El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N EN  El País

Metamorfosis
MANUEL TALENS



Durante las �ltimas fiestas navide�as ha corrido por Valencia un equ�voco burl�n inspirado en im�genes de la publicidad televisiva. Consist�a en afirmar ante los amigos, con toda seriedad, que a uno lo hab�a llamado por tel�fono el presidente Zaplana.

-�De verdad? �Y qu� te dijo? -preguntaban los incautos.

-Hola, soy Edu, feliz Navidad.

Con lo cual, imperceptiblemente, Eduardo Zaplana se convert�a en una figura amable, un poco infantilizada, eso s�, pero desprovista de cualquier amenaza. Y como la rutina nos ense�� a ser suspicaces, hay quien dice que el chiste fue lanzado desde los despachos de la presidencia.

No le van a la zaga en carga ir�nica los mu�ecos del Canal +, tan populares que acaban de ser comercializados en v�deo para mayor solaz del p�blico elector. En ellos podemos ver a Julio Anguita aplicando tercer grado a Cristina Almeida; o la boda de Jos� Mar�a Aznar con Jordi Pujol en presencia de un sedotto e abandonato Xabier Arzalluz; o incluso a un bravuc�n Miguel �ngel Rodr�guez, que toma buena nota de los disidentes.

El fen�meno humor�stico con el que hoy “castigamos” al poder no es nuevo. Se parece mucho, por su inocuidad, a aquellos otros chistes escuchados de tapadillo en tiempos de Franco, el abuelo que entonces nos parec�a eterno. �Recuerdan ese que lo presentaba en su lecho de muerte y Carmen le dec�a entre sollozos que los espa�oles deseaban darle la despedida?

-�La despedida? �Adonde van? -respond�a �l.

Y as�, el viejo dictador, por obra y gracia de la parodia, quedaba convertido en un personaje de historieta y al instante olvid�bamos los sufrimientos que hab�a hecho padecer a este pa�s durante cuatro d�cadas interminables.

�No ser� que el gracejo que nos caracteriza como pueblo es s�lo un mecanismo de defensa con el que hemos ido aprendiendo a soportar la realidad? Incapaces de eludir al gobernante, lo sometemos a un as�ptico proceso de metamorfosis que lo hace vulnerable y luego nos re�mos de �l, obteniendo alivio en su bufa derrota.

Es puro carnaval, puro Rabelais. El arte abunda en obras que satirizan el poder y eso no ha impedido que los grupos hegem�nicos que siempre controlaron nuestra vida se perpet�en y sigan mandando, tanto en absolutismo como en libertad. El peligro que corre hacer chacota del gobierno es que la discrepancia pol�tica se limite a esa especie de subversi�n descafeinada que ni mata ni hace da�o, �nicamente consuela a quien la ejerce.

�Ser� necesario se�alar de nuevo que, a pesar de los gui�oles, de la libertad de prensa, de Forges y de la democracia, continuamos bajo el imperio econ�mico y social de quienes financiaron el 23-F y antes a Franco, a Primo de Rivera y, si me apuran, a Fernando VII?

Pero sigamos contando chistes. Y alegr�monos de estar vivos todav�a, que conforme las gastaban algunos hasta hace poco, no deja de ser una heroicidad.

 

EL PA�S-Comunidad Valenciana, jueves 29 de enero de 1998.

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