuerdo con �l. La convivencia civilizada exige que uno pueda criticar al rey o a las instituciones y que, al mismo tiempo, pasee por la calle sin temor de que alguien le vuele la cabeza. No obstante, si hacemos abstracci�n del terrorismo (�es ello posible?), la democracia espa�ola pierde mucho lustre y no se diferencia en nada de la estadounidense (o de cualquiera otra de Occidente) cuando se la mira a trav�s del cristal de la realidad cotidiana.

Pero sigamos con gente de EL PAIS: el martes pasado, Eduardo Haro Tecglen calificaba esta democracia de carnaval y a�ad�a que Zapatero, el flamante l�der socialista, se inscribe en la l�nea trazada por Felipe Gonz�lez: la que establece que el PSOE es ya, y lo seguir� siendo, un partido del �nico mundo que parece posible: el del capitalismo, en el que dos clanes se van intercambiando el poder de la misma manera que hacen en Washington dem�cratas y republicanos. Que el PSOE haya entrado en dicha din�mica es una verdadera iron�a del destino, pues el invento no lo patentaron los del t�o Sam: �Es preciso recordar que Pablo Iglesias fund� su partido en el siglo XIX justamente para romper un sainete similar, en el que liberales y conservadores se repart�an sucesivamente el pastel como buenos amigos?

Yo, al igual que Le Monde Diplomatique, nunca cre� en apostolados. Me centrar� por fin en el objetivo �ltimo de mi columna: el IX congreso del PSPV-PSOE en Alicante. Hoy es s�bado. Escribo voluntariamente estas l�neas cuando todav�a no se sabe qui�n dirigir� la sucursal valenciana del hermano mayor, y lo hago as� porque en el fondo me importa poco el elegido. Como Haro Tecglen, tampoco espero milagros de ninguno de ellos, porque ya no viven en las calles polvorientas de nuestra ni�ez, aunque todav�a utilicen el lenguaje que aprendimos en sus f�bricas y patios de vecinos. Desde que se mudaron a la nueva urbanizaci�n no han vuelto por mi barrio, que est� en ruinas all� al fondo, a la izquierda.

 

EL PA�S-Comunidad Valenciana, martes 26 de septiembre de 2000.

Pulse para volver a la página anterior

 

Copyleft

Manuel Talens 2002