La autopista espa�ola AP7 en sentido norte suele ser fluida y f�cil
de transitar, pero el pasado 27 de agosto puso a prueba mi paciencia,
porque ten�a una cita en los Pirineos franceses con Gilad Atzmon y la
avalancha de veraneantes europeos que regresaban a sus pa�ses
multiplic� el tr�fico de tal manera que en vez de llegar a las dos de
la tarde le estrech� la mano tras la puesta del sol. Por suerte, me
hab�a esperado.
Nacido en Israel, Gilad Atzmon se educ� en el juda�smo laico. Hizo el
servicio militar obligatorio durante la guerra del L�bano (1982), una
experiencia que lo volvi� muy esc�ptico sobre el sionismo y sobre la
pol�tica israel�. Diez a�os despu�s abandon� su pa�s natal sin billete
de regreso. En el Reino Unido estudi� Filosof�a, pero despu�s de
graduarse escogi� la m�sica en vez de una carrera acad�mica. Vive en
Londres y se considera un exiliado.
Hasta el momento de nuestro encuentro nos conoc�amos �nicamente a
trav�s de breves mensajes de correo electr�nico, desde el d�a en que
empec� a traducir al espa�ol algunos de los art�culos que publica sin
cesar en su sitio web (www.gilad.co.uk)
contra los Aparatos Institucionales del Estado de Israel. Siempre me ha
impresionado por la forma intelectualmente estructurada con que suele
criticar lo que considera pol�tica racista del sionismo y ha puesto su
arte al servicio de una causa: la liberaci�n del pueblo palestino. Si he
mencionado el arte es porque Atzmon es, por encima de cualquier otra
cosa, un artista que utiliza sus muchos instrumentos (el saxof�n, el
clarinete, la flauta� y el ordenador port�til) para interpretar m�sica,
escribir libros y art�culos activistas. Su anterior disco, EXILE,
recibi� en 2003 el Premio de la BBC al �Mejor �lbum de Jazz del A�o� y
ahora acaba de sacar uno nuevo, musiK, ambos grabados con su
propio grupo, una banda multi�tnica denominada The Orient House Ensemble.
Tambi�n ha publicado dos novelas, traducidas a diecisiete lenguas (A
Guide to the Perplexed [en castellano, Gu�a de perplejos,
Editorial Planeta, 2003] y My One and Only Love). Lo que sigue es
una parte de la larga conversaci�n que mantuvimos hasta separarnos al
amanecer, cuando �l sigui� camino de Roma y yo regres� en direcci�n al
sur. Signo de los tiempos, nuestra charla continu� m�s tarde a trav�s
del chat.
Manuel Talens: �Qui�n es usted, se�or Atzmon?
Gilad Atzmon: Buena pregunta, probablemente soy el
�ltimo en saberlo. Asumo que soy un m�sico de jazz convencido de que
debo reinventarme. Para ello he de hacerme preguntas sobre m� mismo. Una
buena pregunta para empezar es qui�n puedo ser. La mayor parte de mis
escritos y de mi cr�tica del sionismo y de la econom�a global se
alimentan de mi tendencia a entender qui�n soy y a ponerme en tela de
juicio.
MT: Juguemos al psicoanalista y al psicoanalizado:
deduzco que si tiene que reinventarse es porque no se siente feliz con
lo que es. D�game, por favor, si le causa alg�n problema ser jud�o.
GA: Siempre digo que las entrevistas me ahorran el
dinero que podr�a gastar en psiquiatras. Creo que la necesidad de
reinventarse no es necesariamente una fuga. Es m�s bien la b�squeda de
una esencia aut�ntica. De hecho, el proceso de reinvenci�n adquiere su
poder de un claro asalto contra el ego. Uno empieza a funcionar cuando
deja de pensar. En lenguaje lacaniano podr�amos decir que �uno es donde
no piensa�. Puede que parezca curioso, pero hoy s� que fue mi amor por
el jazz lo que me volvi� cada vez m�s cr�tico de la identidad jud�a y
del sionismo. A los dieciocho a�os, cuando lo l�gico hubiera sido
convertirme en un soldado supremacista jud�o, me enamor� de Coltrane y
de Bird. Entonces comprend� que la cultura que me inspira (afroamericana)
no ten�a nada que ver con la cultura por la que estaba destinado a
luchar.
MT: Pero eso no responde a mi pregunta, al menos no
para el objetivo que tengo en cartera. D�jeme recordarle que esta
conversaci�n se dirigir� en principio a un p�blico de lectores gentiles
-es decir, no jud�os- de habla hispana no necesariamente informados
sobre la idiosincrasia del pueblo jud�o. Necesito saber si se siente
confortable bajo su piel como jud�o -considerando el hecho de que nadie
escoge sus or�genes-, y he de saberlo porque algunas de mis preguntas se
ocupar�n de cuestiones tan delicadas como el antisemitismo y el odio que
algunos jud�os supuestamente se profesan a s� mismos. Se lo repito: �Le
causa alg�n problema ser jud�o?
GA: De ninguna manera, porque no me considero jud�o.
Dicho lo cual, simpatizo con los jud�os creyentes y con cualquier grupo
espiritual o fe religiosa, pero mucho menos con la identidad laica
jud�a. Sostengo que una vez que se despoja a la judeidad de su contenido
espiritual, lo que queda es mero racismo. Ya lo ve, no soy ni jud�o
religioso ni laico, por eso no puedo considerarme jud�o.
MT: Vaya, no esperaba una declaraci�n tan directa.
Para serle sincero, si aceptamos el concepto semi�tico de que la lengua
es el mundo interior en que vivimos, un mundo que no es nunca neutro y
que estructura nuestro modo de pensar, despu�s de haberlo visto y
escuchado hablar hebreo con su mujer y sus hijos me figuraba que usted
se sentir�a c�modo -aunque cr�tico, desde luego- dentro del ambiente
ling��stico en el que creci�. No olvidemos que el hebreo no es una
lingua franca m�s o menos desnacionalizada como el ingl�s o el
espa�ol, sino la lengua resucitada de los jud�os israel�es. De manera
que si lo educaron como jud�o laico, pero niega serlo ahora �qu� es
usted, un hombre aculturado?
GA: De hecho, me considero un palestino de lengua
hebrea. Mi lengua es el hebreo y mi patria es Palestina. A diferencia de
Israel, que es un aparato pol�tico racista y nacionalista, Palestina es
un trozo de geograf�a. Palestina es aut�ntico y genuino e Israel es
artificial e impuesto. Sabe, cuando siento nostalgia voy a un
restaurante liban�s en vez de a uno israel� que sirva falafel. Sin
embargo, no tengo inconveniente en confesar que he tratado de asimilarme
a m�s de un grupo nacional o social y d�jeme decirle que no me preocupa
en absoluto. Mi ingl�s es malo y mi acento descubre mi origen a los
pocos segundos. He aprendido a aceptarlo. Nac� y crec� en un lugar
determinado y no puedo hacer nada por evitar que as� sea. Pero creo
realmente que la compasi�n y la empat�a son cualidades humanistas
universales. Para m�, liberarme de lo jud�o es convertirme en un ser
capaz de sentir empat�a. �se es mi objetivo y disfruto del itinerario.
MT: D�game por qu� arguye que la judeidad laica es
una forma de racismo. Hay tantos millones de personas honradas de origen
jud�o que no son religiosas en absoluto y que, sin embargo, se sienten y
se consideran jud�as que una afirmaci�n como �sa me sorprende. �Puede
explicarla? Y al mismo tiempo no olvide aclarar con palabras sencillas
qu� es el sionismo: tenga presente que est� usted dialogando con
gentiles occidentales, cuyos genes culturales -los denominados memes-
son cristianos y que a menudo se sienten perdidos ante nociones como
el sionismo, el semitismo o sus ant�nimos antisionismo y antisemitismo.
GA: Vale, lo aclarar�. No es el origen jud�o lo que
hace que uno sea racista; lo que puede hacerlo es m�s bien la
aceptaci�n de una identidad jud�a laica. Como dije antes, una vez que le
sustraemos el contenido religioso a lo jud�o s�lo nos queda el concepto
de sangre jud�a. De hecho, el sionismo es una percepci�n nacionalista
que equipara lo jud�o con la raza en vez de con una fe religiosa. Como
tal, el sionismo es la creencia de que Si�n (Palestina) es la patria
nacional del pueblo jud�o. Esa extra�a creencia se basa en una promesa
b�blica. En otras palabras, los sionistas transforman el texto
espiritual (la Biblia) en un acto notarial. Pero entonces hay que
preguntarse qui�n es el pueblo jud�o. Desde una perspectiva sionista,
los jud�os son de raza jud�a. De hecho, el sionismo antecede al nazismo.
Los primeros sionistas hablaban de sangre jud�a y de eugenesia racial
cuando Hitler estaba a�n en pa�ales. El problema es que mientras que el
sionismo se inici� como un movimiento pol�tico esot�rico marginal y fue
sumamente criticado por la mayor parte de la escuela de pensamientos
ideol�gico y religioso jud�os, ahora es la voz oficial del pueblo jud�o.
Tiendo a argumentar que muchos jud�os, y esto incluye incluso a los
supuestos �jud�os antisionistas�, de hecho no son otra cosa que
criptosionistas.
En uno de mis �ltimos textos (www.gilad.co.uk/html%20files/3rd.html)
afirmo que quienes se denominan jud�os pueden dividirse en tres
categor�as principales: 1. Los que practican el juda�smo; 2. Los que se
consideran como seres humanos de origen jud�o y 3. Los que sit�an su
judeidad por delante de todas sus otras caracter�sticas. Obviamente, no
tengo ninguna dificultad con las dos primeras categor�as, pero la
tercera es bastante problem�tica. La tercera incluye, por ejemplo, a un
jud�o que vive en Estados Unidos (en vez de a un estadounidense de
origen jud�o), a un jud�o que toca el saxof�n (en vez de a un
saxofonista de padres jud�os), a un jud�o antisionista (en vez de un
antisionista de ascendencia jud�a). Para el jud�o de la tercera
categor�a, la pertenencia racial es una cualidad primaria y �sa es, de
hecho, la propia esencia del sionismo. Por eso, nacer jud�o es
algo inocente, pero ser jud�o no lo es necesariamente. Todo
depende de la categor�a en la que uno se incluya. A menos de pertenecer
a las dos primeras categor�as, no se es necesariamente inocente.
MT: Perdone mi obstinaci�n, pero quiero que sea
usted sumamente preciso. Para m�, ese �no se es necesariamente inocente�
que acaba de mencionar sugiere que es posible pertenecer a la tercera
categor�a sin ser un racista. �Es eso lo que ha querido decir?
GA: S�lo porque estoy tratando de ser cort�s.
MT: Insisto: �Est� dispuesto a aceptar que esos
jud�os antisionistas que, seg�n usted, son criptosionistas, es decir,
sionistas ocultos, pueden ser seres humanos maravillosos, en absoluto
racistas?
GA: Ver� usted, todos somos �racialmente
conscientes�, pero ser racista es algo muy distinto. Ser� muy
claro en este punto. Ser un jud�o laico y considerar que la propia
judeidad constituye una cualidad primaria es una clara manifestaci�n de
una tendencia racista. Muchos de los jud�os antisionistas simplemente no
son conscientes de los problemas que conlleva su orientaci�n racial. �sa
es la raz�n por la que he intentado dialogar con ellos y hacerles
comprender el error de su concepto racial. Les pido que olviden su
orientaci�n antisionista exclusivamente racial y se unan a un movimiento
universal. De m�s est� decir que muchos jud�os lo comprenden por s�
mismos. Mi argumento es que si el sionismo es algo categ�ricamente
err�neo, la pertenencia racial o �tnica de alguien es irrelevante.
MT: Si lo he entendido bien, sus flechas ret�ricas
s�lo van dirigidas contra algunos individuos jud�os (m�s
expresamente, contra algunos individuos jud�os que pertenecen a la
tercera categor�a), no contra el pueblo jud�o como grupo.
GA: La respuesta es s�, yo no procedo a una cr�tica
de grupo, porque los jud�os no son ni un grupo ni un �pueblo�. Y, sin
embargo, es muy importante mencionar que la tercera categor�a no est�
solamente constituida por un pu�ado de individuos espor�dicos. En
t�rminos pr�cticos, la tercera categor�a forma una identidad muy s�lida
con un claro objetivo global. Asimismo afirmo que dentro de la tercera
categor�a es posible encontrar polaridades pol�ticas e incluso
oposiciones metaf�sicas. Hay en ella colonos sionistas radicales de
Brooklyn as� como marxistas revolucionarios jud�os de Londres. No
podemos criticar a los jud�os como grupo porque no forman un pueblo, una
continuidad racial ni tampoco una entidad �tnica o cultural. Las
diferencias culturales entre los jud�os sefarditas y asquenaz�es son
manifiestas, pero la cosa llega a�n m�s lejos. Los antrop�logos nos
dir�n que los jud�os no son una raza: de hecho, los estudios gen�ticos
han demostrado recientemente que mientras que los jud�os sefarditas y
los palestinos comparten un origen canaanita com�n, los asquenaz�es o al
menos la gran mayor�a de ellos no tienen nada que ver con Cana�n�
MT: Perdone, pero algunos lectores podr�an perderse
si no vuelve a los conceptos b�sicos y les explica la diferencia entre
jud�os sefarditas y jud�os asquenaz�es.
GA: Desde el punto de vista tradicional, los jud�os
sefarditas (Sefarad significa Espa�a en hebreo) son de origen
oriental (Oriente Pr�ximo, Balcanes, Arabia, etc.) Los jud�os
asquenaz�es son en gran parte de origen europeo. Pero de nuevo la cosa
se complica ligeramente, porque muchos de nosotros sabemos que los
asquenaz�es son de hecho kazarios. Sus antepasados se convirtieron al
juda�smo en torno al siglo IX. Dicha realidad es bastante embarazosa
para los sionistas, porque si esto es as�, entonces para la mayor parte
de los jud�os asquenaz�es su �patria� original es la tierra del antiguo
reino de Kazar (situado en alg�n lugar entre el Mar Caspio y el Mar
Negro). No tienen nada que ver con Palestina. De hecho, es una cuesti�n
muy interesante. Yo tiendo a creer que todos los asquenaz�es son
kazarios . Hace tiempo Marcel Charbonnier me envi� un ensayo acad�mico
que hab�a traducido sobre el origen del y�ddish, la lengua de los jud�os
centroeuropeos . Seg�n aquel ensayo, la estructura gramatical del
y�ddish es similar a la del kazario . Pero la verdad es que no quiero
insistir en eso, porque estoy lejos de ser a un experto.
MT: S�lo por curiosidad, es usted de origen
asquenaz�?
GA: Mi padre es sin duda un jud�o asquenaz�, as� que
probablemente soy de origen kazario.
MT: Bueno, contin�e, por favor.
GA: Pero a pesar de que los jud�os no constituyen
una raza, los de la tercera categor�a est�n racialmente motivados. Yo
estoy en contra de la motivaci�n racial. Usted, que conoce bien mis
escritos, sabe que soy el �ltimo en juzgar a la gente por su pertenencia
racial, de hecho estoy totalmente contra dicha orientaci�n. No hay ni
una sola referencia racial en ninguno de mis escritos cr�ticos. En la
pr�ctica, mi cr�tica de los jud�os y de la judeidad se centra de la
identidad de la tercera categor�a. Como puede comprender, la mayor�a
del pueblo jud�o coquetea con la filosof�a de la tercera categor�a. Los
sionistas obviamente se encuentran en el mismo centro de la percepci�n
supremacista y los �jud�os antisionistas� s�lo un poco m�s abajo.
MT: Me alegro de que haya clarificado esto, porque
desde mi perpleja perspectiva de gentil no acabo de entender que a
usted, Gilad Atzmon -un ser humano de origen jud�o seg�n sus propias
palabras, que confiesa su simpat�a por los jud�os religiosos y que
aborrece el racismo- lo acusen agriamente los sionistas y algunos
defensores a ultranza de Israel de ser un racista, un antisemita y un
jud�o que se odia a s� mismo. �Qu� sentido tiene eso? �No ser� que
estamos ante una guerra de propaganda que usa la palabra
racista deliberadamente amputada de su significado sem�ntico
original?
GA: Por supuesto, es algo deliberado que llevan a
cabo con suma inteligencia. La identidad contempor�nea jud�a se compone
de tres elementos principales: religioso, nacionalista y racista. Los
sionistas est�n interesados en que los tres elementos se mantengan lo
m�s confundidos entre s� que sea posible, lo cual es un fraude
intelectual. Si uno ataca su pol�tica nacionalista ellos lo acusan de
ser un racista, si ataca sus tendencias racistas dicen que todo se debe
a su inocente religi�n. Mi modelo de la tercera categor�a establece una
plataforma para atacar el sionismo y la judeidad como visi�n tribal del
mundo, exclusiva y supremacista.
MT: Le har� ahora dos preguntas escuetas para cerrar
este tema y situar definitivamente su posici�n. Por favor, conteste
solamente s� o no. �Es usted un antisemita?
GA: No, desde luego que no. Mi tesis es que una vez
que Israel se estableci� expl�citamente como el estado del pueblo jud�o
a costa de los palestinos nativos, cualquier acci�n de guerra realizada
contra los jud�os puede entenderse en t�rminos de �lucha pol�tica�. Esto
no quiere decir que dicho acto sea leg�timo.
MT: �Es usted un antisionista?
GA: S�, claro. Pero tiendo a ampliar la definici�n
de sionismo. Para m�, cada jud�o de la tercera categor�a es un sionista
o un criptosionista. Mi opci�n representa un serio desaf�o a la
identidad jud�a. He le�do muchas cosas escritas sobre m�, pero nunca me
he encontrado con un argumento contrario que se tenga en pie. Empiezo a
preguntarme si no ser� que no existen tales argumentos. Y si no los hay,
que es lo m�s probable, no tendr� mucho m�s que decir sobre el asunto.
Puede que entonces me dedique a escribir sobre flores y pajaritos.
MT: Mientras investigaba sobre usted para esta
entrevista me top� por casualidad con un incre�ble sitio web sionista
que incluye lo que ellos denominan una lista de la mierda (shit list,
acr�nimo formado por las palabras inglesas �lista de auto-odio o amenaza
contra Israel�,
http://masada2000.org/list-A.html), que de hecho no es m�s que una
lista negra p�blica de �enemigos�. Por supuesto, usted est� incluido en
ella con una larga diatriba. Muchas de las opiniones que se expresan
all� son bastante ofensivas y probablemente punibles ante la ley, pero
dejando de lado las implicaciones morales de estos inventarios mal�volos
o el peligro f�sico que imponen sobre las vidas de tantas personas, lo
que quiero resaltar aqu� es que se halla usted en compa��a de varias
personas a quienes los gentiles les profesamos un alto grado de respeto:
Woody Allen, Noam Chomsky, Nadine Gordimer, Harold Pinter, Naomi Klein o
incluso el extraordinario poeta y humanista Natan Zach. �Tiene algo que
comentar sobre esto?
GA: Me siento muy feliz y honrado de estar en una
lista como �sa. Adem�s, pienso que la lista de la mierda es un
maravilloso escaparate de las t�cticas que utiliza la tercera categor�a
de jud�os contempor�neos. Pero lo absurdo es que algunos activistas
jud�os de la izquierda que est�n incluidos en ella se dediquen a
publicar listas similares de sus adversarios. Mi consejo es que se
olviden de la filosof�a kosher y se unan al movimiento de
solidaridad palestina local y global.
MT: Me permito explicar para los lectores la palabra
hebrea kosher. De hecho, kosher hace alusi�n a las leyes
diet�ticas jud�as y determina lo bueno y lo malo, lo que est� dentro y
lo que est� fuera. Originalmente significa genuino, connota todo lo que
se refiere a los requisitos de la ley jud�a para la preparaci�n de los
alimentos, pero tambi�n se utiliza como sin�nimo de lo jud�o. Sigamos:
Louis Althusser acu�� el concepto de �Aparatos Institucionales del
Estado�, seg�n el cual cualquier estado, a diferencia de los pueblos en
general, siempre impone y perpet�a intereses particulares de clase
mediante instrumentos represivos expresamente creados a tal efecto, como
son la polic�a, las leyes, el derecho de recurrir a la violencia o
incluso matar, etc. D�game en primer lugar si est� usted de acuerdo con
esta noci�n marxista y, si es as�, apl�quela al Estado de Israel y haga
alg�n comentario sobre d�nde cree que se sit�a el centro de la pol�tica
sionista.
GA: De nuevo, las cosas son ligeramente m�s
complicadas cuando se trata de Israel y la judeidad. Estoy de acuerdo
con Althusser. En la pr�ctica, Israel es un instrumento pol�tico que
est� ah� para servir y apoyar la hegemon�a de la elite asquenaz�. Esto
puede cambiar en un futuro pr�ximo. Una vez que los jud�os sefarditas
comprendan que la filosof�a expansionista asquenaz� rompi� sus lazos
hist�ricos con sus vecinos �rabes, Israel podr� convertirse en
Palestina.
Veamos ahora la otra parte de su pregunta. Ignoro d�nde se encuentra
el centro de la pol�tica sionista. �Est� en el gabinete de Sharon? �Est�
en Wall Street? �Es todo el entramado neoconservador otra pr�ctica
pragm�tica sionista global? Pero creo que eso no es lo importante.
Prefiero imaginar el sionismo como una �red de operaciones� en la que
cada miembro, y s�lo �l, es totalmente consciente de su funci�n. Si esto
es as�, entonces habr�a que considerar que Israel y el sionismo son un
aparato colonialista particular dentro de un movimiento global mucho
mayor.
MT: Ahora que ha mencionado la globalizaci�n, d�game
qu� opina sobre los estrechos lazos, casi conyugales, del Estado de
Israel con el programa imperial de Estados Unidos y no se olvide de
analizar desde su propia perspectiva el papel que juega en tales lazos
la izquierda institucional israel�.
GA: Al principio Israel deb�a servir los intereses
globalizados estadounidenses e ingleses. Obviamente, esto ya no es as�.
Estados Unidos ahora lucha (con poco �xito) contra los �ltimos bastiones
de resistencia �rabe (al colonialismo sionista). En cuanto al papel de
la izquierda israel� dentro de este canallesco asunto global sugiero que
seamos bastante cuidadosos. Tradicionalmente, la izquierda israel� se
asoci� con el Partido Dem�crata estadounidense. En los a�os ochenta el
Likud cre� un lazo muy fuerte con los republicanos radicales de derecha.
Esta asociaci�n es ahora tan s�lida que los soldados yanquis est�n
dispuestos a morir por intereses estrat�gicos israel�es (por ejemplo, la
invasi�n de Irak). Pero si insiste usted en hablar de izquierda
institucional israel� tendr� que asegurarle que, de hecho, la izquierda
israel� no es m�s que una entidad verbal. No hay nada debajo. La raz�n
es muy sencilla. Si Israel es el Estado del pueblo jud�o, entonces
cualquier pensamiento de izquierda dentro de un entorno pol�tico
nacionalista de ese pelaje debe entenderse como �nacionalsocialismo
jud�o� (estoy seguro de que le suena a algo). Dicho lo cual, hay unos
pocos izquierdistas en Palestina de origen jud�o. Todo el mundo sabe que
nunca se definir�an a s� mismos como israel�es o sionistas de izquierda,
sino m�s bien como �palestinos de lengua hebrea�, �palestinos jud�os� o
algo por el estilo.
MT: A usted lo han acusado de muchas cosas en la
red, pero quiz�s los dos cargos m�s serios son la negaci�n del
Holocausto y la incitaci�n a la quema de sinagogas, ambas cosas punibles
por la ley. �Tiene algo que replicar?
GA: Creo que usted mismo lo ha dicho. A pesar de que
esas acusaciones son punibles por la ley, nunca he pasado por una
comisar�a... Obviamente, se trata de acusaciones hueras que est�n all�
para servir una causa pol�tica espec�fica, principalmente dentro de la
comunidad de la tercera categor�a. En caso de que le interese, le dar�
una direcci�n de internet en la que hay una lista parcial de las
mentiras que se han dicho sobre m�, seguida de mis respuestas:
www.gilad.co.uk/html%20files/1001lies.html.
Pero est� usted en su derecho de exigirme que sea m�s espec�fico.
Mientras que la acusaci�n de incitaciones a la quema de sinagogas es una
mentira indignante, mi posici�n sobre el Holocausto es m�s complicada.
Yo no niego el Holocausto o el judeocidio nazi. �nicamente insisto en
que tanto el Holocausto como la Segunda Guerra Mundial deber�an tratarse
como un acontecimiento hist�rico m�s que como un mito religioso. La
historia de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto est� llena de
discrepancias y contradicciones. Hay preguntas importantes que todav�a
est�n por contestar. �Por qu� los estadounidenses no bombardearon
Auschwitz? �Por qu� esperaron hasta junio de 1944 antes de desembarcar
en las playas de Normand�a? �No fue s�lo porque Stalin avanzaba en la
Europa central? �Por qu� los aliados bombardearon ciudades alemanas en
vez de instalaciones log�sticas y objetivos militares? �No ser�a porque
no deseaban impedir que el ej�rcito de Hitler se enfrentara a Stalin?
�Por qu� los estadounidenses lanzaron bombas at�micas sobre Hiroshima y
Nagasaki? �No fue porque los rojos acababan de declarar la guerra contra
Jap�n y hubieran podido interferir con la pol�tica que ten�an prevista
en el Pac�fico? Est� claro que un escrutinio hist�rico de la Segunda
Guerra Mundial revelar�a el hecho de que desde la perspectiva
angloestadounidense, Stalin era el aut�ntico enemigo en vez de Hitler.
El discurso del Holocausto est� ah� para ocultar esta interpretaci�n
bastante convincente.
La pregunta fundamental que hay que plantearse es por qu� a nadie se
le permite tratar ese cap�tulo hist�rico aplicando m�todos acad�micos.
La respuesta es muy sencilla. Hoy en d�a la mayor parte de los jud�os,
los estadounidenses y los ingleses consideran el Holocausto como la
nueva religi�n occidental.
MT: �Quiere decir como un dogma, un principio
considerado indiscutible?
GA: S�, pero el Holocausto es m�s que s�lo un simple
dogma religioso. Lo que convierte a cualquier religi�n en art�culo de fe
es la aceptaci�n de un relato no realista. La fe es el resultado de una
aceptaci�n ciega de lo sobrenatural. La fuerza de la religi�n del
Holocausto se debe a su car�cter no realista. El discurso del Holocausto
est� estructurado como una pesadilla: es la metamorfosis de un hombre
que se convierte en una m�quina de matar. Dicho lo cual, si aceptamos
que el Holocausto es la nueva religi�n liberal angloestadounidense
tambi�n deber�amos permitir que la gente no creyese en ella. Pero de
alg�n modo somos mucho menos comprensivos con los que no creen en la
religi�n del Holocausto. Esa falta de fe ha entrado incluso en el C�digo
Penal de algunos pa�ses, lo cual es un hecho que refuerza la profunda
intenci�n pol�tica de este dogma artificialmente sacralizado desde
arriba: el hecho de no creer en el Holocausto es hoy un delito punible
por la ley.
MT: Sabe, la criminalizaci�n de la ausencia de fe me
resulta familiar. La Iglesia cat�lica est� llena de dogmas curiosos,
como el de la Sant�sima Trinidad o el de la virginidad de Mar�a a pesar
de su maternidad y hace unos pocos siglos a uno lo pod�an quemar en la
hoguera por no creer en ellos.
GA: S�. Cuanto m�s fant�stico es el relato m�s
profunda es la fe. El valor de verdad del acontecimiento pierde su
relevancia, ya que a nadie le importa en absoluto si Mar�a era virgen o
si el episodio b�blico de Mois�s y el arbusto ardiente son hechos
hist�ricos reales. Creer es aceptar ciegamente. Y, sin embargo, la
religi�n siempre tiene un prop�sito: la religi�n del Holocausto est� ah�
como n�cleo del discurso democr�tico liberal. Su funci�n es mantener el
v�nculo entre el colonialismo sionista y el expansionismo occidental. En
otras palabras, la validez del Holocausto como acontecimiento hist�rico
pierde su importancia. Aqu� es exactamente donde yo interfiero. No soy
historiador y no voy a discutir la cuesti�n hist�rica de si hubo 6
millones o 2,5 millones de v�ctimas jud�as. Para m� esa cuesti�n
aritm�tica es poco pertinente, por no decir est�pida, porque el
asesinato es siempre asesinato, tanto si se mata a una persona como a
muchas. En cambio yo mantendr�a que incluso si se hubieran asesinado
�s�lo� unos miles de jud�os o gitanos debido a su origen �tnico o a su
sangre impura, el hecho es lo bastante tr�gico como para establecer un
cap�tulo hist�rico traum�tico principal. La cuesti�n sigue en pie: �qu�
es lo que transforma un discurso hist�rico en una religi�n?
Se me ocurre una respuesta: los palestinos, por ejemplo, son las
�ltimas v�ctimas de Hitler. El hecho de que est�n viviendo en
campamentos de refugiados desde hace casi seis d�cadas es el resultado
directo del judeocidio nazi, porque el sionismo estableci� el Estado de
Israel en su territorio como consecuencia del Holocausto. Por eso, yo
dir�a que la historia de la Segunda Guerra Mundial les pertenece a los
palestinos tanto como a los jud�os o a los dem�s. Pero aqu� es
exactamente donde empieza el problema. Una vez que el Holocausto se
convierte en una religi�n deja de ser un cap�tulo hist�rico. Los jud�os
son las v�ctimas supremas y los palestinos son s�lo v�ctimas de segunda
categor�a, es decir, �v�ctimas de las v�ctimas�. Una vez que el
Holocausto se convierte en una religi�n, a nadie se le permite hurgar en
lo que hay debajo. Tiendo a creer que el discurso oficial del Holocausto
es en realidad una creaci�n de los angloestadounidenses victoriosos. Y
est� ah� para servir a su aut�ntico prop�sito. Estoy de acuerdo con
muchos historiadores en que la industria ritual de las v�ctimas jud�as
empez� a partir de 1967 y que los amos decidieron que el Holocausto debe
estar al servicio del colonialismo occidental.
MT: �Y qu� me dice de Hitler?
GA: En ning�n caso significa esto que Hitler era
inocente. Hitler era sin duda un asesino despiadado, pero no fue el
�nico. Yo atribuyo una parte importante de la culpa a los
estadounidenses. Los mismos que arrasaron Dresde y Hamburgo liquidaron a
los habitantes de Hiroshima y Nagasaki. No sorprende en absoluto que
sean los mismos que dejaron dos millones de muertos en Vietnam y que
devastan Am�rica Latina desde hace seis d�cadas. Y tampoco que quienes
ayudaron a los israel�es a encerrar a 1,3 millones de palestinos en la
franja de Gaza sean los mismos que ahora destruyen Bagdad, Faluya, Mosul
y Tikrit. Y, por si fuera poco, han sido los mismos que hace s�lo unas
semanas no se precipitaron para ayudar a los negros pobres de Nueva
Orleans. Estados Unidos es sin duda una mala noticia. Francamente, ya ni
siquiera es noticia. Por decirlo en pocas palabras, si aspiramos a un
mundo mejor tendremos que reescribir la historia del siglo XX. M�s vale
que exijamos que se detenga esta matanza en nombre de la �libertad� y la
�democracia�. Es nuestro deber examinar nuestra propia historia y
ponernos a la tarea de revisarla. Es nuestro deber asegurarnos de que el
replanteamiento hist�rico (revisionismo) encuentre su camino en el
centro de nuestro discurso de izquierda. Yo afirmo que la historia
oficial de la Segunda Guerra Mundial est� ah� para ocultar algunos
cr�menes capitales a una escala asombrosa. Hitler fue derrotado hace
sesenta a�os. Estados Unidos gan� aquella guerra sangrienta, pero desde
entonces no ha dejado de lanzar bombas sobre civiles inocentes. Para
liberarnos debemos reorganizar el siglo XX y cuanto m�s pronto lo
hagamos, mejor. Y si el Holocausto es ahora oficialmente un
acontecimiento ex hist�rico, si es una mera religi�n, entonces insisto
en que se permita tratarlo teol�gicamente. De hecho, eso es lo que yo
hago.
MT: �Cu�l es su plan ideal para una justa resoluci�n
de ese al parecer interminable conflicto israelopalestino?
GA: S�lo es posible una salida, a saber, �un estado
�nico�. Como usted probablemente sepa ya, no creo en una soluci�n
pac�fica, es decir, la paz entre Israel y los palestinos. Esa salida no
resuelve la causa palestina, es decir, �el derecho a regresar a su
tierra�, pero en realidad es mucho m�s profunda. La noci�n de paz es
totalmente extra�a a la psique hebraica. Sharon ha dicho �ltimamente que
Israel quiere la paz (shalom), pero insiste en �determinar sus
t�rminos y condiciones�. Est� claro que para Sharon la paz es una
decisi�n pragm�tica, producto de una reflexi�n m�s que de una
conformidad con el concepto de compasi�n y reconciliaci�n. La
declaraci�n de Sharon revela un importante choque cultural
judeocristiano. B�sicamente, la diferencia entre los jud�os y los
cristianos podr�a resumirse en una frase: los cristianos son jud�os que
aman a su pr�jimo. La pregunta que hay que hacerse es si eso es cierto.
Pero una cosa est� clara, el pensamiento occidental valora la compasi�n
y el amor al Otro, y �sta es la raz�n por la que los jud�os no han
podido nunca integrarse de manera masiva en el ambiente cultural
occidental. La judeidad es una celebraci�n de la negaci�n. Los jud�os
(sobre todo los asquenaz�es) siempre se han encerrado a s� mismos entre
los muros de un gueto. Por eso no sorprende que ahora apliquen la misma
t�ctica del muro en Israel. Esta clase de identidad aislacionista nunca
puede apoyar la aut�ntica paz.
Incluso dentro de los c�rculos pol�ticos de la clase obrera, los
jud�os organizaron c�lulas separatistas (como el Bund en el interior de
los soviets y otras organizaciones izquierdistas exclusivamente jud�as).
Eso hace que una soluci�n pac�fica sea inconcebible. Por lo tanto, para
alcanzar cualquier forma de reconciliaci�n entre los dos pueblos,
primero hay que derrotar a la identidad hebrea y esa derrota se lograr�
principalmente desde el interior de �sta. Tenemos que ayudar a los
israel�es a des-sionizarse. Eventualmente, una vez logrado esto
deberemos asegurarnos de no olvidar des-sionizarnos nosotros mismos... y
me refiero aqu� principalmente a la Gran Breta�a de Blair y a Estados
Unidos. Yo dir�a que la des-sionizaci�n de Palestina es un elemento
clave en el proceso de nuestra liberaci�n global.
MT: La identidad aislacionista que acaba de
describir me ha recordado el muro que han construido, pero la excusa
oficial para �ste que es que deben defenderse del terrorismo.
GA: El hecho de llamar terrorismo a un acto de
�lucha por la libertad� es sintom�tico del nuevo discurso occidental
sionificado. Obviamente esto se aplica a Israel, pero tambi�n a los
estadounidenses y a los brit�nicos. Est� claro que los iraqu�es tienen
derecho a enfrentarse a las fuerzas extranjeras invasoras, de la misma
forma que los palestinos tienen el deber moral de luchar por la
liberaci�n de su territorio.
MT: Ahora que ha mencionado la lucha por la
liberaci�n �qu� opina de la �tica que subyace a la creaci�n de Israel en
1948 por parte de las Naciones Unidas en un territorio ya habitado por
los palestinos? �Y de la posterior expulsi�n de aproximadamente 750 000
de �stos?
GA: La creaci�n de Israel y la expulsi�n de los
palestinos de su territorio suscitan una nueva pregunta. �C�mo pudieron
los jud�os cometer una atrocidad de tal calibre s�lo tres a�os despu�s
del final de la Segunda Guerra Mundial? Se trata de una pregunta muy
pertinente y siento decir que nadie hasta ahora la ha respondido con
claridad. Se me ocurren dos posibilidades para la respuesta: 1) Los
hombres o las mujeres hebraicos est�n lejos de ser seres humanos capaces
de sentir empat�a. Para ellos el dolor de los dem�s carece de
significado. Esto podr�a ser el resultado del c�digo supremacista
judaico. Tambi�n podr�a explicar el hecho de que tras sesenta a�os de
opresi�n israel� no haya habido ni una sola voz sionista que se haya
alzado para expresar cualquier forma de arrepentimiento por ese pecado
original mencionado antes. 2) Los hombres y las mujeres hebraicos de
1948 estaban lejos de ser jud�os traumatizados. En otras palabras, para
ellos el Holocausto no era todav�a un acontecimiento principal. Tal como
en la actualidad nos ense�an Segev y Finkelstein, se necesitaron muchos
a�os para que los jud�os interiorizaran y le dieran forma al discurso
colectivo del Holocausto, por no mencionar el trauma. Al parecer, el
sabra de 1948 (es decir, el israel� que hab�a nacido all�)
despreciaba al jud�o de la di�spora. Los palestinos ayudaron al sabra
a redimirse de la humillaci�n que le hab�a impuesto la imagen d�bil y
desesperada del jud�o indefenso de la di�spora. Este modelo psicol�gico
es fundamental para entender la pol�tica israel�. El hecho de matar
�rabes siempre une a los israel�es en torno a sus l�deres.
MT: Durante los �ltimos a�os los medios
convencionales de comunicaci�n de Espa�a han publicitado la experiencia
de Barenboim-Said, a la que califican de instrumento musical para la
paz: la West Eastern Divan Orchestra, integrada por j�venes m�sicos
israel�es y palestinos, cuya sede est� en Sevilla. A pesar de que no me
opongo de ninguna manera a lo que pueda traer armon�a social en
cualquier lugar, no deja de sorprenderme que mientras Barenboim dirige a
sus pupilos en auditorios europeos ante p�blicos extasiados, en la
franja de Gaza o en Tel Aviv las bombas siguen explotando. De alg�n modo
esta impotencia me recuerda la vieja pertinacia de la Iglesia cat�lica,
que env�a misioneros a hacer caridad (lo cual es hoy digno de elogio,
pues �stos llevan a cabo un magn�fico trabajo humanitario que de otro
modo nadie har�a), pero no se enfrenta al aut�ntico problema, la
injusticia pol�tica y econ�mica del mundo y, mucho menos, a los
causantes de dicha injusticia. �No le parece que tales actitudes dirigen
ingenuamente la atenci�n hacia lo anecd�tico y mantienen el statu
quo? �Qu� opina del trabajo de Barenboim como �misionero� de la paz
desde dentro del sionismo?
GA: Estoy de acuerdo con usted hasta cierto punto y,
por si fuera poco, con frecuencia critico a Barenboim por ser sionista y
por propagar el mensaje del sionismo. Y, sin embargo, creo que Barenboim
est� haciendo un gran trabajo. En primer lugar, cruza la l�nea
divisoria. En segundo, les da a los m�sicos j�venes de la regi�n la
oportunidad de trabajar con un genio absoluto de la m�sica (el propio
Barenboim). Pero lo m�s importante es que se las arregla para irritar a
los israel�es y pone al descubierto su actitud reaccionaria. S�lo tiene
que pensar en Barenboim convertido en persona non grata por haber
interpretado a Wagner en Jerusal�n. �No es maravilloso? Creo que
Barenboim ilumina los rincones m�s pat�ticos de la psique jud�a. Por eso
mantengo que si tenemos en cuenta los diferentes aspectos de la
actividad de Barenboim, su contribuci�n al movimiento de solidaridad con
Palestina es m�s que positiva.
Pero si he de responder a su pregunta, est� claro que Barenboim no
puede evitar que los israel�es lancen bombas. Ser israel� es adentrarse
en una negaci�n homicida, pues para los israel�es y, en cierto modo,
para el jud�o postalm�dico, ser es odiar. El d�a que los
israel�es dejen de lanzar bombas y de odiar al mundo dejar�n de ser
israel�es para convertirse en �palestinos de lengua hebrea�. Le aseguro
que eso pasar�, es un cambio demogr�fico inevitable. Quienes apoyamos a
Palestina s�lo tenemos un deber, que es ayudar a los palestinos a
sobrevivir durante los pr�ximos veinte a�os. Debemos detener la limpieza
�tnica que est� ampliamente en marcha. Debemos llevar la esperanza a las
calles palestinas. Nuestro deber es desenmascarar a los israel�es y sus
planes sionistas. Tambi�n podemos presionar a los pol�ticos y a la
sociedad de Israel. Eso es lo que est� haciendo Barenboim. Ese hombre
ofrece esperanza a trav�s de la belleza, porque la belleza es su arma y
creo que la utiliza a la perfecci�n.
No es f�cil ser jud�o y ayudar a los palestinos, porque uno cae de
inmediato en la trampa sionista, se convierte en un buen jud�o. Cuando
uno es jud�o est� siempre atrapado en una doble moral, siempre sale
ganador. Sabe usted, ser jud�o es muy complejo: si uno se pone a favor
de los derechos de los palestinos lo que hace es probar que los jud�os
son �grandes humanistas�. Si se pone en contra de los palestinos no es
por maldad, sino porque uno es una �v�ctima desesperada de dos mil a�os
de persecuci�n sin fin y lo �nico que quiere es vivir en paz de una
(jodida) vez en su (jodida) patria�. Como ve, si uno acepta el
estandarte jud�o lo que hace es permitir que gane el sionismo. Haga uno
lo que haga es siempre a favor del sionismo, como �ngel o como v�ctima.
No le quepa la menor duda de que recibo gran cantidad de metralla por
poner al descubierto esa complejidad. �sa es la raz�n por la que he
abandonado por completo la identidad jud�a. Soy un ex jud�o. Mi bondad o
mi maldad no tienen nada que ver con ning�n grupo, sino conmigo mismo
(yo, m�, m�o). Pero no puedo exigirle a nadie que haga como yo. S�lo
puedo sugerir, a Barenboim y a otros, que esta v�a puede ser
interesante.
MT: Antes de pasar a ocuparnos de Gilad Atzmon como
m�sico y escritor d�jeme recordarle que Noam Chomsky, un hombre a quien
supongo usted respeta, ha dicho que el hecho de discutir sobre la
soluci�n de un estado �nico es algo �completamente abstracto y no tiene
ninguna relaci�n con algo ni siquiera imaginable hoy� (www.zmag.org/content/showarticle.cfm?ItemID=5240).
�Vale la pena empe�arse en seguir por ese camino?
GA: �sa es exactamente la raz�n por la que cada vez
desconf�o m�s del �ltimo Chomsky. Es bien sabido que se define como
sionista. Aunque admire su actividad anterior, yo dir�a que la opini�n
de Chomsky sobre el conflicto israelopalestino hace a�os que dej� de
tener importancia.
Y ahora me centrar� en lo otro: La soluci�n de un estado �nico no
s�lo no es abstracta en absoluto, sino que Sharon, en su reciente giro
sionista hacia la izquierda, ha sido lo bastante inteligente como para
comprender el desastre demogr�fico concreto que se le viene encima,
debido a que los jud�os ya no son mayoritarios en las �reas controladas
por Israel. �sa es la filosof�a que se esconde tras la reciente retirada
de la franja de Gaza. Los israel�es saben que los d�as del �Estado
jud�o� est�n contados. El hecho de que Chomsky no logre ver eso es m�s
que preocupante. Sabe usted, es muy curioso: mientras que los sionistas
del ala derecha se dirigen hacia la soluci�n de un estado �nico, los de
la denominada izquierda adoptan el concepto radical nacionalista de los
dos estados.
MT: Yo no sab�a que Ariel Sharon era un izquierdoso.
Por favor, expl�quelo.
GA: Para empezar, Sharon se cri� en el coraz�n del
sionismo laborista de la agricultura, pero dejemos aparte la historia
personal por el momento. Hay dos corrientes ideol�gicas pol�ticas
principales dentro del movimiento sionista: las palomas (izquierdistas)
y los halcones (derechistas). Las palomas creen que los jud�os tienen
derecho a una patria nacional a costa de los palestinos. Hist�ricamente
hablando, fueron las palomas quienes se quitaron de en medio �tnicamente
al 85% del pueblo palestino en 1948. Una vez que las palomas lograron
crear un razonable lebensraum para el pueblo jud�o
estuvieron dispuestas a lograr un �compromiso� con los palestinos. Oslo
es la materializaci�n de la filosof�a de las palomas sionistas. Peres y
Rabin se dirigieron a los palestinos y �generosamente� les ofrecieron
estos humillantes t�rminos y condiciones: �Nosotros (los israel�es)
viviremos en las tierras y en las casas que ustedes dejaron en Jafo,
Haifa, Jerusal�n, etc. Y ustedes (los palestinos) se quedar�n en sus
campamentos de refugiados en el desierto o en la Di�spora�. Como puede
verse, las palomas siempre buscan la manera de llegar a un compromiso.
El concepto de la soluci�n de dos estados es una cl�sica t�ctica de las
palomas. Rechaza por completo la causa palestina (es decir, el derecho
al retorno). Claramente, las palomas no quieren vivir entre �rabes,
prefieren erigir en Palestina un gueto jud�o al estilo europeo. Por si
algunos no lo recuerdan, la idea de un muro del apartheid se le ocurri�
a Haim Ramon, que es una famosa paloma de los laboristas.
La filosof�a de los halcones es ligeramente distinta. Para un halc�n
lo importante es la tierra en s� misma. �l o ella est�n dispuestos a
luchar por el sagrado Eretz Yisrael, es decir, la Tierra de
Israel, seg�n la Biblia. El halc�n insiste en redimir cada pedazo de
tierra b�blica del �gran Israel�. El halc�n no est� dispuesto al
compromiso. El halc�n insiste en que el derecho a Si�n se basa en la
Biblia. Para el halc�n no existe diferencia alguna entre Tel Aviv, Gaza
o Cisjordania. �sta es la verdadera raz�n por la que el paradigma
sionista de los halcones madur� m�s tarde en lo que ahora se conoce como
�sionismo mesi�nico� (el movimiento de los colonos). Ni que decir tiene
que el halc�n contempor�neo obedecer�a a un rabino antes que a un
pol�tico laico. La l�gica del halc�n es simple y coherente: si Eretz Yisrael
es de verdad un concepto divino, dejemos que lo maneje un hombre
religioso mesi�nico en vez de un jud�o ateo.
A lo largo de toda su carrera pol�tica y militar este feroz criminal
de guerra ha coqueteado con la filosof�a de los halcones. Durante a�os
fue el mensajero pol�tico del movimiento de los colonos. Pero las cosas
han cambiado recientemente. Por lo que se ve, Sharon se cambi� la
chaqueta. La retirada de la franja de Gaza es, de hecho, un giro
pol�tico de 180 grados para Sharon. Ha regresado con sus aut�nticos
compa�eros, las palomas laboristas. Se ha dado cuenta de que controlar
un estado jud�o con una enorme mayor�a de palestinos est� condenado al
fracaso. �sta es la l�gica que se esconde tras la retirada de la franja
de Gaza. Simplemente ha encontrado la manera de deshacerse de 1,3
millones de palestinos y ganar otros 5-7 a�os en el cada vez mayor
problema demogr�fico al que se enfrenta. �Y por qu� cambi� de opini�n?
Porque, para Sharon, Eretz Yisrael no es tan sagrado como
pretende hacernos creer. Sharon, el halc�n sionista por antonomasia, se
ha convertido en una paloma. No s�lo es una paloma, sino que la paloma
oficial Shimon Peres, siempre entusiasta a la hora de entrar en el
gabinete de Sharon, acaba de salvarle toda su carrera pol�tica.
La moraleja de esta saga pol�tica est� muy clara. Si dejamos aparte
el movimiento de los colonos, en la pol�tica israel� la ideolog�a
significa muy poco. La izquierda no tiene nada que ver con la izquierda
y la derecha es derecha siempre que resulte pr�ctico.
MT: Disculpe mi siguiente pregunta, pero encuentro
bastante extra�o que no le reconozca ninguna cualidad positiva a la
sociedad israel�.
GA: �Por qu� dice eso? Por encima de todo creo que
Israel es la quintaesencia de la falta de �tica y de la conducta
inhumana.
MT: Podr�a estar de acuerdo con usted en que una
democracia que solamente sirve a los jud�os, pero no al resto de la
poblaci�n que vive dentro de sus fronteras, es una democracia en cierto
modo coja�
GA: Es mucho peor que eso. Es una democracia que
est� ah� no s�lo para servir a sus ciudadanos jud�os, sino a los jud�os
del mundo entero. Azmi Bishara, un valiente y adorable universitario
palestino, que adem�s es diputado en la Knesset israel�, ha iniciado una
campa�a (�un estado de sus ciudadanos�) que se opone a dicha l�gica.
Seg�n Bishara, Israel debe convertirse en una democracia de sus
ciudadanos y dejar de ser una mera colonia de la judeidad planetaria. En
Israel, un jud�o estadounidense de Brooklyn tiene m�s derechos que un
palestino nacido en Jerusal�n Este. Como ve, �sa es la realidad de la
�democracia jud�a�.
MT: El argumento habitual es que los jud�os
disfrutan de todas las ventajas que por lo general permiten las
sociedades occidentales, es decir, la libertad de opini�n y la
disidencia�
GA: La libertad de opini�n est� ah� para vehicular
una imagen de pluralidad. Pero esa falsa pluralidad se aplica �nicamente
a los jud�os. De alguna manera, no se aplica nunca a los universitarios,
artistas o pol�ticos palestinos.
MT: �Nunca? Pero si acaba de mencionar la opini�n
disidente del israel� palestino Azmi Bishara�
GA: D�jeme a�adir que a Azmi Bishara lo han
despojado de su inmunidad parlamentaria por ser quien es (un �rabe) y
por defender lo que defiende. Creo que eso lo dice todo.
MT: Pero desde el exterior los gentiles ven que se
tolera la oposici�n verbal y que los supuestos �traidores� pueden vivir
y trabajar dentro de Israel sin que los metan en la c�rcel�
GA: Amigo m�o, �sabe usted cu�ntos palestinos est�n
encarcelados en este momento en diferentes campos de concentraci�n y
c�rceles ordinarias israel�es? �Vale!, d�jeme decirle que los sionistas
son cualquier cosa menos est�pidos. �Sab�a usted que el gobierno israel�
controla un instituto que se dedica a traducir la supuesta literatura
�izquierdista� hebrea a lenguas extranjeras? De hecho, difunde a Amos Oz
y a Edgar Keret. Es posible que le parezca extra�o: un gobierno
derechista israel� se dedica a traducir y a promover a escritores de
�izquierda�. Sabe, lo hacen para establecer la falsa imagen de un
�estado jud�o que busca la paz�. Y no es que Oz o Keret tengan algo que
ver con el pensamiento ideol�gico de izquierda. No son m�s que t�picas
palomas sionistas. Pero el establishment derechista israel� los
promociona. Seg�n parece, los halcones jud�os se han dado cuenta de que
la causa sionista se beneficia con la imagen del jud�o honrado. Como
acabo de decirle, los sionistas son cualquier cosa menos est�pidos,
incluso se benefician de mis apelaciones en pos de su desintegraci�n.
Los jud�os derechistas de la tercera categor�a son r�pidos como el rayo
a la hora de ofrecer la lista de la docena de �jud�os buenos�. Basta que
uno ataque el poder jud�o para que ellos le recuerden a los jud�os
humanistas y entonces uno se enterar� de que est�n los Chomsky,
Finkelstein, Leibovitch y asumo que mi nombre puede aparecer en alg�n
momento. Ya lo ve, el sionismo se beneficia de sus oponentes jud�os. El
reto est� en c�mo hacerle frente a dicha t�ctica y �sa es otra de las
razones por las que nunca act�o ni como ex israel� ni como un antiguo
jud�o.
MT: Hablemos sobre el terrorismo en ambos lados.
Trate de olvidar su opini�n sobre Israel y piense s�lo como un ser
humano.
GA: Puede que ese olvido me resulte demasiado
dif�cil [sonr�e].
MT: �C�mo se sentir�a si fuese un �rabe y los
soldados israel�es con �rdenes superiores de disparar a matar asesinaran
a su hijo durante una incursi�n armada? �C�mo se sentir�a si un suicida
palestino descuartizara a su hija en un autob�s?
GA: Con todos los respetos, no quiero entrar en la
�pol�tica victimista�. Est� bastante claro hasta qu� punto esas
circunstancias deben ser horribles, pero a�n as� creo que debemos
aprender a distinguir entre el sentimiento personal y la cr�tica
racional. Vivo en el Reino Unido desde hace m�s de diez a�os. Estoy
criando a mis dos hijos aqu�, en el Londres de los ataques con bombas.
Y, a pesar de todo, soy muy consciente de que es Tony Blair quien ha
convertido deliberadamente a mis hijos, a m� mismo y a toda la sociedad
brit�nica en rehenes de su desastrosa, por no decir criminal decisi�n.
He de decirle que la mayor�a del pueblo brit�nico, y eso incluye a la
propia esposa del primer ministro, comprendi� de inmediato despu�s de
los ataques del 7 de julio que hab�a sido la maldita pol�tica de Blair
lo que hizo que aquellas bombas sangrientas cayeran sobre nosotros.
Estoy tratando de decirle que la gente es capaz de diferenciar entre el
dolor personal y la raz�n que provoc� los ataques.
Si los sionistas se esfuerzan por desdibujar la distinci�n entre el
dolor personal y el discurso racional no es por casualidad. Para poder
mantener el trauma jud�o el dolor debe suprimir cualquier posibilidad de
razonar. La raz�n est� ah� para proporcionar un argumento explicativo.
Sabe, una vez que el sionista comprendiera qu� es lo que hay detr�s del
sufrimiento jud�o, los jud�os dejar�an de ser v�ctimas para convertirse
en seres humanos ordinarios y responsables, capaces de sentir empat�a.
Mientras el dolor siga siendo el centro del discurso jud�o, el
Holocausto ser� la historia de nunca acabar, con protagonistas
intercambiables: Hitler, luego Stalin, Nasser, Arafat, Sadam, etc. Basta
con trazar una l�nea divisoria entre el dolor y la raz�n para que uno
empiece a buscar la causalidad. Uno estudia su pena en t�rminos de causa
y efecto y entonces se pregunta si es una coincidencia que todos esos
desastres les pasen a los jud�os. �Es una coincidencia que tantos
j�venes palestinos hayan dejado de aspirar a una vida mejor? Puesto que
quiere saberlo, le dir� que �sas son las preguntas elementales que
deber�an hacerse los israel�es despu�s de un ataque suicida. Pero por
alguna raz�n no lo hacen. Una vez que empiecen a hacerse esas preguntas
dejar�n de ser israel�es. Des-sionizar al israel� es introducir la raz�n
en el trauma.
MT: �Regresar�a a vivir en Jerusal�n o Tel Aviv si
formaran parte de un nuevo estado constitucionalmente limpio de
cualquier referencia �tnica?
GA: No s� si vivir�a, pero puedo considerar una
visita o incluso dar all� un concierto.
MT: Perm�tame que resuma lo que deduzco de sus
declaraciones anteriores: Usted es un ser humano nacido de padres
jud�os, pero considera que la judeidad es s�lo un aspecto secundario de
su Yo, no la noci�n principal que conduce su vida.
GA: Sabe, eso es algo m�s de lo que he dicho. Asumo
que si me interesa lo jud�o no es por casualidad. No act�o como jud�o ni
bajo ninguna bandera jud�a. De todos modos, contin�e.
MT: Simpatiza con las personas religiosas, entre
ellas los jud�os. No es antisemita, sino m�s bien antisionista (no hay
que confundir ambos conceptos). Combate el sionismo como ideolog�a
racial que a�sla a sus miembros y controla un estado que se basa en
premisas raciales. Defiende la liberaci�n del pueblo palestino, el
derecho de regreso de los palestinos que fueron expulsados de su tierra
tras la fundaci�n del Estado de Israel y la creaci�n de un nuevo estado,
Palestina, donde ambos pueblos vivir�an sin ninguna referencia a su
origen �tnico. Est� usted convencido de que el sionismo es parte
integrante del colonialismo y el imperialismo occidentales. �Estoy en lo
cierto?
GA: S�.
MT: Al mismo tiempo es usted un artista que debe
ganarse el pan a diario y sabemos que en el mundo que nos ha tocado
vivir el �arte� est� controlado por el capital (es decir, casas
discogr�ficas, editoriales, galeristas, etc.), lo cual significa que
cualquier artista que combata los fundamentos del capitalismo occidental
y que nade siempre a contracorriente de la pol�tica dominante se
convierte por decreto en un paria. �Tiene usted problemas profesionales
debido a que su arte es un arma est�tica de destrucci�n masiva dirigida
contra el �pensamiento �nico� de las actuales democracias neoliberales?
GA: Claro, yo podr�a tener mucho m�s �xito si
decidiese callarme. Pero d�jeme asegurarle que nadie decide ser un
jazzman por dinero. Lo hacemos por amor a la m�sica y a su contenido
espiritual. Adoro el jazz y mi m�sica se beneficia de mi compromiso
social, al menos eso es lo que pienso en este momento.
MT: S�lo conozco sus dos �ltimos discos, EXILE
y musiK. Desde el primer tema de EXILE me impresionaron
tanto la sensualidad de su sonido como los impetuosos berridos que en
ocasiones les arranca a sus instrumentos, ya se trate del clarinete o
del saxof�n. Antes mencion� que Coltrane y Bird (Charlie Parker)
cambiaron su vida y, de hecho, su fraseo muestra la influencia de ambos.
�Qu� es el jazz para usted?
GA: El jazz es la libertad en estado puro. Es tanto
una llamada a la liberaci�n como un desaf�o de las fronteras personales.
Tocar jazz es buscar la liberaci�n de uno mismo a sabiendas de que nunca
se lograr�.
MT: Su respuesta ha encendido una lucecita en mi
memoria. �Ha le�do el cuento �El perseguidor�?
GA: No.
MT: �No lo conoce?
GA: No.
MT: Es sobre Charlie Parker, aunque el personaje de
ficci�n se llama Johnny, un artista a la b�squeda del arte. Se lo
recomiendo vivamente, estoy seguro de que le encantar�. En ingl�s se
titula �The Pursuer� y su autor, el argentino Julio Cort�zar, fue uno de
los mejores cuentistas de todos los tiempos. Pero sigamos con su po�tica
de la m�sica. Hace unos a�os traduje un brillante ensayo que usted
escribi� sobre el jazz como actividad revolucionaria. �Podr�a repetir
aqu� algunas de las ideas que desarroll� entonces?
GA: Dije que el jazz, en su estado m�s sublime, es
de hecho una forma art�stica revolucionaria antiestadounidense. Est�
claro que los artistas del jazz -y me refiero principalmente a los del
bop y el posbop- estaban implicados en la lucha de los
negros por los derechos civiles entre el final de los a�os cuarenta y el
final de los sesenta. El jazz era entonces un grito de libertad y, en s�
mismo, un ejercicio en libertad. Fue entonces cuando el jazz era una
m�sica emotiva coherente.
Mientras que el jazz se hac�a enormemente popular en Europa despu�s
de la guerra, en Estados Unidos a los gigantes del jazz a�n se les
segu�a prohibiendo que entrasen en algunos clubs y en las salas de
conciertos por la puerta principal. Siendo como es la �nica forma
art�stica original nacida en Estados Unidos, el jazz se convirti� en un
s�mbolo del racismo y la opresi�n estadounidenses.
A finales de los sesenta, la elite yanqui comprendi� que el jazz
puede ser �til como veh�culo de propaganda. Fue entonces cuando se
convirti� en �la voz de Am�rica�. Fue tambi�n entonces cuando el jazz
dej� de ser una forma art�stica revolucionaria y cuando se envi� de
manera mayoritaria a los estadounidenses negros a morir por los
intereses globales yanquis en Vietnam.
La historia del jazz es la historia del desprecio estadounidense por
su poblaci�n negra. La asombrosa negligencia de Bush tras el hurac�n
Katrina �nicamente realza este argumento. Nueva Orleans, una de las
grandes capitales del jazz, fue abandonada a su suerte y se ahog� junto
con sus habitantes negros pobres. Cualquiera dir�a que Estados Unidos no
ha aprendido nada. Una naci�n que se dedica a matar a diario a otras
naciones no tiene m�s remedio que volver su espada alg�n d�a contra su
propio pueblo.
MT: Le dar� cuatro nombres, dos jazzmen y dos
rockeros: Bird, Chet Baker, Jimi Hendrix y Jim Morrison. �Le inspiran
alguna respuesta?
GA: Por supuesto. Bird fue el hombre que me hizo
amar el jazz, Chet me ense�� lo que es el amor, Hendrix es existencial y
Morrison� probablemente deber�a dedicarle m�s tiempo.
MT: Le resumir� en pocas palabras lo que recuerdo de
su �lbum anterior, EXILE. Se inicia de manera bastante
extraordinaria con �Dal'Ouna On The Return�, un di�logo entre su
clarinete y la voz de la cantante palestina Reem Kelani sobre un
inacabable fondo de bajo sostenuto. Pura belleza. De
acuerdo con la nota incluida en el �lbum, la segunda canci�n, �Al-Quds�,
es una melod�a israel� que lleg� a ser muy popular entre los jud�os
durante la Guerra de los Seis D�as, aunque tiene un truco: su letra
hebraica ha sido sustituida por un poema �rabe que expresa la a�oranza
palestina por su patria perdida. La intenci�n pol�tica no puede ser m�s
expl�cita: todos los pueblos despose�dos comparten los mismos
sentimientos y durante los pasados sesenta a�os los palestinos han
vivido exactamente el mismo tormento que sufrieron los jud�os a lo largo
de dos milenios.
�Ouz� cuenta la historia de los insensibles colonos sionistas que
colonizan de buen grado la tierra palestina previamente confiscada. Pero
la melod�a que recuerdo m�s v�vidamente es �Exile�, un tema instrumental
de la tradici�n ladina, y no debido a mi amor por los ladinos (jud�os de
origen hispano que obstinadamente han mantenido el espa�ol como lengua
durante los cuatro siglos pasados, desde que los genocidas Reyes
Cat�licos los deportaron), sino al ritmo que utiliza el bater�a Asaf
Sirkis, que es exactamente el mismo ritmo de las procesiones religiosas
que se celebran durante la Semana Santa en mi Andaluc�a natal. De alg�n
modo, �Exile� me devolvi� a mi primera infancia. �Cada vez que la
escuchaba me dec�a que cu�nta raz�n hab�a tenido el historiador Am�rico
Castro al escribir que los espa�oles somos una mezcla de cristianos,
moros y jud�os! �Se le ocurre alg�n comentario?
GA: S�lo que su po�tico inventario de mi trabajo me
ha llegado al coraz�n y se lo digo de verdad. Es evidente que me fascina
mucho m�s la cultura ladina que el klezmer, que es un robo cultural
asquenaz� de algunas m�sicas gitanas y de la Europa del Este. A pesar de
que llegu� a dominar el klezmer nunca se me ocurrir� grabarlo, porque a
diferencia de la apacible y emotiva m�sica ladina el klezmer es siempre
demasiado ruidoso, mal interpretado y carente de cualquier delicadeza.
Dicho lo cual, hay un m�sico asombroso que ha logrado transformarlo en
una forma art�stica y obviamente me refiero al maestro argentino del
clarinete Giora Feidman. Desde el punto de vista musical el klezmer es
una m�sica b�sicamente gitana mal interpretada. Es tan malo que se ha
convertido en un estilo. En cambio la m�sica ladina es una expresi�n
po�tica y aut�ntica. Si de verdad desea disfrutar la belleza de la
cultura jud�a h�gase un favor, ac�rquese el D�a de la Expiaci�n a una
sinagoga sefard� y escuche la antigua m�sica andaluza. Es la belleza en
estado puro.
MT: �Conoce el flamenco?
GA: Claro.
MT: �Lo inspira?
GA: No forma parte del n�cleo de mi inspiraci�n,
pero d�jeme decirle que para m� la m�sica ya no est� dividida en
compartimentos. La m�sica es s�lo m�sica. Esos compartimentos, el
flamenco, el jazz, el pop, el tango, el drum �n� bass, el world, la
m�sica latina, el rock y as� sucesivamente est�n ah� para servir a la
industria de la m�sica.
MT: musiK, su �ltimo �lbum, incluye un tango
lento (�Joven, hermosa y triste�, obviamente cantado en espa�ol por el
argentino Guillermo Rozenthuler, supongo que otro �ser humano de padres
jud�os�)�
GA: Claro, todos los jud�os con los que me llevo
bien y a los que quiero son de la primera y de la segunda categor�as.
MT: �luego un curioso popurr� (�Re-arranging the
20th Century�, con un tributo a Charlie Parker por parte de Robert Wyatt)
y un impresionante tema instrumental (�Liberating the American People�).
Su concepci�n es m�s universal que el �lbum anterior y para m� eso
confirma que su evoluci�n pol�tica y art�stica lo ha llevado a un
entendimiento m�s global de los problemas locales. Si adem�s tenemos en
cuenta las palabras que usted firma sobre la connotaci�n de la palabra
musiK (m�siKa, con K may�scula en vez de una c) como m�sica
desprovista de su valor de mercado, la intenci�n pol�tica izquierdista
del artefacto final es bastante evidente, pero tengo algunas dudas ante
otro de los temas, la versi�n jazz�stica de la canci�n alemana �Lili
Marleen�, que fue bastante popular durante la Segunda Guerra Mundial
tanto entre los soldados nazis como entre los aliados. �Podr�a explicar
m�s ampliamente el significado de MusiK y la inserci�n en
�l de �Lili Marleen�?
GA: La m�siKa, contrariamente a la m�siCa, es la
b�squeda de la belleza. Mientras que m�siKa se refiere a la est�tica
continental, m�siCa alude a la comercializaci�n angloestadounidense de
la belleza y a la reducci�n de la est�tica a una simple moda. �K�
significa belleza y �C� la avaricia capitalista. Esta distinci�n se
manifiesta bruscamente en la diferencia entre Kultur y Cultura.
Si me permite ser grosero, le sugerir�a que mientras que �K� se refiere
a Kant (Emmanuel), �C� se refiere al �capullo� de Milton Friedman.
Me pregunta usted sobre �Lili Marleen� y le dir� la verdad. No es una
gran canci�n, pero incluso as� logr� que la gente dejase de disparar. Lo
he estado intentando durante tres a�os. No he tenido �xito, pero sigo
intent�ndolo.
MT: �Ha actuado alguna vez en Am�rica Latina?
GA: S�, en Argentina y Uruguay. Me encant�. No
tendr�a inconveniente en irme all�. No s� si sabe que el tango es mi
gran amor.
MT: He mencionado Am�rica Latina porque en su
calidad de patio trasero del imperio sus pueblos han sufrido la pol�tica
de Washington durante m�s de un siglo y tal vez �sta sea la raz�n por la
que la mayor�a de los latinoamericanos �entienden� el tormento de los
palestinos y son favorables a su causa contra Israel. Tambi�n existe un
paralelismo entre las contrastantes posiciones de los gobiernos
latinoamericanos y sus ciudadanos con respeto a palestinos y cubanos,
pues mientras que los gobiernos tienen tendencia a ser pol�ticamente
correctos y a mostrar mucha circunspecci�n, es dif�cil encontrar a
latinoamericanos pobres de a pie -la gran mayor�a de la poblaci�n del
Cono Sur- que no admiren el coraje de estos dos pueblos, tan distantes
en t�rminos de cultura e historia y tan cercanos en su resistencia. �Le
gustar�a interpretar su m�siKa en Cuba?
GA: Claro, desde luego.
MT: Seguro que tambi�n se enamorar�a de la salsa
caribe�a.
GA: Es verdad, antes de que el Orient House Ensemble
tuviera �xito me gan� la vida tocando salsa y viajando con diferentes
bandas cubanas.
MT: Hablemos un poco de sus libros. �C�mo decidi�
ser novelista?
GA: Nunca he decidido ser novelista. Sucedi� que
estaba escribiendo mi primer libro para los amigos y parientes cercanos.
Escrib� los dos o tres primeros cap�tulos y se los envi� a Yaron Stavi,
mi bajista durante los �ltimos catorce a�os. Le gust�; de hecho, fue su
aprobaci�n lo que me mantuvo escribiendo un tiempo. Entonces ocurri� un
accidente: cuando el manuscrito estaba m�s o menos terminado el disco
duro de mi ordenador de mesa se estrope�. No pude recuperar el archivo
de mi libro. Supuse que aquello hab�a sido un �signo�. Por consiguiente,
desist� de la idea de ser escritor. Esto sucedi� en 1994, cuando
preparaba el doctorado en el Reino Unido.
En el a�o 2000 un profesor liban�s me pidi� que presentase un trabajo
sobre mis opiniones a prop�sito de Israel y la judeidad. Fui a buscar en
mi viej�simo ordenador port�til y me encontr� con la sorpresa de un
archivo con el libro casi terminado. Empec� a leerlo y lo encontr�
convincente. Entonces se lo envi� a un editor en Israel y le ofrec�
cubrir los gastos de impresi�n. Menos de un d�a despu�s el editor me
llam� y me dijo que pod�a ahorrarme el dinero, porque les gustaba el
manuscrito y estaban dispuestos a publicarlo. Como puede ver, me hice
escritor a pesar de que nunca decid� serlo.
No me considero un escritor y ni siquiera entiendo lo que escribo.
Por lo general, entiendo mis libros dos a tres a�os despu�s de su
publicaci�n. S�lo en fechas recientes he logrado entender mi �ltimo
libro publicado (My One and Only Love). Ahora comprendo que ese
libro es una deconstrucci�n de la noci�n del trauma jud�o o incluso del
trauma en general. Realmente entiendo ahora que mi libro trata del hecho
evidente de que el trauma precede al acontecimiento traum�tico. El
trauma del Holocausto precede al Holocausto tanto como el trauma de la
violaci�n precede a la violaci�n real. En pocas palabras, el �trastorno
postraum�tico por estr�s� precede al acontecimiento traum�tico. Por muy
extra�o que suene, lo comprendo ahora, pero no lo comprend�a as�
mientras escrib�a un libro sobre eso. Al parecer, los libros son un
juego sin reglas dirigido por el inconsciente del autor.
MT: Bien, d�jeme contarle que Gabriel Garc�a M�rquez
dijo una vez que los aut�nticos novelistas s�lo escriben un libro, y
ello incluso si publican muchos, lo cual quiere decir que los diferentes
argumentos escogidos son variaciones de un �argumento �nico�,
profundamente arraigado en el inconsciente, que los obsesiona. De hecho,
ni siquiera tienen la posibilidad de escoger, sino que m�s bien son
escogidos por este argumento �nico. Me encanta que est� usted de acuerdo
con este enfoque psicoanal�tico, que nos ayuda a diferenciar a un
novelista que escribe lo que no puede evitar del bestsellero que escribe
lo que le llena el bolsillo.
GA: S�. En cierto modo siento como si mis libros
realmente se escribieran solos. Me sucede lo mismo con mi m�sica. Soy
una especie de catalizador, una extensi�n f�sica de una persona que no
logro conocer. Cuanto menos deliberadamente interfiero en mi literatura
o en mi m�sica, mejores son. Creo que la m�siKa y la literatura se
producen a s� mismas cuando muere el ego. Obviamente, no es f�cil
suprimir el ego de alguien. Adem�s, el Pop Art trata del ego y el
egotismo. �sa es la raz�n por la que la literatura, la poes�a y la
m�siKa caen derrotadas en la arena cultural de la democracia liberal.
MT: �Por qu� utiliz� para su primera novela el mismo
t�tulo que la obra capital de Maim�nides, Gu�a de perplejos?
GA: Para m�, Maim�nides constituye el coraz�n mismo
de la ideolog�a supremacista jud�a y del odio hacia el Otro. D�jeme que
cite al gran Israel Shahak: �La Mishn�h Tor�h de
Maim�nides [est�] repleta no s�lo de los mayores preceptos
ofensivos contra todos los gentiles, sino tambi�n de ataques expl�citos
contra el cristianismo y, sobre todo, contra Jes�s�.
Mois�s Maim�nides est� considerado como el mayor fil�sofo y
codificador de la historia jud�a. Veamos lo que aquel gran rabino dijo
sobre gentiles, cristianos y jud�os disidentes. En su Mishn�h Tor�h
Maim�nides nos ense�a que �si vemos que a un id�latra (gentil) se lo
lleva el r�o o se est� ahogando, no deber�amos ayudarle. Si vemos que su
vida est� en el peligro, no deber�amos salvarlo.� (Moznaim Publishing
Corporation, Brooklyn, New York, 1990, cap�tulo 10 de la traducci�n
inglesa, p�gina 184). Pero no es s�lo el gentil quien ha de ser
castigado: �Es un deber religioso (mitzvah), dice Maim�nides,
�erradicar a los traidores jud�os (minnim y apikorsim)
y hacer que se despe�en en el pozo de la destrucci�n, ya que causan
dificultades a los jud�os y hacen que el pueblo se distancie de Dios,
como hicieron Jes�s de Nazaret y sus disc�pulos, y Tzadok, Baithos y sus
disc�pulos. Ojal� se pudra el nombre de los malvados.�
Maim�nides es un puro mensaje de odio y, sin embargo, dicho mensaje
est� bien instalado en el n�cleo de la filosof�a jud�a. Hace diez a�os,
cuando escrib� mi novela, buscaba demoler a Maim�nides. Al principio
hab�a planeado que se titulase Gu�a de perplejos, versi�n revisada.
Pero me lo pens� dos veces y comprend� que la �nica manera de que los
jud�os adopten una noci�n m�s universal del humanismo consiste en
suprimir a Maim�nides y erradicar su vergonzosa pr�dica.
Estaba seguro de que a los pocos d�as de la publicaci�n de mi Gu�a,
los libros de Maim�nides desaparecer�an. Tambi�n estaba convencido de
que mi novela se convertir�a en la Biblia. Al parecer me equivoqu�, pues
en menos de dos semanas en realidad fue mi Gu�a la que
prohibieron en Israel. De hecho, entonces me convenc� de que nunca m�s
deber�a perder el tiempo con los israel�es. En vez de dirigirme a ellos,
ahora me dirijo al mundo para hablar de ellos. Puede que usted sepa que
hoy es imposible encontrar mi Gu�a de perplejos en hebreo, pero
s� en otras muchas lenguas. Me siento muy feliz de ello.
MT: Cuando empec� a leer lo que sab�a que era su
primera novela me impresionaron al instante su sentido del humor y su
extraordinario ingenio. De hecho, y pasando por alto las enormes
diferencias, me record� otra primera novela igualmente brillante, El
aprendizaje de Duddy Kravitz, escrita por otro afortunado morador de
la lista de la mierda, Mordecai Richler. �Est� usted de acuerdo en que
el humor es s�lo una fachada que oculta la tristeza y que los pueblos
que m�s han sufrido son los m�s c�micos?
GA: No lo s�. Le repito que me niego a considerarme
una v�ctima. Y, sin embargo, le dir� que seg�n mi experiencia las
personas m�s divertidas de mi entorno son maniacodepresivas. De todos
modos, yo no lo soy. La lucha contra el mal me divierte y la risa es una
de mis armas.
MT: �A d�nde cree que conduce el compromiso pol�tico
de izquierda llevado hasta las �ltimas consecuencias cuando cualquier
concesi�n a la derecha est� excluida?
GA: Mi querido amigo, siento mucho decirle que la
derecha no ser� derrotada, no puede ser derrotada. Pero tampoco la
izquierda.
Mi opini�n filos�fica sobre el asunto es bastante simple: Mientras
que el pensamiento ideol�gico de derecha se preocupa por la pregunta
��qu� es el hombre?�, la intelectualidad cr�tica de izquierda trata de
contestar la pregunta ��qu� deber�a ser el hombre?�. En otras palabras,
la derecha es existencial y la izquierda es normativa. La tragedia
humana se debe a las restringidas condiciones de los seres humanos, ni
lo existencial ni lo normativo pueden comprenderse por completo. Lo
existencial est� muy cerca de realizarse y lo normativo es fantasm�tico:
se trata de una ideolog�a estructurada bajo la forma de un sue�o. La
tragedia de la condici�n humana consiste en que est� atrapada entre lo
existencial y lo normativo.
Ya lo ve, lo normativo (la izquierda) y lo existencial (la derecha)
no son factores opuestos, sino cualidades humanas bastante
complementarias. Pero es algo todav�a m�s profundo. El humanismo y la
compasi�n pueden entenderse tanto en t�rminos existenciales como
normativos. La bondad, por lo tanto, no pertenece ni a la izquierda ni a
la derecha. La bondad pertenece a la humanidad y, sin embargo, la
humanidad est� perdida a la b�squeda de un v�nculo unificador.
Como sabr�, no soy un pol�tico y no tengo ninguna intenci�n de llegar
a serlo. Soy un artista y mi �nico deber es navegar por encima del
discurso e intentar integrar las dos facultades humanas elementales.
Lucho para combinar el �ser� con la �fantas�a�. Mi deber es simplemente
asegurar el triunfo de la m�siKa, que prevalezca la Kultura. Estoy aqu�
para luchar contra el sionismo y Estados Unidos con el arma de la
belleza. Puede que parezca est�pido, pero �sa es mi guerra, una guerra
que me encanta luchar y que, perm�tame decirle, gano cada noche.
MT: Ha sido un placer, se�or Atzmon.
GA: [amplia sonrisa].
Manuel Talens es novelista, traductor y columnista
espa�ol (www.manueltalens.net).
La
versi�n original de la primera entrega de esta entrevista en dos partes
ha aparecido publicada en el n�mero 202 (diciembre de 2005) de la
revista mexicana de pol�tica y cultura MEMORIA (http://www.memoria.com.mx/).
Traducci�n inglesa de Manuel Talens, revisada por Mary Rizzo
(http://peacepalestine.blogspot.com/2005/12/gilad-atzmon-interviewed-by-manuel.html)
Traducci�n francesa de Marcel Charbonnier (http://www.quibla.net/alire/gilad3.htm)
Traducci�n italiana de Miguel Mart�nez (http://www.kelebekler.com/occ/talens.htm)
Traducci�n alemana:
(www.israel-palaestina.de/Artikel/Schoenheit-als-politische-waffe-gilad-atzmon.pdf)
Todas las traducciones est�n publicadas en copyleft a trav�s de
Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad ling��stica ([email protected])
SI DESEA LEER EL TEXTO EN EL SITIO WEB
DE REBELI�N, PULSE EN LA IMAGEN