Apuntarse a la
revoluci�n
por Alfons Cervera
La
cinta de Moebius
Alcal� Grupo Editorial (2007)
190 p�gs.
Aquello de que Dios hab�a muerto nunca fue cierto. Que se lo pregunten,
si no, a los obispos espa�oles. Hasta el infierno, que el papa polaco
hab�a liquidado en plan met�fora, regresa ahora en toda su plenitud de
tormentos por boca y voluntad expresa del nuevo mandatario vaticano. As�
que Dios existe pero el Alzheimer lo tiene postrado en un coma profundo.
Esa situaci�n tiene sumidas en un sinvivir a las praderas transparentes
del cielo. Las jerarqu�as celestiales quieren reafirmar su poder eterno
pero algo se va rebelando en sus adentros con una fuerza aut�nticamente
incontrolable. Las fuerzas neoliberales y las que se oponen a ellas
desde perspectivas progresistas -con la ayuda de intelectuales,
fil�sofos y agitadores revolucionarios que llegaron al cielo m�s o menos
camuflados- se enfrentan para ver cu�l ha de ser finalmente el destino
de tan vasto y gaseoso territorio. En uno de sus magn�ficos relatos
anteriores, Manuel Talens hab�a cambiado precisamente el destino de
Franco y en vez de morirse en la cama, el dictador se mor�a ahogado en
su propia mierda despu�s de una tormentosa cagalera. Ahora, en un libro
inaudito que se titula La cinta de Moebius (Editorial Alcal�),
este escritor de verdad irrepetible se introduce con su igualmente
irrepetible escritura en los dominios divinos para convertir en real lo
que para la iglesia y sus aliados pol�ticos es -de cara a la galer�a,
claro- simplemente materia del esp�ritu. Nada hay m�s real que la
ficci�n y no s� por qu� cuanto m�s se mete un escritor en lo real m�s se
le critica, desde la orilla del orden (y sobre todo, qu� curioso, desde
el orden de la izquierda), que est� rozando el abandono de la realidad.
Ha pasado no hace mucho con Bel�n Gopegui y su magn�fica novela El
padre de Blancanieves. Estamos acostumbrados a que la realidad la
fabriquen la pol�tica oficial y los telediarios. Y tambi�n, c�mo no, los
intelectuales palmeros con mando en plaza. Por eso cuando llegan novelas
como la de Manuel Talens piensas que no est� todo perdido, que puede ser
verdad aquello que un sabio amigo m�o dice en plan optimismo militante:
�nos tienen rodeados pero no escapar�n�. Hacen falta novelas como �sta.
Desde la primera a la �ltima de sus p�ginas no parar�n de re�r, de
cabrearse gozosamente, de querer apuntarse a la revoluci�n. �A qu�
revoluci�n?: eso ya no es cosa m�a. S�lo de ustedes despu�s de la
lectura. S�lo de ustedes.
Fuente: Cartelera Turia
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