El escritorio de Manuel Talens

ART�CULOS DE OPINI�N EN  El País

Milagros
MANUEL TALENS



Que Valencia ha sido una de las tierras m�s milagreras de la cristiandad es un hecho tan evidente como la existencia de Dios (y ya es decir). En efecto, no s�lo fue la cuna de san Vicente Ferrer, cuya faena consist�a en fer milacres a destajo, sino que el cielo la escogi� para guardar reliquias imprescindibles que son la envidia del mundo: me estoy refiriendo al Santo C�liz y al brazo incorrupto de San Vicente M�rtir, ambos expuestos en la catedral.

Pero hay otros prodigios m�s subliminales -y no por ello menos divinos- que siguen manteniendo esa tradici�n mir�fica por encima del descreimiento general. Se trata de los milagros bibliogr�ficos y arqueol�gicos relacionados con el roman� pla, la primitiva lengua valenciana. La fil�loga cat�lica Bernadette du Con, en su libro La langue oubli�e de l’Ancien Testament (que ya cit� en otro art�culo anterior), afirma poseer las tablas de Mois�s, con los diez mandamientos escritos seg�n el c�digo ortogr�fico que milenios m�s tarde publicar�a la Academia de Cultura Valenciana, y sit�a el Ed�n en las proximidades de Burriana (aunque esto �ltimo lo niegan catalanistas, ateos y masones).

Hace un a�o la intervenci�n celestial se hizo notar de nuevo cuando ese modelo de periodismo cient�fico y riguroso que es nuestro diario decano dio a conocer que -Deus ex machina- el celeb�rrimo profesor Mourelle, de la Complutense, hab�a encontrado en la catedral de Valencia un documento del siglo XII, anterior por lo tanto al rey don Jaime y redactado en roman� pla. De nada vali� que un tal Albert Hauf -pagado con el oro barcelon�s- intentase negar con falsedades dicha primicia ling��stica.

Y ahora, cuando el Tribunal Constitucional y todos los carcamales de este pa�s atacan con m�s ojeriza que nunca la virginidad irrenunciable de la lengua valenciana, el Se�or acaba de permitir un milagro m�s, el hallazgo del siglo: un tal Jos� Giron�s, hombre autodidacta de X�tiva, posee una piedra con inscripciones en valenciano arcaico, datada... �480 a�os antes de que llegasen aqu� los mercenarios catalanes! No es un simple pedrusco, no, sino la representaci�n escrita de una cultura aut�ctona, cat�lica, apost�lica y sin ninguna “i” postiza catalana, puesto que todas son “y” griegas. Y es que Dios aprieta, pero no ahoga: la verdad termina siempre por prevalecer.

Dicho tesoro arqueol�gico est� llamado a convertirse en una Piedra de Rosetta. Cuando se calmen las aguas y en este reino gobierne al fin un representante de la aut�ntica valencianidad, esa pieza �nica -para la que me atrevo a sugerir el nombre de Piedra de X�tiva- ser� la fuente cristalina en la que habr�n de beber los estudiosos de la lengua valenciana. Y puesto que es objeto de milagro, ojal� estos ojos mortales m�os lleguen a verla dentro de un relicario en la catedral, junto al Cop�n y al brazo del santo, tan cerquita de la cheperudeta.

 

EL PA�S-Comunidad Valenciana, viernes 7 de julio de 1997.

Pulse para volver a la página anterior

 

Copyleft

Manuel Talens 2002