El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N EN  El País

�nimo, muchachos
MANUEL TALENS



En este fin de milenio hay cosas que, por lo anacr�nicas, me dejan estupefacto. La religi�n organizada es una de ellas. Junto a enormes avances cient�ficos que han ido pulverizando los cimientos m�gicos del cristianismo, se alza todav�a inc�lume la armadura econ�mica y social de la Iglesia Cat�lica, sustentada por esa gr�cil costumbre llamada fe y dirigida por un anciano conservador que pretende, ex c�tedra, ser la voz de las alturas celestiales. �Cu�ntas sandeces se han pronunciado hasta la fecha en nombre de Dios, que nunca ha abierto la boca!

Yo, como soy materialista, hace tiempo que desist� de entender intr�ngulis metaf�sicos, pero hay noticias que, de vez en cuando, me recuerdan la absurda conexi�n pol�tico-eclesi�stica de ciertos regionalismos. Me refiero a la �ltima ocurrencia de T�rsilo Piles, concejal �nico de UV en el Ayuntamiento de Valencia. El 8 de septiembre don T�rsilo solt� la tarabilla para proponerle al PP de do�a Rita la organizaci�n de �un gran evento cultural a nivel (sic) mundial en torno a la figura de San Vicent Ferrer con motivo de la declaraci�n del mismo como Doctor de la Iglesia Cat�lica�. La parrafada contiene tomate suficiente como para dos art�culos largos acerca del ombliguismo parroquial de UV. Pasar� de puntillas sobre la ineptitud verbal (tan com�n entre los incultos pol�ticos actuales) de confundir �mbito con nivel, error que hoy comete hasta el Presidente del pa�s, a pesar de que lee a Manuel Aza�a.

Veamos ahora lo del doctorado del excelso San Vicent. Si a alguien en su sano juicio le dijeran ma�ana que la Academia sueca le ha concedido el premio Nobel de F�sica a Rappel, �se lo creer�a? Estoy seguro de que no, aunque cosas peores se han visto, y, sin embargo, una estulticia parecida es lo que Roma va a hacer con nuestro santo paisano, cuyo constructo hist�rico -ajeno a �l- consiste en que, dicen, hac�a milagros como churros y en que, no contento con eso (seg�n puede leerse en el libro Vergel de la Sacrat�sima Virgen Mar�a del famos�simo autor Miguel P�rez), predic� la buena nueva en valenciano a los b�rbaros de todas las naciones. �stos -griegos, alemanes, sardos, h�ngaros, varones, mujeres, viejos, muchachos, idiotas y simples- lo comprend�an sin pesta�ear. �Sublime relaciones p�blicas avant la lettre! Estoy seguro de que Eduardo Zaplana hubiera podido contratarlo por menos dinero que a Julio Iglesias... y con m�s provecho.

Y, por fin, los tres bemoles: el �evento cultural mundial�. �Lo dijo en serio? La cristiandad cuenta en sus filas con poetas tan admirables como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jes�s o Fray Luis de Le�n, que no necesitan la tufarada beaturrona para merecer los m�s altos honores de cualquier instituci�n seria. No as� la figura de San Vicent Ferrer, conspirador cism�tico enredado hasta las cejas con el poder terrenal de papas y reyes, autor espurio de sermones eficaces y te�logo de tres al cuarto, que se presta m�s bien a una fiesta folcl�rica local en el viejo cauce del Turia, con paella, misa cantada y el cura Arzalluz de invitado de honor.

Pese a lo cual, qui�n sabe, ahora que los regionalistas parecen perder influencia a marchas forzadas, un milagro vicentino podr�a ayudarles a conseguir el enchufe vitalicio que tanto anhelan. De manera que, �nimo, muchachos: a rezar.

 

EL PA�S-Comunidad Valenciana, jueves 17 de septiembre de 1998

 

La columna de aqu� arriba dio lugar a la siguiente carta en la secci�n OPINI�N DEL LECTOR, publicada el mi�rcoles 23 de septiembre de 1998:

A�oranza de Joan Fuster

Uno de los motivos por los que a�oro los tiempos en que Joan Fuster viv�a es porque entonces los colaboradores de la prensa valenciana no ultramontana a�n ten�an ciertos escr�pulos.

As�, si un articulista deb�a referirse a, pongamos, San Vicente Ferrer, sabiendo que si comet�a alg�n error cultural grave respecto a su tema, al menos el agudo ojo lector de Fuster lo percibir�a, ese articulista se tomaba la molestia de consultar alg�n manual de historia literaria, y evitaba dejar en evidencia su ignorancia ante un lector cuya opini�n le importaba.

Ojal� hubiera tomado la modesta precauci�n indicada Manuel Talens (ver EL PA�S del 17 de septiembre de 1998). Talens empezaba una columna cuyo tema parec�a ser el desacuerdo con la propuesta de alguien de UV a prop�sito de un congreso internacional sobre el mencionado San Vicente Ferrer.

Por el tono, Talens parec�a estar en contra de la visi�n cultural de UV, pero me temo que el contenido de su art�culo mostr� que en realidad el articulista avalaba al cien por cien la visi�n de UV respecto al intelectual valenciano del siglo XIV: atribuyendo a �ste no m�s m�rito que el de su leyenda (miraclets, pentecostal don de lenguas y superstici�n), lo tachaba de "te�logo de tres al cuarto2 y consideraba su reciente declaraci�n como doctor de la Iglesia cat�lica, similar al hipot�tico hecho de que la Academia sueca concediera el Nobel de F�sica a Rappel. Sin embargo, cualquier buen estudio le hubiera indicado que Vicent Ferrer se gan� su prestigio en la curia papal precisamente como te�logo, que redact� diversos libros sobre esta especialidad, y que fue s�lo en una �poca tard�a desu vida (y siendo ya muy conocido como intelectual) cuando decidi� dedicarse a la predicaci�n.

El por qu� Talens compara, con injusta desventaja, a un prosista valenciano del XIV con tres poetas del XVI y castellanos, es algo que no entro a comentar, porque no creo que el autoodio que transmite esta idea estuviera en la voluntad del articulista. Fuster ha muerto, pero los restantes historiadores de la cultura seguimos vivos y trabajando.

Veo, sin embargo, que ser�a m�s c�modo que no existi�ramos: para aquella derecha folcl�rica que reduce la figura de los intelectuales del pasado a estereotipos de estampita; pero tambi�n para aquellos colaboradores de la prensa progresista que, al comulgar de hecho con esos mismos estereotipos, declaran innecesaria la labor de erudici�n.

Rosana Cantavella, Profesora titular de Literatura Catalana Medieval de la Universidad de Valencia.

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La r�plica de Manuel Talens apareci� en EL PA�S del domingo 4 de octubre de 1998:

 

San Vicent Ferrer

He le�do con inter�s la carta que Rosana Cantavella -profesora titular de Literatura Catalana Medieval de la Universidad de Valencia- me dedic� inspirada en mi art�culo �nimo, muchachos. Dice Cantavella que al poner en solfa la propuesta de UV sobre un evento cultural mundial en torno a San Vicent Ferrer, al atribuirle no m�s m�rito que el de su leyenda y al tacharlo de te�logo de tres al cuarto, yo estaba avalando la postura folcl�rica de dicho partido respecto al intelectual valenciano, y aduce que el santo se gan� su prestigio en la curia papal precisamente como te�logo.

Me achaca luego un autoodio involuntario por comparar con injusta desventaja a un prosista valenciano del XIV con tres poetas castellanos del XVI. Por fin, a�ora que Joan Fuster no est� ya entre nosotros para alzarse contra tales entuertos. Si repasa el art�culo, profesora, podr� comprobar que expres� claramente que el constructo hist�rico de San Vicent -ese marem�gnum de milagros que condujo a una abundant�sima iconograf�a- era ajeno a �l. En cuanto a que se gan� su prestigio como te�logo, sepa que la curia papal en pleno, sus prestigios, sus cr�menes y sus intrigas no me merecen gran respeto.

Le agradezco que tilde mis opiniones vicentinas de autoodio, ya que, para un andaluz como yo, dicha afirmaci�n atestigua hasta qu� punto estoy integrado. Lo cual no quiere decir que sea nacionalista, y por eso olvid� considerar que San Vicent Ferrer fue de esta tierra y que hay fetiches todav�a intocables. La literatura es una, los g�neros muchos, el rasero igual para todos y, el ombliguismo, reductor, En una perspectiva laica y lejos de mandangas metaf�sicas, le guste a usted o no, nuestro aprendiz es un aprendiz frente a, por ejemplo, San Juan de la Cruz (o Ausi�s March, que no fue cura, pero s� valenciano). Y es que intelectual y te�logo son t�rminos que concuerdan mal entre s�.

Me parece inaceptable que me adscriba usted analog�a alguna con UV, pues siempre he procurado desenmascarar las incongruencias de dicho partido y, sin ser nacionalista, defender con ah�nco que el valenciano es catal�n y viceversa. Mi intenci�n en �nimo, muchachos ten�a un doble objetivo humor�stico: lamentar que Roma siga perdiendo el tiempo (hacer doctor de la Iglesia cat�lica al te�logo San Vicent Ferrer, lo reitero de nuevo, equivale a darle el premio Nobel de F�sica a Rappel, ya que el santo y el cantama�anas se mueven en el mismo terreno: la fe) y fustigar a UV, camarilla de arribistas capaces de agarrarse a un ascua ardiendo con tal de sobrevivir, en lo cual no se diferencian de su defendido, que, astuto hombre pol�tico, supo chaquetear cuando tocaba.

Yo no voy a caer en la trampa teol�gica de invocar el nombre de Fuster para mi causa -Ferrer, por su parte, utilizaba el de Dios-, pues es gratuito atribuir posiciones a quien no las puede impugnar. Prefiero medirme con usted, que est� viva y, tal como se jacta, trabajando. Le deseo mucha suerte, profesora. Y sonr�a, por favor.

Manuel Talens, Valencia.

 

 

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