Desmemoria
MANUEL TALENS
Quiz� el aspecto m�s saludable de escribir para los dem�s en este peri�dico, sobre
todo cuando se polemiza a contracorriente, es la posibilidad que uno tiene de conocer la
respuesta del p�blico antag�nico en el apartado "Opini�n del lector", junto
al chiste de El Roto. Yo he tenido la oportunidad de ir recibiendo una abundante raci�n
de coscorrones a lo largo de los �ltimos a�os. Hubo de todo, desde personas que
reaccionaban airadas ante mis posturas nunca ambiguas hasta otras que se sintieron heridas
por alg�n desplante y me lo hicieron saber con cortes�a. A veces replico, utilizando el
mismo espacio epistolar y, aunque sea duro o sarc�stico, me mueve siempre un af�n
democr�tico por contrastar ideas. Aprecio de verdad al adversario, porque me obliga a
razonar.
Eso, razonar, es lo que he hecho a prop�sito de una carta que me dirig�a un joven
(8-4-2000), en la que se confesaba "hasta los cojones" de que gentes
"mayores" como yo, de esas que ahora tenemos "entre 40 o 50 a�os", le
hablemos "de la guerra civil, de Franco y de la madre que nos pari�", ya que
"a los hijos de la democracia" (aqu� empez� a hablar en plural) "no nos
interesa la manipulaci�n de la historia".
Deduje por el contexto que el t�rmino manipulaci�n est� utilizado en el sentido de
manosear o incluso, metaf�ricamente, de estudiar, profundizar, y esto me hel� la sangre
en las venas, porque a pesar de la manifiesta unicidad de mi ardoroso lector por
m�s que �l lo desee, s�lo se representa a s� mismo, no deja de inquietarme que
cierta pol�tica descerebradora, auspiciada desde discursos jam�s inocuos, est� logrando
a hurtadillas su objetivo: el de una ciudadan�a sin referentes, inculta y orgullosa de
serlo, despreciativa con los hechos hist�ricos del ayer e incapaz de analizarlos, adicta
a noticias descafeinadas que le vienen envueltas en espect�culo y que, tras ser
consumidas como un Big Mac, se olvidan con la misma facilidad que nace el d�a. Me
refiero, en suma, al homo desmemoriado, el m�s f�cil de manejar, el que se confiesa
apol�tico o pasota, el que raramente reacciona si le pisan la dignidad, pues ni siquiera
llega a enterarse.
A los pocos d�as de su triunfo electoral, Aznar declar� ufano que la dial�ctica entre
derecha e izquierda es una antigualla y que, en su Espa�a que va bien, lo que buscan los
votantes es buenos administradores, como �l. Borr�n y cuenta nueva, vino a decir, el
pasado no existe, adi�s ideolog�as, bienvenido Fukuyama. Comp�rense estos razonamientos
con otras dos frases de mi joven lector: "Estamos cansados de estos rollos. Vivimos
cara al futuro".
Muy al contrario, yo creo que el futuro se construye tratando de no caer en trampas
anteriores, y �sa es mi finalidad cuando hablo de una guerra que ni siquiera conoc� o
cuando traigo a la palestra los abusos del Pleistoceno que para algunos fue el franquismo,
tratando de compararlos con abusos actuales de quienes hoy controlan nuestra existencia de
manera sutil, pues al igual que, de haber vivido entonces, no hubiera deseado morir de un
balazo, tampoco ahora deseo hacerlo a golpes de stock options, fraudes multimillonarios,
subvenciones obscenas a colegios de ricos o Tierras M�ticas que s�lo buscan
disneyficarme. Por eso, recuerdo.
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EL
PA�S-Comunidad Valenciana, martes 18 de abril de 2000. |
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