Blasco
MANUEL TALENS
En el art�culo Voluntariado y compromiso, aparecido en esta p�gina el pasado 5 de
diciembre bajo la firma de Rafael Blasco, el conseller de Bienestar Social compiti� con
Perogrullo, ya que su argumentaci�n puede resumirse como sigue: la solidaridad es una
cosa estupenda. �Menuda lumbrera est� hecho! Sin embargo el texto, aunque insulso y
oficinesco, no es inocente, pues lleva entretejidos varios sofismas subliminales que piden
a gritos una respuesta. Dice Blasco: "En un momento en que la mundializaci�n ha
conseguido adeptos m�s all� de los c�rculos puramente economicistas, una nueva legi�n
de conciencias -no confundir con desheredados, �por favor!- toma partido por la
extensi�n de los beneficios de la mundializaci�n a trav�s de la solidaridad".
Ignoro cu�les ser�n dichos adeptos no economicistas, pues se los calla. Salvo las
multinacionales y sus amiguetes aut�ctonos -los pol�ticos y hombres de negocios que las
acogen-, las mentes m�s generosas de la humanidad est�n a hostia limpia con la
mundializaci�n, como hemos visto en Seattle o en Niza, de manera que dicha premisa es
falsa. Pero lo m�s ofensivo es cuando Blasco toma una aristocr�tica distancia de los
desheredados ("�por favor!", exclama), pues aqu� alude sin ambages a los
"parias de la tierra" que arenga La Internacional, himno que, supongo yo, �l
cant� m�s de una vez con el pu�o en alto cuando le interesaba aparentar que era
socialista. L�stima que olvide a�adir que el n�mero de los desheredados en todo el
globo se incrementa de forma exponencial conforme avanza su querida mundializaci�n. As�
que de beneficios nada: m�s bien miseria.
Contin�a luego, como para dejar bien clara su conversi�n al nuevo dogma neoliberal, que
ya "no se trata de movimientos internacionales que intentan redimir el mundo o de
teor�as m�s o menos dirigistas como las surgidas durante los siglos XIX y XX, sino que
asistimos al desarrollo de un movimiento con prismas diferentes, pero con el mismo
denominador: la solidaridad entre las sociedades y las personas". La izquierda
comprometida ha muerto, viene a indicar nuestro hombre (en lo cual no deja de tener algo
de raz�n: �l es un buen ejemplo), y ha sido reemplazada por gente menos belicosa que
ejerce lo cristiano, es decir, la caridad, pasatiempo favorito de los ricos.
Tales charlataner�as son un insulto a la inteligencia del lector, as� como un tramposo
intento de neutralizaci�n de las verdaderas causas que mueven a los militantes de base en
las ONG -no me estoy refiriendo a los dirigentes de �stas-, que con altruismo y a bajo
precio ofrecen su apoyo en la lucha contra los efectos devastadores del capitalismo
salvaje. �Qu� sabe Blasco, desde su confortable posici�n, del sentimiento que albergan
los corazones de esos seres comprometidos con el g�nero humano? Cuando el elogio de la
solidaridad proviene de un gobierno conservador e insolidario se convierte en un obsceno
ejercicio de cinismo.
En un l�cido ensayo que el pasado agosto public� Le Monde
Diplomatique, titulado
"La derecha intelectual y el fascismo liberal" (p�nchese en pantalla el
original castellano), el subcomandante Marcos desenmascara a los ide�logos del nuevo
orden imperante. Blasco es uno de ellos.
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EL PA�S-Comunidad Valenciana,
martes 19 de diciembre 2000 |
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Esta columna, Blasco,
es un an�lisis pol�tico suscitado por ese otro art�culo al que alude el texto,
Voluntariado y compromiso,
que apareci� dos semanas antes, el 5 de
diciembre, en EL PA�S-Comunidad Valenciana firmado por Rafael Blasco, el
conseller de Bienestar Social del gobierno de la Generalitat
Valenciana.
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Las opiniones expresadas aqu� arriba
dieron lugar a una
r�pida respuesta del
conseller el 25 de diciembre, tambi�n en EL PA�S-Comunidad
Valenciana (Perogrullo no era ignorante)
y a una contrarrespuesta de Manuel Talens (Trampas
de Perogrullo) que, por motivos de espacio,
no fue publicada. La vida es as�, pero si en la prensa escrita Blasco
dijo la �ltima palabra, internet puede ahora remediarlo.
Por �ltimo, como corolario Manuel Talens envi� a sus
amigos esta carta por correo electr�nico: Perogrulladas y
lapalissades
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